Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Physical por jotaceh

[Reviews - 51]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Enrique IX:

No podía sacarme de la cabeza lo que me había contado Tomás. Es cruel pensar que se haya enterado de eso siendo tan pequeño, que haya nacido producto de una violación, que su padre no lo es biológicamente, o que eso se lo haya dicho su propia mamá en un arranque de ira. Pensé en lo mucho que ha tenido que sufrir el gordito, aunque rápidamente mis pensamientos se fueron a la imagen de Patricia, de aquel sufrimiento que debe guardar detrás de esa apariencia de hielo.

Maldita sea, se ha pasado mi enojo con esa mujer y ha vuelto a aflorar el sentimiento que he guardado por ella tantos años. Me dio rabia conmigo mismo por preocuparme más por ella que por el pobre chico que estaba destrozado en la pieza de al lado. Solo le di unas palmaditas en la espalda y estuve a su lado un buen rato, tan solo que no me atreví a hacer nada más. Después de todo lo que le he hecho, dudo que acepte un abrazo o alguna otra muestra de aprecio.

Al otro día desperté con la imagen de Patricia llorando, estando destrozada luego de la vejación. ¡Por Dios! ¿Por qué sigo siendo tan mierda? Sentí tanta rabia conmigo mismo por no poder soportar la idea de ver sufriendo a esa mujer, creyendo que era lo peor que podría haberle sucedido, mientras que no hice lo mismo cuando fui yo mismo quien le causó ese dolor a otro ser humano. ¿Acaso el sufrimiento de la madre era más importante que el del hijo?

Entreabrí la puerta de la habitación donde se hospeda el gordito y le vi durmiendo, supongo que cansado por todo lo que sucedió la noche anterior. Desde el nacimiento ha estado marcado por la tragedia y ahora yo en su adultez le he agravado más la dolencia. Sé que hice mal y que quizás jamás podrá perdonarme, pero me alegro el haber podido estar a su lado ahora, cuando volvió a ser traicionado por alguien a quien ama.

Me sentía impotente por no hacer algo más, por no poder borrar esa revelación de la cabeza de Tomás, o de no poder cambiar la actitud de Patricia. Me sentía fatal, aunque todo lo anterior no superaba la sensación de que me he estado engañando todo este tiempo, y es que, al enterarme de lo sucedido, no pude sacarme a la mujer de mi cabeza. ¿A quién engaño? Sigo enamorado de ella.

Fui incapaz concentrarme en mi trabajo durante toda la mañana, solo podía pensar en ella. Nuevamente todo en mi vida comenzaba a girar a su alrededor, como si estuviera maldito hasta la eternidad. No pude aguantarlo más y terminé yendo a su oficina, necesitaba contarle de lo que me había enterado. Que sabía de su pesar.

-Hace tiempo que no venías. ¿A qué debo tu visita? –

-No puedo sacarte de mi cabeza. He querido odiarte, culparte de todo, pero me es imposible. Quise acercarme a tu hijo creyendo que podía enmendar el daño que le hice, buscando alejarte de su vida, tan solo que parece que lo hice solo para seguir cerca de ti…- como si quisiera vomitar, largué todo lo que tenía atorado en el pecho.

-Ay no, qué patético. Pensé que ya habías superado tu capricho de niño mimado -

-No, sigo enamorado de ti, aunque te burles –

-¿Sabes? Hoy estoy muy ocupada y no puedo atenderte para estupideces –

-Sé que Tomás nació de una violación. Me lo dijo ayer muy afectado –

Vi la conmoción en sus ojos, como si hubiera revivido en ella el momento en que fue víctima de aquella aberración. Fue tanto el impacto que dejó caer la carpeta que tenía en las manos. Las piernas se le debilitaron y tuvo que sentarse.

-Sal de aquí…-dijo con un hilo de voz.

-Solo quiero que sepas que estoy cuidando bien a Tomás, pero creo que, aunque reciba la ayuda de todo el mundo, jamás podrá superar lo que sabe. Eres la única que puede sacarlo del pozo donde está –

-Lo amaba, pero me traicionó… Él era todo para mí y me dañó como nunca nadie lo ha hecho… Ese niño me recuerda todos los días lo que ese hijo de puta me hizo – hablaba como si estuviera sola, perdida en sus memorias.

-¿Hablas de tu esposo? ¿Él te hizo eso? –

-¿Pedro? Jamás lo amé, solo fue el idiota perfecto para encubrir mi embarazo y hacerse cargo de ese niño –

-No hables de Tomás de esa manera. Es tu hijo –

-¡Nunca lo quise! ¡No tendría que haber nacido! Me arruinó la vida y sigue haciéndolo ahora de grande –estaba alterada.

-Él no tiene la culpa de nada, es tan víctima como tú. ¿No te das cuenta? –

-¡Vete! ¡No quiero verte! –

Nunca antes la había visto tan fuera de sus cabales, gritando desesperada como si estuviera en riesgo vital, como si estuviese siendo atacada por una jauría furiosa. Preferí irme, y es que había sido muy imbécil al creer que me haría caso, que borraría sus traumas de años para acercarse a Tomás y darle el amor que tanto necesita.

Caminé desanimado por el pasillo. Todo ha salido mal, nada de lo que he intentado ha podido surtir efecto, no por lo menos uno bueno.

-¿Has visto a Tomás? –

De pronto apareció Marcelo. Estaba muy preocupado, jadeaba por haber corrido por todo el gimnasio.

-Debe estar en mi casa –

-No, no lo está. Lo vi aquí en Physical. Pensé que no vendría más, pero lo hizo y no sé qué le sucedió, porque estaba llorando. Quise acercarme, tan solo que no me dejó y huyó… No sé dónde está y estoy preocupado… Enrique, tengo un mal presentimiento –

Jamás hemos sido cercanos, por eso me impactó el hecho que me haya abrazado para llorar en mi hombro, como si fuéramos grandes amigos. Entendí de inmediato que estaba muy preocupado, casi al borde del colapso. Le devolví el abrazo, ya no existía ninguna razón para que nos odiáramos.

-¡Salió! ¡Le vieron marcharse! –a los segundos llegó Celeste, quien estaba igual de desesperada. -¿Por qué mierda estás abrazando a este hijo de puta? –

-¿Estás segura que se fue? –Marcelo me soltó de golpe.

-Me lo dijeron unas alumnas. Necesitamos salir a buscarlo de inmediato –

-Esperen chicos, ¿por qué están tan preocupados? ¿Sucedió algo? –no entendía muy bien el escándalo. Sé que el gordito ha estado mal últimamente, pero ¿por qué la alarma justo ahora?

-Tengo un mal presentimiento. Dime supersticioso o lo que quieras, pero he sentido esto antes y no es nada bueno, algo muy malo está a punto de suceder –

No quise seguir la conversación, aunque tampoco me hubieran escuchado, porque salieron corriendo rumbo a la entrada. Decidí seguirles, porque no me podría perdonar después si ambos tuvieran razón y no hice nada para impedirlo.

Recorrimos las calles cercanas a Physical preguntando por Tomás, los pocos que lo reconocieron, dijeron que corría desesperado, con la respiración entrecortada y llorando a mares. Seguimos las indicaciones de las personas que nos respondieron y así llegamos hasta el parque.

-Sí, lo vi… Se veía como todos los demás –mencionó un mendigo que vivía en el lugar.

-¿Igual que los demás? –A Celeste le llamó la atención sus palabras.

-Sí, mucha gente triste viene para este sector. Siempre los veo desesperados, llorando como si no tuvieran otra solución. Al principio me daba pena, pero después hasta te acostumbras. Y es que he visto a tantas personas haciéndolo –

-Señor, no sé de qué está hablando –Celeste ya no aguantaba más de los nervios.

-¿De qué más voy a estar hablando? De la gente que se lanza del puente ése, todos vienen aquí para eso… Su amigo pasó hace un rato y todavía no ha regresado. Siempre sucede así… el río ya habrá hecho su trabajo –

Los tres quedamos impactados por la frialdad del sujeto, aunque más aún por la idea que nos estaba generando. Ninguno quería creer en esa posibilidad, dar crédito a que Tomás hubiera decidido…

Caminamos hasta el puente que nos mencionó el mendigo. No podía dejar de pensar que, si fuera verdad, yo tuve mucho que ver en su decisión, después de todo el daño que le hice. Oh por Dios, anhelaba con todas mis fuerzas que no fuese así, pero…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).