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Draco's Plan por JennVilla

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Harry estaba durmiendo.

Draco, a su lado, en una sencilla cama que antes había sido un sillón de la Sala Común de Slytherin, lo contemplaba en silencio.

Recorrió con la vista su rostro; aquel rostro con ese gesto tranquilo que sólo el sueño puede conceder, las largas y negras pestañas que revoloteaban con cada suave respiración que salía de la pequeña y bonita nariz de Harry, y los labios entreabiertos con signos de haber sido besados hasta el cansancio horas antes.

Draco recordaba haber sostenido a Harry cerca, sus cuerpos cubiertos de sudor hacían un poco difícil y molesta la cercanía, pero Draco lo hizo de todos modos, no se arrepintió. No podía tener suficiente de él. Gimió y jadeó el nombre de Harry mientras se introducía en él, mientras lo sostenía más cerca, mientras se balanceaba hacia adelante y hacia atrás. Recordó lo bien que se sentía su cuerpo, lo increíbles que eran los pequeños gemidos de Harry cuando se acercaba a su liberación.

Recordó haber chupado suavemente su cuello, para luego haber lamido esos chupetones, antes de que desaparecieran de su piel. Luego había besado suavemente sus labios, hinchados por los muchos besos que se habían prodigado apenas entrar al aula en desuso.

Recordó cómo Harry se había inclinado hacia él, y le había obligado a Draco a profundizar sus embestidas, con el sólo movimiento de sus caderas.

Recordó cómo Harry se había tensado a su alrededor cuando se vino. Recordó su rostro contraído en un gesto de inmenso placer, ese gemido de satisfacción que apareció junto con el nombre de Draco en sus labios. Recordó haber sentido una sensación similar cuando él mismo se vino; el dolor de contenerlo por tanto tiempo finalmente fue reemplazado por la dulce sensación de liberación.

Recordó cómo se acurrucaron cuando terminaron; cómo Harry había besado suavemente las mejillas y la nariz de Draco y cómo Draco le devolvió el gesto. Recordó cómo Harry le había mirado profundamente con esos hermosos ojos verdes, y cómo después, le acariciaría el rostro suavemente y le murmuraría Te amo.

Harry había caído dormido de inmediato, sin esperar respuesta.

Draco había estado despierto todo ese rato; la emoción había menguado su somnolencia y ahora no podía dejar de observar a Harry, haciendo en su mente una lista -que ya se estaba alargando, sin remedio- de todas las perfecciones de Harry Potter.

Ese mismo día, habían regresado a Hogwarts para empezar su quinto año.

Después de muchas visitas en las vacaciones por ambas partes -bajo la vigilancia de Black y preguntas incómodas por parte de Narcissa-, Draco y Harry se habían encontrado en la plataforma para esperar al Expreso de Hogwarts. Black y Lupin acompañaron a Harry, y Lucius insistió en acompañar a Draco; todo resultó en más peleas y en un breve escape para ambos jóvenes de los vigilantes ojos de los adultos. El Expreso había llegado y Draco haló de Harry para tener un rato a solas.

No pudo ser, obviamente.

Estaban en el compartimiento, muy enfrascados en besarse y tocarse, cuando Pansy y Blaise se habían logrado colar allí. Pansy le había reclamado el no estar haciendo las rondas de Prefecto, y Blaise había molestado a Harry con bromas picantes. Un rato después, ambos salían con forúnculos en sus caras.

Draco quiso volver a empezar con su asunto, pero nuevamente fueron interrumpidos. Draco quiso ahorcar a Harry por no hacer un sencillo hechizo de bloqueo a la puerta, y Harry seguramente pensó lo mismo.

Granger, Weasley y Longbottom entraron. Granger se había excusado con que no había más puestos libres, y Weasley se veía realmente incómodo. Longbottom fue el único con sentido común como para percatarse de que habían interrumpido algo, y les había recordado amablemente a los otros dos que eran Prefectos y que tenían que hacer rondas. Granger y Weasley no demoraron en salir, con los gritos y regaños de la castaña de fondo. Longbottom salió después, guiñando un ojo a Harry.

La discusión que le siguió fue estúpida, pero no pasó a mayores. En realidad, terminó muy bien, y Draco, en medio del Gran Banquete mientras Dumbledore daba su discurso, tenía los nervios a flor de piel; su excitación, sumada a las insinuantes miradas que Harry le regalaba desde la mesa de Gryffindor, estaban amenazando con su cordura.

Terminada la cena, Draco había casi arrebatado a Harry de las garras de Granger y Weasley y se lo había llevado a un pasillo oscuro. Los besos iban subiendo de temperatura pero todo fue abruptamente interrumpido, cuando un elfo doméstico apareció a poca distancia de ellos.

A Draco, la criatura le pareció familiar pero poco le importó, estaba ya sacando su varita para maldecirlo, pero la criatura había chillado y saltado entusiasmada cuando pudo atisbar a Harry.

El tal Dobby -Draco lo recordó como el elfo traidor- había informado a Harry sobre un -según él- fantástico descubrimiento; una sala que se encontraba ahí mismo en Hogwarts, y que cedía a los deseos del ocupante.

Draco no puso demasiada atención y había arrastrado a Harry, en dirección al aula en la que siempre se habían reunido. Ya allí, no pudieron contenerse.

— ¿En qué piensas? —preguntó Harry abriendo los ojos.

Draco salió de su ensimismamiento.

—En que eres un tonto. Hubiésemos estado más cómodos en la tal Sala de la que habló tu amiguito.

— ¡Pues tú no diste tiempo a que yo siquiera comprendiera qué estaba diciendo Dobby!

—Qué raro en ti. —se mofó Draco.

— ¿Disculpa?

Draco rio entre dientes y se giró para abrazarse al cuerpo de Harry.

— ¿Tengo cara de somnífero como para que enseguida de que lo hiciéramos, cayeras dormido? —preguntó— Me ofendes, Potter.

Harry acarició el pelo de Draco lentamente, mientras decía en voz baja:

—Por lo menos yo dije que te amaba.

Draco no pudo dejar de entrever que las palabras de Harry sonaban un poco heridas, así que se apresuró a remediarlo.

Girando un poco y mirando a Harry a los ojos, dijo con convicción:

—Y yo te amo a ti, Harry. No puedo imaginarme sin ti; eres de lo más puro que hay en mi vida. Y sé que ahora mismo me estoy declarando como una Hufflepuff pero me importa una mierda. Te amo, Harry. Y quiero que no dudes jamás de eso, ¿me oyes? Eres... eres algo así como mi plan.

Los ojos de Harry estaban un poco cristalinos.

— ¿Tu plan? —preguntó sonriendo.

—Sí —dijo Draco, transmitiendo su sinceridad con la mirada y sin saber cómo más expresarse—. Fuiste, eres y serás mi plan para alcanzar la felicidad en mi vida. Para cumplir el sueño de estar con la persona que amo, que eres tú.

Harry inclinó la cabeza y besó suavemente los labios de Draco.

—Eres muy raro. —rio, después de recuperar el aire por los besos compartidos.

—Pero entendiste lo que quise decir, ¿no? —Draco trató de no sonar ofendido.

—Sí —dijo Harry, besándolo de nuevo—. Y estoy muy feliz de escuchar algo así.

Draco sonrió y devolvió el beso.

Sus planes no eran los más ingeniosos, pero habían funcionado. Eso tenía que significar algo.

 

 

 

 

 

 

 

-FIN-

Notas finales:

¡Muchas gracias a todos por leer!

También quiero disculparme por la tardanza entre las actualizaciones. Estuve mucho tiempo sin computadora, y luego sin internet :(

Gracias a KaguraShan y a ikanaide_ por siempre dejar review.

Espero les haya gustado este fanfic y que estén al pendiente de próximos trabajos que estaré subiendo por aquí.

All the love,

Jenn Villa.


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