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Physical por jotaceh

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!

Sinceramente no sé qué me sucede con esta historia. Intento no escribir tanto drama ni pesares, pero me es imposible. Supongo que es porque  no veo nada más en Tomás, nada que pueda ser convincente.

 

Espero, de todos modos, que les guste el capìtulo.

Espero que todos sus deseos se estén cumpliendo.

Nos leemos!!

Tomás VI

 

Si hay algo que he aprendido es que siempre puedes fingir estar bien. ¿Qué importa si todos te tratan mal? Al final todo dependerá si te lo crees o no, y en lo personal, prefiero perderme en mi mundo antes que sufrir por situaciones que no puedo remediar.

-Entonces tu mamá admitió que nunca deseó tenerte, que no te quiere y que se avergüenza de ti –Celeste resumió todo lo que le había contado a través del celular.

-Sí –

-¿Y aun así quieres seguir viviendo con ella? –

-Sabes perfectamente que si me vine del campo fue porque no soportaba más mi vida allá, independientemente de la decisión que había tomado mi papá sobre su vida personal. Solo te tenía a ti, no tengo más amigos ni nada que me ate, quería cambiar y lo he logrado. Ahora tengo novio –es la razón por la cual no me he marchado.

-¿Y si eso no funciona y terminan su relación? –

-Bueno, en ese caso buscaría a Marcelo, que estoy seguro que está enamorado de mí. Es que no te había contado. El otro día me invitó a una clase de yoga, pero no a cualquiera, porque era una impartida por su mamá. ¿Te das cuenta? No lo hizo como profesor, sino porque quería que ella me conociera, porque soy muy importante para él. ¿Verdad que es tierno? –

-Ay Tomás, me da la impresión que nuevamente te estás inventando historias en tu cabecita loca, igual como hiciste con Ricardo de la Sotta hace dos años –

-Eso fue distinto, no es mi culpa que ese sujeto no haya querido asumir nunca su homosexualidad. Además, con Enrique y Marcelo me llevo bien de verdad, no es un amor platónico como con ese rubio desabrido –

-Ok, espero y no te equivoques –

-Ay que pesimista que eres. Otro día te vuelvo a llamar. ¡Hablamos! ¡Te quiero! –

Corté la conversación y es que tenía una cita con Enrique. Me puse una chaqueta y emprendí mi camino hasta el ascensor del edificio. Justo cuando se abrieron las puertas vi a Patricia. No nos habíamos visto desde aquella discusión, y eso que vivimos en el mismo departamento.

-¿A dónde vas? –

-Me voy a lanzar desde la azota porque no soporto que mi madre no me quiera –fui sarcástico, intentando convencerla que no me importaba su desamor.

-¿Y las heridas de tu rostro han cicatrizado bien? - ¡Santa Cachucha! Arruinó mi actuación con una sola frase.

-Me voy –preferí abortar la misión.

Es obvio que me duele, tan solo que no quiero pensar en eso. ¿Para qué? No tiene sentido ahondar en lo malo, prefiero centrarme en lo bello. Que en este momento de mi vida es mi novio.

-Hola amor, ¿cómo estás? –saludé de un beso en la boca a mi onvre.

El musculoso lo aceptó, aunque pude darme cuenta que se sintió un poco cohibido, más que mal estábamos en la vía pública.

-Toma, colócate el casco –

-¿Vamos a viajar en motocicleta? –me daba pánico.

-Claro, pero no te preocupes, no te sucederá nada –

¿Qué no haría uno por amor? Me monté en esa máquina de asesinatos, con mucho miedo y es que tan solo al sentarme la estructura crujió como si se fuera a desarmar.

-Creo que no piensan en que gente "grande" las va a usar –mencionó el muchacho.

¿Me dijo gordo? Lloré todo el trayecto en moto. Sé que no soy el ser más delgado del mundo, que jamás podría pertenecer a Cassiopeia, pero tampoco era necesario que me lo dijera así, si al final estoy haciendo ejercicio para ser más flaquito. ¿Que nadie ve mi esfuerzo?

-¿Dónde me trajiste? – estábamos frente a una casa, en un barrio muy tranquilo de los suburbios.

-Es la casa de un amigo. Quería que hiciéramos algo divertido – sonrío con esa dentadura perfecta que ilumina hasta el sótano más oscuro.

¡Por Dios! Que quería presentarme a sus amigos. Eso es un paso muy importante en una relación, es algo que todos saben. Eso significaba que esto iba en serio, que Enrique en realidad estaba enamorado de mí.

Entré sonriente a la casa y me encontré con tres muchachos que eran idénticos a mi novio. Todos muy altos, musculosos, bronceados, con cabellera dorada y ojos claros. ¿Qué eran clones? Es como cuando vas a la playa y ves a los surfistas, son todos iguales. O cuando ves un video porno Twink australiano, son todos iguales, por lo que me han dicho. Yo solo veo My Little Pony.

-¿Y éste es? –

-Nos habías dicho que era "diferente", pero nunca pensé que tanto –

-Para ser mi primera vez con un hombre, pensaba que sería más estimulante –

Mencionaron los tres clones. Me dijeron sus nombres, pero no me acuerdo, así es que he decidido llamarlos Enrique I, Enrique II y Enrique III. Mi novio solo es Enrique, como el cero, aunque si es el más importante debería es el primero, pero ya me marearía así que dejémoslo así.

-Es solo un fetiche, ya se darán cuenta que da morbo –

-¿De qué están hablando? –no entendía nada de lo que hablaban.

-Es que... bueno... queremos jugar. Eso, ¿vamos al cuarto a jugar todos juntos? –mi novio mencionó sin decirme si sería alguna dinámica de grupo o un videojuego.

-Ok, pero les dejo bien en claro que soy pésimo con el joystick –

-¿Por qué habla como niño? ¿Cuántos años tiene? –habló el I.

-Creo que Enrique es pedófilo, porque eso quiere hacer esto – sugirió el III.

El II dijo algo, pero no me acuerdo. A quien engaño, no recuerdo quién decía cada cosa porque los tres malditos pervertidos eran idénticamente igual. Supongo a estas alturas ya se habrán dado cuenta que el juego al cual se referían es a una orgia. Bueno, yo no me di cuenta hasta que cerraron la puerta y todos se sacaron la ropa, me rodearon y mostraron sus penes erectos. Y sí, hasta sus penes eran todos iguales. ¿Todos se habrán depilado las bolas al mismo tiempo?

-¿Por qué están desnudos? –estaba pasmado.

-Tomasito, es que el otro día lo pasé muy bien cuando lo hicimos. Se los conté a mis amigos y les interesó, por eso quisimos experimentar. ¿No te molesta verdad? –

-Pero...pero... yo lo hice contigo porque te amo –

-¡No! ¡Vaya trolazo! Se enamoró de ti Enrique –uno de los clones se comenzó a burlar de mí y todos los demás le siguieron.

-Él también me quiere – les dejé en claro.

-Sí, sí... también te quiero. Pero te voy a querer más si dejas que hagamos esto contigo –intentó convencerme mientras me bajaba los pantalones.

-Sí gordito, deja que juguemos contigo. Total, ¿cuándo más vas a poder tener una oportunidad como ésta? Con cuatro hombres guapos y vergones –uno de los clones fue quien me rasgó la camisa mientras blandía su erección.

Siempre en las historias yaois muestran a los semes rudos que abusan del pobre uke, que son todos guapos y el protagonista se termina enamorando de ellos porque es lo obvio, porque la belleza atrae. Muestran el sexo como algo salvaje y divertido, e intenté imaginar eso cuando los chicos comenzaron a introducir sus penes en mi boca, antes de ir por mi trasero riéndose.

Pusieron una manzana en mi boca mientras gritaban como cerdos. No hubo besitos ni abrazos como debería ser al tener sexo. No recuerdo muy bien cómo fue todo porque estaba en shock, solo sentía cómo me dolía y un hilo de sangre. Recuerdo haber memorizado el patrón del papel tapiz y es que me centré en eso mientras todo sucedía.

¿Qué más podría haber hecho? Sé que no me gustó del todo, pero tampoco me desagradó, quizás me sentí incómodo solo porque soy muy tímido y estaba rodeado de muchachos guapos. Porque, ¿a quién no le gustaría ser follado por cuatro chicos guapos? Claro, debe ser eso.

Además, es algo que me pidió mi novio. Él me quiere y hace lo mejor para nosotros. Si él me pidiera que me lanzara desde un puente, lo haría, porque le amo, porque es lo más hermoso que me ha pasado en la vida y no lo voy a arruinar. Soy capaz de todo por Enrique.

 


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