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Buscando la belleza por OldBear

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Capítulo 10. La ira del jefe.

No solo Bucky y Wanda se quedaron dormidos sin poner la alarma, Stephen y Tony tampoco la pusieron. Terminaron el plan de negocios bastante tarde en la madrugada, y mientras dejaban que se imprimiera ambos se quedaron dormidos: Tony encima de su escritorio y Stephen en la cama, aunque en una posición entre sentado y acostado.

Los dos terminaron con dolor de espalda.

Normalmente su padre se levantaba temprano y él podría haberlos despertado temprano. Pero ese día Howard no había tenido que salir tan temprano y como se había desvelado leyendo, no se levantó hasta después de las ocho. Todo un record para un hombre tan madrugador como él.

Se despertó casi al mismo tiempo que su esposa, y casi como si tuviese un presentimiento sobre su hijo, decidió ir a su cuarto antes de vestirse él mismo.

— ¿Pero qué está pasando aquí? —casi gritó cuando vio aquella escena.

Tony levantó la cabeza casi como un resorte y tuvo un mini infarto cuando se fijó en lo tarde que era.

— ¿Qué hace Stephen en tu cama, Tony? —Tony no contestó mientras se encargaba de arreglarse, se sentía estúpido por no poner la alarma justamente el día que podía brillar en su trabajo. Howard se acercó al dormido Stephen y comenzó a moverlo— ¿Stephen que haces en la cama de mi hijo? Vamos, levántate.

—Ya déjalo tranquilo Howard—dijo María entrando al dormitorio envuelta en una bata— ¿no ves que ayudó a Tony con algo para su trabajo?

—Pero está durmiendo en la cama de MI hijo.

En eso Stephen se despertó y vio que Howard lo miraba con mala cara y María solo le ofrecía una taza de café. Entonces el mejor amigo de Tony hizo lo que siempre hacia, aceptaba las comidas de María e ignoraba a Howard, y salieron de la habitación para que Anthony se cambiara en paz.

La suerte de Tony fue que no había mucho tráfico ese día, así que pudo llegar antes de lo que esperaba. La mala suerte fue que su estupidez hizo que se cayera cuando iba bajando del autobús, y se lastimó bastante la rodilla, o por lo menos eso creía porque le costaba apoyar el pie al caminar.

— ¿Por qué hoy? —Decía mientras cojeaba lo más rápido que podía para acortar la distancia que le quedaba hasta llegar a Shield— ¿Por qué precisamente hoy?

Al menos nada le había sucedido a sus lentes que terminaron en el suelo con la caída.

Cuando llegó al vestibulo de Shield, Natasha le tendió un paquete que le habían dejado para Steve, y aunque la chica notó su cojera no le dio tiempo a preguntar, ya que Tony había casi corriendo al ascensor que se estaba abriendo en ese momento.

—Yo no puedo compartir un espacio tan reducido con alguien tan feo— dijo Loki, el hombre se subió rápidamente en el ascensor y evitó que Tony se subiera dándole un empujón hacia atrás. Oprimió el botón para que las puertas se cerraran y le dedicó una sonrisa.

“¿Por qué a mí?” pensó Tony con rabia contenida, y esperó a que el ascensor volviera a bajar.

Pensó que en cuanto llegara a su oficina y entregara el trabajo que tanto le había costado las cosas mejorarían, pero no, no mejoraron. Y quizás debió suponerlo cuando Sam le dedicó una mirada de angustia.

—Buenos días señor—dijo en cuanto entró a la oficina, no se esperaba ver a Steve casi echando humo por la cabeza claramente disgustado.

— ¿Buenos días? Buenas tardes querrá decir— dijo bastante fuerte— ¿O es que ha llegado el gran Tony Stark? ¿Cómo es su nombre? ¿Anthony, cierto? ¡Ha llegado al fin el gran Anthony Stark, el amo y señor de esta empresa!

Dio unos pasos hasta acercarse a Tony y se pegó a su rostro.

— ¿Sabes que entras a las 8? —Ante el movimiento de cabeza afirmativo del menor, Steve se encolerizó aún más— ¿Y sabes que maldita hora es?

—Déjeme explicarle…

—Explicarme dices. A ver ¿Amaneciste enfermo?

—No…

—Se te murió un familiar—dijo elevando las comisuras de la boca en una mueca bastante sarcástica.

—Eh… no.

—Te detuvo un policía, eso debe ser.

—No señor.

—Te peleaste a los puños con alguien.

—No.

—Exploto el autobús en que venias…

—No señor.

— ¡Entonces te secuestraron!

Tony no podía negar que estaba al borde de las lágrimas, se sentía sumamente pequeño ante los gritos de su jefe.

—No señor.

— ¡¿Entonces qué?! Maldición—Steve se frotó la cara bastante fuerte con ambas manos, incluso se olvidó que traía los lentes puestos— ¿el trato que te he dado no es justo? Supongo que me merezco un poco de respeto.

Tony quería hablar, necesitaba explicarse, pero si habría la boca estaba seguro de que le saldrían las palabras cortadas. Steve siguió gritando, aunque se notaba que intentaba calmar su ira sin éxito

»Entra a tu oficina y localízame a James en donde sea, porque ni el asistente ese, Wilson, lo encuentra. Y también búscame a la otra estúpida que tengo de asistente, a Wanda. ¡Aunque quizás el estúpido sea yo! —Gritó asustando a Tony—. El estúpido debo de ser yo por rodearme de este grupo de irresponsables.

Tony ahogó el llanto y caminó derecho a su oficina. No sabía cómo iba a localizar a Bucky y Wanda, pero necesitaba alejarse un momento de Steve puesto que sentía rabia y los ojos llenos de lágrimas que no quería derramar frente a aquel hombre.

Cuando entró en su pequeña oficina y cerró la puerta su celular vibró. Era su papá que lo estaba llamando. Tony sopesó la posibilidad de no atender la llamada, pero su padre se ponía bastante insistente cuando no le atendía el celular, así que decidió atender.

— ¿Si papá?

— ¿Tony? Hijo, es que me quedé en tu cuarto y vi que hay unas hojas que dejaste, y pensé que quizás las necesitabas y yo te las podía llevar.

Tony sabía que hablaba de unas hojas importantes, pero había guardado las copias en el USB que tenía y no las necesitaba.

—No papá, no las…

— ¡Anthony! —Gritó Steve abriendo la puerta de la pequeña oficina de su asistente— ¡Dime que ya estás hablando con Bucky maldición!

— ¿Quién te está gritando Tony? —preguntó su papá a través del teléfono, había escuchado el grito de su jefe. — ¿Es tu jefe? ¿Te está gritando el malnacido de tu jefe?

Si su padre decía una grosería de ese tipo, la cosa se ponía fea.

—No papá no—intentó decir.

— ¿Con quién habla? —preguntó Steve frunciendo el ceño.

—Con nadie—dijo Tony

—Pásamelo, pásamelo—escuchó Tony que dijo su padre—. Pásamelo para darle su merecido a ese riquillo. Es más, iré para allá, espérame allá. Le daré una lección a ese riquillo de la…

Tony no le dejó terminar y cortó la llamada cuando vio que detrás de Steve aparecía Bucky con el cabello húmedo y una cara de cordero que va al matadero, seguido de una Wanda en las mismas condiciones. Steve se dio cuenta de la presencia de ambos y salió de la pequeña oficina de Tony para encararlos.

—Este trabajo parece un castigo—susurró Tony cuando le dejaron solo, aunque escuchaba claramente los gritos e insultos de Steve hacia Bucky y Wanda.

Se enteró perfectamente que esos dos habían amanecido juntos, y que Wanda llegó con las manos vacías. También se enteró de que ninguno atendía la llamada porque a Maximoff se le olvidó el teléfono en su casa y a Bucky se le apagó el celular. Se habría alegrado bastante de no ser porque aún seguía alterado por los gritos de su jefe y por qué la rodilla le estaba doliendo horrores. Incluso su pantalón se estaba humedeciendo un poco en esa área, lo que indicaba que estaba sangrando. Por suerte era un pantalón negro y no se veía la mancha.

Su celular volvió a vibrar y nuevamente era su padre. En cuanto contestó el teléfono casi se muere cuando su padre dijo:

—Tony, baja, estoy aquí. Subiré contigo donde tu jefe para decirle como debe de tratar a alguien como tú.

¿Cómo demonios su padre había llegado tan rápido? 20 minutos era lo que había pasado desde que lo llamó.

Mierda

Mierda

Mierda

Era lo único que podía pensar, salió de su oficina intentando ocultar su cojera, Steve no le prestó mucha atención pues seguía discutiendo con Wanda y Bucky; principalmente discutía con Bucky e insultaba a Wanda, así que se dirigió al ascensor.

— ¿Ey, que te sucede en el pie? —preguntó Sam cuando lo vio cojeando.

—Es solo un pequeño golpe en la rodilla—dijo sonriendo y se perdió entre las puertas del ascensor.

Cuando lo vio, quiso morirse, su padre estaba armando escándalo en la recepción con Natasha.

—Papá—exclamó tomándolo del brazo y sacándolo del edificio lo más lejos posible. Ni siquiera entendía como el estúpido portero le había dejado entrar.

— ¿Por qué estas cojeando? —exclamó su padre, enfureciéndose aún más.

Convencer a Howard Stark de algo era una tarea difícil, y más si eso se trataba de su hijo. Howard claramente había escuchado como Steve le estaba gritando a su hijo, y nadie, absolutamente nadie, le gritaba a su pequeño. Pero de alguna forma Tony logró convencer a su papá de que Steve no le estaba gritando precisamente a él, sino a alguien más, pero que de cualquier manera hablaría con su jefe si llegaba a gritarle. Howard cedió ya que se le había hecho verdaderamente tarde para ir a trabajar, y se fue diciéndole a Tony que si volvía a escuchar la voz elevada de Steve cerca de Tony, él dejaría ese trabajo de inmediato.

Cuando subió de nuevo a la oficina de presidencia, Steve lo esperaba solo y con los brazos cruzados.

—Te estaba esperando—dijo el mayor con seriedad.

Tony pensó que sería buen momento para darle el trabajo que había hecho.

—Ah, yo quería…

—Voy a tener que prescindir de sus servicios—dijo Steve interrumpiendo a Tony—. Es lógico que no puedo tener dos asistentes si ninguno sirve para nada y, aunque quizás la otra sea peor que usted, estoy obligada a tenerla por Sharon, lo siento.

Ok

Mierda

¿Por qué a mí?

Stark sabía que estaba en la cuerda floja, pero no se estaba esperando que lo despidiera ese día. Tony no dijo nada y entró a su oficina para dedicarse a recoger sus cosas, vio el plan de negocios encima de su escritorio, en verdad que pensó destruirlo y no entregárselo a Steve, pero luego se retractó. Aunque habían sido los días más caóticos de su vida laboral, tenía que admitir que sí le agradecía a Rogers el hecho de haberlo aceptado en primer lugar. Tenía mucho buscando, y Steve le dio la oportunidad que tanto había deseado, aunque durara poco tiempo. Quizás el plan de negocios esa su forma de darle las gracias. Se dirigió con la carpeta en la mano hacia el escritorio de su jefe y se la tendió.

—Sé que las excusas no valen mucho pero… me retrase porque estaba haciendo esto.

Dudando, Steve tomó la carpeta y la abrió, y le fue dificil creer lo que estaban viendo sus ojos. Tony volvió a su pequeña oficina para terminar de guardar sus cosas, Steve revisó con rapidez los papeles que tenía. Era un trabajo excelente, con anotaciones bastante precisas e inclusive en una hoja estaba señalado uno de los problemas que ni él ni Bucky habían podido encontrar el día anterior.

Tony salió con sus cosas y en cuanto Steve lo vio se levantó de un golpe del escritorio y lo abrazó.

—Gracias, gracias.

Ok, ese contacto físico era por demás extraño para Tony. Su jefe parecía estar dando grandes señas de bipolaridad porque había pasado de insultarle, a despedirlo, a abrazarlo. Aunque no podía negar que disfrutó del abrazo, pues Steve olía bastante bien.

— ¿Tu hiciste todo esto? —Steve no tuvo que pensarlo mucho, lo del plan estratégico era imposible que hubiese sido hecho por Maximoff. No esperó la respuesta del otro cuando lo vio con sus cosas al hombro— ¿A dónde vas?

—Ya me voy—respondió bajando la cabeza—recuerde que me despidió.

Por un momento, Steve se vio apenado.

—Sí, escucha, a veces tengo explosiones así. — Carraspeó un poco— No estás despedido, al contrario, debo disculparme contigo.

—No lo necesita—dijo, ya no estaban abrazados pero si un poco cerca y se estaba sintiendo bien incómodo. Solo quería alejarse un poco—. Yo creo que lo mejor será que me vaya de aquí en verdad, me han abofeteado, insultado y despedido en menos de una semana.

Steve lució aún más apenado, eso sonaba bastante mal, y entendía si Tony quería irse, pero viendo lo bien hecho que estaba el plan de negocios no podía dejarlo ir tan fácil.

—Mira, creo que te dije lo mismo hace unos dos días, pero en verdad necesito que te quedes. Fui bastante grosero y me disculpo, intentaré que las cosas mejoren.

¿Qué hacer? Pensó Tony, si bien ese lugar era bastante pesado para su salud mental —y física— en su casa necesitaban el dinero. Y su padre iba a cambiar el auto contando con él. Suspiró y cedió. Steve le sonrió y le dijo que se fuera a comer y más tarde podían discutir del plan de negocios, Tony aceptó.

 

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Con todo lo que había pasado ni siquiera se dio cuenta que ya era más de medio día, entre tantos gritos hasta el hambre se le había quitado. Salió de la oficina pensando que antes de ir a comer, debía pasar por una farmacia y conseguir algo para limpiar la sangre de su rodilla, y algún calmante quizás, pero Sam lo detuvo.

— ¿Qué tienes en el pie?

—Nada, es solo que tropecé y me di un pequeño golpe en la rodilla.

Sam se agachó y tocó superficialmente a Tony en la rodilla, el menor emitió un sonido de dolor y Wilson notó que sus dedos se mancharon ligeramente de sangre.

—Pero si estas herido.

—No es nada en verdad.

Sam no le hizo caso y le explicó a Gamora la situación y tiró a Tony con fuerza hasta el baño de hombres.

—Gamora le dirá a Quill y el vendrá con el botiquín—explicó Sam simplemente.

En menos de dos minutos estaban en el baño Tony, Sam, Clint, Thor y Quill. Natasha y Gamora iban a entrar como casi siempre hacían —aunque fuera de hombres— pero como Steve había estado gritando toda la mañana querían ahorrase alguna reprimenda.

El baño del pasillo del sexto piso solía utilizarse poco. Steve y Bucky tenían uno propio cada uno y Sharon no solía estar en su oficina, sino más bien en otras empresas y almacenes, así que por lo general el baño de hombres era una especie de “cuartel” donde se reunían cuando tenían que decirse algo que no podía esperar a la hora de comer y era demasiado bueno para decirlo por el chat en conjunto que tenían.

Ya les habían llamado la atención a Gamora y Natasha por encontrarlas en el baño de hombres, pero ellas volvían a hacerlo vigilando que nadie las viera. Pero, como en verdad no querían enfrentarse a la furia de Steve, solo los chicos ayudaron a Tony en esta ocasión. Le hicieron quitarse los pantalones y mientras Sam lavaba la pequeña mancha con cuidado, Thor limpió la herida con el botiquín que Quill había conseguido. Quill y Clint solo se dedicaron a mirar y hablar del tema. Por su parte Tony pudo sentirse mejor, se estaba sintiendo incluido.

 


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