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64. El Cowboy de Changmin (10) por dayanstyle

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Changmin llevó las pertenencias de Jinwoon a la casa, poniendo todo a un lado mientras esperaba a su pareja. Jinwoon lentamente salió del coche, mirando alrededor. Podía ver que tenía que animar al hombre. Quería ver esa hermosa sonrisa de nuevo.

—Bienvenido al Castillo Lee. Los establos están en la parte de atrás y las doncellas están esperando para servirte. Pero debo advertirte, no importa lo duro que trates de obtener una sonrisa del personal, ellos son firmes en sus funciones a nuestra casa.

Sí, él vivía en un pequeño bungalow con un bosque entero delineando su casa. Era pequeña, pero a él le gustaba. Había tres habitaciones, una Changmin la utilizaba como oficina. La cocina era amplia, la sala de buen tamaño con una chimenea muy linda.

Nunca había tenido una chimenea antes y todavía estaba un poco temeroso de incendiar la casa. El césped estaba cortado... para variar, y Changmin había retirado todas las malas hierbas de entre el macizo de flores, pero todavía no había plantado nada, así que se quedó así con solo tierra.

Hmm, no se había dado cuenta de que los arbustos necesitaban ser podados. Tendría que poner eso en su creciente lista de tareas pendientes.

Su misión había tenido éxito cuando Jinwoon le dio una amplia sonrisa, sus ojos azul aciano brillaron. —Y es un bonito castillo el que tienes.

 

Changmin golpeó a Jinwoon en su pequeña nariz respingona. — No te burles de nuestra casa.

Se acercó más para saborear de nuevo los deliciosos labios de su pareja, pero Jinwoon se apartó. —¿Puedo verlo?

Changmin en silencio carraspeó. ¡Le daría al hombre un recorrido directo a su maldita habitación! Algo pasaba, y él no se estaba refiriendo a su pene. Changmin iba a llegar al fondo de la nerviosa conducta de su pareja.

—Por aquí —hizo un gesto exagerado hacia la puerta de entrada, moviendo el brazo ampliamente. Changmin se tomó un momento para ver el pequeño culo apretado de Jinwoon cuando su pareja entró por la puerta.

Suspiró. Realmente que buen culo tenía. Quizás le mostraría a Jinwoon directamente el sofá donde podría doblar al hombre y… Changmin se apresuró a entrar cuando escuchó un crash. Jinwoon estaba en el suelo, aullando de dolor.

El  hombre había chocado con sus propias   pertenencias.

¡Maldición! Changmin se gritó a sí mismo por haberlas dejado justo frente a la puerta. Levantó a Jinwoon y se acomodó en el sofá con su pareja. —Déjame ver, dulzura.

Changmin examinó el vendaje y no vio nada de sangre, pero los dedos de Jinwoon se veían rojos y parecían dolorosos. Dejó a su pareja a un lado, corrió a la cocina y tomó una bolsa de hielo del congelador.

—No pongas eso en mi mano —dijo Jinwoon en voz alta, mientras sostenía la mano herida contra su pecho—. No quiero que nada la toque en este momento.

El estado de ánimo del hombre había sido amargado desde —Changmin tuvo que pensar en eso por un momento. Desde que Jinwoon vio de cerca su lastimada mano. Hmm, iba a tener que solucionar ese problema emocional.

 

Pero no estaba seguro de cómo hacerlo. Dejando a un lado la bolsa de hielo, Changmin se sentó en el sofá junto a Jinwoon, jalándolo a su regazo. Pasó sus dedos hacia arriba y hacia abajo de la pierna de su pareja, preocupado de que tal vez su mano hubiera sido lastimada durante la caída. —¿Cómo te sientes ahora?

La sonrisa de antes no estaba. —Todavía palpita.

 

Changmin estaba bastante seguro de que Jinwoon no estaba de humor para el sexo. El gran ceño fruncido en el rostro del hombre era una gran indicación del estado de ánimo en espiral de Jinwoon. También podría haber otras cuestiones ahí. Changmin había arrancado a Jinwoon de su hogar habitual. Nunca se le ocurrió que tal vez el fey no quería estar aquí.

Había estado tan absorto en sí mismo, en su ira, que Changmin no pensó que Jinwoon no quisiera mudarse a su casa. No había manera de que se disculpara con Soo Hyun, pero si Jinwoon quería volver al rancho, Changmin arreglaría las cosas con los osos.

Sus uñas arañaban la mezclilla mientras se preparaba para el rechazo. —Fui un poco presuntuoso cuando recogí tus cosas. Si prefieres, puedes volver al rancho.

La rigidez de Jinwoon fue inmediata. Changmin casi podía tocar la tensión que llenaba la sala.

—Aunque —le dio a la pierna de Jinwoon un ligero apretón—, te perderías de los increíbles desayunos que preparo en las mañanas. —Esperaba que huevos y pan tostado contara en su declaración.

La tensión drenó y Jinwoon se relajó. —¿Cocinas?

 

Ahora que el fey parecía animado. Changmin fue por eso. Jinwoon se veía fuera de lugar y él quería que el hombre se sintiera en casa. No le había dicho que quería volver al rancho, por lo que Changmin estaba tomando eso como una buena señal.

Sólo necesitaban llegar a conocerse. —Soy bastante bueno en la cocina. —Le gustaba experimentar con nuevas recetas. No todas ellas resultaban bien, pero en su mayoría, eran comestibles.

Aún no se había enviado a sí mismo al hospital.

 

Jinwoon bajó sus piernas, parecía un poco menos agitado que antes. Las líneas de tensión alrededor de sus ojos y boca finalmente se habían ido. Changmin se sorprendió cuando los labios de Jinwoon se curvaron en una sonrisa inocente. —Tengo hambre. Así que, ¿por qué no me muestras tus habilidades en la cocina?

Changmin podía hacer algo mejor que eso. Levantó a Jinwoon del sofá, lanzando al hombre por encima del hombro, riendo cuando oyó gritar a Jinwoon. Era muy cuidadoso de la mano del hombre, pero el estado de ánimo amargado tenía que irse. No había manera de que tuviera a su pareja amargado.

De ninguna manera en el infierno.

 

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Jinwoon, divertido.

 

—Jugar al papel del bárbaro cavernícola. ¿Está funcionando? —cuando entró en la cocina, Changmin depositó a su pareja en el mostrador y apuntó con un dedo de advertencia al sexy rubio hombre con los más bonitos ojos azul aciano—. No te muevas.

—¿Siempre eres así?

 

Changmin se empujó entre las piernas de Jinwoon, notando la forma en que su pareja se ponía rígido, su respiración cada vez un poco más jadeante. ¿Qué le pasaba al chico? Si Changmin no sabía lo que hacía, pensaría… ¡Santa mierda! Su pareja tenía miedo de darle un beso. Pero eso era ridículo.

Gimió cuando pensó en la conversación que tuvo con Jinwoon en el rancho, y luego la confesión de Jinwoon cuando estaba medicado.

Su pareja no le había contestado cuando le había preguntado si había besado antes. Estaba empezando a pensar que Jinwoon no había besado antes.

Para probar su teoría, Changmin movió la cabeza hacia adelante, sólo para que Jinwoon esquivara sus labios. —¿Pensé que ibas a cocinar?

—Te va a costar.

 

La rubia cabeza de Jinwoon se inclinó con curiosidad, el pequeño gesto hizo más adorables sus rasgos. —¿Qué me costara?  —Jinwoon  miró  rápidamente  el  área  de  la     cocina—.¿Quieres decir, como lavar los platos o algo así?

 

Changmin sintió que su corazón sonreía ante la inocencia de su pareja. El desconcierto por lo que Changmin le pediría también era hermoso. —Un huevo, un beso.

Jinwoon pareció aún más confundido por un momento. Luego, su ceño fruncido se profundizó. —¿Qué tienes, además de huevos?

Bueno, esto no iba tan bien como Changmin había esperado. ¿Por qué Jinwoon no quería besarlo? ¿Era por él? ¿Había hecho algo que molestara a su pareja? Infiernos, quizás Jinwoon no lo quería en absoluto. Ese pensamiento le dio a Changmin escalofríos. ¿Qué pasa si Jinwoon lo aceptaba solo porque eran pareja? De todo lo que Changmin había podido deducir acerca de su pequeño cowboy, el hombre era gay, así que esperaba que ese no fuera el problema.

 

Pero eso dejaba a Changmin con un problema aún  peor.

¿Qué pasa si Jinwoon no se sentía atraído por él y sólo estaba allí porque el destino los había emparejado juntos?

El hecho de que hubiera una atracción no significaba que se enamoraran al instante o que ambos estuvieran felices de pasar el resto de sus vidas juntos. ¿Qué pasa si Jinwoon sólo había estado jugando todo el tiempo mientras trataba de encontrar una salida al apareamiento con Changmin?

Iba a enfermarse del estómago ante todas esas posibilidades. Sintiendo como si las cosas ya no estuvieran bien en el mundo, dio un paso atrás, poniendo un montón de espacio entre él y Jinwoon. Señaló el refrigerador con la mano y le dijo con poco entusiasmo: —Hay un montón de cosas en el refrigerador, fui de compras antes. Come lo que quieras.

Antes de que Jinwoon pudiera decir nada, Changmin salió corriendo de la cocina y se dirigió directamente a su dormitorio, un dormitorio que lentamente estaba empezando a pensar, estaría durmiendo solo. Cerró la puerta detrás de él y se acercó a mirar hacia afuera al patio trasero, en realidad no le interesaba el paisaje fuera de la ventana.

Le molestaba mucho la idea de que él y Jinwoon fueran por caminos separados, eso era más de lo que podía manejar en este momento. Changmin nunca tuvo mucho en la vida, no en la forma de novios o una relación sólida. Encontrar a Jinwoon había levantado su corazón inmensamente.

Estar solo apestaba, y ahora parecía que iba a continuar de esa manera. A pesar de que acababa de conocer al chico, y apenas si lo conocía, Changmin sentía su corazón roto.

—Me dijiste mal besador.

 

Changmin se quedó inmóvil, manteniéndose de espaldas a su pareja mientras trataba frenéticamente de recordar cuándo le había dicho algo tan estúpido.

«O nadie te ha enseñado la forma correcta de besar o yo soy tu primero». Changmin recordó haber dicho esas palabras, pero no había llamado mal besador a Jinwoon. Infierno, había estado esperando ser  el primero de Jinwoon. Estaría más que feliz de enseñarle al hombre todo lo que había que saber sobre el sexo y juegos sexuales.

Girándose, Changmin vio su pareja inseguro, de pie junto a la puerta, como si tuviera miedo de entrar en la habitación. El dormitorio de Changmin.

—¿Es por eso que has estado evitando mis labios?

 

Jinwoon se encogió de hombros y se frotó con la buena mano el brazo opuesto. —¿Te gustaría besar a alguien que te dice eso?

Dio un paso hacia Jinwoon, observando no sólo su expresión facial, sino también el lenguaje de su cuerpo. Cuando el pequeño fey no se alejó de él, Changmin acortó la distancia. —No se puede ser un mal besador si nunca has besado antes. Nunca le diría algo así a mi sexy pequeño cowboy.

—Pero yo no soy…

 

Antes de que Jinwoon pudiera protestar de nuevo acerca de que no era un cowboy, Changmin llevó su mano a la nuca del hombre y lo acercó. Y justo antes de capturar los labios de Jinwoon, le dijo: —Relaja los labios, dulzura.

Jinwoon tomó aliento cuando Changmin inclinó la cabeza y cubrió la boca de Jinwoon con la suya. De nuevo el beso fue duro, pero esta vez Changmin no retrocedió. Persuadió suavemente los labios de Jinwoon para que los abriera, pasó su lengua por la boca  del pequeño hombre.

Estrellas explotaron cuando Jinwoon finalmente fue dócil, con la boca tan suave como  pétalos.  Soltó  un pequeño  gemido y Changmin se comió el ruido. Su otra mano en la espalda de Jinwoon, acercándolo más hasta que sus pechos se tocaban y se moldeaban uno con el otro.

Changmin deslizó la mano por la nuca de su pareja hasta que sus dedos recorrían las  hebras del chico. Y luego les dio un suave jalón. Jinwoon gimió de nuevo, esta vez un poco más fuerte y más largo.

Esos pequeños ruidos iban a ser la ruina de Changmin. Tuvo que utilizar una cantidad exorbitante de control para no llevar al hombre a la cama. Sabía que Jinwoon no estaba preparado para eso. Aún no.

Practicarían el besarse, y quizás le daría al hombre una mamada impresionante. ¿Qué hombre no deseaba conseguir que su pene fuera chupado? Bajó la mano por la espalda de Jinwoon hasta que acunó el trasero de su pareja, Changmin le dio un ligero apretón.

Jinwoon empezó a temblar en sus brazos. «Oh, sí». Esto era demasiado perfecto. Moviendo la mano alrededor, Changmin pasó el dorso de sus nudillos sobre la erección de su pareja, el bulto bajo la gruesa tela de sus jeans era prometedor. Changmin recorrió con su lengua, una vez más, a través de la boca de su pareja antes de pasar a la mandíbula del hombre, manteniendo sus movimientos lentos, para no sólo disfrutar de lo que estaba haciendo, sino también, al mismo tiempo, enseñarle a su pareja.

Convenció a Jinwoon de mover la mano buena al pecho de Changmin antes de besar su camino por el cuello de Jinwoon.

—Changmin —dijo Jinwoon sin aliento.

 

—Aquí contigo, cariño. Lo único que quiero que hagas es disfrutar de esto, nada más —deslizó sus dedos por debajo del borde de la camisa de su pareja, y levantó la tela—. Levanta tus brazos.

 

Jinwoon temblaba como loco, y Changmin se emocionó por la confianza que Jinwoon le estaba dando. Levantó los brazos y Changmin le quitó la camisa a su pareja. Lanzando el material a un lado, pasó sus manos sobre el delgado pecho de Jinwoon, las yemas de sus pulgares rodeando los pequeños pezones marrones.

Changmin se rio. —Baja tus brazos, dulzura.

 

Jinwoon se sonrojó profusamente antes de bajarlos. Sorprendentemente, puso su mano buena de nuevo en el pecho de Changmin sin que se lo dijera.

Estaba aprendiendo. Manteniendo un ojo en su pareja y su lenguaje corporal, Changmin se dejó caer de rodillas.

Miró a Jinwoon y su pareja parecía un poco confundido. Tenía la sensación de que la confusión no era por el hecho de que Changmin estaba de rodillas, sino por el hecho de que era el único de rodillas. —No me importa quien jode ni quien chupa, dulzura, mientras ambos estemos satisfechos. Eso es todo lo que importa. —Le guiñó un ojo a Jinwoon antes de desabrochar los jeans de su pareja—. Y esta noche, me encantaría chuparte.

Los ojos azules de Jinwoon se abrieron un poco con sus lindos labios entreabiertos.

Changmin no podía esperar a que su pareja le chupara el pene. Sabía que no iba a ser esta noche, pero la sola idea de tener esos sexy labios alrededor de su pene excitaba a Changmin.

—Eres tan grueso —dijo con un ronroneo antes de meter los dedos en la cinturilla de los pantalones de su pareja y bajárselos hasta sus muslos, el pene del fey saltó libre.

La circunferencia era increíble.

 

Se tomó un momento para apreciar la vista que tenía delante. Changmin pasó el pulgar sobre el líquido claro, mirando a Jinwoon antes de chupar el dedo en su boca, sus ojos en blanco mientras gemía. —Sabes tan malditamente bueno.

La respiración de Jinwoon era rápida, con los ojos vidriosos mientras observaba a Changmin como si tuviera las respuestas al universo. Sus labios formaron una sonrisa mientras comenzaba lentamente a acariciar el pene de su pareja. —¿Te gusta cómo se siente?

Su pareja asintió.

 

—Pues bien —dijo Changmin, dando a Jinwoon una traviesa sonrisa—. Realmente te va a gustar esto. —Changmin abrió los labios y chupó el pene de Jinwoon con su boca, moviendo su lengua alrededor de la cabeza y gimiendo al mismo tiempo.

Jinwoon empezó a desmoronarse, pero Changmin lo atrapó. Su pareja estaba haciendo todo tipo de ruidos con los ojos en blanco.

Esa expresión elevó el ego de Changmin mientras trabajaba la carne en la boca. Ahuecó sus mejillas, creando una fuerte succión mientras movía la cabeza.

Una mano se posó en la cabeza de Changmin, los dedos se enredaron en su cabello y jaló. Eso sólo aumentó el intenso placer que Changmin ya estaba sintiendo. Quería que la primera mamada de Jinwoon fuera memorable, y por la forma en que su pareja jalaba el cabello de Changmin, estaba siendo exactamente eso.

—Oh, dios... oh, dios... —Jinwoon murmuró una y otra vez mientras Changmin apretaba sus nalgas, masajeando la carne mientras su lengua lamía uno de los lados del pene de Jinwoon y el otro. Era cierto que, Changmin no estaba acostumbrado a chupar nada de ese grosor. Tenía que ir lento o se asfixiaría.

 

Gimió de nuevo, sabiendo que las vibraciones aumentarían el placer de Jinwoon. Su pareja gimió, jalando con fuerza el cabello de Changmin.

—Mi... tú... oh...

 

El fey estaba perdiendo la cabeza.

 

Así era exactamente como Changmin lo deseaba. Si el hombre aún pudiera pensar, Changmin no estaría haciendo un buen trabajo. Pero se dio cuenta de que Jinwoon no estaba pensando. El hombre se caía a pedazos en sus brazos y Changmin no podía estar más feliz.

Tomando la oportunidad, Changmin deslizó un dedo sobre el apretado agujero de Jinwoon, rodeando la pequeña entrada al tragar el pene de Jinwoon por su garganta, aunque tuvo que trabajar la carne lentamente por la garganta.

—Yo... yo voy a... a...

 

Las frases entrecortadas del hombre eran demasiado malditamente sexis. Si su pareja estaba a punto de correrse, Changmin iba a empujarlo al borde. Alejó su dedo del agujero de Jinwoon, deslizó el pene fuera de su boca, y luego escupió en su dedo.

—Preparado, mi pequeño cowboy. —Changmin tomó el pene de Jinwoon en su boca, y al mismo tiempo, presionó su dedo mojado en el culo de Jinwoon hasta el primer nudillo.

Jinwoon gritó al techo mientras su cuerpo se sacudió y se convulsionaba, su semilla brotó a la boca de Changmin. Él la bebió como el mejor de los vinos, lamiendo cada maldita gota    hasta que el pene de Jinwoon estuvo limpio.

Changmin se rio entre dientes mientras agarraba a Jinwoon que se derrumbaba.

 

El hombre tenía una pequeña sonrisa de felicidad en su rostro. —Y eso, mi pequeño y dulce cowboy, es una mamada. Se presenta en todo tipo de posiciones, métodos, y sabores. Yo prefiero estar de rodillas.

—Eres un hombre extraño —Jinwoon contestó, su voz ligera y perezosa. Tenía un brillo que sólo venía de la saciedad. Changmin lo extendió y se extendió en el suelo, sin querer molestar a su pareja.

No se ofendió de que Jinwoon lo llamara extraño. Changmin sabía que era más que un poco diferente de los demás. Le gustaba ser quien era.

Y también estaba allí acostado con su pene duro bajo sus pantalones. Quizás después de que Jinwoon se durmiera él haría… — Oh infierno —dijo Changmin cuando la mano de Jinwoon cubrió su tensa erección.

No estaba seguro de lo que Jinwoon tenía en mente, pero ahora mismo, Changmin se conformaría con un trabajo manual para aliviar el dolor en la ingle.

Jinwoon se giró hacia su lado, observando a Changmin con esos ojos azules tan bonitos, mientras sus dedos fueron al cierre de Changmin. No lo interrumpió. Este era el momento de Jinwoon y Changmin aceptaría cualquier cosa que el hombre le hiciera.

Su pareja parecía insegura y había un ligero temblor en sus dedos, pero eso sólo hizo que lo que Jinwoon estaba haciendo fuera  aún más especial.

Sin decir una palabra, Jinwoon sacó el pene de Changmin y comenzó a acariciar su caliente carne. Sus caderas se movieron hacia adelante en una reacción instintiva, el placer de su pareja tocándolo era abrumador.

—Das un trabajo manual impresionante —dijo Changmin con un profundo ronroneo. Rodó sobre su espalda, Jinwoon subiendo por encima de él hasta que estuvo entre las piernas de Changmin. Había líneas de profunda concentración en el rostro de Jinwoon. Changmin quería decirle a su pareja que se relajara, que sólo siguiera sus instintos, pero no quería que su pareja pensara que lo estaba criticando.

El hombre ya había interpretado mal algo que Changmin había dicho.

—Quiero besarte —Jinwoon admitió con timidez.

 

Pateando los zapatos, Changmin empujó sus pantalones por las piernas mientras Jinwoon le ayudaba a quitárselos. —Ven aquí.

Jinwoon se arrastró a su lado —lo mejor que pudo, considerando que sólo usaba la mano buena— y Changmin colocó al hombre acostado de lado. Los dos estaban de lado, sus cuerpos alineados.

Changmin guió la mano de Jinwoon de nuevo a su pene mientras capturaba los labios de Jinwoon. Fue el más suave y dulce beso. Changmin gimió, extendiendo sus piernas más, mientras Jinwoon lo acariciaba, aumentando el ritmo mientras el fey lo besaba más profundo.

Empujando la lengua hasta la garganta de Jinwoon, Changmin gruñó a través de su orgasmo, lanzando su semilla entre ellos mientras el fuego dentro de él quemaba como un infierno. No sabía que un trabajo manual pudiera ser tan malditamente increíble.

Nunca se sintió tan malditamente bien, cuando él se lo hacía. Jadeó, recuperando el aliento antes de hablar. — Entonces, ¿esto significa que vas a vivir aquí?

Changmin quería tener muy claro que su pareja quería quedarse. Había sacado al hombre del rancho, pero ahora que estaba más tranquilo, se preguntaba si fue lo mejor.

 

—Me gusta estar aquí —dijo Jinwoon, aún con el pene de Changmin en la mano.

No estaba seguro del porqué, pero esas cuatro palabras se sentían como si tuvieran otro significado. Changmin no iba a presionar a su pareja. El hombre había dicho que le gustaba aquí.

No le había dicho que estaba muy contento de que Changmin fuera su pareja, pero tampoco había dicho que quisiera irse.

Entonces ¿por qué la respuesta de Jinwoon lo dejó sintiéndose más solo de lo que jamás se había sentido antes?

 

continuara....

 


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