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Buscando la belleza por OldBear

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Capítulo 22. Todo pasa de noche

Cuando terminaron con los bancos y volvieron a Shield era poco más de medio día. Steve almorzaría con Sharon, Bucky y Loki en la sala de juntas ya que tenían bastante cosas de las que hablar con el lanzamiento de la próxima colección de ropa y accesorios tan cerca.

—También tú almorzaras con nosotros, Tony. Quiero que estés presente en la junta.

No solo la idea de almorzar junto a Sharon y Loki era bastante desagradable para no querer hacerlo, tambien estaba la cita que tenía con Crimson para la hora de la comida. Cita la cual no podía comentar con su jefe, debido a la discreción que le había pedido Cowl.

—Yo tengo un compromiso ya señor—se excusó sin dar demasiados detalles —. Espero que no le moleste que almuerce fuera.

—Oh, —soltó Steve, no se esperaba esa. Debía recordar que Tony también hacia planes en las horas designadas de descanso como lo era el almuerzo—por supuesto. Pero en cuanto vuelvas nos reuniremos para hablar de los insumos, todavía no hemos visto esa parte y debemos resolverlo lo más pronto posible.

Tony asintió y acordó que estaría de vuelta en Shield para antes de las dos y media. Se dispuso a esperar que Cowl le mandara la dirección, pero en su lugar le envió un mensaje cambiando de planes.

Crimson Cowl: te recogeré a una esquina de Shield diez minutos antes de la una, frente a la joyería.

Tony no entendió el cambio de planes pero lo aceptó. Decidió que esperaría en la recepción hasta la hora indicada y mientras bajaba avisó por el grupo de WhatsApp a sus compañeros que no comería con ellos en el Helicarrier.

 

 


 

 

Wanda estaba enojada por una sencilla razón: ese día todo le estaba saliendo mal. Primero fue chantajeada por T´Challa temprano en la mañana; luego pisó un chicle con sus tacones favoritos y no se despegó. Se le enredó el pelo en la pulsera de una modelo cuando subía por el ascensor y ahora, como Sharon estaba comiendo en la sala de juntas, ella tendría que ir a comer sola. El problema era que Sharon la invitaba a comer a restaurantes elegantes para que Wanda no tuviese que comer en un lugar como el Helicarrier junto a la muchedumbre de empleados. Así que ese día cada vez iba de mal en peor.

Decidió subir a su auto y buscar un lugar que no fuera tan caro como los lugares a los que Sharon la llevaba, pero no una pocilga como a donde iba el club de los raros. Aceleró esperando encontrar algo rápido, moría de hambre. Girando en la esquina vio un hombre muy apuesto y no pudo evitar desacelerar para apreciarlo.

—Pero si es el muñeco de Crimson Cowl—susurró para sí misma. El hombre estaba en la otra acera y no la había visto, Wanda estuvo a punto de acercársele y hacer que el hombre la invitara a comer como algunas veces había hecho, cuando vio que Tony se le acercó— ¿Y que hace ese niño feo con Cowl?

Teniendo un presentimiento sacó su teléfono y le tomó una foto a ambos. Vio cómo se saludaron y Tony se subió al auto del otro.

—Quizás a T´Challa pueda interesarle esta foto…

 

 


 

 

Le Zatanna era más elegante de lo que se había podido imaginar. Cowl lo llevó hasta una mesa y ordenó una cara—lo suponía por el nombre en francés— botella de vino.

—Me gustaría saber por qué tanto misterio con eso de no contarle a nadie de esta reunión.

Tony acomodó sus lentes, y el mesero vertió el vino en las copas ante la aprobación de Cowl.

—Siendo directos, así me gusta. —Sonrió Cowl acomodándose en la silla— Como te dije ayer, Telas Ultron tiene mucho más que ofrecer a parte de telas. Tenemos todo tipo de insumos y sabemos que tu jefe, Rogers, está reduciendo costos. ¿Pudiste ver nuesstra mercancia?

—Sí, vi el catálogo que me dio—admitió mientras asentía.

—Tenemos mucho que ofrecer, y me gustaría contar con tu colaboración. Me fijé que Rogers firma casi sin leer lo que tú le das. Tú conoces los precios de nuestros competidores, lo que tú dices, Steve lo escucha y se nota que lo toma como ley. Además también giras los cheques según escuché, y todo ese poder que tienes nos sería muy útil.

Hizo una pausa cuando el camarero regresó con unos apertitivos que Crimson había ordenado. Tony ni siquiera tocó lo que pusieron delante de él, concentrado como estaba en entender el rumbo de aquella conversación.

>>Tu podrías convencerlo de que nos elija a nosotros, incluso podríamos mejorar la oferta que les demos.

¿Crimson le estaba pidiendo que engañara a Steve para que los eligiera a ellos? Tony frunció el ceño, sintiendose ofendido por un momento.

—Disculpa, pero todo eso de lo que estás hablando no es muy ético. No creo que pueda ayudarte con eso.

Crimson sonrió, el chico era aún más ingenuo de lo que se veía.

—Quizás no me entiendas, no sería un favor, sino más bien un servicio, y por supuesto, te pagaríamos una comisión por cada negocio que nos ayudes con Shield.

¿Me está sobornando? pensó, sintiéndose aun mas ofendido todavia.

— ¿Quieres sobornarme?

—No lo consideres un soborno, —Cowl levantó su copa e hizo girar el liquido en una vuelta antes de tomar un sorbo—. Es solo una búsqueda de comisión.

“¿Acaso cree que soy estúpido?”

—Sí es un soborno, y no es nada ético. —Tony estaba molesto ¿acaso Crimson pensaba que podría engañarlo?— No puedo darle información de competidores, ni tampoco engañar a mi jefe para que prefiera su marca.

Crimson colocó la copa en la mesa y rebuscó en el interior de su saco hasta encontrar un papel con un número escrito. Se lo tendió a Tony y esperó hasta que este lo tomara.

—Piénsalo, tu comisión sería de un porciento de los tratos con Shield, estamos hablando que podrías ganar cifras de seis dígitos. Incluso, bajaríamos los precios hasta un 10%, se te haría mucho más fácil convencer a Steve y no se vería afectada tu comisión.

No pudo negar que el numero escrito en el papel le hizo abrir los ojos de la sorpresa. Solo veía esas cantidades en las entradas de Shield, pero jamás se habría imaginado recibir tal suma de dinero.

—Señor Cowl…

—Digo yo, —le interrumpió Crimson— este tipo de… entrada extra, cae bastante bien en casa. Tú pareces ser un chico humilde, sin auto y con un sueldo de asistente. Tengo contactos, y me han dicho que solo te pagan lo mismo que a cualquier otro asistente.

Entrecerró los ojos por un momento, preguntandose que clase de contacto le había dado aquella información.

—El señor Rogers me aumentará el sueldo.

—Ya… ¿y ya lo hizo? De todas formas, dudo que lo que te vayan a pagar se acerque a la cifra que te estoy ofreciendo.

Tony apretó los labios y se levantó del asiento, su expresión le decía a Cowl lo que ya sabía.

—Permiso.

—Aún no hemos comido, no te vayas.

—Se me ha quitado el hambre, —dijo de forma cortante— así que me retiro.

—Piénsalo, es mucho dinero el que obtendrás por solo hacer una pequeñez—dijo Cowl antes de que el chico saliera del restaurante.

Decir que aquello no era una oferta atractiva era mentir, y más recordando la situación que estaban atravesando en su casa. Regresó a Shield con la propuesta de Crowl aun rondando en su mente.

Debía olvidarse de eso ¿o no? Esa propuesta no era nada ética, y sus padres le enseñaron muchos valores como para hacer algo así.

“Pero tu padre se acaba de quedar sin trabajo, si el ve que llevas suficiente dinero a la casa, podría descansar y despreocuparse”

Llegó a la empresa casi en automático, aun con la conversación del restaurante dando vueltas en su cabeza, así que le tomó de sorpresa el ver a Clint de pie a su lado en el pasillo del sexto piso.

—Tony— El hombre estaba junto a Quill, y ambos parecian verlo extrañados.—te hemos estado buscando. Te traje todos los papeles de mi antiguo jefe, los proveedores a los que hay que girarles los cheques, la correspondencia y las cotizaciones.

—Gracias. —dijo intentando reponerse, la propuesta de Crimson le tenía abrumado. —los revisaré más tarde.

—Oye, los chicos queremos saber si vas a traer a Stephen a la fiesta de navidad—preguntó Quill comiéndose una manzana.

— ¿A Stephen?

—Si—respondió Clint—así es que se llama tu novio ¿o no? Stephen Strange.

Tony recordó de pronto la mentira que había dicho el día de la lectura de cartas. Desde entonces el grupo solo quería conocer al pretendiente de su compañero.

—Sí, se llama Stephen, pero ya les dije que no es mi novio.

—Ya, pero si te desvives por él, tienes una cara de enamorado que no te la quita nadie. —mencionó Clint como si fuese obviedad.

—No—corrigió Peter—más bien tiene cara de que está loco por que Stephen le dé hasta encima de una mesa…

— ¡Quill! —chilló Tony escandalizado.

Peter casi se atraganta con la manzana cuando empezó a reír, y Clint tampoco pudo controlarse. Por suerte no había nadie mas en el pasillo, ni siquiera Wanda estaba en su escritorio.

Cuando ambos se repusieron, Clint recordó algo que había querido preguntarle.

—Oye, cambiando de tema, ¿tu jefe ya te subió el sueldo?

—Aun no…

— ¿Por qué no? —Quill parecía verdaderamente sorprendido de ese hecho—Te tienen trabajando el doble, casi el triple, exígele que te dé el aumento que el mismo te prometió.

—Es que me da pena hablarle de esas cosas. —Tony hizo una mueca, en verdad no sabía cómo tocar ese tema.

—Te da pena… suenas como si no necesitaras el dinero.

Tony se encogió de hombros y caminó hasta su oficina mientras los otros dos iban a su piso.

“Claro que necesito el dinero”

Nunca había sido bueno para ese tipo de exigencias, y en verdad no sabía como recordarle a su jefe que autorizara lo de su aumento.

Como tenía que reunirse con Steve y Bucky para ver la cotización de los insumos, algo dentro de él no pudo evitar llevar la cotización de Telas Ultron también junto a las otras cuatro empresas. Estaba preparando el material que llevaría a la sala de juntas para presentárselos, y aun así dudaba.

“Tu jefe no se preocupa por ti, te tiene trabajando el doble sin pagarte lo que te prometió…”

“Lo que te propuso Crimson no es ilegal, y nadie se va a enterar…”

“A Steve le gustan los insumos de Telas Ultron, solo es cuestión de que lo manipules un poquito…”

—Si frunces tanto el ceño te saldrán arrugas— la voz de Thor lo sacó de su ensoñación, el rubio grandote había entrado hasta su pequeña oficina sin siquiera escucharlo de tan distraído que estaba.

—No creo que me haga más feo de lo que ya soy—rio Tony, Thor parecía que iba a decir algo en contra de ese comentario, pero Stark no le dejó— ¿Qué haces aquí?

—Vine a traer las muestras de los insumos que vamos a necesitar, ¿recuerdas que me lo pediste por qué harán la cotización de eso hoy?

Tony se sintió un poco avergonzado por eso, en verdad su mente estaba en las nubes. El rubio le tendió unas gruesas carpetas con muestras de telas, botones y cierres pegadas detallando para que se usaría cada cosa.

—Oye, ¿Cómo sigues de lo que ocurrió con Killmonger? —Preguntó genuinamente preocupado— ¿Estas mejor?

—Sí, realmente no fue nada. —con todas las cosas que habían ocurrido desde entonces ni recordaba demasiado el incidente, y era algo bueno.

—Según lo que me contó Gamora, si fue algo. Y más lo demuestra la reacción de tu jefe, por poco y lo mata.

— ¿Lo golpeó tan fuerte?

— ¿No sabias? Bueno, Sam y Gamora nos contaron en el almuerzo hoy. —Tony recordó que había salido a comer con Crimson y se había perdido la junta en el Helicarrier—. El señor Rogers suele ser algo… agresivo. Pero Sam nos dijo que jamás lo había visto así. Se nota que te ha tomado un gran aprecio.

Tony se sorprendió bastante al escuchar eso.

—No creo eso…

—Yo sí, digo yo, es algo normal con todo las horas que pasan trabajando juntos.

No pudo evitar sonrojarse ante esa declaración, pero antes de delatarse frente al rubio, pensó en algo que decir.

—Bueno, eso explica por qué eres la única persona que soporta a Laufeyson.

—Oh vamos—rio Thor—Loki no es tan malo.

— ¿Lo dices en serio? —preguntó alzando una ceja.

—Bueno, quizás si sea un poco difícil de tratar.

—Es una víbora.

Thor se encogió de hombros, no podía refutar demasiado.

—Tiene un corazón en el fondo—dijo, viendo la expresión incrédula de Tony—. Está muy en el fondo, lo admito, pero lo tiene.

Tony dijo que le creería, aunque en verdad no lo haría. Thor tuvo que irse y Tony fue al salón de juntas para reunirse con Bucky y Steve y decidir lo de los insumos.

Tenían cinco horas discutiendo de la reducción de los insumos. Habían decidido bajarle la calidad a las cremalleras, hilos, forros y demás. Bucky estaba que echaba el grito al cielo, por más que sabía en la situación en la que estaban, sabía que se iban a meter en un gran problema. Shield se basaba en calidad, y ellos estaban remplazando materiales buenos y costosos, por básicos y baratos.

— ¡Ya no podemos seguir rebajando por dios! —Decía mirando suplicante a Steve— Los botones no pueden ser de plástico. Los botones es lo que más destaca en los vestidos, en las camisas y en los bolsillos de las blusas, no puedes reemplazar los hermosos de plata por simples botones de plástico.

—Si puedo, Bucky, y se hará—decía a Steve con furia en la mirada—ya escuchaste a Tony, necesitamos reducir todo, y si con los botones estamos más cerca de la meta, lo haremos.

Bucky se frotó la cara con exasperación, en cuando Loki viera las telas y los materiales baratos que habían comprado seguramente los mataría.

El chico les hizo un presupuesto con los cambios en la calidad de los materiales, y al final solo habían dos empresas que se acercaban a ese presupuesto: Zeke Stane Company y Telas Ultron. Ambos directivos vieron los resultados finales, y se asombraron al ver el nombre de una de las empresas, pues no era una de las que habían escogido en un principio.

—¿Telas Ultron? —preguntó Steve—pero si ya le compramos las telas.

—Además sus insumos son de una calidad demasiado baja. —Reafirmó Bucky, preocupado por todo lo que habían tenido que hacer hasta el momento.

Tony tragó con un poco de esfuerzo mientras analizaba lo que diría.

—Vi unos catálogos, y cuando estaba con Crimson Cowl revisando el contrato me explicó que estaban aumentado la calidad—todo lo que Tony estaba diciendo e iba a decir era cierto, pero se sentía sucio sabiendo que quizás, sin el soborno de Cowl, no estaría hablando de Telas Ultron—. Además me dijeron que les podrían hacer un descuento para los insumos.

— ¿Un descuento? —Steve revisó el catalogo sintiéndose interesado—eso nos convendría bastante.

Steve y Bucky discutieron acerca de las ventajas y desventajas que supondría; Tony se quedó callado, viéndolos y sintiéndose incómodo. ¿Estaba bien lo que hacía? No. Si bien no estaba engañando a sus jefes de ninguna forma, lo que estaba siendo no era ético, no era limpio. Y si ellos aceptaban la opción de Telas Ultron, Crimson sabría que fue gracias a la intervención de Tony y le daría el dinero prometido. Tony no sabía qué hacer, estaba tentado a decirle a Steve que eligiera mejor a Zeke Stane Company e inventarse algo malo de Telas Ultron y olvidarse de todo eso, pero necesitaba el dinero…

—Yo voto por Telas Ultron. —Dijo Steve al final.

—A mí me atrae esa opción, no lo negaré. Pero aún prefiero a Zeke Stane, confió más en su calidad.

— Tony ¿Tu qué opinas?

La pregunta de Steve le tomó con la guardia baja ¿Y ahora qué diría? Decir Ultron no era del todo pecado, puesto que en verdad era una buena opción, pero sabía que en parte lo estaba haciendo con malas intenciones.

¿Estaba traicionando a su jefe?

¿Si dijera el por qué favorecía a Telas Ultron que tal lo tomarían los otros dos?

¿Qué pensarían de él si algún día se enteraran?

Piensa en tu familia….tu padre está ya viejo… necesitas cuidarlo… esa vocecita le hacía pensar cada vez más en favorecer a Telas Ultron. ¿Qué tan malo podría ser?

—Telas Ultron nos ahorraría bastante—terminó diciendo.

Steve asintió sonriéndole y Bucky pareció resignarse.

—Ya es muy tarde, pero por favor Tony, mañana llamaremos a los de Ultron para establecer el trato.

Tony solo pudo sonreír a medias. Se excusó diciendo que iría a recoger unos papeles a su oficina y vio como Steve y Bucky salían de la oficina para irse de la empresa.

—Mierda—dijo Tony sujetando su cabeza con ambas manos — ¿Qué acabó de hacer?

Steve, por su parte, se encontraba más que relajado. Si bien podían estarse metiendo en problemas debido a la rebaja de las calidades en todos los materiales, sabía que era lo mejor que podía hacer. De entre todo, estaba inmensamente agradecido de haber conseguido a alguien como Tony. Nunca, en toda su vida, había sentido tanta confianza por una persona. Debía admitir que no confiaba ni en Nébula o Thanos, ni en Bucky, ni en Sharon, tanto como lo hacía en ese asistente que tenía.

A veces se sentía hasta ridículo: Tony decía algo, y para Steve era la mejor opción sin dudarlo demasiado. Incluso Bucky, quien se había dado cuenta de eso, le bromeaba de vez en cuando con que Tony lo tenía embrujado.

Cuando se metieron los dos al ascensor, Bucky rompió el silencio.

— ¿Entonces qué? Vamos a beber unos tragos, debemos celebrar que estamos saliendo a flote.

—Paso, quedé con Sharon en mi apartamento hoy.

—Ohhh, —dijo sonriendo con picardía —por lo menos tendrás acción hoy.

— ¿Y tú no? Es muy raro que vayas a beber y no salgas con alguien directo a un motel.

—Oye, eso no pasa siempre —dijo con expresión ofendida—. A veces lo hacemos en un baño del mismo bar y ya está.

Steve solo pudo reír, si bien él mismo era un mujeriego en todas las de la ley, siempre había pensado que su amigo se pasaba bastante.

— ¿Ya tienes listo lo del intercambio de regalos? Mira que ya mandé a poner la decoración navideña y mis padres quieren saber a quienes les regalan este año.

—Por supuesto mi lindo presidente—dijo Bucky acomodándose un mechón de pelo—. Y este año tengo la ligera sospecha de que habrán muchos regalos especiales.

Bucky sonrió, pero Steve no entendió el significado de esa sonrisa. Ser el encargado de la organización del intercambio de regalos incluía tener el beneficio de hacer un poco de trampa. Se supone que nadie sabe a quién le regala a quien hasta el día final, pero Bucky siempre se las arreglaba para regalarle a Sam —y aunque era una forma quizás infantil de demostrarlo— era su forma de devolverle a Wilson una parte del cariño que sentía por él.

Esta vez estaba pensando que también conseguiría que Steve y Tony se regalaran el uno al otro. Desde hacía mucho tenía la ligera sospecha de que Stark estaba enamorado de Steve, y las acciones del muchacho cuando estaba cerca del presidente de Shield solo hacían confirmar sus sospechas. Seria divertido ver como actuaría al tener que darle y recibir un regalo de su jefe…

 

 


 

 

Wanda le había enviado un mensaje a T´Challa explicándole que tenía información. Después de ver a Tony junto a Crimson decidió investigar un poco, y al parecer descubrió unas cuantas cosas que le favorecerían al moreno. T´Challa le había dicho que iría a su apartamento a eso de las 9 de la noche. Wanda aceptó, después de todo no había quedado para nada con Bucky.

T´Challa llegó a la hora acordada, y solo necesitó tocar dos veces antes de que Maximoff le abriera la puerta.

— ¿Qué fue lo que dijiste que descubriste? —preguntó en cuanto entró al departamento de la pelirroja.

— ¿Ni siquiera un hola? ¿O unas buenas noches? Maleducado.

T´Challa no le hizo caso, se sentó en el sofá que estaba más cercano y le pidió algo de beber antes de hablar.

— ¿Vino o…?

—Whiskey—Corrigió. Esperó a que le sirvieran el vaso y luego volvió a preguntar: — ¿Qué fue lo que descubriste?

Maximoff se sentó en el costoso sillón frente al hombre, y se cruzó de piernas antes de comenzar a hablar.

—Al parecer Anthony Stark está haciendo tratos sin que Steve se entere.

— ¿A qué te refieres?

—Mira—la chica sacó su celular y rapidamente le enseñó la foto que había tomado de Crimson y Tony— ¿Sabes quién es? Es Crimson Cowl, el gerente de Telas Ultron. Al parecer él y Tony se reúnen a la hora del almuerzo, pero lo interesante es que averigüe por Loki, que hace poco Steve comenzó a comprarle las telas a ellos.

— ¿Cuándo comenzaron a comprarle las telas 70% algodón?

—Así es, Sharon me comentó que no habíamos hecho trato con Telas Ultron hasta que Tony apareció, y ella y Loki están furiosos por eso, porque dicen que por culpa del asistente ese, les están comprando esas telas baratas.

— Cuando estaba Killmonger me parece que se hacían tratos con ellos.

Wanda asintió dando un trago a su bebida, se sentía orgullosa de haber realizado una excelente investigación.

—Sharon dice que solo una parte de las telas, —dijo ante la atenta mirada de T´Challa—pero que ahora les están comprando todas las que se usaran.

T´Challa sonrió, ¿eso acaso significaba que Anthony estaba favoreciendo a Telas Ultron? Si eso era cierto, sería demasiado bueno para él. Si pudiese probarlo lógicamente Steve tendría que despedirlo, y sin su asistente que al parecer le salvaba de todo, el presidente de Shield quedaría indefenso.

T´Challa miró a Wanda y pensó que quizás, podría obtener algo más de la chica, de todas formas era temprano y la chica se veía bastante sexy en aquella minifalda.

 

 


 

 

Esa noche Sharon esperó a Steve en el apartamento de este. Le tenía preparada una cena especial y la habitación decorada de forma romántica. Steve no pudo negarse al ver a su novia tan sexy vestida en lencería.

—No entiendo por qué te molesta tanto. —Se quejó, después de un rato habían caído agotados en la cama y, entre tanto hablar, el tema de Anthony Stark había salido entre ambos.

—Ni yo tampoco ¿sabes? —Sharon pensó por un momento como podría expresar lo que pensaba—Ni todas esas mujeres y modelos que te caen como moscas me han frustrado tanto como ese asistente tuyo. Incluso tengo celos.

— ¿Celos? —Steve se rió ante la idea de Sharon teniendo celos de Tony.

—Sí, ¿no es ridículo admitirlo? Tengo celos porque a veces creo que le haces más caso a él que a mí.

—Sharon…

Su novia quizás tenía razón, el mismo Bucky le decía que le hacía demasiado caso a Tony, pero ¿Cómo no hacerlo? El chico era quien les estaba salvando el cuello hasta el momento.

—Es cierto, no bromeo. Lo único que me tranquiliza es que él no es mujer, ni siquiera es bonito—rió ella—, si no, no soportaría verte a su lado. Creo que solo resisto porque sé que con él, no hay peligro.

— ¿Peligro?

—Si, ya sabes, no hay peligro de que me engañes con él.

—Vamos Sharon, ¿Cómo puedes pensar eso?

—Lo sé, es ridículo pensarlo.

Sharon volvió a reír ante la idea de Steve engañándola con Tony, y volvió a besar a su novio alejando ese ridículo pensamiento de inmediato.

 

 


 

 

Loki tenía un bloqueo. De las 25 piezas que componían la colección, estaba reconstruyendo siete. Era algo muy común cuando le atacaba su mal genio artístico, pero con tan poco tiempo separándolo del lanzamiento, no era algo bueno. Además de que ya habían pedido las telas y los componentes de cada traje y no podía hacer todas las variaciones que quisiera.

Había un vestido, el primero que había diseñado de la colección, que le estaba dando demasiados problemas para terminar de decidir la caída de la falda. Eso provocó que ese día le gritara a todo el que se encontrara, incluyendo a modelos y al pobre Thor.

Había decidido llevarse el modelo del vestido junto a otras piezas y terminar de analizar bien lo que haría en su casa. Y como era su costumbre, le pidió—casi exigió— a Thor que le acompañara. No sería la primera vez que Thor fuera a la casa de Loki para ayudarle en ese tipo de cosas así que ya estaba acostumbrado a ese tipo de exigencias. Y, aunque no se lo diría al de pelo negro, le agradaba no tener que volver a una casa vacía donde los recuerdos de Jane Foster seguían siendo pesados.

—Prepara más café. —Apremió Loki, eran más de las 12 de la noche y ya había terminado de modificar un vestido. Ahora estaba intentando modificar el que más dolores de cabeza le estaba dando—. Lo quiero negro, sin azúcar.

Thor alzó una ceja, esa era el departamento de Loki y le estaba mandando a él, y era algo muy común de parte del genio creativo. Dejó la aguja y la tela en la que estaba trabajando y se dirigió a la cocina a preparar el café.

—Es tu departamento, ¿o no?

— ¿Quién es el genio creativo? No puedo perder mi tiempo preparando café. Y ya que estas allá, prepárame un sándwich—gritó mientras seguía concentrado en su vestido.

Thor solo pudo reír pero terminó preparando todo lo que el otro quería. Consiguió poner todo en una bandeja y se dispuso a volver teniendo cuidado de las tazas con el líquido caliente.

— ¿Qué tal?

En el tiempo que Thor tardó en la cocina Loki había terminado de variar la caída de la falda del vestido y, para comprobar el cambio, se desnudó para colocárselo. Era un largo vestido de noche, con la espalda escotada, de color verde oscuro, y Odinson no pudo evitar pensar que le quedaba demasiado bien.

—Oh, se te ve muy…bien.

—Todo lo que me pongo se ve bien, —Loki puso los ojos en blanco, exasperado—lo que quiero saber es si el vestido se ve bien.

Thor asintió y Loki le dio una última mirada apreciativa.

—Ayúdame a quitarlo—dijo—le coloqué unos alfileres después de que me lo puse, no quiero que se suelten y necesito tu ayuda para sujetarlo y hacerlo despacio.

Thor se acercó a ayudarle sujetando la parte baja del vestido para subirlo y pasarlo por encima de la cabeza de Loki. Tuvo un extraño sentimiento, aquello era una acción a la cual estaba acostumbrado. Cuando trabajaba en casa de Loki este solía probarse los modelos—era de figura bastante esbelta y podía usar los diseños femeninos que aún no estaban ajustados—y él le ayudaba a quitárselos y ponérselos. Pero ese vestido le había quedado tan bien, y ahora viéndole en ropa interior mientras se agachaba para ponerse sus pantalones…

— ¿Qué me estás viendo? —preguntó Loki cando sintió la insistente mirada.

—Tu café se enfría—respondió el otro simplemente, pensando que tal vez había estado trabajando demasiado tiempo cerca del conquistador más grande de Shield.

 

 


 

 

Cuando Jody le invitó a salir con unos amigos de esta, no sospechó que podría ser una trampa. La chica estaba determinada a hacer que Sam se olvidara de su exnovio Jamie Braddock, y no perdía oportunidad para presentarle “amigos”; esa noche no fue la excepción.

Entre el grupo de amigos de Jody había uno que ella le presentó con más entusiasmo, y el hombre en ningún momento ocultó que estaba interesado en él. Hubo un punto en el que el amigo de Jody comenzó a ser un poco más directo, le hablaba muy cerca del oído y le rodeaba con un brazo y, aunque Sam no estaba demasiado interesado, las atenciones que recibía no le disgustaban. Y pensó que quizás el amigo de Caster no era mala opción para intentar algo con alguien nuevo.

Se giró por un momento para decirle algo a Jody cuando sus ojos se posaron en la última persona que esperaba ver sentado en la barra: James Barnes.

El hombre le miraba de forma extraña, casi con disgusto y Sam, curioso por eso, decidió acercarse hasta Barnes.

— ¿Eh, Bucky? —Barnes le había dicho que no le dijera señor ni nada por el estilo fuera de la oficina hacía mucho tiempo—. No sabía que venías a este sitio. ¿Quieres hablar conmigo? Me estabas mirando y…

Bucky, con un inconfundible tono irritado, no le dejó continuar.

— ¿Quién es él? ¿Tu novio?

La pregunta descolocó un poco a Sam, hasta que entendió a quien se refería. Negó varias veces con la cabeza y se acercó un poco más a su jefe cuando sintió que el volumen de la música aumentaba.

—Es solo un amigo de mi prima.

—Amigo…—Bucky lucía disgustado, y pareció no creer en las palabras de Wilson—. No parece mirarte como un amigo.

— ¿De qué hablas?

Cuando salió de Shield Bucky había estado bebiendo con una chica en otro bar y, después de tener sexo en uno de los baños, la chica se había puesto demasiada melosa y Bucky tuvo que salir de ahí. Al día siguiente debía trabajar y ya estaba bastante ebrio, pero no era tan tarde y decidió ir a otro lugar y ver si encontraba algo más esa noche. Lamentablemente lo que se encontró fue un disgusto. En cuanto se sentó en la barra y pidió su trago, pudo ver a los lejos a un grupo pequeño que captó su atención porque Sam Wilson estaba entre ellos.

Por un momento pensó en levantarse y saludarlo, sin importarle que interrumpiría algo donde él no estaba invitado, pero se detuvo cuando un hombre se acercó a Wilson y comenzó a hablarle tan de cerca que casi podía jurar que se estaban besando. Bucky pidió tres tragos más, y ni siquiera estaba seguro de qué había pedido, solo que le dijo al bartender: —dame algo más fuerte.

Debían ser los tragos que lo tenían en esa forma, pero estaba bastante furioso de ver aquella escena. Sam se dio cuenta de su presencia, y al ver que le miraba con insistencia se acercó hasta él.

¡Y ahora el moreno le decía que aquel que le besaba no era su novio!

Bucky se levantó, estaba más que dispuesto a ir a preguntarle a ese chico porque veía a Sam de esa forma. No se daba cuenta que era algo muy absurdo de lo ebrio que estaba, pero se trastabilló y Sam tuvo que retenerlo.

—Estás demasiado ebrio.

—Para nada, solo tropecé ligeramente.

Se había tropezado accidentalmente, pero Wilson pensaba que estaba bastante ebrio.

— ¿Viniste en taxi o conduciendo?

—En mi auto.

—Yo te llevaré, dame las llaves—Bucky pareció protestar y decir algo sobre querer quedarse a beber, pero el otro no le hizo caso.

—No me quiero ir, es muy temprano.

—Ya pasa de la media noche—informó elevando una ceja. —Mañana se trabaja.

—Lo dicho, es temprano.

Sam suspiró y no le prestó atención. Fue donde Jody y le avisó lo que haría. No estaba dispuesto a dejar que su jefe condujera en el estado en el que se encontraba.

— ¿Llevaras a su casa a tu jefe? —preguntó Jody con confusión, eso no era algo muy normal.

Miró a Bucky por encima del hombro de Sam, quien se había quedado en la barra y los miraba con intriga.

—No sería la primera vez que lo hago— respondió encogiéndose de hombros. Jody le miró con una ceja alzada, curiosa sobre esa afirmación. —Suele embriagarse de vez en cuando, algunas veces me ha llamado a mi creyendo que es su amigo, porque ambos iniciamos con la S. Lo hace cuando no logra ver casi nada y pide que le busquen.

— ¿Y tú lo has hecho?

—Tomo un taxi hasta donde este, conduzco hasta su casa y me voy en otro taxi.

— Joder Sam, eso es demasiado. —La chica volvió a ver a Bucky, intentando entender por qué su primo se tomaba tantas molestias.

—No realmente, a la mañana siguiente suele disculparse y compensarme lo del taxi.

Para Jody eso no parecía suficiente, pero no pudo hacer nada cuando Sam dio media vuelta y se alejó de ella en busca de su jefe para sacarlo del bar. Sam logró llevarlo hasta el auto aun cuando el otro seguía discutiendo que todavía era muy temprano para irse a casa. Con cuidado sentó a Bucky en el asiento del copiloto y condujo hasta el departamento del otro.

Bucky no estaba tan ebrio como Sam pensaba, pero por alguna razón que su abrumado cerebro no lograba procesar, había permitido que el otro le llevara a casa. Quizás porque, si Sam le llevaba a casa, no podría pasar más tiempo con el tipo que se lo comía con la mirada en el bar, además de que podía pasar ese tiempo a solas con Wilson.

No sería la primera vez que se aprovecharía de una situación así. La primera noche que llamó a Sam por error había bebido como nunca debido a una estúpida apuesta, y como incluso perdió sus llaves en algún lugar del bar resolvió llamar a Steve y pedirle que le buscara, con tan mala —o buena suerte— que se equivocó y al ver la S llamó a Sam. Al día siguiente, cuando recordó lo ocurrido, obviamente se disculpó con el moreno explicándole lo que había sucedido y le compensó los gastos—aunque Sam no quería aceptarlo—. Al principio se sintió avergonzado, pero luego utilizó el truco de “equivocarse” para estar con Wilson aunque solo fuera un rato, y haciéndose el más ebrio de la cuenta conseguía que el otro le abrazara para ayudarle a caminar. Aquello era una ridiculez, y más cuando él era James Barnes, el Don Juan más grande sobre la faz de la tierra.

La mente de Bucky estaba repleta de pensamientos que intentaba acallar, si bien no estaba tan ebrio como para no conducir, el alcohol le estaba haciendo ver que tenía al moreno muy cerca, al alcance de su mano, y que podría tocarlo en cualquier momento que quisiera.

Incluso subirá a tu departamento para dejarte ahí como en tantas noches que ha hecho…

—Sal de mi cabeza voz del demonio—dijo en voz alta sin quererlo intentando alejar esos pensamientos.

—¿Que? —preguntó Sam confundido.

Bucky no respondió, en cambio decidió hablar de algo que le seguía molestando.

—Entonces el sujeto del bar…

—Ya dije que no es mi novio.

—Se veían bastante juntos.

—Solo nos estábamos divirtiendo. Le he conocido…

—Tutéame—interrumpió Bucky—recuerda tutearme fuera del trabajo.

—Te he conocido—se corrigió Sam—muchas personas con las que andas muy apegadas unos días, y no son tu pareja ¿oh si?

—Touché. —Tuvo que admitir que el otro tenía razón, aunque no le gustaba. ¿Pero quién era él para juzgarlo? Si esa misma noche había entrado a un baño de un bar con una chica que ni recordaba su rostro— ¿Entonces tienes novio?

— ¿A qué viene esa pregunta?

Sam realmente no quería contestar. El hecho de no saber bien qué hacer con Jamie —el cual le seguía llamando con insistencia para volver— y de tener a un amor imposible a su lado le provocaba no querer responder a ese tipo de preguntas.

Bucky tomó ese silencio como un sí, y se molestó. Veía la silueta de Sam concentrada en el camino, sin decir nada, mientras un sentimiento muy parecido a la rabia y al dolor comenzaba a subir por su pecho. ¿Cuántas veces intentó olvidar esos sentimientos que estaban surgiendo? Era notable que no había tenido éxito mientras que lo único que quería era besar al otro y no dejar que nadie más pudiese tenerlo.

Cuando llegaron, Sam le ayudó a subir hasta su departamento. Abrió la puerta y se aseguró de que su jefe entrara. Estuvo a punto de irse, pero Bucky tomó el brazo de Sam y tiró de él hasta entrarlo en el departamento para cerrar la puerta rápidamente.

Su rabia provocó que tomara una decisión.

—No me gusta la idea de que tengas novio—dijo, y acortó la distancia para besarlo.

Sam se congeló por un momento ¿acaso estaba soñando? ¡James Barnes le estaba besando! Estaba mal, aquello estaba jodidamente mal, no iba a acabar bien, pero aun sabiendo que lo que hacía era incorrecto, devolvió el beso. Sabía que Bucky estaba ebrio ¿pero quién podía rechazar aquello?

—Barnes…

Bucky no hizo caso a lo que el otro pudiera decir y siguió besándolo. El beso no era suave ni gentil, Sam no lo sabía, pero Bucky estaba demostrando toda la necesidad que tenía por besarlo. La colonia de Barnes era embriagante, y sus labios eran tan suaves como siempre se los había imaginado. Sam se sentía en el paraíso, viviendo algo que pensaba no iba nunca a ser realidad.

Sintió las manos de Bucky colarse debajo de su camiseta y acariciar su espalda de forma ágil. Parecía como si Barnes supiera que no rechazaría ninguno de sus movimientos. Bucky tiró ligeramente de él hasta llevarlo a la habitación intentando no separarse, como si tuviese miedo de que el otro se diera cuenta de lo que estaba haciendo y se fueran. Las alertas de Sam se encendieron cuando su cuerpo sintió la cama, había llegado a la habitación sin siquiera darse cuenta. Bucky terminó de quitarle la camiseta cuando el otro se sentó en la cama. James se terminó de quitar la camisa que ya tenía pocos botones puestos y esta vez atacó el cuello del otro.

—Bucky, yo… no creo que debamos—intentó decir mientras Bucky seguía besando su cuello—mañana…te arrepentirás.

Bucky se detuvo un segundo para mirarlo, tenerlo tan cerca parecía casi un sueño.

—Me arrepentiré si no lo hago —dijo acariciando el rostro de Sam— me arrepentiré hoy, mañana, y todos los días que me queden en mi puta vida.

Volvió a besarlo de forma desesperada, intentando que el otro entendiera cuánto lo deseaba en verdad. Su lengua se hizo paso a través de la boca del otro, sus manos recorrieron el cuerpo ajeno deseando no dejar nada sin recorrer. Sentía como Sam le tomaba del pelo y suspiraba a cada beso que le daba.

Cuando Bucky sintió que los pantalones le eran un estorbo, luchó para quitarlos.

“Necesito más” pensó Bucky, estaba acostumbrado al sexo rápido, nada de romanticismo, nada de erotismo y, con Wilson estaba sintiendo una desesperación inhumana. Quería todo del otro, y lo quería ya.

Buscó un condón y lubricante rápidamente en su mesita de noche. Se sintió pleno mientras se adentraba en él y escuchaba los pequeños gemidos que se escapaban de su garganta. Era más hermoso, más placentero de lo que su mente había imaginado. ¡Y sí que se había imaginado esa escena innumerables veces! Pero era muy cierta la frase la realidad siempre supera la ficción. Nunca había estado con nadie que hubiese deseado tanto. Solía conseguir dormir con sus conquistas el mismo día que les ponía el ojo, fuera mujer u hombre. Pero había deseado a Sam durante tanto tiempo que era increíble que este estuviese debajo de él aferrándose a su espalda con fuerza.

—Maldición, no sabes lo que deseaba esto.

Se derrumbó encima del otro pero se movió unos segundos después, quedando en uno de sus costados y, sin darse cuenta, hizo lo que más detestaba después del sexo: abrazó a Wilson. No hubo más palabras por esa noche, el peso del alcohol y del día agotador hizo que Bucky sucumbiera en el sueño, y a Sam lo agotó el peso del remordimiento que le inundó.

 


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