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Physical por jotaceh

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Enrique VII

 

No es que me haya enamorado de Tomás, tampoco es que pueda olvidar tan fácilmente a Patricia, solo que quiero hacer lo correcto y salvarlo de aquella mujer que solo le ha destruido la vida. Si no fuera porque ella me pidió que me acercara a él, nada hubiera ocurrido. Y está bien, reconozco que muchas otras cosas las hice sin que ella me lo ordenara y que son solo mi responsabilidad, pero por eso mismo, es que quiero redimirme. Me cansé de sentirme como una basura, es hora de hacer lo correcto.

Volví a hacer clases en Physical, luego de demandar a de la Fuente por lo ocurrido. Necesito acercarme al gordito, tan solo que no ha sido nada fácil, siempre está siendo custodiado o por el cretino de Marcelo o por la bestia de Celeste.

-¿Pensaste que esa niñita te iba a permitir acercarte? –se burló de mí Patricia luego que intenté hablar con su hijo.

-No podrá estar siempre a su lado, en algún momento tendrá que bajar la guardia –

-¿Para qué te esfuerzas tanto? ¿No sería mejor olvidar lo que hiciste y partir desde cero? ¿Qué te hace volver aquí? –

Fue fría, como si no fuera capaz de comprender las emociones humanas, como si fuera un puto robot. No aguanté su desinterés no solo por lo que yo puedo sentir, sino que especialmente por lo poco que se preocupa por Tomás. ¿Olvidar lo que hice? ¿Acaso el gordito no sufrió demasiado por la mierda que le hice? ¿Por qué ella no llamó a la policía? ¿Por qué nunca lo consoló?

-¿Tienes corazón? –fue todo lo que le pregunté y es que un nudo se formó en mi garganta. Me sentí atrapado, como si todo mi ser consciente me ordenara que no dejara salir años de sentimientos reprimidos, tan solo que mi alma o aquello que me guíe más allá de mi cuerpo, me suplicaba que lo hiciera, que le dijera todo en su cara.

-¿Tú tienes uno? Pensé que nos llevábamos bien porque éramos parecidos. ¿No era lo que siempre me decías? –

Me habló en el pasillo y como no quería colapsar en medio de los alumnos, la tomé del brazo y la hice entrar a uno de los salones vacíos. No se resistió, como si estuviera interesada en discutir conmigo.

-¿Nunca te diste cuenta por qué te decía eso? ¿No eres tan inteligente? –

-Ay no, por favor. Pensé que hablaríamos de algo serio. ¿Cuántos años tienes? ¿Doce? –

-¿Qué significa eso? ¿Siempre lo supiste? –

-¿Saber qué? ¿Que dos niñitos estaban obsesionados conmigo? ¿Crees que son los primeros hombres que se fijan en mí? Han sido los profesores más leales que he tenido en Physical, y para mí eso es lo más importante. Este gimnasio es mi vida y si tengo que ilusionar a un par de bebitos que creen que podrán tener algo conmigo solo para mantener mi negocio, soy capaz de eso. ¿Acaso yo tengo la culpa también que sean tan ingenuos? –

-¿Siempre supiste que Marcelo y yo te amábamos? ¿Nunca te dio pena engañarnos? –

-Ay no, no puedo contigo y tus ilusiones. ¿Amor? ¿En serio crees en eso? Solo se sentían atraídos hacia una mujer mayor, les gusté porque soy guapa, ¿si hubiera sido fea te hubieras obsesionado conmigo? No seas ridículo –

Sentí que se burlaba de mí, que pisoteaba todo aquello en lo cual creía, sin piedad. La odiaba antes de esto, pero con sus palabras terminó de destruir todo el amor que sentía por ella. Me quedaba más que claro quién es realmente Patricia de la Fuente.

Sin poder evitarlo, comencé a llorar. Me mostré débil ante la mujer más importante de mi vida, ante aquella que rompió lo poco hermoso que todavía guardaba en mí.

-Te amaba tanto, que no tienes idea cuánto me duele… pero tienes razón, es nuestra culpa por creer en ti. Ahora lo veo claro, solo nos utilizaste…-

-Bienvenido al mundo de las mujeres, querido. Así es como siempre hemos sido tratadas –me observó sin interés antes de marcharse.

Me limpié las lágrimas que humedecían mi rostro y salí de allí. Ahora más que nunca debo remediar todos los errores que he cometido, debo alejar lo más pronto posible a Tomás de las garras de esa mujer, porque… La conozco, y especialmente por lo que me acaba de decir, nunca hace nada sin esperar algo a cambio. ¿Por qué aceptó a su hijo tan fácil? Está bien, no lo ha hecho público porque se avergüenza de su apariencia, pero intenta corregir eso para reconocerlo en algún momento. ¿Por qué no simplemente lo devolvió al sur? Si lo abandonó por tantos años, ¿por qué ahora planea una vida juntos? Miserable y todo, busca quedarse a su lado. Eso me llama mucho la atención, ¿qué espera de su hijo? ¿Qué quiere conseguir de él?

Caminando por los pasillos, pensando en la forma de descubrir a Patricia, me topé con alguien sumamente importante y que nadie suele apreciar.

-Buenos días –dijo parca Berna, para luego seguir su camino hasta la oficina de su jefa.

Si hay alguien en este mundo que conoce realmente a de la Fuente, esa es su secretaria, la mujer que fue su manager hace décadas y que la convirtió en una modelo reconocida. Probablemente conoce cada secreto y eso la hace muy preciada. Debo acercarme a la mujer para averiguar lo que realmente pretende con Tomás, tan solo que no puedo hacerlo directamente y es que sería demasiado evidente.

-¿En serio fuiste novio de ese sujeto? Vaya estómago –escuché a mi espalda.

No había pasado ni siquiera una hora de la riña que tuvimos y Paulo volvió a acercarse a mí para hablar del gordito. ¿Qué tanto le importaba a él? ¿Por qué la obsesión?

-Sí, pero no terminamos bien –

-Ya me di cuenta, por algo su amiga te detesta. ¿Qué le hiciste? – el rubio era intrigante, se notaba en sus ojos que buscaba información sobre Tomás.

-¿Por qué te importa tanto? –

-¿Quieres que sea sincero? Me gusta Marcelo y como veo que no me toma atención, tengo que deshacerme de su noviecito. Supuse que sería fácil porque es horrendo, tan solo que por más que le coqueteo, no me hace caso… ¿Qué tiene de especial ese obeso? –

Vaya mierda, escucharlo me hizo recordar cómo era antes, cómo me refería al resto por su aspecto físico. Era realmente un cretino.

-Es alguien muy especial, pero una persona como tú no podrá entenderlo –

-Ay Dios, ¿por qué todos son tan profundos? Soy famoso, soy guapo, y quiero una aventura con el sexy profesor de judo. Eso es todo. Ese tal Tomás se interpone en mi camino y me tengo que deshacer de él. Supongo que tenemos eso en común ¿no? Tal vez podríamos ayudarnos – era engreído hasta en la forma de respirar.

-No quiero hacer equipo con alguien como tú…- quería retirarme.

-¿Por qué estabas llorando con Patricia? ¿Te quería despedir o algo así? –fue la forma de llamar mi atención. El muy desgraciado me había visto discutir con la mujer.

-No es algo de tu incumbencia –

-Insisto, podríamos ayudarnos mutuamente ¿no crees? Tú puedes separar a esos dos y yo hago lo que quieras para vengarte de su jefecita, porque estaban discutiendo ¿verdad? Tú pídeme lo que quieras y yo lo haré –

No creo en esas mierdas del destino, pero justo necesitaba acercarme a Berna, por lo que tomé esa oportunidad.

-Necesito que te ganes la confianza de Berna, la secretaria de Patricia –

-¿Qué? ¿Y eso para qué? –el rubio no entendía.

-Solo hazte cercano a ella, después te contaré todo, por mientras le recordaré a Tomás que me sigue amando. ¿Ok? –

De ese modo ambos cerramos el trato, ayudaríamos al otro aun cuando ninguno confiaba.


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