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Buscando la belleza por OldBear

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Capítulo 4. Entre gritos y modelos

Decir que su primer día de trabajo había sido pesado era quedarse corto. Tony sentía que ese día tenía la forma de un camión de carga que le había pasado por encima unas 5 veces. E inmediatamente después de eso le hubiese pasado una sexta vez.

Había recibido una llamada de su jefe, al cual se le habían quedado dentro de la oficina las tarjetas de presentación y le pidió que se las llevara antes de que iniciara la pasarela que Loki tenía preparada. No fue sorpresa para nada que el genio creativo se espantara al verlo.

— ¿Qué hace este orco en mis hermosos dominios? —le había dicho delante de todos los modelos.

Luego le habían pedido que buscara un catálogo de telas en los almacenes, y cuando volvió, sin darse cuenta que el show de la pasarela había iniciado, terminó por tropezarse con uno de los modelos masculinos y cayó de rodillas en la pasarela.

Un día de perros en toda la extensión de la palabra.

Por lo menos pasó el resto de la noche en una esquina intentando ser lo más invisible posible, y cuando todo había finalizado, se disculpó con Steve por su error.

—Está bien, déjalo así— le había dicho su jefe sin prestarle mucha atención, parecía más bien apurado.

Quizás su jefe estaba cansado, así que Tony no dijo más nada y lo vio partir junto a su amigo y vicepresidente James Buchanan, como se lo habían mencionado, hacia el área de estacionamiento. A esa hora la puerta principal estaría cerrada, así que los empleados debían salir por el estacionamiento también.

Se sentía sin muchos ánimos por los sucesos del día y decidió no dilatar más su partida a casa. Casi llegando a la salida del estacionamiento, no pudo evitar asombrarse el ver a su nuevo jefe pasando una mano por la mejilla de una de las modelos que había visto en la pasarela aquella tarde, para luego subirla a su coche.

Bueno, quizás su padre si tenía razón con eso de que los riquillos eran unos pervertidos. Incluso eso le decepcionó. Si a Sharon, una mujer espectacular, hermosa, con un alto cargo en una empresa, su novio le engañaba, ¿Qué le quedaba a él? “Bueno, eso es algo de lo no tengo que preocuparme, nunca tendré novio en un principio” pensó y salió a tomar el transporte.

Solía pensar y divagar bastante en sus viajes en el transporte público, pero ese día ya no le quedaban muchas fuerzas para pensar demasiado. Todo lo que quería hacer era llegar hasta su cama y dormir una semana de ser posible.

Cuando llegó a su casa su padre estaba fuera, batallando con la chatarra que tenía por automóvil porque a la mañana siguiente debía salir bien temprano, y el auto no quería encender. Tony se puso a un lado de su padre, viendo el desastre de aceite que Howard tenía en las manos y calculando que la cantidad de humo que brotaba del vehiculo no podía ser normal.

—Deberías de comprar otro papá.

— ¿Otro para qué? —Preguntó Howard mientras se limpiaba las manos con un trapo— Si este está perfecto.

Tony rodó los ojos, decir que el auto era una chatarra era ser benevolente, ese auto tenía más años que el mundo, y su padre era reacio a deshacerse de él, aunque siempre lo dejaba a mitad de camino. Lo único que lo mantenía funcionando eran las hábiles manos de Howard para la mecánica. Si bien no tenían muchos recursos, su papá siempre se las ingeniaba.

—Estoy trabajando, —dijo, obteniendo la atención de su padre—. Podrías entregar este por partes, y comprar otro a plazos con lo que te den por este, y yo ayudarte.

Howard lo miró por un instante.

—No voy a permitir que mi hijo me mantenga, un auto no es una necesidad…

—Papá, — le interrumpió, sabía que esa era una simple excusa para quedarse con esa vieja chatarra— sí es una necesidad básica para ti. Trabajas moviéndote por la ciudad. Además puedo aportar.

—Hablando de eso…—cortó Howard para no seguir hablando de su querido auto, pero no continuo porque María salió en ese instante para llamarlos y decirles que fueran a lavarse las manos pues la cena estaba lista. Cuando ambos estuvieron limpios y sentados uno frente al otro en la mesa, el patriarca recordó su idea— Tony, cuéntame cómo te fue en tu trabajo ¿Te trataron con respeto?

Aquella era la charla a la que no quería llegar, no le gustaba mentirle a sus padres.

—Si papá—dijo finalmente.

—Espero que te hayan ubicado en una buena oficina, — dijo al tiempo que miraba a su esposa y asentía— y dado el trato que te mereces, si no es así, ya sabes, renuncias. Que yo no tendré mucho para darte, pero tus necesidades y las de tu madre las cubriré mientras viva—hizo una pausa— pero nadie debe tratarte mal.

Tony se sentía bastante mal por estarle mintiendo a su padre. Aunque Howard era bastante estricto en muchos aspectos, era un buen padre muy preocupado por su esposa e hijo. Pero necesitaba el trabajo, las cosas no estaban tan bien en su casa como su padre aseguraba, y él había soportado cosas iguales desde su juventud. No dejaría su puesto solo porque unas arpías le dijeran feo. Él ya sabía lo que era. Además tenía planes a futuro en los que debía pensar, eso lo mantendría enfocado.

O0O0O0O0O0O0O0O0

La noche de Steve iba medianamente bien, la pasarela había sido un éxito gracias a los diseños de Loki, aunque era un pesado, debía admitir que era un gran genio creativo. La torpeza de su nuevo asistente había ayudado incluso a alegrar un poco a los inversionistas asistentes, y eso había sido excelente.

Ahora se encontraba con una de las modelos en su auto, Sharon no le esperaba esa noche, así que podía distraerse un poco con la hermosa chica. Pero solo hizo salir del estacionamiento para encontrarse con T´Challa, y su noche se amargó.

— ¿Ocupado Steve? — dijo cuándo Steve desaceleró al verlo, sonriendo triunfal.

—Para nada, —respondió con una sonrisa forzada— solo llevare a Samanta a su casa, la pobre se quedó sin transporte.

—La pobre— repitió T´Challa—, llamare en un rato a Sharon ¿quieres mandarle un mensaje?

Steve solo resopló, contuvo sus ganas de insultar al otro y aceleró. Decidió llevar a la muchacha al departamento de ella, y luego irse a su propio departamento. Quién sabe si T´Challa se antojaba de perseguirlo y tomarle fotos mientras paseaba con la modelo. No podía permitirse eso.

Cuando llegó a su departamento se quitó el saco. Se sentía algo solo, pero en verdad no quería la compañía de Sharon, así que dormiría ahí. Bucky lo llamó para preguntarle qué tal le estaba yendo, y tuvo que contarle lo sucedido con el medio hermano de su prometida. Su amigo lógicamente se carcajeó, y prometió reunirse temprano con él para detallarle la historia. Bucky solía ser más chismoso que el club de los raros que trabajaba en Shield. Pensar en los trabajadores de su empresa hizo que a su mente llegaran sus nuevos asistentes. Pensó en la bella Wanda, y en el no tanto Anthony.

—No creo que él vaya a durar mucho en Shield—rio. El chico quizás no tendría material para resistir estar en aquel ambiente.

0O0O0O0O0O00O

Durmió mas esta vez, quizás porque ya no se sentía tan nervioso al ser el segundo día de trabajo.

Esta vez el portero lo dejo pasar en cuanto vio el carnet, aunque no sin antes dedicarle una mirada extraña. En la recepción estaba Natasha conversando con un hombre bajito. Tony lo había visto estacionar una moto fuera de la empresa y desmontarse con unos sobres en la mano. Llevaba una camisa blanca con el logo de la empresa bordado al frente, y sostenía el casco de la moto con la mano izquierda. Él debía de ser el mensajero.

—Oh, tu jefe tiene correspondencia—le dijo Natasha en cuanto lo vio y le tendió unos sobres sellados.

Tony vio que el hombre estaba mirando casi con adoración a Natasha mientras esta hablaba. La recepcionista se dirigió al mensajero y le presentó a Tony.

—Bruce, este es Anthony, será el nuevo asistente de presidencia.

Bruce se giró hacia él, por un momento pareció impactarse, pero luego colocó una sonrisa, tomó su mano y la besó con galantería.

—Es un placer mi pequeño, yo soy Bruce Banner para servir.

—Ay ya deja al pobre— rio Natasha— vas a asustarlo. Él es el mensajero— dijo dirigiéndose a Tony esta vez—. Si el señor Steve debe hacer algún recado o lo que sea, lo llamas a él.

Tony asintió y se dirigió al ascensor, escuchando sin quererlo cuando Bruce le preguntaba a Natasha si ella quería ir a bailar esa noche con él, pero ella le respondió que ya tenía planes.

Pasó 20 minutos terminando de acomodar unos papeles cuando se jefe entró a la oficina acompañado de su amigo James. Notó la sonrisa mal disimulada del vicepresidente, e hizo que no escuchaba lo que le había susurrado a su jefe.

“Ahora me da miedo entrar a tu oficina Steve”

Steve no comentó nada limitándose a reír, y le preguntó a Tony si ya le habían instalado la computadora, Stark contestó que no.

Algo que terminó Tony de confirmar, era que su jefe resultaba explosivo. Si bien ya había visto sus repentinos cambios de humor, no creía que debía de enojarse tanto con los de informática por ese detalle. Pero lo vio hablar fuertemente por teléfono, y calmarse casi tan rápido como se había enojado.

—Te traerán el computador y lo conectaran a la línea en unos 10 minutos.

—Gracias— dijo, y le tendió los paquetes que le había dado Natasha—, esto estaba en recepción para usted.

Steve asintió y Tony volvió a su oficina.

0O0O0O0O0O0O0O0O

Bucky habría querido seguir hablando con Steve y reírse de su mala suerte, pero el trabajo llamaba y debía bajar al tercer piso y hablar con Loki sobre los próximos diseños que debía presentar el creativo. Le iba a pedir que adelantara un poco los diseños que planeaba presentar, parte del plan gerencial que él y Steve había propuesto en la junta, antes de asumir el cargo, había sido aumentar la producción, y para eso necesitaban los diseños en un primer lugar. El problema era que Loki o “el genio creativo”, como se hacía llamar, no quería ceder.

—No voy a adelantar mis diseños, querido—dijo mientras armaba un maniquí con una blusa de rayas, dándole la espalda a Bucky—. Yo creo obras de arte, no dibujitos de prescolar.

Bucky se pasó una mano por el pelo, lo traía largo, no tanto como el otro, pero si le llegaba hasta los hombros, y suspiró sabiendo que no paciencia para trabajar con Loki Laufeyson.

—Mira, entiende que necesitamos hacer los proyectos de venta, y para eso necesitamos ver la colección que tienes en mente. Por eso necesitamos que adelantes tu entrega un mes.

—Ya te dije que no— dijo al tiempo que se deshacía de la blusa, no le gustaba como estaba quedando con la falda—. Van a tener que esperar el plazo que yo necesite.

—No deberías hablar así cuando la orden viene de presidencia.

— ¿Es eso una amenaza? — Preguntó Loki viéndolo atentamente y cruzando los brazos— ¿Acaso la presidencia me quiere decir algo?

—Loki…. Solo digo que si fuera otro…

—Ah.. Con que me están amenazando con reemplazarme.

—Yo no me refería a eso.

—Pues despídeme de una vez entonces, es más, haz mi carta de despido. La espero mañana en mi escritorio. Y así pueden contratar a ese “alguien más” que les entregara los diseños maravillosos en dos días.

Normalmente Bucky conseguía muchas cosas con su aspecto físico, no lo iba a negar. Era un hombre seductor, alto, fuerte, con una presencia que no podía dejar de admirarse. Pero no podía hacer nada en cuanto al creativo frente a él. Era demasiado apuesto para los rostros que solía perseguir Loki, mas angelicales, mas tiernos y lindos. Así que en ese momento era casi como una pared frente al de pelo negro. Tenía que intentar calmar las cosas, o Loki podía retrasar aún más la entrega de los diseños.

—Vamos, vamos —levantó las manos—Puedes pedirle al grandote de tu asistente que te ayude un poco.

— ¡¿Thor?! —casi grita, para luego reírse— ese solo sirve de niño de mandado. Aquí el genio creativo soy yo, y no necesito ayuda de nadie. Además, solo le sirve un ojo, solo haría los diseños a la mitad.

Bucky no pudo evitar reír ante el último comentario, y dispuesto a volver más tarde hasta conseguir su objetivo, salió del taller, por ahora la batalla estaba perdida.

O0O0O0O0OO00O0OO0

En su pequeña oficina, se estaba familiarizando con las listas que la anterior asistente de presidencia le había dado, cuando su jefe le llamó.

—Siéntate— le dijo en cuanto lo vio— ¿recuerdas la agenda personal que te di?

—Si señor—Tony la había guardado bien en uno de los cajones luego de ver que era bastante importante para su jefe.

—Bien, esa agenda es muy especial para mí. Debes resguardarla bien. Hay teléfonos de gente muy importante y de… ciertas amigas y compañeras que Sharon no necesita ver. Recuerda que con eso estas controlando mi vida, necesito que seas muy cuidadoso por favor.

—Señor Rogers ¿Por qué no la digitaliza? —preguntó Tony, curioso. No pensaba que su jefe estaba tan atrasado como para no agendar esos números en algún dispositivo electrónico.

Quizás no fue una buena pregunta, por que inmediatamente Steve lució verdaderamente incomodo, y se aclaró la garganta.

—Digamos que he tenido problemas con eso, con Sharon accediendo a mis cuentas o revisando mi teléfono. Tuve que ponerlo en algo que no necesitara llevarlo para mi casa.

“Oh” pensó Tony “quizás la vida de esos riquillos no era tan buena”. Por un momento se dijo a sí mismo que para tener una relación de desconfianza y engaños, no estaba tan mal quedarse solo. Entendía que Sharon debía amar mucho a Rogers, o por lo menos los compromisos que los ataban eran muy fuertes, por que estar detrás de alguien que sabes que te engaña era algo insano a su pensar.

Pero aquello no era su asunto.

—Puedo ayudarle con eso: a digitalizarlo y mejorar su seguridad informática.

Steve lo miró detenidamente.

— ¿Sabes de eso también? — ¿a qué pequeño genio había contratado que podía hacer de todo?

—Soy medianamente bueno, he creado algunos programas.

Steve estuvo de acuerdo siempre y cuando fuera tan seguro como el asistente prometía, se sonrió pensando que quizás si había hecho una buena elección.

—Tampoco quiero que me vayas a mencionar algo de esto frente a nadie. Quiero que tengamos algo secreto por si me necesitas contar algo. Quizás suene algo paranoico pero lo preferiría así.

— ¿Una frase en clave?

Steve asintió.

— ¿Qué te parece usar la palabra baño?

Tony no pudo evitar reír.

— ¿Quiere que use la palabra baño como una palabra clave?

Steve no pudo evitar reír.

—Ya sabes, todo el mundo va al baño, no será muy extraño que lo digas.

—Si pero, normalmente las personas no van diciendo por ahí que van al baño, o que tienen problemas con el baño, o simplemente no saltan de la nada diciendo “baño”

Rogers rió viendo la diversión en su asistente, quizás debía pensar en una nueva palabra.

—Steve— dijo Sharon abriendo la puerta sorpresivamente.

Steve apretó los puños con fuerza por debajo del escritorio, odiaba esas intromisiones sorpresivas, su novia lo sabía y nunca dejaba de hacerlas pensando que quizás lo encontraría en algo comprometedor.

Sharon lo vio molestarse y no se inmutó, le pidió al asistente que los dejara solos y se sentó frente a su novio, tenía que hablar sobre unos asuntos de la empresa.

O0O0O0O0O

Johann Schmidt había sido cuidador en muchos sitios, pero quizás Shield era uno de los que más le gustaban. No solamente la paga era mejor que muchos de los lugares donde había trabajado, sino que también podía estar el día completo viendo ir y venir modelos hermosas.

Por eso, cuando a media mañana vio aquella hermosa morena que bajó del taxi, casi se atraganta con su propia saliva. La chica era realmente bella, con unas curvas de infarto que podían visualizarse bastante bien en el ajustado vestido gris que traía. Su piel oscura y su pelo rizado y negro llamaban la atención casi tanto como su hermoso rostro, en el cual se fruncía su ceño en señal de molestia.

La mujer caminó hasta la puerta, y sin siquiera hacerle caso a Johann, quien debía preguntarle a donde iba antes de entrar, abrió las puertas de cristal y caminó con paso furioso directo a la recepcionista. Natasha la vio y la reconoció al instante: Alissa Nocetti. La modelo había tenido una especie de aventura con Steve Rogers que fue algo de dominio publico, así que sabía que su presencia no debía traer nada bueno.

La modelo exigió hablar con Steve, y amenazó con que no se movería hasta ver bajar al rubio. Natasha no tuvo más opción que llamar a presidencia, había visto con sus propios ojos como reaccionaba una de las modelos de “Steve” cuando se le negó hablar con él. No quería tener que volver a limpiar la recepción por un arrebato de una loca histérica.

Quien tomó el teléfono fue el nuevo asistente, y Natasha intentó explicarle en pocas palabras lo que estaba sucediendo, por suerte Anthony pareció entender rápidamente lo que estaba pasando, él había llegado hasta la E en la agenda que le había dado su jefe, y sabía que Alissa Nocetti era una de esas cosas que no debían saberse, y menos Sharon.

Decidió bajar a recepción e intentar resolver el lio por su cuenta. Cuando pasó por la oficina de su jefe, este seguía con su novia viendo imágenes y documentos de unos almacenes. Su jefe se veía serio, y en cuanto los interrumpió, ambos se fijaron en él.

—Voy al baño—dijo Tony, mirando fijamente a Steve.

— ¿Por qué avisas algo así? —preguntó Sharon de mala forma

Steve pareció confundido por un momento hasta que una idea cruzó por su mente, y pareció entender.

—Pasaré por recepción también— agregó Tony sin mirar a Sharon— la secretaria me dijo que tiene un paquete para usted.

Steve asintió y Tony salió sin agregar más nada.

—Parece un niño—suspiró Sharon, sin darse cuenta del cambio en su novio.

O0O00O0O0O

Intentar hacer entender a esa modelo que no podía hablar con Steve fue perder el tiempo. Tony intentó todas las excusas posibles, pero Alissa se mantuvo firme en su decisión que no se movería ni un metro si no era con Steve. La amenazaron hasta de llamar a seguridad, pero ella les dijo que si hacían eso armaría un escándalo tan grande, que no solo bajaría Steve, sino también Sharon y a cuanta gente le pudiera interesar el escándalo.

Tony no tuvo más remedio que volver a subir, apartar a Steve de su novia con el pretexto de darle una información importante, y explicarle la situación. Steve optó por lo más sencillo, se deshizo de Sharon pidiéndole que hiciera unos contactos con unos proveedores, y en cuanto su novia se fue para su propia oficina, el bajó a la recepción, tomó a Alissa del brazo y la saco fuera del edificio.

—Si Sharon pregunta estoy en Greco Group— dijo a Tony antes de salir de la oficina.

¿Estaba a salvo? No ¿El problema? Wanda lo vio, y el vio que Wanda lo vio.

Quizás fue la vez que Maximoff había corrido más rápido en su vida usando tacones, pero en menos de un minuto llegó hasta el sexto piso y fue directamente donde Sharon, la cual casi explota de la rabia.

Sharon fue directo a la oficina de Tony e hizo dos cosas: la primera, le pidió explicaciones del paradero de su novio, y cuando este le dijo que estaba en camino a una reunión en Greco Group hizo la segunda; lo abofeteó.

—Eres un maldito apoyador—le dijo casi escupiendo las palabras.

Llamó luego a Steve repetidas veces, hasta que se dio cuenta que debía llamar mejor a Greco Group y preguntar por él. Pidió que le pasaran a Genner Smith, el gerente y con quien su novio programaba las juntas.

—Steve Rogers? Ah sí, nos quedamos de juntar, a decir verdad ya va retrasado. Oh mira creo que es el que viene entrando, le diré que te llame en unos minutos.

Sharon no se creía nada de eso. Wanda no era tonta, y al igual que ella, conocía muy bien a las modelos que acosaban a Steve. El problema consistía en que Genner era amigo de Steve, y bien podía estarla engañando.

Cuando fue de nuevo en busca de Anthony, se encontró con que Bucky estaba hablando con él en la oficina de presidencia, y le llenó aún más de rabia saber que el maldito patito feo estaba poniendo al tanto al apoyador del amigo de su novio. Eso ciertamente la irritó a magnitudes exponenciales.

Mandó a llamar a Tony a través de Sam Wilson, y le dijo a Wanda que la acompañara, cuando las dos vieron entrar al asistente, casi lo matan con la mirada.

—Si no me vas a decir donde se encuentra mi novio, por lo menos dame la agenda.

Si nadie le iba a decir donde estaba Steve, le preguntaría a la mismísima Alissa Nocetti. Ella era una modelo bastante influyente, su teléfono privado no era tan fácil de conseguir por cuestiones de privacidad, podía conseguir el de su agente fácilmente, pero no había tiempo para eso.

Anthony se negó, excusándose con que su jefe le había dicho que no podía entregársela a nadie.

—Yo soy su NO-VI-A y tengo derecho.

Tony retrocedió un paso cuando la otra gritó, si bien él no estaba de acuerdo con golpear a nadie, no iba a permitir que le abofetearan de nuevo. Ya estaba comenzando a sentir el ardor en su mejilla, y no quería agregar eso en la otra, pero se mantuvo firme en su situación. Si bien Sharon era técnicamente superior a él, su jefe inmediato era Steve, y este le había dado una orden directa.

—Bien, si así quieres jugar, estas despedido. Ahora dale todos los papeles que tengas a Wanda, incluyendo la agenda.

Eso sí fue un golpe bajo, cuando pensó que ya tenía un empleo, lo pierde. Pensó en algo rápido para ganar algo de tiempo ¿para qué? Ni idea, pero si ya lo iban a despedir quería tiempo hasta que su jefe llegara y entregarle la agenda, no le daría ese gusto ni a Sharon ni a Wanda.

— ¿Y la carta de despido? Entregaré mis cosas en cuanto la vea.

Sharon le sonrió y le dijo que fuera recogiendo sus cosas mientras ella se la traía, y jalando a Wanda salieron de la oficina.

Mierda, eso debía de ser un record en cuanto a duración en un empleo. Se dirigió a su pequeña oficina, recogería sus cosas para salir de ahí lo más rápido posible.

Phil en persona le llevó la carta, y parecía muy emocionado por ese hecho, inmediatamente salió, Wanda entró en el pequeño cuarto, y le exigió la agenda de muy mala gana.

— ¿Para qué quiere mi agenda señorita Maximoff?

Era Steve, ya había vuelto. Wanda se congeló al verlo.

—Steve… volviste.

Wanda no dijo nada más bajo la atenta mirada de Steve, y en silencio salió de la oficina dejándolos solos. Tony le entregó la agenda a Steve, este le vio y preguntó por qué.

—Me despidieron— dijo encogiéndose de hombros—Coulson me trajo la carta hace unos minutos.

Steve suspiró, tomó el teléfono del pequeño cuarto y marcó una extensión.

—Phil, es Steve— silencio—, si vuelves a despedir a alguien sin mi consentimiento, te hare tu propia carta de despido, y si vuelves a amenazar en específico a mi asistente, te las veras conmigo. Pero si quieres deshazte de Wanda, esa no me importa.

Tony le dijo que no era necesario, ya había recogido sus cosas y entendido que en ese lugar no le querían en absoluto. Quizás lo mejor era irse y comenzar de nuevo a buscar empleo. Pero Steve intentó convencerle, y le prometió que hablaría con su novia para que las cosas cambiaran.

Tony en verdad estaba dudando si quedarse o no en aquel lugar, en verdad necesitaba el empleo, pero ¿soportaría todo aquello? En el poco tiempo que llevaba lo habían insultado varias veces, y hasta agredido físicamente ¿valía la pena?

—Por favor, te necesito. Necesito a alguien que me apoye de la forma en que lo hiciste hoy.

Steve se fijó en la mejilla roja del otro, y coloco una mano sobre esta, Tony se estremeció ligeramente por la sorpresa del toque.

— ¿Qué sucedió?

—Nada—dijo, alejándose un poco de aquella mano.

Steve tenía una idea de lo que había pasado, no sería la primera vez que su prometida golpeaba a alguien.

— ¿Fue Sharon?

—No fue nada, en serio.

Steve no entendía, otro en el lugar de Anthony estaría acusando a su prometida y asegurando su puesto, o gritando que demandaría por malos tratos con todo lo que había sucedido en menos de dos horas, pero el chico simplemente estaba recogiendo sus cosas en paz. Esa pasividad le resultó extrañamente agradable. Lo que no le hacía sentir feliz era el saber que el muchacho había recibido un golpe por ayudarle.

—Si fue ella, Sharon te pedirá perdón.

—No lo necesito, ya me voy de aquí.

—Quédate por favor, te prometo que las cosas se arreglaran.

Tony suspiró y lo sopesó unos minutos más, y decidió quedarse. Después de ese día, quizás nada peor podía suceder.

 


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