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Buscando la belleza por OldBear

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Capítulo 31. La espía y el leal.

 

Un mes mas tarde.

Eran las diez de la mañana cuando Loki azotó furioso la puerta de su taller. Caminó hasta el espejo de cuerpo completo y admiró su reflejo por un segundo, intentando calmarse. El hecho de tener que adelantar a su máxima expresión la colección de ropa le había dado poco tiempo para dormir. Él era un genio, y si bien podría fácilmente crear diseños hermosos en el tiempo establecido, no podía dormir hasta modificarlos y convertirlos en magníficos.

Pero detestaba que su piel y su rostro se vieran afectados por el excesivo trabajo.

Tomó el estuche de maquillaje que siempre cargaba consigo y sacó el corrector. Pero antes de que pudiera aplicárselo, fue interrumpido por una voz que conocía demasiado bien.

—Ya estamos listos—dijo Thor entrando a su campo visual.

Con tan solo un mes de plazo, ya había terminado los diseños y creado las primeras prendas. Pero, como era costumbre, debía presentárselas a los altos mandos de la empresa para que la “aprobaran”, aunque a él jamás le desaprobarían un diseño. Normalmente se hacía una reunión oficial de todos los altos ejecutivos y los representantes de los accionistas minoritarios, pero Steve había decidido que esta vez solo la verían Sharon, Bucky, y él. Y, aunque era algo que jamás se había hecho, a Loki no podía importarle menos.

Terminó de ponerse el corrector bajo la atenta mirada de Thor, y dio media vuelta para salir a la pequeña pasarela que tenían para sentarse junto a los otros tres que verían el desfile. Y, bajo la mirada de Steve que solo podía mantenerse calculando que el comprar los materiales costosos para esa colección les haría un desastre financiero, el pequeño desfile comenzó.

 

 


 

Desde que Wanda se enteró que la colección de Loki estaba lista pero que contrario a las otras veces no estaría presente toda la comisión, supo que tenía buena información entre manos. Tomó su celular y caminó hasta el baño, asegurándose de que todo estuviese vacío. Buscó entre sus contactos y marcó el número que necesitaba: T´Challa.

— ¿Qué quieres ahora Wanda? —se escuchó la voz de T´Challa al otro lado de la línea.

— ¿Así le contestas a quien te tiene información?

—Tienes mucho que no ofreces información valiosa. Y más vale que sea rápido, estoy de camino a un compromiso importante.

—Quizás quieras dar vuelta y venir a Shield. — Ensortijó un mechón de su pelo alrededor de su dedo, sonriendo antes de completar la noticia—. Loki terminó la siguiente colección y la está presentando.

Una escueta risa se escuchó por parte de T´Challa, quien creyó que aquella información debía de ser falsa.

—Eso es imposible. Para autorizar una nueva colección de ropa o accesorios se debe hacer una reunión oficial con todos los accionistas y ejecutivos. Nébula y Thanos están fuera del país y a mí no me informaron nada.

—Bueno, yo los vi ir directo al taller para verlo, si crees que te miento es problema tuyo, pero Loki se las está presentado a Sharon, Steve y Bucky y… ¿hola?

El sonido de la llamada cuando se corta descolocó a la pelirroja. T´Challa había colgado sin siquiera dejarla terminar y, aunque aquello la enfureció, tomó una profunda respiración mientras golpeaba con el tacón de su zapato las baldosas del baño.

 

 


 

 

T´Challa no necesitó seguir escuchando más a Wanda antes de cerrar la llamada y girar en la primera intersección que encontró, sintiendo que podía explotar en cualquier momento. Maximoff era tonta, pero no se inventaría algo de ese estilo que él podía comprobar tan fácilmente. Además, no podía dudar de que aquello estuviera ocurriendo realmente. La colección fue un fracaso, lo escuchaba de todo el mundo aunque todavía no le dejaban ver los reportes de venta en Shield, así que era lógico que se apresuraran en sacar otra línea de ropa para suplir las perdidas.

Pero eso no significaba que podían saltarse los protocolos y no llamar a una junta general para que todos dieran el visto bueno. Sabía porque Steve no les había avisado a los demás, no querría que todos lo miraran con decepción. Pero Sharon, su propia hermana de sangre, ella debió haberle contado. Estaba completamente seguro de que Rogers la había convencido para que no le contara nada, y eso lo enfurecía más. Le enojaba sobre manera que a la hora de elegir un bando, su hermana siempre se fuera con Steve siendo que este solo la engañaba y no la quería de la forma en que ella creía.

Así que cuando llegó a la empresa ni siquiera se molestó en esperar el ascensor, y con rabia mal contenida subió los pisos que lo separaban del taller de Loki para encontrarse con el pequeño desfile a punto de finalizar.

—Esto es increíble. —Dijo con voz ronca, interrumpiendo aquello que él consideraba un gran despropósito— ¿Ahora las cosas se hacen así? A escondidas y sin convocar una junta.

Los modelos se detuvieron cuando vieron a T´Challa hablar. De todas formas no les estaban prestando atención por la llegada del moreno. Steve y Bucky se miraron el uno al otro, sabiendo que la llegada de T´Challa les confirmaba aún más sus sospechas acerca de Wanda. Además de ellos cuatro —y considerando que Loki nunca se rebajaría a ser un simple espía— solo Wanda y Tony sabían lo de la supervisión de la nueva colección. Y de ellos dos, era más que obvio quien no iría con el chisme al hermano de Sharon.

—T´Challa,—Sharon se puso de pie para acercarse a su hermano, estaba avergonzada de no haberle comunicado aquello —. No sabía que vendrías.

—Se nota que no querían que viniera. —Sus palabras estaban llenas de dolor y decepción, igual que su mirada—. Me engañaste hermanita. ¿No debiste avisarme de esto?

—No quería que te enojaras—respondió dándole un abrazo.

—Obviamente debo enojarme, porque ahora hay que sacar una nueva colección apresurada por que el estúpido de Rogers provocó que la pasada fuera la burla de la industria de la moda.

—Yo le pedí que no te invitara—dijo Steve, defendiendo a su novia—. Y al parecer tenía buenas razones.

—No me sorprende—exclamó T´Challa dando un paso adelante.

—Es solo que no queríamos que te alteraras. —repuso Sharon.

—Me alteré desde el momento en que Rogers tomó la presidencia. Puedo suponer que si yo no estaba enterado, tampoco Nébula o Thanos ¿Qué creen que digan cuando los llame para informarles de esto?

— ¿Pueden seguir su charla más tarde? —Interrumpió Loki mientras revisaba su teléfono, estaba ansioso por terminar todo aquello y volver a darle los toques finales a los diseños—. Les conseguiré té y unas galletas, pero dejen que mis modelos terminen.

T´Challa no dijo nada mientras veía con gran desaprobación a los presentes, dio media vuelta y salió del taller. Estaba a punto de caminar hasta el ascensor e irse de la empresa, pero cambió de idea y subió al sexto piso. Entró a la oficina de presidencia y después, a la oficina del asistente de presidencia.

Si Steve estaba en el taller de Loki, significaba que el asistente de presidencia se encontraba solo.

Tony estaba frente a su computadora, revisando las últimas cifras que les había dado el banco acerca de sus deudas mientras escuchaba música con un auricular. Así que no sintió la puerta abrirse, ni al nuevo intruso, hasta que esté habló.

—Que sorpresa que no estés durmiendo esta vez.

La sonrisa de T´Challa mientras le recordaba la vez que lo había encontrado durmiendo en la oficina le indicó que el otro no venía con buenas intenciones.

Aunque para él, T´Challa jamás tenía buenas intenciones.

—Solo descansaba la vista.

—Claro, con ronquidos incluidos. — Su sonrisa se ensanchó aún más ante el gesto de Tony, sintiéndose más feliz después del espectáculo con Sharon —. A lo que vine. Necesito los reportes de venta de la última colección.

Tony asintió y se quitó el auricular de la oreja antes de preguntar:

— ¿Habló con el señor Rogers y él le dio autorización?

— ¿Yo? ¿Pedir autorización? —Aquello descolocó al hombre, que lógicamente no tenía la necesidad de pedir autorización — ¿Acaso no recuerdas que soy accionista y miembro de la junta directiva? Tengo todo el derecho a saber cómo mierdas va mi dinero. Es mi capital invertido en esta compañía. ¿Acaso se te olvidó?

Tony sonrió ligeramente, habiendo logrado borrar la expresión de felicidad en el rostro contrario.

—No se me ha olvidado, para nada —dijo, y rebuscó en su escritorio algo que no necesitaba, solamente para hacerle creer al otro que no se interesaba demasiado en la conversación—. Pero aquí mi jefe es el señor Rogers, y si él no me autoriza, no puedo entregarle nada.

—Una orden mía es igual o mayor a la de Rogers, créeme —escupió con odio. Odiaba que lo colocaran inferior a Steve—. Como miembro de la junta directiva te lo estoy exigiendo.

—Claro que sí, yo no me niego. Es más, solo deme un minuto para llamar al presidente y preguntarle si me autoriza.

Tony tomó el teléfono de su escritorio, dispuesto a marcar la extensión del taller para que le comunicaran con Steve, pero antes de lograrlo T´Challa le arrancó el teléfono de las manos y volvió a ponerlo en su lugar con más fuerza de la necesaria.

Si bien en ese momento sintió una sensación similar a cuando Killmonger le atacó, no se iba a dejar amedrentar por aquello. Su caracter había mejorado los últimos meses, de forma mínima, pero lo había hecho. Por lo que ya no se estaría dejando atacar de todo mundo.

— ¿Me estas retando? —preguntó levantando una ceja, sin poder creer del todo la arrogancia en las acciones de aquel asistente.

—Claro que no, pero tengo órdenes directas de mi jefe inmediato.

T´Challa respiró profundo, intentando no demostrarle a Tony todo lo que le estaba afectando su desobediencia.

—Olvídalo, no me des ningún reporte. Solo dame un rápido resumen de las ventas y quedaré satisfecho.

—Es lo mismo, señor. Necesito autorización. —Hizo tanto énfasis en las palabras “señor” y “autorización”, que casi se echa a reír cuando las pronunciaba— ¿Me deja llamar al presidente?

T´Challa entrecerró los ojos y le apuntó con un dedo acusatorio.

—Escúchame bien, horror de la naturaleza; yo sé que la colección fue un fracaso, y cada vez que se niegan a darme información me lo confirma más. Eso solo significa que Rogers no cumplirá sus metas, y al final terminará entregándome la presidencia como siempre debió ser. ¿Sabías ese detalle cierto?

—Sí, lo tengo presente.

—Pues es hora de que abras los ojos y elijas de qué lado estar. Por qué los dos sabemos que con este fiasco Rogers terminará entregándome la presidencia, y me vendría genial gente como tú, pero que este de mi lado. —Se acomodó la corbata, pensando que si Tony no comprendía aquel punto era realmente un estúpido —. Asegura tu futuro, apóyame. Dame esa información.

Tony guardó silencio por un momento. Jamás traicionaría a Steve, y menos por T´Challa, pero sabía que con su silencio pondría en duda al otro.

— ¿Quiere un resumen? Ahí va, Las ventas están excelente, usted jamás tendrá la presidencia

—No eres tan inteligente como pensaba.

—Soy leal. —Dijo, y sintiendo una inusitada confianza, agregó—: se nota que no conoce la lealtad cuando la tiene en frente. Pero es obvio que nunca la ha tenido de nadie.

T´Challa solo pudo sonreír ante aquel descaro, sintiendo que lo único bueno que había hecho Steve en toda su vida era conseguirse a aquel asistente. Aunque no le serviría de nada.

— ¿Y sabes a que te llevara esa lealtad? A hundirte cuando Steve se hunda, solo a eso. Arruinaras tu carrera con el fracaso de Steve. Y entonces serás no solamente feo, sino desempleado y con las peores referencias que pueda tener una persona.

T´Challa dio media vuelta y se dispuso a salir, pero antes, escuchó lo último que le dijo Tony:

—Estoy consciente de las consecuencias.

Y en verdad, los dos sabían que habría consecuencias.

 

 


 

 

Aunque era algo que no quería, Tony no pudo evitar que le tocara su turno en la lectura de cartas de Gamora cuando todos se reunieron para comer en el Helicarrier. Ya había pasado el turno de los otros. Realmente no creía en aquello para nada, pero no podía negarse cuando había tanta insistencia por parte de sus amigos. El último antes de él fue Sam, y Gamora le estaba “leyendo” que aprovechara la situación que estaba teniendo en su vida, por que vendría algo que podría derrumbarlo todo.

Aun con amenazas por parte de Quill, Sam no dijo qué situación era la que estaba viviendo, y solo comentó que Gamora se había confundido.

Gamora barajó las cartas frente a Tony, y comenzó a colorcarlas una por una encima de la mesa.

—Pero mira bien Gamora—dijo Clint—porque la última vez que le leíste las cartas a Tony dijiste que alguien se atravesaría en su camino y le cambiaría la vida, y aun nada.

—Bueno—intervino Peter—no sabemos qué tan lejos haya llegado con el tal Stephen Strange.

—Y no necesitamos saberlo—interrumpió Thor viendo a donde Quill quería llevar el asunto—eso es algo privado.

—Pero yo también quiero saber—exclamó Natasha apoyando a Peter. — ¿Ya te le declaraste? Dime que ya se acostaron o que por fin se besaron…

—No ha pasado nada entre nosotros—aclaró Tony sintiendo la vergüenza subir por su cuerpo ante la mirada de sus compañeros.

Gamora carraspeó, atrayendo la atención de todos y señalando las cartas en la mesa.

—Pero a mí me aparece un hombre en las cartas. Un hombre que te va a cambiar la vida por completo y que ya, de alguna forma, empezó a cambiártela.

—Ese debe ser Strange—exclamó Quill sacando su teléfono y buscando en su galería de fotos—. Debiste presentárnoslo cuando lo vimos, solo pude verlo desde lejos y tirarle esto.

Comenzó a pasar el teléfono entre todos. Eran las dos fotos que tomó el día que Stephen le había llevado el cheque a Tony. Se la había guardado para una ocasión como aquella. No se distinguía bien, apenas sí diferenciaban a Tony porque lo conocían, pero fue imposible vislumbrar el rostro de quien lo acompañaba.

— ¿Por qué nos tomaste una foto? Olvídalo, no sé ni para qué pregunto. Además, él no me cambiará la vida—dijo más avergonzado todavía mientras todos querían ver la imagen—. Les dije que solo somos compañeros de la universidad y amigos.

—Gamora y yo éramos compañeros de universidad —repuso Quill—y mira.

—Además, el me aparece en las cartas y debe ser por algo. —Afirmó Gamora— Así que cuenta. Aquí me aparece un hombre, dinero, cambios en tu entorno y relaciones.

Bajo la atenta mirada de los demás, Tony supo que tendría que decir algo para que lo dejaran en paz. Podía decir una mentira a medias que los tranquilizara por el momento, y de esa forma salir del paso.

—Supongo que te aparece eso porque él está montando un pequeño negocio y yo le estoy ayudando con la contabilidad. —Dijo, recordando lo que estaban haciendo con Marvel—. Quizás por eso aparecemos juntos.

— ¡Tu Strange es todo un empresario! —gritó Quill, llamando la atención de las personas que los rodeaban.

Sam, quien estaba a su lado le dio un codazo para que bajara la voz.

Aunque no podían negar que todos pensaron lo mismo.

—No, no. Nada de eso. —Explicó Tony— Es algo pequeño, recién empezó. Y repito, no somos nada.

Era tan difícil no asociar aquella conversación a Steve, que no pudo evitar sonrojarse ligeramente, y el ágil ojo de Natasha lo notó.

— ¡Te sonrojas desde que hablamos de él! Estas muy enamorado. ¿Ya se besaron?

—Que no somos nada. Yo…yo no le gustó.

Aquello fue lo más sencillo que se le ocurrió decir para que le dejaran en paz, pero resultó que todos le prestaron aún más atención.

—Pero pensé que eran novios, se veían con mucha confianza cuando los vi—habló Quill.

—No, nada de eso. Él, él no me nota. —Fue inevitable no imaginar a Steve a un lado de él, aquellas palabras provocadas por su jefe—. Me tiene mucha confianza, pero no soy mucho más para él.

—Eso es porque no has usado tus armas de seducción— Natasha habló mientras se recostaba de la mesa, bajando la voz antes de agregar—: necesitan ir a un sitio juntos, algo bien oscurito. Un cine o algo así, y te le vas acercando cada vez que puedas.

—Pero siempre has parecer que es un accidente…—apoyó Gamora inclinándose sobre Tony—y ve con algo sexy, una camisa linda sin los botones de arriba. Y después le dices que quieres dar un paseo.

—Le dices que tienes frio—agregó Quill, ignorando las peticiones de Thor de que pararan con aquello—así te da su chaqueta. Y si no tiene, mejor. Te pasa el brazo por los hombros.

—O le haces una cena toda romántica con velas—agregó Natasha con una sonrisa coqueta, — y te le acercas despacio, como que no te das cuenta y lo besas cuando menos se lo espere. Vamos Tony, ese hombre es tuyo. Solo necesitas darle un empujoncito.

—Para mí es tu novio desde ya—agregó Peter.

El tema de Stephen siguió un rato, y Quill mencionó unas cinco veces que estaba loco por conocer al novio de Tony. Cuando por fin cambiaron de tema, resultó que Gamora aún no le había leído las cartas a Barton, quien por alguna razón se veía reacio a que le leyeran su futuro.

Pero Gamora lo hizo de todas formas.

—A ver Barton, aquí hay algo que no nos has contado, —dijo con una sonrisa, mientras tomaba una de las tarjetas de la mesa y la giraba— ¿por qué las cartas me dicen que te estas abriendo a nuevas posibilidades?

— ¿Eso qué significa? —preguntó Quill curioso mientras todos miraban a Clint.

—No entiendo a qué te refieres—respondió el aludido sonrojándose.

Y fue ese sonrojo el que le dio las pistas a Natasha, quien sonrió de oreja a oreja.

— ¿No será acerca de Pietro? —preguntó la recepcionista inclinándose sobre la mesa.

— ¡Gamora dijo que te abres a nuevas posibilidades! —Gritó Quill, uniendo los puntos rápidamente— ¡¿Te le estas abriendo a Pietro?! ¿Pero de piernas o sentimental?

— ¡No digas eso así! —chilló Clint mientras el último grito de Quill hizo que todos se le quedaran viendo —. No me le estoy abriendo a nada ni nadie.

— ¿Estás seguro? —Interrumpió Sam —Porque te ves muy nervioso.

—A ver a ver, ¿Qué han hecho? —preguntó Quill elevando las cejas.

—Nada, —respondió—solo que últimamente me pasa a buscar y me trae al trabajo.

Las expresiones de sus compañeros le demostraron que no dejarían pasar aquel tema tan fácilmente.

 


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