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I hate everything about you por SelPattz

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Every time we lie awake
After every hit we take
Every feeling that I get
But I haven't missed you yet

Severus Tobias Snape tenía la reputación de ser un completo hijo de puta sin corazón y él nunca se molestó en desmentirlo pues a decir verdad todo lo que decían de él a excepción del ridículo rumor sobre su supuesto vampirismo era cierto, por lo mismo nunca se imaginó que pese a ello y su horrible personalidad ciertas clases de oclumancia harían que cierto joven de ojos verdes se fijara en él y mucho menos que se encontraría correspondiendo a dichos sentimientos de manera tan profunda.

El pocionista nunca se permitió nada con el menor y no solo por los enorme riesgos que correrían con el ministerio sino también porque era consciente de la guerra en la que pronto se verían envueltos y su papel en la misma, como doble espía podría morir en cualquier momento y no deseaba atar al joven a él en aquellas circunstancias. Pero la guerra no fue entera y cuando por fin la batalla terminó Harry en su testarudez salvó su vida del mortal ataque de Nagini, una vez que Severus se recupero fue que por primera vez se permitió vivir de verdad, lo primero que hizo el ojinegro fue renunciar a la docencia y por fin abandonar aquella lúgubre casa en la calle de la hilandera, reclamó el poder sobre las bóvedas Prince al ser el único ser viviente con algún lazo sanguíneo con esa casa anteriormente tan ancestral y orgullosamente, con dicha fortuna y sus ahorros de su odiosa vida laboral compró un chalet en un recóndito y pequeño pueblo mágico a las afueras de Escocia donde inició un muy exitoso negocio de pociones vía lechuza. La rapidez y premura con la que se realizó todo aquello podrá haber parecido una locura viniendo del siempre estoico jefe de la casa Slytherin pero la verdadera locura se mostró cuando sin pudor llegó a la madriguera y frente a todos sus amigos y conocidos besó a Harry Potter para enseguida pedirle que se mudara con él.

Han pasado cinco años desde entonces y aquí se encuentra ahora el pocionista en su biblioteca privada tomando una copa de whisky de fuego en compañía de un hermosos gato negro llamado Asmodeus.

-Puedes hacerlo, eres un puto adulto Severus, puedes hacerlo…- se dijo dando el último trago seguro de sí mismo pero sus manos temblaban y tenía una extraña sensación de hormigueo en el rostro

-¿Sev? ¡Estoy en casa!- la voz de su pareja se hizo desde la entrada de su hogar, el pelinegro tragó saliva saliendo a su encuentro

-Qué bueno que llegas, tengo algo que decirte- murmuró cuando estuvo frente al menor

-¿Sucedió algo? ¿Por qué tan serio cariño? ¿Estás bien?- cuestionó Harry tomando sus manos con delicadeza

-Tenemos que terminar- dijo Severus con expresión neutra, de aquellas con las que impartía sus clases en antaño a pesar de que luchaba por no buscar una superficie de la cual sostenerse pues las piernas le fallarían en cualquier momento

-¿Terminar? ¿De qué hablas amor?

-Lo sabes bien…

-Sev, estás diciendo tonterías- murmuró el ojiverde sonriéndole- deberías ir a recostarte y mientras te prepararé algún refrigerio…

-¡No!- le interrumpió el mayor con un grito grave- entendiste a la perfección Potter, te quiero fuera de mi puta vida

El pocionista respiraba pesadamente esperando que su enojo hiciera entrar en razón de una vez por todas al otro, que el moreno por fin entendiera o jodida que era su relación pero no sucedió, la mano de Harry que hasta el momento había sostenido su muñeca con delicadeza repentinamente se convirtió en una garra tan pesada como grilletes de acero damasco que laceraba su articulación, la respiración del ojiverde se alteró y su rostro se descompuso mostrando una  rabosa mueca antes de recuperar la compostura y sonreírle a Severus, una sonrisa macabra que no llegaba a sus ojos que contrario a su calidez habitual ahora se mostraban fríos y sin chispa de vida.

-No Sev, tú no quieres eso…- susurró con un tono que habría aterrado al mismísimo Voldemort

-Sí, s-si lo quie…

-¡No!- le interrumpió- tú no sabes lo que dices, debes de recordar que el medimago dijo que el veneno de Nagini tendría secuelas de por vida

-Eso no tiene nada que…

-¡No me interrumpas!- el castaño gritó haciendo un fuerte desplante de magia accidental haciendo que Severus se estremeciera- Sabes que detesto que me interrumpan cariño

-Harry… tienes que calmarte…

-Como te decía, tú solo estás teniendo un episodio. No quieres que terminemos porque tú y yo nos amamos con locura ¿Cierto?- murmuró soltando su agarre para tomarlo del rostro y obligarle a mirarlo a los ojos

-Yo…- Severus dudó, su poca seguridad se esfumó haciéndole detestarse por darle al joven tal cantidad de poder sobre sí mismo

-Contesta- ordenó con las mandíbulas apretadas y aumentando la fuerza de su agarre

-Sí pero…

-¿Pero?- siseó Harry molesto

-Te amo Harry pero a veces siento que me asfixio- confesó el mayor

-Sé que puedo ser muy encimoso, pero es por tu bien querido. Tú no puedes estar solo, necesitas que yo cuide de ti- murmuró el ojiverde con aquella voz tan sedosa y peligrosa

-¿Y qué hay de tus celos?- se atrevió a cuestionar

-Cuido lo que es mío, es mi forma de amar querido, tu mejor que nadie conoces mi infancia. Nunca fui dueño de nada ni siquiera del cariño de alguien asi que no me puedo arriesgar a perderte

-Soy un ser humano, no un objeto de tu propiedad- siseó Severus

-Sev, mi amor, si vieras como te ven. No lo tolero, ellos no te conocen solo ven al héroe de guerra pero no conocen al pequeño e indefenso niño que aún vive aterrado en tu interior, solo te creyeron cuando yo hable a tu favor, así que no te merecen. Ellos no velaron por tu salud…

-Detente…

-Mi amado, sabes que nadie te amar como yo, nadie podría amarte si te conociera realmente por eso anhelas tanto mi cariño…- el menor besó sus labios castamente

-Deja de jugar con mi cabeza, ya no puedes manipularme más Harry- declaró alejándose como si aquel roce le quemara

Harry gruñó molesto mientras su magia desbordaba haciendo temblar la casa hasta sus cimientos. Sus nudillos se crisparon hasta volverse blancos cual papel haciendo daño al mayor quien no pudo evitar sentir miedo., el moreno nunca había llegado a lo físico en sus discusiones pero en este momento parecía dispuesto a darla una paliza y Severus se quedó helado y sin poder reaccionar

-No cariño, tu jamás debes temerme- susurró el ojiverde soltándole mientras volvía a regalarle aquella sonrisa macabra- Está bien, te daré lo que pides…

-Sí, necesitas tu espacio y lo entiendo, te daré el tiempo que necesites…

-Eso no es lo que…

-Y cuando te des cuenta- siseó elevando la voz, molesto por la interrupción- cuando te des cuenta de cuanto nos necesitamos estaré ahí esperando por ti

-Eso no sucederá- murmuró ahora molesto al sentirse de nueva cuenta menospreciado y como si sus sentimientos u opinión no importara

-Sevie te conozco mejor de lo que crees, mejor incluso que tú mismo- sin decir más el joven se dio media vuelta y salió de la casa en completa calma

Severus suspiró con alivió ignorando deliberadamente las últimas palabras de Harry y se dejó caer en el sofá cuando sus piernas ya no pudieron sostener su propio peso, respiró pesadamente hasta que ya no pudo controlar el llanto y sus sollozos resonaron con fuerza mientras gruesas lágrimas de alivio y felicidad corrían por sus mejillas: Realmente lo había logrado.


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