Capítulo 11. De Donas y princesas…
Tony se apresuró a terminar de comer, pues sabía que Steve seguramente lo estaba esperando para que le explicará con detalle acerca del trabajo que había hecho. Además se había tardado bastante ya que sus nuevos compañeros querían que les explicara que había sucedido esa mañana con el presidente de la empresa. En esta ocasión Natasha estaba comiendo con ellos también, y terminó contándole a todos como se había caído y lastimado la rodilla. Eso también le llevó a contarles —por mucha insistencia por parte de Clint y Quill— el por qué se había bajado rápido del bus por que llegaba tarde; que llegaba tarde por que no puso la alarma y se acostó tarde; y que se acostó tarde — o se quedó dormido—porque tuvo que hacer un plan de negocios a Steve.
Quill le sacó toda la información acerca de los gritos de Steve, ya que los había escuchado casi todo el edificio. Sam ayudó a contar la historia, pues a él también le habían gritado por no poder localizar a Wanda y Bucky. Sólo Thor y Natasha vieron la pequeña frustración en la cara de Wilson cuando explicó por qué el vicepresidente y la pelirroja habían llegado tarde y juntos: él sabía que Wanda le había pedido ayuda con el trabajo, y claramente se quedaron haciendo otra cosa.
—Se nota que Wanda solo está en la empresa por sus piernas—dijo Quill riendo, y esa frase no le agradó a ni a Sam ni a Tony.
Tony decidió adelantarse a los demás y llegó rápidamente a Shield para subir hasta el sexto piso. Bucky y Steve estaban en la oficina del último, habían pedido a la cafetería que les llevaran algo de comer y se veían enfrascados discutiendo algo acerca de los gastos de transporte.
— ¡Tony! —dijo Steve en cuanto lo vio, el presidente se levantó de su silla y fue hacia el para palmearle el hombro—. Debo decir que te luciste, todo está bien planteado y estructurado.
—Y las anotaciones que hizo—agregó Bucky, y Steve asintió dándole la razón. Ninguno de los dos se había esperado algo tan bien hecho de un simple asistente.
—Lo hemos estado leyendo—dijo Steve mientras conducía a Tony a su escritorio y le hacía sentarse en una de las sillas —, pero nos gustaría que nos explicaras con tus palabras el error que lograste ver.
—Lo que pasó que no aumentaron los gastos financieros acordé con el incremento de la producción —empezó Tony obteniendo toda la atención de los otros dos—, solamente los aumentaron un 7.5% cuando debieron aumentarlos un 18%. Al no tener en cuenta esa diferencia, no tuvieron en cuenta el incremento general del endeudamiento de la empresa.
— ¿Me estas queriendo decir que tendríamos que volver a replantear la propuesta? —preguntó Steve, y vio como Tony asintió tímidamente—No, no. Yo no puedo hacer eso. Eso sería echarme para atrás frente a la junta directiva, T´Challa terminaría siendo presidente en menos de dos minutos. Debe de haber otra forma.
—Deberíamos pedir asistencia a algún financiero para que nos ayude a ajustar la propuesta—suspiró Bucky, terminando lo último que quedaba de lasaña en su plato —. De una forma u otra nos tocara ajustarla.
—Pero necesitamos a alguien de confianza, no podemos andar diciéndole a cualquiera este problema que tenemos. Y debe ser rápido, T´Challa me escribió que quería una reunión con nosotros mañana temprano —. Steve se retiró los lentes y se frotó la cara en clara desesperación.
—Yo puedo ajustar el plan de negocios a las metas de la propuesta
Steve levantó el rostro y Bucky se acercó a Tony con interés.
— ¿Tu puedes hacer eso? —preguntó, el chico estaba resultando ser más inteligente de lo que se había imaginado.
Tony asintió.
—Solo necesitaría variar las cifras, bajar algunos costos, quizás bajar en materia prima y en producción.
Steve asintió.
—Ponte a trabajar en eso y en nada mas, cualquier cosa que surja tienes la autoridad para decirle a Wanda que lo haga. James y yo iremos a revisar los locales comerciales, porque necesitamos ver bien lo de la reducción de costos.
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T´Challa entró al edificio con rapidez. El gerente ejecutivo de Shield, Erik Killmonger, le había mandado un mensaje diciendo que tenía una idea acerca de cómo sacar a Steve de la presidencia rápidamente, y él no perdería tiempo en saber acerca de que se trataba.
Killmonger era una especie de infiltrado para él, aunque era algo que Steve claramente sabia, pero que no podía hacer nada contra eso.
La oficina del gerente ejecutivi estaba en el quinto piso, y Clint lo recibió con una amable sonrisa, pero a T´Challa ninguno de esos estúpidos asistentes le interesaba en lo absoluto, así que sin devolverle el saludo si quiera entró en la oficina donde Erik ya lo estaba esperando.
— ¿Qué paso con el análisis? —preguntó antes de que Erik pudiese saludarlo u ofrecerle algo.
—Para hacer un resumen—dijo, estaba acostumbrado a la forma ruda de T´Challa— está muy mal hecha la proyección que hicieron Rogers y Barnes, tienen un desfase financiero y eso hace que toda la propuesta se caiga. ¿Le pido un café?
—No—dijo sin dejar de analizar sus opciones—yo programaré una reunión con Steve y ese inepto de Barnes, quiero que estés presente en la reunión.
— ¿Yo? —estaba visiblemente incomodo con esa idea—Steve sabe que yo te rindo cuentas a ti, pero si estoy presente en esa reunión seria como declararle la guerra directamente, y él es el presidente.
—Pero si tu análisis es correcto dejara de ser el presidente en un segundo, y como mi propuesta es bastante sólida nadie me pondrá ningún pero —. Hizo un gesto con su mano quitándole importancia al asunto—. Y tú te convertirás en mi mano derecha.
Killmonger tuvo que aceptar sin quererlo realmente y sin despedirse, T´Challa salió de la oficina para ir a buscar a Steve y recordarle la cita del día siguiente.
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El cansancio en Tony era bastante grande. Cuando hizo el plan estratégico se tuvo que quedar hasta tarde en la oficina y llegó a su casa exhausto, y esa anoche no había dormido nada haciendo el plan de negocios, y lo poco que durmió, dos horas quizás, fue encima de su escritorio, así que tampoco había aprovechado demasiado esas horas. Por eso ni siquiera se dio cuenta cuando fue cerrando levemente los ojos y su cabeza terminó sobre el escritorio.
Steve y Bucky habían salido a ver unos negocios, por lo que no se escuchaba ningún ruido desde la oficina de su jefe, el teléfono no sonaría puesto que Wanda no le pasaría llamadas y el cansancio lo hizo quedarse profundamente dormido mientras ajustaba el plan de negocios a las metas de la propuesta.
Tuvo un sueño bastante extraño, bizarro en todo el sentido anglosajón de la palabra. Comenzó a soñar que estaba en un bosque, rodeado de pequeños animalitos al estilo princesa de Disney y oh, cuál fue su sorpresa al darse cuenta que traía un vestido ¡un vestido igual al de blanca nieves!
— ¿Por qué tengo puesto un vestido? —preguntó en el sueño.
A su lado solo veía pequeños pajaritos que se le acercaban y cantaban alegremente. Uno pequeño, de color morado, se posó en su cabeza, y cuando Tony intentó tocarlo se dio cuenta que también tenía un pequeño moño en su pelo.
— ¿Qué es todo esto? —preguntó a los pajaritos.
Y de repente sintió unos movimientos en un arbusto, antes de que llegara a asustarse salió lo que debía de ser un príncipe —porque estaba vestido igual que uno— encima de un hermoso caballo.
— ¿Pero qué…?
El hermoso príncipe —era muy guapo— se bajó del caballo, y no notó que traía una caja entre las manos hasta que se le acercó y se la tendió.
— ¿Una caja de donas? —preguntó Tony cuando la abrió, el príncipe le sonrió y él notó que era demasiado parecido a Steve Rogers.
Una caja de donas.
Un vestido de princesa.
Un Steve sonriente.
Lógicamente aquello era un sueño ¿cierto?
En eso sintió como el príncipe Steve se le fue acercando lentamente, ¡lo iba a besar!
¿Debía besar a Steve aunque fuera una versión Disney?
Quizás no era lo correcto, pero no podía negar que algo le decía que lo hiciera. Se preparó para recibir el beso, cuando de repente todo se volvió gris, y el viento azotó tan fuerte que tuvo que sostener su vestido de princesa para que no se le levantara. No estaba seguro si tendría ropa interior de princesa o de príncipe, y no quería averiguarlo.
—Ha llegado la bestia—exclamó el príncipe-Steve cubriéndole con su cuerpo—yo te protegeré del malvado.
El viento era tan fuerte que le agitaba el cuerpo, hasta que abrió los ojos en la vida real y se dio cuenta de que no era el viento, era T´Challa que intentaba despertarlo agitándole un hombro.
Se levantó avergonzado y disculpándose.
—Hasta que por fin despierta—dijo T´Challa claramente malhumorado—. En este armario es que vienen los empleados a dormir supongo.
—No señor, esta es mi oficina.
— ¿Esto una oficina? —Dijo mirando alrededor— Un calabozo quizás, si te vieran los de derechos humanos Steve tendría demasiado que explicar. Aquí no hay ni ventilación. Pero bueno, a lo que vine. ¿Sabes dónde está Steve? O se fue después de que te durmieras.
—Yo estaba despierto, nunca antes me había quedado dormido.
—Sí, de eso me doy cuenta—dijo con una sonrisa sarcástica—al parecer Rogers solo te contrató para que durmieras en su ausencia y me golpearas con las puertas. Supongo que para nada más.
—Yo…
—Yo solo vine a confirmarle a Steve que mañana tengo una reunión con él a las 9 para revisar el plan de negocios. Le escribí por mensaje antes, pero sé que la pequeña mente de nuestro presidente no capta demasiadas cosas. Si no se queda dormido de nuevo avísale para que no se le olvide
—Si doctor…
—Y tranquilo, siga durmiendo —sonrió forzosamente antes de salir—disculpe por haberle despertado.
Tony no podía tener más vergüenza viendo como T´Challa se alejaba, se quitó los lentes para frotarse la cara y decidió llamar a cafetería para pedir un café bien cargado y de paso, una dona. El sueño de la princesa lo había dejado con antojo.
Cuando Steve volvió con Bucky y le preguntó acerca de cómo iba el trabajo, tuvo que contarle lo cansado que estaba y le pidió irse a casa temprano para descansar, prometiendo que lo tendría listo a las 7 de la mañana antes de la reunión que tenían con T´Challa. Steve no pudo negarse cuando lo vio bostezar, y pensó que en esa semana quizás había abusado demasiado de su pequeño asistente. Así que le despidió rezando a quien lo escuchara para que a la mañana siguiente Tony llegara con el trabajo hecho, de eso dependía su cuello.
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Cuando Steve y Bucky se quedaron solos, el vicepresidente le contó su nuevo problema a su amigo. Wanda se la había pasado el día entero pegada al vicepresidente, contaba con que la noche que habían pasado juntos era una prueba de que eran “novios”, cosa que claramente Bucky no quería ni tenía entre sus planes, pero no sabía cómo decirle a la chica. Era por eso que antes de irse le pidió un favor a Sam. Wanda quería que se fueran juntos a su casa para pasar la noche, pero Bucky le pidió a su asistente que le llamara a una hora especifica —que sería cuando estuviera frente a la pelirroja— y el inventaría que era una llamada familiar y que tendría que resolver algo. No era la primera vez que a Wilson le tocaba llamarle y esperar en la línea mientras su jefe hablaba solo inventándose una historia para salirse con las suyas. Y en cierta forma, a Wilson le agradaba saber que su jefe se estaba librando de Wanda.
Y Maximoff tuvo que aceptar que se iría esa noche sola, pero estaba jurando que Bucky no se le escaparía de las manos. Le había llegado la carta del banco acerca de su tarjeta de crédito, debía pagarla ya y sus gatos no le dejaban reunir el dinero para hacerlo. Sabía que si atrapaba a Bucky podía volver a tener la vida de rico que tanto le gustaba.