Tony resentía ya no ser tan social como antes. Adoraba las fiestas, hasta que aquello fue un problema para Steve. Lo amaba tanto y quiso evitarle que experimentara tantos celos para después discutir. Por ello, decidió orientar su negocio para que fuese en línea y así no salir demasiado. El estrés de oficina se fue y lo disfrutó mucho al inicio, pero después se volvió muy aburrido. Cuando deseó regresar a su vida social... ya no era igual.
Steve, por su parte, estaba muy feliz de viajar tanto. El problema era que ya no pasaba tanto tiempo con Tony. Su novio lo comprendía e intentaba estar alegre cada que volviera, pero siempre llegaba exhausto y no pasaban tiempo juntos. Tony no le podía acompañar en sus viajes, pues distraía mucho a Steve y no quería retrasarlo en sus entregas.
A Rogers se le ocurrió que podrían casarse y tener hijos, pero a Tony no le encantó que fuese tan pronto: "¿Y si disfrutamos más juntos antes de una boda?", "No tenemos tiempo ahora para cuidar de un bebé. Te irás por mucho y yo me quedaré más con él."
Después de todo, ni siquiera tenían 30 años. Aún podían disfrutar.
Pero no estaban juntos como antes.
Ambos tenían ataques de ansiedad por diferentes razones. No siempre era tan malo, uno consolaba al otro, pero habían veces en las que coincidían. Esos días ni siquiera discutían, estaban muy cansados para ello.
— Sabes que siempre puedes contarme lo que te suceda, Punk. — Mencionaba Bucky, mientras le palpaba el hombro.
— Gracias, Buck. Me preocupa Tony. Todo estará bien, pero cada vez demoramos más en estarlo.
Barnes le escuchaba y aconsejaba. Habían sido mejores amigos desde la infancia. Siempre tenía algo por decir, aún cuando a veces su propia relación con Sam se tambaleaba.
Al comienzo, Tony se molestaba. Después cedió ante Steve. No podía prohibirle salir con su amigo. Ya había ocurrido una vez, Barnes había llevado a Steve a beber cerveza, aún cuando el rubio odiaba beber. Esa vez, sólo calló y esperó a que volviera a casa a escondidas. No le reprendió, sólo le dijo que no era necesario que se lo ocultara. De todas formas, notaba su ausencia en la cama a la hora de dormir.
Podía soportar eso. Podía tolerar que Bucky hablara mal de él a sus espaldas, pero no que hiriera a Steve.
— Cariño, ¿qué lees? — Le preguntó a su rubio mientras preparaba fruta para el desayuno. Hablaban sobre qué harían para San Valentín, cuando de repente Steve se mantuvo serio.
— Nada. — Dejó su móvil a un lado, forzando después una sonrisa. — Seguirá el clima frío hasta final de mes.
No insistió, pero más tarde ese día lo supo. Bucky había publicado en internet todos los secretos que Steve le había contado.
â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O â– O