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Memorias de Christopher y de como conoció a Eric Sammet por AyameKiryu

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Bien, luego de ese acoston en su escritorio no nos vimos en varios días, ninguno de los dos nos buscamos, tampoco me apetecía trabajar, mi cabeza estaba siendo invadida por él, solo pensaba en Eric mientras bebía, mientras consumía coca, todo el tiempo, lo extrañaba pero no quería que viera que estaba perdiendo el control, control que realmente nunca tuve, estúpidamente creí que yo tenía una parte de las riendas de nuestra extraña y nueva "relación" pero eso nunca pasó nuevamente fue mi imaginación jugándome una mala pasada.

 

Por fin luego de una semana y media decidí ir a buscarlo yo, ya no aguantaba el no verlo, y estaba también encabronado sin justificación real, pues bien, fui al bar con el pretexto de devolver su chamarra.

 

Llegue al local masomenos a las 10pm, siendo sincero no estaba en mis 5 sentidos cuando tomé la decisión de buscarlo, osea que obviamente traía un pason, me había vestido segun yo lindo para ir a verlo, me puse un pantalón de vinilo bastante ajustado y una camiseta abierta por los costados de color lila, mi amigo Zerik decía que los colores pasteles me hacían ver lindo, que resaltan el color azul celeste de mis ojos, a mi me daba igual, pero solía hacerle caso para agradar a los viejos que me pagaban, pero ahora claro que me importaba verme bien, así que lleno de confianza me abrí paso en el bar para dirigirme al despacho, cosa que no paso por supuesto, en la mitad del bar en una de las mesas había una maldita zorra bailando y frente a esta el maldito Eric, tenía sobre las piernas a otra espantosa mujer de tetas enormes bailandole y restregando el cuerpo encima, ambos reían.

 

Al parecer el maldito Eric estaba concentrado en ella, tanto que no se percató de mi presencia, bueno, obviamente me llene de ira, ese maldito hijo de puta se había olvidado de mi existencia de la noche a la mañana, ¡ah no!, eso no ocurriría, ¡Eric era mío!, yo merecía ser su mascota, yo debía estar en sus piernas, yo...yo me había enamorado de Eric Sammet; conducido por mi furia me acerque a ellos con rapidez, me enrede la cadena que colgaba de mis pantalones en los nudillos, si esa misma con la que le queme el cuello a Eric y luego golpee con toda mi fuerza la cara de la maldita zorra quien cayó de inmediato desde mi maldito lugar favorito hasta el frío y sucio piso donde siempre debió estar, se quedó atónita mirandome mientras su nariz comenzaba a sangrar rápidamente, sonreí dándome aires de grandeza, que le quedara claro quien era mas perra, su compañera, la que bailaba sobre la mesa soltó un grito fuerte, las miradas se posaron de inmediato sobre nosotros, Eric sonrío, uno de los guardias se había acercado, Eric lo detuvo antes que me pusiera una mano encima.

 

-Ayudala-señaló a la bailarina-a él no le hagan nada-obedeció de inmediato, luego ayudó a la chica a levantarse y entre el y la que parecía ser su amiga se la llevaron, la música jamás paró, poco a poco todos regresaron a sus asuntos a excepción de algunas miradas curiosas que seguían observándonos-pero mira lo que ha traído el viento, explicame ¿que ha sido eso?

 

-¿Que ha sido que?-fingí demencia

 

-La pendejada de venir a atacar a mi compañía, estaba ocupado, ¿estas ciego acaso?

 

¿Porque no haz ido a buscarme?-se encogió de hombros y su sonrisa no desaparecía, una maldita sonrisa burlona

 

-Estuve ocupado, sali del pais y creo que tengo derecho de relajarme y en vez de eso viene un crío loco a joderme la noche, esto no va nada bien.

 

-Tch-me dolio oírlo-te aburrí-afirme-perfecto-avente la chamarra al suelo junto a él-que te den Eric-le mostré el dedo medio de mi mano, se burló, lo único que pude pensar luego de ver su maldita burla fue: "Chris, eres un pendejo, como creíste que alguien tan corriente como tú iba a estar por encima de cualquiera, ya se divirtió y se aburrió, ¡olvidalo!".

 

Sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron a agolparse en mis ojos, ¡estaba celoso!, me sentía patético y muy triste, quería a Eric para mí; corrí en dirección a mi casa, quería alejarme de inmediato del maldito bar, me resbale y caí haciéndome daño en las rodillas, me quedé ahí un rato tirado, me ardían las heridas, me sentía basura, era basura.

 

Cuándo regrese a casa un poco más tarde, mi solución contra mi tristeza y mi enojo hacia mi mismo por ponerme así por un hombre, fue alcoholizarme, sentado afuera de mi casa con una maldita botella de vodka corriente que tenía guardada, bebí hasta vomitar y quedarme dormido, ahí en medio del frío; me desperté como a las 7 am, estaba temblando de frío, senri en contacto de unas manos, una en mi hombro y la otra cubierta con tela sobre mi boca, me estaban limpiando.

 

-¿Eric?-pregunte aun con los ojos cerrados, obvio no era ese bastardo, era el niño de enfrente, me dolia un monton la cabeza, me incorporé despacio, el me observaba preocupado, me dieron nauseas, apestaba asqueroso y me ardian los ojos, Dietter de nuevo se acercó a limpiar mi boca, lo aparte-¿Que haces?

 

-Limpio tu boca

 

-Si tu mamá te ve conmigo te va a regañar

 

-Está dormida-se encogió de hombros y luego extendió su mano con una botellita de agua para mi, la recibí para enjuagarme la boca

 

-Gracias

 

-¿Quien es Eric?

 

-Un imbécil, no te acerques a mi Dietter ya te dijo tu mamá que soy un puto drogadicto.

 

-No me importa, tu eres bueno conmigo

 

-Metete a tu casa, es peligroso para un mocoso estar aquí solo 

 

-Tu tambien eres un mocoso-hice una mueca

 

-Ya no lo soy por desgracia y soy una mala persona asi que hazle caso a tu mama y alejate de mi

 

-Yo no creo que seas malo Chris-claro que lo era, me lo habían repetido toda mi vida como para que un mocoso lo desmintiera.

 

-Ve a dormir Dietter-me levante-gracias por el agua...y obedece a tu mamá-me meti a mi casa, necesitaba darme un baño, me sentía muy asqueroso, luego pensaba dormir hasta fundirme con la almohada, y si tenía algo de suerte ahogarme...no la tube.

 

Por la noche fui a buscar a Serik, necesitaba un cliente y para él no era difícil conseguir uno, iba a ocupar mi mente en el trabajo y pues obvio necesitaba dinero.

 

Toda esa semana luego de romperle la nariz a esa zorra y huir del bar, me dedique a prostituirme, osea si era lo habitual ya les he dicho que es mi trabajo, pero esa semana fue diario, yo solo agarraba clientes 2 o 3 veces por semana, pero ahora quería mantener mi cabeza ocupada y que mejor manera que ponerme hasta el culo para lo que necesitaba una buena cantidad de dinero.

 

Bien, como digo, me la pasé de "viaje" toda esa semana, y realmente no recuerdo y no es relevante lo que pudo haber pasado, había hombres que ya me buscaban frecuentemente, los atendía y ya esta, pude mantenerme una semana mas con vida si es que se le puede llamar vivir a lo que yo hacía.

 

Al finalizar esa semana de mierda hubo un incidente, claro que eso si lo puedo recordar, veamos...yo estaba dando una mamada en un callejón a un tipo alto de piel más o menos obscura, ese tipo era un camello, recuerdo escucharlo gemir mientras halaba mi cabello, lo vi muy distraído o así me lo parecía a mí, "discretamente" le robe de los bolsillos una grapa de coca, mientras fingía acariciarle los costados, bien, al parecer no fui tan discreto, en cuanto saque la bolsita de su bolsillo solo sentí un golpe fuerte en mi cabeza, había apartado con brusquedad su miembro de mi boca y había azotado mi cabeza en la pared detrás de nosotros, me dolio mucho pero no emití sonido, estaba muy drogado y desorientado como para reaccionar rápido, por supuesto tampoco hice mucho por defenderme

 

-¡Estúpido!, devuelvela

 

-¿El que?-rei bobamente, se acomodó los pantalones.

 

-No te hagas el gracioso conmigo, eres una sucia rata, voy a acabar contigo-de nuevo aferró su mano a mi cabello y volvió a azotar mi cabeza, luego sacó una navaja de la bolsa de su pantalón, ahora mismo puedo recordar el dolor que sentí en ese momento, el tipo me hizo una rajada en la piel del estómago con el objeto cortante de metal abriéndome un poco, quizás su intención no era matarme o por lo menos no de inmediato, la rajada era profunda pero tardaría un ratito en desangrarme, me reí a carcajadas, no sé porqué, no lo analicen, yo no estaba bien en ese momento, tenía miedo por un lado pero por el otro creí que todo acabaría y estaba bien también, creí que enserio me iba a morir ese dias, pero no fue así, de un momento a otro el me soltó, una sombra negra lo jalo a lo más profundo del callejón, escuche un grito de horror, y luego, nada, sentí mi vientre mojado y tibio y luego me desmaye.

 

 

-¡Mocoso!, ¡Christopher!-abrí despacio los ojos, estaba oscuro y borroso, me dolía la cabeza y me sentía mareado, alguien me tenía en brazos y ese alguien por supuesto era Eric, y les explicare un poco, no era una coincidencia que el supiera donde estaba, en ese momento realmente no me importaba pero él mucho después me lo dijo, él al beber mi sangre podía o no crear un vínculo conmigo, no se como explicarlo pero yo lo interpreto como algo masomenos afectivo, el de cierta manera podía ubicarme porque sentía mi sangre, y a su vez mis emociones entonces al sentirme en peligro pudo encontrarme porque había bebido buena cantidad ya de mi sangre, espero que logren comprenderlo, ¿y saben? Jamás me hubiera imaginado que él iba a ir corriendo a ayudarme si al parecer yo ya ni le importaba, estaba enojado no se confundan, ese dia no quería ser salvado.

 

Estaba sonriendo, tenía muchísimo dolor, me sentía demasiado caliente, seguramente era fiebre, pero también seguía mal por los narcóticos, me rei bobamente al ver su cara preocupada, saque la lengua y le nostre un parche de ácido en ella.

 

-Me voy a morir y estoy feliz-cada vez veía más borroso.

 

-¡Chris, no cierres los ojos!, ¡Hey!, Chris-estaba haciendo precion en mi barriga, luego intentó levantarme, grité, el dolor era fuerte, Eric hizo una mueca, yo eche mi rostro a un lado, quería descansar, volví mi mirada al frente una vez más al ver lo que el vampiro hacía, con sus propios dientes se hizo un corte largo y profundo en la muñeca de forma vertical, de inmediato comenzaron a caer borbotones de sangre dirigidos a mi herida, empapandola, la herida se le cerró tan rápido como él la abrió, luego se mordió la lengua y me beso, el sabor metálico de su sangre llenó mi boca, comencé a tragar el líquido rojo para no ahogarme, de inmediato sentí alivio pero eso no evitaba mis mareos ni que estuviera a punto de desmayarme otra vez-no te mueras mocoso, ¡mirame!-perdí el conocimiento de nuevo, y otra vez les explicó, la asquerosa práctica de hacerme tragar sangre y de mojar la herida con ella, se debía a que la sangre de un vampiro regenera, por eso ellos sanan sus heridas casi de inmediato y lo que ese bastardo hizo fue cerrarla externa e internamente y efectivamente funcionó muy bien, pero aun asi necesite atención médica por la pérdida de sangre.

 

Lo siguiente que recuerdo fue mi despertar luego del desmayo, cuando abrí mis ojos note que estaba acostado en una enorme cama, dentro de en un aún más enorme y elegante cuarto, no había ninguna entrada de luz, la ventana estaba cubierta por unas gruesas cortinas de terciopelo oscuro, había dos lámparas, una a cada lado de la cama y esas eran las que ahora me daban visión, no sabia que hora era, intenté incorporarme, pero de inmediato me maree, luego note que no estaba solo, a mi lado, un hombre obcervandome, Eric por supuesto, tenía la nariz, las orejas, ojos y boca sangrando, tenía una computadora en las piernas, claro el era un hombre ocupado.

 

-Por fin despertaste-parpadee varias veces, luego levante la enorme playera sobre mi cuerpo que aparentemente era lo único que traía puesto y que seguramente él se encargó de ponerme, dirigí mi mano a mi vientre y presione, estaba vendado, dolía.

 

-¿Donde estoy?

 

-Casi te mueres-cerró la laptop y la dejó a un lado

 

-¿Y?-le desvie la mirada-no te metas donde no te llaman

 

-Recuerda que eres de mi propiedad.

 

-No recuerdo serlo-me giré y le di la espalda

 

-Lo eres, en cuanto yo lo he decidido pasaste a serlo.

 

-¿Donde estoy?-repeti

 

-En mi casa

 

-Me largo a la mía-iba a intentar pararme de nuevo, esta vez no fue mi dolor el que me detuvo si no el mismo 

 

-Tu no vas a ningún lugar mocoso, te vas a recuperar aquí.

 

-¿A ti que mas te da? Largate con una de tus putas

 

-¿No eres una de ellas?

 

-No lo soy

 

-Estabas celoso-afirmó, me impulse con los brazos y conseguí incorporarme esta vez, lo mire a los ojos

 

-¿Porqué lo estaría?-hablaba del dia en el que le revente el golpe en la cara a la zorra en sus piernas-eres solo un cliente cualquiera y ya.

 

-¿Solo un cliente más?-se acercó a mis labios, sentí su aliento sobre los míos y desee ese beso insinuado

 

-¡Lo eres! Y no tenias porque interponerte en mi suerte, ¡debía morir!, te odio-empecé a llorar, él atrajo mi cuerpo al suyo y me abrazó, su rostro seguía sangrando, me beso la frente.

 

-Mein Kind-me acarició la cara y limpio mis lágrimas con sus pulgares-te dije que me interesabas, no voy a dejar que un puto camello te mate, no dejare que tu precioso cadáver termine en la sucia acera de un barrio pobre-me dio un beso en los labios, sentí el sabor metálico de su sangre nuevamente, entonces recorde que habia bebido anteriormente y que la habia derramado en mi herida

 

-Es a donde pertenezco-me separe de él y me senté-no juegues conmigo-le di un golpe en el pecho, debí darle cosquillas

 

-Que lindo-rió-¿Estás enamorado?-el calor subió a mis mejillas

 

-No lo estoy, yo no me enamoro, soy un objeto-me levante la camiseta, por el tamaño debía ser de él, me quite el broche de la venda y comencé a desenrrollarla

 

-Oh, claro que no, estas enamorado, enamorado de mí- mi corazón se aceleró de inmediato, agache mi mirada, me quite la venda y observe la herida.

 

-¿Y eso a ti que te importa bastardo?, ¡anda, búrlate de mí!-me toque la herida, tenia puntos, pero no era tan grande como la recordaba, ni tan profunda y el color no estaba mal, parecía ya en recuperación, me sorprendió un poco.

 

-Ya, no te alteres, se ve bien pero aún está sensible,deja que te vende otra vez y deja de tocarla

 

-¿Tu sangre me curo?-se encogió de hombros

 

-Dejaré que te quedes a mi lado mientras te recuperas-me miró con burla, yo a él con molestia.

 

-¿Quien dijo que quiero estarlo?, quiero ir a mi casa

 

-Eso no pasara, no quiero que te sigas drogando

 

-¡¿Y tu quien eres?!-grite

 

-El puto vampiro que salvó tu vida

 

-¿A mi que mierda me importa eso?, yo me quería morir, no vas a venir a decirme lo que debo dejar de hacer

 

-Estas conciente de que tienes un problema, no eres como otros adictos, ¿porque no corregirlo?, eres inteligente no pierdas éso.

 

-Si, estoy consiente pero no soy diferente, soy un puto adicto y mi amor no quiero salir de mi agujero, es más fácil estar ahí hundido que vivir en el mundo real, ¿tu que vas a saber hijo de puta?, no te metas donde no te llaman

 

-No seas necio…¡Lo harás y no puedes hacer nada contra mi palabra!- se enderezo y me abrazo, intente resistirme pero no pude-No quiero que te mueras-susurró, me quedé callado y cerré los ojos, correspondi al abrazo, ¿enserio le importaba?, no por ser el, a cualquiera, a alguien le importaba mi vida un poco, eso me movía el corazón, no sabía si era real pero me alegraba saber que una sola persona quizás estaba preocupada por mi, ese abrazo era solo para mi y por ese momento me sentí feliz.

 

-¿Porque estás sangrando?-pregunte en voz baja, quería cambiar el tema y me daba curiosidad.

 

-Ya ha amanecido, yo debería estar dormido, si permanezco mucho tiempo despierto de dia ocurre esto-me sonrio, yo, me abracé con fuerza a él, me hice daño en la herida expuesta pero no me importó, me sentía feliz, él estaba sacrificando un poco su cuerpo solo por mi.

 

-¿Estabas preocupado?-pregunte a sabiendas de que probablemente no respondería, era orgulloso, y si efectivamente no hubo un respuesta verbal, pero me abrazo y beso mi cabeza, lloré largo rato, eso era suficiente para hacerme realmente feliz.

 

-Te ingresare a una clínica de rehabilitación-rompió el silencio con esa afirmación, cerré los ojos con fuerza y no dije nada, no quería comenzar una discusión y lo mas seguro es que me llevara en contra de mi voluntad, seguí llorando un rato sobre su pecho, luego me percate que el se había dormido, me quede ahí junto al cadáver durante un rato, porque eso era, un precioso cadáver durante el dia, le bese los labios, Eric me había encerrado en su jaula de oro.


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