Diferentes tipos de personas existen en este mundo, muchas son las personas que disfrutan el lastimar, agredir, violentar a los demás. Todos los días en las noticias se logra escuchar sobre alguna persona desaparecida o encontrada sin vida; sin duda alguna hay muchas personas malas pero de igual forma hay personas muy buenas, aquellas personas que ayudan a alguien cuando se encuentra en problemas, aquellas que ayudan a apagar un incendio o hasta aquellas que no juzgan y tratan con amabilidad a los demás.
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Se encontraba desayunando cuando un mensaje de su tía lo interrumpió de los videos de comedia que veía en el celular, miro el mensaje y lo contesto después de esto miro su reloj y tomo calmadamente los trastes de la mesa.
Lavo sus dientes y peino un poco más su cabello, tomo sus audífonos de casco y salió de su casa dejando todo bien cerrado.
Su camino a la escuela era un poco retirado pero eso no lo molestaba, bajo del autobús que ese día decidió tomar y comenzó a caminar, solo faltaban dos calles para llegar a su escuela y en el camino miraba como diferentes carros bastante sobresalientes se paraban en la calle, algunos carros eran de los mismos estudiantes que bajaban del lado del piloto y le entregaban a un trabajador las llaves del auto, otros carros eran conducidos por choferes que llevaban a los estudiantes.
Una sonrisa burlona se apreció en su rostro, no podía creer que tan caprichosos podían llegar a ser sus compañeros. Dio un par de pasos más hasta que vio de perfil a aquel chico de cabello negro y cejas pobladas que conocía.
-¡Makoto! – lo tomo de un hombro abrazándolo por encima
-Tsk- fue lo que se escuchó en el momento que sintió el brazo del otro en su cuerpo – No me trates como si fuéramos cercanos, idiota
Una escandalosa risa salió de su boca pero fue interrumpida y callada por una pareja que llego a interrumpirlos.
-¿Podrían callarse?- miraba irritados a los dos chicos mientras sostenía en sus manos un objeto extraño
-Buen día para ti también Midorima- le dijo con una sonrisa mientras escuchaba que un pelinegro comenzaba a criticar al peliverde
-¿No se supone que la realeza tiene buenos modales?- sacaba con burla Makoto mientras miraba el ceño del chico fruncirse
Una risa sonora se escuchó pero esta vez acompañada del pelinegro que también reía un poco, a ambos les encantaba molestar a Midorima.
Por último se escucharon unos pasos acercándose a ellos seguido de un cortes “Buen día a todos” al cual los tres chicos dieron una respuesta, algo muy peculiar. Entraron a la escuela para comenzar con su día.
El instituto Rakuzan era de los mejores institutos para alfas de Tokio, debido a que se consideraba que los alfas tenían un mejor futuro se les hacían institutos que ayudaran a desarrollar al máximo sus habilidades en todos los aspectos y de todos Rakuzan era el más reconocido. Los estudiantes eran tratados como prodigios les enseñaban desde economía, administración, etiqueta básica y todo aquello que les fuera de ayuda para demostrar que serian grandes alfas, la mayoría de los estudiantes eran hijos y herederos de grandes empresarios, Rakuzan también se centraba en desarrollar las actividades físicas y culturales por eso tenían clases de todos los deportes que se pudieran imaginar y de todas las bellas artes, el formar parte de ese instituto entregaba un cierto respeto y no porque fuera caro (porque lo era) sino porque el que perteneciera ahí tenía que aguantar el ritmo tan ajetreado de la escuela.
Usualmente las clases se extendían hasta las 6 de la tarde pero en ese caso terminaron antes al ser canceladas unas clases deportivas debido a que se necesitaba preparar la piscina para la clase de natación pero no por eso se habían salvado, a pesar de eso ese día tuvieron clases teóricas (ingles, química, literatura, algebra, economía, etc.), clases deportivas (golf, basquetbol) y por ultimo clases de etiqueta y alfarería. Terminando con las energías de algunos de los estudiantes. Después de su agitado y agotador día se podía notar cuatro alfas caminando por la calle.
-¿No sé porque debo aprender golf?- ponía sus manos en la cabeza
-¿Yo no sé porque debemos ir caminando si podemos ir en uno de los autos?- decía mientras miraba los ojos curiosos que los observaban.
-Nadie te obliga a venir, Midorima- decía con arrogancia el pelinegro
-Cállate, no lo hago porque quiero yo solo vengo para acompañar a Akashi- reclamaba el peliverde
-Agradezco tu preocupación- mencionaba con cortesía el bajo pelirrojo
Ese era su grupo singular de ¿amigos?, no sabía si podía llamarlos amigos pero eran las personas con las que disfrutaba su último año de preparatoria, todos con personalidades diferentes y con pocas cosas en común. Hanamiya Makoto un chico con una personalidad bastante retorcida y que odiaba que lo catalogaran como el alfa perfecto, asistía a ese instituto ya que su padre lo obligaba pero le gustaba meterse en problemas para demostrar que él de perfecto no tenía nada. Midorima Shintaro hijo mayor del médico más reconocido de Japón y el cual contaba con 5 hospitales y dueño de muchas fundaciones, Midorima era un alfa recto al cual le gusta seguir las reglas y no destacar de forma negativa ya que al meterse en problemas metía en problemas a toda la familia Midorima. Y por último Akashi Seijuro heredero de todas las empresas Akashi las cuales manejaban la mayoría de los mercados tecnológicos en el país y los cuales se expandía al extranjero, al tener tan alto nivel Seijuro debía ser perfecto, no, más que perfecto ya que cada paso que daba, cada palabra que salía de su boca o cada mirada que diera perjudicaba al apellido Akashi ya fuera de forma positiva o negativa.
Y ahí estaba él, Kagami Taiga con un grupo que no se parecía en nada a su forma de ser, Taiga odiaba los lujos en exceso o que la gente lo tratara diferente solo porque era un alfa, el género no le importaba, trataba de igual forma a todas las personas.
-¿Y entonces? – todos miraron al peliverde- ¿Por qué debemos regresar caminando?
-No me gustan las extravagancias prefiero disfrutar de las calles y la gente- miraba a Midorima- Y ustedes no se exactamente porque vienen detrás de mi
-No te sientas gran cosa Kagami, yo no vengo detrás de nadie- miraba con enfado al más alto- Yo solo estoy aquí porque a Kiyoshi le molesta que este contigo y si esa es la única forma en la que puedo hacer que este lejos de mi lo hare
-Jajajaja- reía Kagami enseñando todos los dientes- Un día Teppei vendrá a romperme la cara
-Llámame para estar ahí
-¿Me ayudaras?
-No, quiero ser el primero en la fila- decía mientras miraba a Midorima- Tu estas porque él está aquí. ¿Y su majestad porque va detrás de Kagami?
-Yo estoy aquí evaluando a mi prospecto de prometido- miraba al pelirrojo más alto
Makoto estallaba de risa mientras decía “No quiero estar en tu lugar Baka”. Kagami solo miraba con algo de asombro a Seijuro
-Sabes que no me casare contigo ¿verdad?
-…..-
-¿Por qué no lo harías? ¿Acaso ya estas comprometido?- dejo de reír ya que la curiosidad lo invadía
-No es así… Bueno hay alguien que mi padre eligió pero yo solo lo veo como un hermano
-Oh- fue el único que expreso su asombro a pesar de que los tres estaban sorprendidos
Midorima estaba a punto de cuestionar también al pelirrojo hasta que escucharon un grito.
“¡AYUDENME! ¡QUE ALGUIEN ME AYUDE!”
El grito se escuchó desgarrador, Midorima buscaba de donde provenía el grito para evitar cruzar por esa calle, llamaría a un policía para que se encargara pero evitaría meterse en ese problema, su reacción fue lenta al notar como Kagami tiraba su mochila y corría en dirección del lugar.
-¡¿KAGAMI QUE DIABLOS HACES?! – grito mientras sentía como Makoto le aventaba su mochila
-Por eso es divertido estar con ese idiota- sonrió mientras corría detrás de Kagami
-¡HANAMIYA! ¡MIERDA! – miraba a los chicos irse y luego miro la mochila ajena que tenía en sus manos
-Sin duda Makoto tiene razón en algo, Taiga es interesante- tomaba la mochila de su prospecto y comenzaba a caminar- Vamos Shintaro
Corría con todas sus fuerzas mientras entraba a un callejón oscuro donde vio a 5 chicos encima de un joven de cabellos celestes, los cuales parecía que estaban a punto de violarlo, sus instintos de alfa se encendieron de inmediato.
-¡HEY! ¡¿QUÉ MIERDA ESTAN HACIENDO?!
No espero respuesta de los agresores y tomo por el cuello al tipo que se encontraba encima del peliceleste sin dudarlo y sin medir sus fuerzas soltó un golpe directo a su rostro. Realmente no pensó en algún plan o algo similar así que no sabría lo que haría con los cuatro chicos que se le acercaban y con uno que estaba en proceso de pararse. Sin dudar comenzó a tirar golpes y patadas pero ellos lo superaban en número hasta que escucho a Makoto.
-Deja que te ayude un poco Kagami- dijo con una sonrisa
Taiga no respondió a dicha propuesta sino que siguió golpeando a los tipos que se le acercaban, en el momento en que ya dos de ellos se encontraban en el suelo inconscientes miro al chico peliceleste.
-¿Puedo dejar que te encargues de los que restan?
-Claro- dijo con arrogancia
Camino confiando que Makoto no dejaría que alguno de los tipos lo atacara hasta el chico que se podría considerar como la víctima.
-¿Te encuentras bien? – fue lo único que alcanzo a decir antes de que el chico perdiera el conocimiento.