Wei WuXian se cercioró que no hubiera nadie en la mansión y tomando las llaves de su auto se dispuso a salir. Estaba abriendo la puerta del garage cuando sintió una presencia.
-¿Hoy es ese día verdad?
Luego de dar un pequeño salto, con su mano en su pecho dio un suspiro-Jiang Cheng no hagas eso. Casi me matas del susto.
-Mi madre fue al salón de belleza temprano.-se acercó-¿Que excusa le inventarás hoy?
-Que también fui al salón. De todos modos no es como si fuera su dinero.
-Sabes que no es por el dinero le molestan tus actos
-Y esa es la cuestión. Haga lo que haga, le causará molestia, así que prefiero evitarla.
-Solo vuelve luego ¿si?
-Sabes que me es difícil.-sonrió subiéndose al auto.
Fue a una pequeña librería a las afueras de la ciudad, luego a un mini-mercado y por ultimo a una juguetería.
Estaba observando su botín en el maletero con una sonrisa de satisfacción y cerrándolo emprendió el camino.
Luego de poco menos de una hora de viaje llegó hasta un barrio muy humilde. Se estacionó fuera de una pequeña casa y llamó a sus habitantes mientras se acercaba al maletero, luego de unos segundos un grupo de cinco niños y niñas salieron de la casa para rodearlo en un abrazo, entre gritos, y saludos, pequeños besos y mucho cariño entraron a la casa desde donde salio una mujer con una amable sonrisa agradeciendo el buen gesto del joven.
Los niños estaban emocionados descubriendo cada regalo que se le había traído mientras él y la mujer ordenaban las cosas en la despensa.
Luego de un par de horas salieron los siete a una plaza cercana donde estuvieron jugando durante un par de horas. Wei WuXian ya cansado le pidió un respiro a los niños y se acercó a la mujer que estaba observándolos desde una banca, se sentó a su lado suspirando cansado, pero con una gran sonrisa. El día pasó demasiado rápido y llegó la hora de despedirse.
Wei Wuxian emprendió el camino a su hogar con el corazón hinchado de felicidad.
El jueves siguiente realizó la misma rutina, pero cuando estaba pasando lista a sus ultimas compras antes de partir a su destino alguien apareció a su lado.
-¿Vas donde esos niños? Quiero ir contigo.
Wei WuXian se sorprendió y luego sonrió cerrando la maletera, para dirigir su mirada a Lan Zhan, quien lo observaba atento. -No es asunto tuyo esto. Por favor no te entrometas.
-Wei Ying...yo de verdad quiero ayudarte.
Se miraron unos segundos, fueron miradas intensas. Wei WuXian sintió casi su corazón detenerse, entonces se alejó para entrar al auto y antes de hacerlo miró a Lan Zhan que aun estaba parado junto al maletero. -¿Vas a subir o no?-pareció ver una leve sonrisa y entró al auto por el lado del copiloto.
Wei WuXian emprendió el viaje y estuvieron en silencio por largos minutos.
-¿Eras tu el que me siguió la semana pasada?.-el silencio de Lan Zhan afirmó su sospecha-Temí por un momento que fueran los secuaces de madam Yu.
-¿Por qué lo haces? ¿Qué ganas? Wei WuXian rió desganadamente y suspiró
-¿Por qué crees que todo hay que hacerlo con un beneficio propio? Si lo hago es por que lo siento.-hubo un corto silencio-La familia a la que visite la semana pasada...la mujer trabajaba para madam Yu hace dos años, en ese entonces podía manejarse con sus dos pequeños, pero su hermana enfermó y falleció dejándole tres pequeños a cargo. Su único error fue salir un par de horas antes de su horario por que su sobrino mas pequeño estaba enfermo. Madam Yu fue implacable. La despidió sin ninguna conpensación y se encargó que nadie de nuestro grupo de conocidos la contrataran.-suspiró para contener la rabia.-La familia que vamos a visitar hoy es de un hombre de la familia Wen-observó la cara de Lan Zhan tensarse un poco-Se lo que piensan de esa familia, pero no todos son iguales. Este hombre y la mujer dedicaron su vida a servirles, a pesar de ser de la familia, por ser de una rama mas pobre les tomaron de esa manera, pero ellos nunca se quejaron, inclusive cuando luego de que el hombre fue echado por no querer entrar en los negocios turbios. Ese trabajo era su vida, luego de aquel desprecio se enfermó y murió dejando sola a su esposa. Esa mujer cuidó de ANing y AQing, por ellos decidí a ayudarla, ya que a ellos les tienen prohibidos acercarse. Hace un par de meses murió su única hija en circunstancias extrañas y tuvo que hacerse cargo de su nieta de cinco años. La tercera familia es de una mujer que fue amante del patriarca de la familia Jin. Se enteró que tenía un hijo enfermo y la deshecho como cualquier cosa. Me enteré cuando la reconocí al ir a un hospital publico. Estaba en tratamiento con su pequeño y completamente sola. -luego de un silencio donde tuvo que tragarse un nudo para no llorar de rabia llegaron a la pequeña casa.
Como había sido en la casa de los niños, la pequeña salió a recibirlo y la abuela lo esperó en la puerta.
-Joven Wei. Se le extrañaba. Me alegro verlo.
-Yo también te extrañé mucho gege.-dijo abrazada de las caderas de Wei Ying, para luego darse cuenta del chico que estaba tras ellos, se trató de esconder aun mas entre las ropas de Wei Ying.
-Tranquila. Este es mi amigo Lan Zhan. -se agachó para susurrarle-Es bueno aunque su cara diga lo contrario.-se alejó sonriendo y la pequeña le devolvió la sonrisa enfrentándose tímidamente ante aquel chico de ojos claros.
Lan Zhan dió una leve sonrisa y le ofreció un peluche de osito, que la niña recibió con una gran sonrisa.-¡Gracias gege!- corrió donde su abuelita mostrando el osito.
Entraron y luego de una amena charla la anciana los invitó a merendar. Luego de la comida Lan Zhan acompañó a la cocina a la anciana.
La pequeña se levantó acercándose a Wei WuXian, le hizo un gesto para decirle un secreto. -¿Ese chico es tu novio? -susurró por lo bajo a Wei WuXian se alejó mirando la sonrisa picara de la pequeña y sonrió
-Tienes que guardar el secreto-la pequeña asintió animadamente.
Luego desde donde estaba observó a Lan Zhan que escuchaba a la anciana de manera atenta, entonces sintió una pequeña chispa en su corazón-Iré a ayudar a tu abuelita.
Al final todos ayudaron a lavar, secar y ordenar la cocina. Luego de un par de horas decidieron volver.
-Le dije a mi chofer que me recogiera en tu casa. Espero no te moleste.
-Para nada Lan Zhan. Entonces vamos.
Wei WuXian seguía pensando en la pregunta de Lan Zhan entonces interrumpió el silencio. -Quizas si hay algo de egoísta en lo que hago, Lan Zhan.
-¿Que podría ser?-dijo extrañado
-El tener una conciencia limpia. Estoy seguro de que si hubiera dejado pasar estas injusticias sin hacer algo, no hubiera podido estar tranquilo. Creo que esa es mi ganancia.
Se miraron por unos segundos hasta que la bocina de un auto los sacó de su ambiente. Llegaron a la mansión Jiang. Antes de bajar Wei WuXian sujetó del brazo a Lan Zhan mirándolo a los ojos-Necesito que mantengas esto en secreto. No quiero problemas con ninguna de las familias para mi tío.
-Con una condición...que la otra semana me dejes acompañarte.
Wei WuXian rió algo aliviado-Por supuesto, si es lo que quieres
Wei WuXian bajó primero.
-¿Que te he dicho sobre ir donde esa gente? ¿Cuales eran hoy? ¿La mujer que me traicionó, los desechados Wen o el niñito enfermo?
Wei WuXian se contuvo de hablar por la rabia que sentía, pero no quería hacer pasar ningún mal rato a su tío, entonces notó que la expresión de la mujer cambió, siguió su mirada y notó que Lan Zhan había salido del carro y se estaba acercando a ellos.
-Joven Lan WangJi que alegría verle por aquí.-el joven de ojos claros hizo una reverencia. -¿No me diga que estaban juntos?
-Asi es. Estuvimos todo el día juntos.- dijo sin cambio en su expresión, luego la mujer fijó su vista en el otro joven
-Me alegro que sigas el ejemplo de ACheng. Los jóvenes Lan les harán corregir sus caminos.
Sin caer en mentira y dejando que la imaginación de madam Yu volara dejó de molestar a Wei WuXian gracias a Lan Zhan. Los dejó solos y ambos caminaron hacia la entrada de la mansión donde apareció el auto que venia por Lan WangJi.
-Gracias Lan Zhan.-dijo con una sincera sonrisa
-Gracias a ti.-luego de una reverencia entro a su automóvil.
Wei WuXian siguió con su mirada aquel auto hasta que desapareció en el horizonte. Entró sin prisas, con una sonrisa y sintiendo una chispa de calor en su corazón.