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Memorias de Christopher y de como conoció a Eric Sammet por AyameKiryu

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-¿Puedes poner tu mano en mi frente?, te estás enfriando y es agradable-sonrio y asi lo hizo-¿Como funciona?

-¿El qué?

-Ser un vampiro, me refiero a ¿que es lo que te pasaría con la luz del sol, o lo de la sangre, porque ya no estás tibio?

-¿Le contaré mis secretos a un crío?-se rio-si luego intentas matarme el estúpido seré yo.

-Estoy loco Eric pero a ti no te mataría

-Me disparaste sin dudar ni un poco.

-Bueno, no lo haría a propósito, eso fue un impulso y sabía bien que no te mataría, solo quería hacerte daño.

-Ok...veras-suspiró-me alimento de sangre como bien sabes, es lo único que puedo ingerir, si yo intentara comer otra cosa, el sabor sería como arena, mi cuerpo lo rechazaria por completó, y si por terco tragara algo, cualquier porquería que no sea sangre, me pondría muy malo de salud, mi organismo ya no acepta nada más, y bueno, mi sangre regenera rápidamente, si me hieren, la herida sanará en el acto, si la herida es profunda, necesito ingerir más para poder sanar, y si la herida es con plata, por alguna razón que desconozco, tardaria mas en recuperarse.

-¿Cómo mi cadena?

-Si y no, lo que tu me hiciste fue demasiado superficial, digo, si duele como el demonio, pero sana rapido, me refiero a balas de plata, cortes profundos, que quemen lugares grandes.

-¿Y los crucifijos, agua bendita y esas cosas?

-No soy el diablo por desgracia, y no estoy seguro que a él le afecten esas cosas, pero no, los crucifijos, me encantan, algunos son verdaderas obras de arte, iglesias, pinturas, estructuras, seria una lastima grandísima si no se me permitiera verlas solo por mi raza, el agua bendita, no podría hacerme menos daño que la normal.

-y ¿el sol?,¿ te convertirás en piedra si alguna vez te llega a dar el sol?

-No, el efecto del sol en mi sería freirme como carne en el asador, comenzaría por mi piel, como llagas, luego el resto, quedaría de este enorme cuerpo solo un charco de sangre y grasa-sonrío-¿Te gustaría verlo?-negué, se recostó por completo, yo me acurruque en su pecho, puso su mano en mi frente, era agradable.

-Y por lo que vi tu sangre no sólo es curativa en ti, también lo es con otros.

-Así es, pero guárdame el secreto, de por si hay un puñado de humanos que van tras nuestras cabezas, imaginate si supieran que tenemos un beneficio para ellos, no solo una amenaza.

-Son más fuertes que nosotros, como si les importara.

-Yo sí encantó, puedo con un ciento de ustedes sin hacer gran esfuerzo, incluso con cazadores, si me agarran emputado con muchísimos más, pero hay vampiros jóvenes que no serían un problema para capturar y experimentar en ellos-hice una mueca-no me gustaría que esta sangre maldita se use como veneno de serpiente, no somos un circo, por eso nosotros mismos, los viejos, los fuertes, nos encargamos de deshacernos de esos vampiros jóvenes

-¿Enserio?

-¡Claro!, mi cabeza no la busca nadie que no sea humano y eso por ser quien soy, a su vez no se meten conmigo porque llevan las de perder, con los vampiros ocurre que no nos importa, si ya llevamos tiempo aquí mantenemos nuestra distancia y ya esta, todo con respeto, en cambio, los nuevos vampiros que ni siquiera sabemos de donde salieron y andan por ahí pululando y quitándole la misticidad a nuestra raza, es mejor deshacerse de ellos y mantener nuestra población baja, nadie necesita vampiros inútiles regados por ahí, por eso nosotros mismos los matamos, o en su defecto cazadores humanos

-¡Wow!...y esos cazadores humanos ¿no van sobre de ti?

-No mi amor, se puede decir que hay cierto registró a través del tiempo donde ciertas cabezas son intocables, un "acuerdo de paz" por así decirlo, asi se evitan guerras entre criaturas como yo que obviamente seriamos vencedores y los humanos, seria una fatiga.

-Vale, guardaré el secreto….que manipulador

-Gracias, ¿pero porque?

-Tienen amenazada a la humanidad

-No creo que sea éso

-¿Y porque se expusieron?

-Tube mas de una decena de vampiros viejos encabronados por correr el rumor de que yo era un vampiro real, yo solo quería inflar mi ego, que el pinche cabecilla de una de las mafias más famosas que hay, realmente era alguien sobrenatural, un mito real rebasando todo, solo por éso, aunque los humanos si no ven no creen asi que seguimos siendo una leyenda...como los dioses, saben que existimos pero ¿realmente creen que lo hacemos, que estamos entre ustedes?, muchos piensan que soy un charlatan y eso solo hace mas conocido mi nombre, me encanta; al final todos continuaron con sus vidas, la mayoría escondiendo su identidad así que todo sigue igual masomenos y como te digo ese puñado de cazadores y sus distintas generaciones siempre han sabido de nosotros así que no hay problema con ellos.

-Puto egocéntrico

-Gracias de nuevo

-Es increíble-asintió-me pondré un piercing de plata en la lengua, imaginate como sentirás si te la mamo-hizo una mueca.

-Yo me recupero mocoso, pero si te atreves te castro de una mordida-me reí, cerré los ojos, me estaba dando mucho sueño con la medicina, me iba a perder rapido-ya te dije mis debilidades físicas…¿quieres saber la última?

-Si-me estaba ya perdiendo en el sueño

-Chris

-¿Mmh?-no lo había comprendido, creí que me estaba llamando, pero lo dijo por mi, mi nombre, ahora al recordarlo creo que me sonrojo, lo escuche reír y me acarició el cabello-déjame tu chamarra-le dije antes de caer dormido, quería su aroma conmigo cuando se marchara.

No se marchó, pasó toda la noche acostado conmigo, lo se porque era imposible no sentir que se iba ya que literalmente yo estaba encima de él, y sonara raro pero dejando de lado mi enfermedad, ese es uno de los recuerdos más felices que tengo de toda mi vida hasta ese momento osea hasta mis 13 años, yo acostado con Eric, un hombre del que me había enamorado que era guapísimo, sin ninguna cuestión sexual de por medio, solo ahí, en silencio y yo descansando, me parecía irreal.

El me despertó como a las 6am, movió mi cuerpo despacio, yo aferre mis manos a el, estaba cómodo.

-Mocoso tengo que irme

-No

-Chris, va a amanecer, si no quieres despertar en un charco de sangre y grasa déjame ir-abrí los ojos

-Esta bien-me baje de su pecho, el se bajo de la cama y se peino un poco, se arregló la ropa, lo jale del pantalón, se giró hacia mí y entendió mis intenciones, se agachó para besarme los labios, cerré los ojos, fue un beso suave y corto-te amo Eric

-Ya lo sé, toma tus medicinas y come ¿ok?

-Ajá

-Hablo enserio

-Ajá-me gire para estar más cómodo-¿Eric?

-¿Que?

-Me encanta como hueles

-A sangre y muerte, que rico.

-Imbécil, ¡damela!-de nuevo me gire de frente a él y le jale la chamarra, se rió, luego se agacho y me dio otro besito, me mordió los labios dándole un tirón al inferior, luego si se quitó la prenda y me cubrió con ella, sonreí, estaba feliz

-Maldito crío caprichoso, solamente porque estás enfermo, si cualquiera se atreviera a…-lo interrumpi

-¡Al parecer no soy cualquiera!-soltó una carcajada.

-Recuperate Klein Dämon-sonreí sin abrir los ojos-y quiero mi chamarra limpia, no te pajees con ella.

-No lo puedo prometer-abracé una manga, lo oí suspirar, luego se marchó.

Cuándo decidí levantarme me sorprendí al ver que en la mesita de la cocina estaban mis medicinas racionadas y también había comida, junto a esta había una nota y tambien habian 200€, quizas mas de lo que ocupaba, pero enserio no se imaginan lo feliz que me hacía tener a ese hijo de puta preocupado por mi y procurandome, la nota decía:

 

"La medicina está racionada, no te la tomes junta porque si eso no te mata lo haré yo, alimentate bien y no salgas de casa"

 

Me tome 3 dias para recuperarme, cuando ya me sentí mejor por fin, fui al bar, él no había regresado a ver como seguia y yo moría por verlo, no me fui vestido descubierto, aún me sentía un poquito mal, llevaba unos pantalones grises, tenis y un suéter rosado holgado, además tenía la chamarra de Eric encima, me llevaba varias tallas pero me encantaba.

 

Llegue como a las 5pm, yo sabía bien que el aun no estaba ahí, pero estaba aburrido, me meti al despacho, ya para nadie ahí era raro verme entrar y salir a libre demanda.

El despacho estaba ocupado, estaba ahí sentado frente al escritorio el hombre que me impidió huir de la casa de Eric la vez que me apuñalaron.

 

-¡Niño, hola!-me saludó con la mano, sonreía lo cual me desconcertó un poco-¿Qué haces aquí?, el no aparecerá hasta que el sol se oculte.

-Estaba aburrido y enserio, enserio queria verlo asi que se me hizo temprano-me senté en el escritorio a un lado de él, se rió.

-Te engatuso ¿verdad? ¿Enserio estás enamorado?

-Tch….yo no me enamoro, soy un prostituto, nuestros intereses son mutuos, tenemos sexo, me da dinero y ya-le desvie la mirada y me sonroje, apenas y había tenido sexo con Eric un par de veces y claro que estaba enamorado de él, pero no tenia porque enterarse todo el mundo, bueno, el hombre se burlo-¡yo no le veo lo divertido!

-Estas enamorado de alguien peligroso

-Ya te dije que no estoy enamorado, además ¿que si lo es?, yo tambien soy peligroso, además estoy feliz estando cerca.

-¿Te cuento un secreto?-me acerque más, con curiosidad y asenti.

-Es la primera vez que el señor Sammet deja a un prostituto correr libre por sus asuntos, no deja entrar a cualquiera a este despacho y mucho menos juguetear en su espacio-sus palabras me emocionaron, me sentía especial.

-¡¿Enserio?!

-Sí, además, él no suele repetir tan frecuentemente la compañía de una de las...bueno de las putas que le gustan y tu estuviste en recuperación bajo su tutela-ahora me puse frente a él, aun sobre el escritorio, hice sus papeles a un lado.

-¿Tu que eres de él?, ¿el a hablado de mi?

-Soy su contador, y el habla de negocios, yo solo te digo lo que he observado, ahora bájate de aquí que estoy ocupado-me baje pero me recargue a una lado.

-¿Que haces?-ahora fui y me le sente en las piernas, era guapo, también joven, tenía como unos 30 y algo años.

-Me encargo de sus cuentas, bajate.

-¿Puedo ver?

-No, y bajate-repitió-estoy ocupado

-Sólo miraré, no se nada de numeros asi que no te preocupes-me recargue en el y moví un poquito mi trasero sobre sus piernas, el me agarro de la cadera y le empujo con cuidado para bajarme de su regazo.

-No intentes insinuarte conmigo-sonrio de una manera amable-ya te habia dicho antes que yo no soy gay.

-Mmm, solo quería probar, además estoy aburrido y lo que me has dicho me hizo feliz así que quería corresponder…¿no quieres intentarlo?, puedes cogerme, no te cobraré.

-No-respondió a secas y comenzó a organizar los papeles que yo movi.

-Que aburrido

-Tengo familia niño

-¿Y?

-Respeto a mi mujer y a mis hijos

-¿Ella es guapa?-me mostró una fotografía en su billetera

-Tu dime.

-Lo es-desvie la mirada

-¿Porque esa cara?

-Estoy aburrido, te lo dije

-Entonces vete a casa o espera con paciencia, el llegara en una hora masomenos-no me gustaba ver familias felices, me daba mucha envidia, esa era mi molestia.

-¿Crees que yo soy lindo?-me recargue sobre mis brazos cerca de el.

-Lo eres, tienes una cara preciosa, si no no hubieras llamado la atención del jefe, pero también estás loco

-Pff, si tuviera un euro por cada vez que me lo han dicho-vale que sí, yo era un chico bonito, quizás lo flaco que a veces me ponía me quitaba puntos y también mi aspecto descuidado por las drogas, pero yo atraía miradas, mi piel blanca, ojos azules y grandes, cara perfilada, nariz respingada, mis dientes eran bonitos, mi pelo rubio, no era la gran cosa pero tampoco estaba nada mal y claro que aunque fingía que me disgustaba que lo dijeran, la verdad era que me hacían sentir por lo menos un poco bien, aunque si, decirme loco estaba de más.

-¿Como va tu herida?-me alce la playera, ya estaba mucho, pero mucho mejor, quedaba solo una pequeña rajada.

-Mejor-la toqué-tiene buen color y ya casi no me duele-lo había hecho sin segundas intenciones pero el me dio pie a seguir con mi acoso, se le había quedado viendo a mi cadera y yo lo malentendi-¿Te gusta?-mi ropa interior sobresalía de mis pantalones, era ropa interior de mujer, rosa pastel con algunos lazos y encajes, me desabroche los pantalones y los baje hasta mis rodillas, me los había puesto para Eric pero como dije, malinterprete su mirada y quise ver que pasaba-son lindos, ¿verdad?

-¿Cómo te llamas?

-Chris-se levantó y agarró el borde de mi pantalón, yo solo lo mire

-¿Cuantos años tienes Chris?

-13-el subio mis pantalones y los abrocho, Dios, creo que jamás me había avergonzado tanto en mi vida, enserio creí que ese tipo de ropa en unas piernas delgadas y blancas atraerian a cualquiera.

-Mi hijo tiene casi 9 años, dentro de 4 años el tendrá tu edad y no me gustaría que mi hijo de 13 años se desnude frente a un desconocido, mucho menos que le abra las piernas a cualquiera por una moneda, Chris, no me excita para nada ver a un niño exhibiendo su cuerpo, me da tristeza-me levanté, enojado conmigo, avergonzado, todos los adultos que yo había conocido eran una porqueria.

-¡Eres un mafioso!, que hipocrita.

 

-Soy un contador, yo no hago nada ilegal, si tu necesitas dinero para comida o ayuda puedes acercarte a mi, pero no para tener sexo, yo jamás me atrevería a tocar a un crío, sería como tocar a mis hijos y me parece algo horrendo-sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal...ganas de llorar pero no lo haría, mis mejillas estaban rojas.

-Cuando yo tenía 10 años mi papá abusó de mí-miré al suelo fijamente, lo odie hasta la muerte- el contador se acerco y acaricio mi cabello, luego me abrazó, lo aparte-si yo vuelvo a nacer, quiero un padre como usted-no supe ni lo que dije, apreté mis puños, me sentí de 10cm frente a ese hombre-yo...voy a esperar afuera-de la esquina del escritorio agarre una cajetilla de cigarros, luego me salí del despacho.

Me salí a fumar al estacionamiento, me sentía muy muy estúpido, avergonzado, no quería verle la cara a ese hombre nunca más pero me agradaba, desee haber correspondido el abrazo...un adulto bueno, que divertido, en fin, luego de un rato regresé al interior del bar, me puse a platicar con Charles, ere era el nombre del chico que atendía la barra, tenía unos 25 años, guapo y muy gay, me daba lo que yo queria porque sabia que estaba liado con su jefe y porque lo hacía reír aunque me miraba con algo de tristeza y eso nunca me ha agradado, la gente se podía meter su lástima por donde le cupiera 

Mientras conversábamos yo veía a los bailarines practicar, eran maravillosos, en eso una mujer con poca ropa de unos 24 años se acercó a mim

-¿El crio?

-¿La zorra?-hice una mueca disgustado, por cierto que ella era guapísima, se rió de mi comentario.

-Tranquilo mocoso, no te enojes, es solo que no había tenido la oportunidad de conocerte solo había oído hablar de ti.

-¿Que oíste?-la mire con odio

-Que tienes mal carácter, corta edad, eres mal hablado y agresivo, pareces un gato con rabia y que estas liado con el jefe.

-¡Si, ¿y?

-Nada, eres lindo pero, no te ves especial, solo eres un crío y ya, por cierto le rompiste la nariz a mi compañera

-No busco ser especial para ti así que me vale madres lo que vengas a decir perra, y si se la rompí fue su culpa-suspiro

-Uy, perdón, no seas grosero, solo creí que bueno...no eras un chiquillo no lo tomes a mal...no deberías agredir a otros, el señor Sammet elige a quien quiere, si intentas monopolizarlo solo conseguirás enemigos y saldrás lastimado, él es alguien peligroso.

-Es mi problema-volvió a reírse, no de una forma grosera-nos quedamos callados, yo fije mi vista en los bailarines de nuevo hasta que ella rompió el silencio otra vez.

-¿Quieres que te enseñe?

-¿A que?

-¿A subir tu culo ahí arriba y bailar así?-señaló a los chicos, la mire con cierta emoción

-¿Lo harías?

-Pues si, ¿cuantos años tienes?-me jalo de la mano hasta quedar frente a una plataforma, luego comenzó a estirarme los brazos y las piernas, yo era un poco flexible pero aun así era algo doloroso estirar.

-13

-Wow….pinche pedofilo-susurro y río-y ¿como te llamas?

-Christopher Gren...Sammet-se burló de lo lindo

-¿Sammet?, no mames

-Es cierto-frunci el seño algo disgustado-me adopto

-Ya veo...eres flexible-asentí; luego de calentar pusieron música y me estuvo enseñando varias cosas, movimientos de baile y a que intentara treparme al tubo, no era tan fácil, me agote y termine viéndola desde abajo, después de que le dije que fui adoptado por el vampiro no volvió a tocar el tema.

-¿Eres puta?-pregunte.

-No, solo soy bailarina, striper pero no me vendo...y tú no deberías

-No te metas, ¿me seguirás enseñando?

-Claro, si tu quieres…¿porque quieres aprender?

-A los hombres les gusta, quiero gustarle más a Eric...ademas odio mi cuerpo y el de ellos-señala a los bailarines-es magnífico, yo quiero ponerme así

-Chris, Eric Sammet es un conquistador de una noche, no te enamores, estas bien chiquito y te van a romper tu corazoncito

-¿A qué más puedo aspirar?, soy basura y el único hombre que se fijaria un poco en la basura aunque sea para divertirse un poco es un mafioso, lo que dure esta bien-me sonrió de medio lado.

-¿Puedes dejar de hablar mal de mi cariño?-Eric entró por la puerta principal-El crío sabe que no soy un chico bueno, vete a cambiar ahora, el bar está por abrir-su voz era de pura molestia, no estaba de buen humor, de inmediato se sentía su energía pesada, nos miró mal a ambos.

-¡Si señor!-corrió al vestidor, Eric se metió al despacho y yo fui tras él, mire el reloj, eran ya las 8pm.

-Si estás ebrio o drogado ni te me acerques, no estoy de humor.

-Hoy no he probado nada, lo prometo, estaba entrenando con la chica, pero si quieres que me largue me largo-no quería un golpe; se sentó frente a su escritorio-¿porque estas molesto?

-No es de tu incumbencia, ven-me acerque, me jalo de la pretina de mis pantalones e hizo que me sentara en sus piernas, luego me beso en la boca-¿Estas mejor?

-Si, gracias, ya me siento bien-me dio otro beso, cerré los ojos, me hacía feliz que lo hiciera pero también estaba nervioso, se veía estresado y era impredecible, me quede quieto, bajo sus manos hasta mi pantalón y me lo desabrocho, metió una de sus manos y me empezo a agarrar los testículos, me asuste, crei por un momento que me los iba a apretar.

-¡No mames!, espera-me beso el cuello y se río

-Estate quieto, no te voy a lastimar, son como dos pequeñas bolas antiestrés-se rió y yo lo secunde, que idiota.


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