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TOMANDO EL CONTROL por DANI DARKRAI

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Notas del capitulo:

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- ¡¿Qué es lo que has hecho?!


Lo correcto – en un movimiento rápido, Aspros golpeo a cid con su técnica mortal Genrōmaōken (satán imperial) logrando que ya no pusiera resistencia – pero veo que deseas una explicación de todo lo que ha pasado en tu ausencia.


 


 


RECUERDO DE ASPROS


 


 


Una vez recibido el cosmos del dios del sueño, Aspros caminó en dirección a las doce casas dispuesto a volver a la suya, mientras pensaba en las palabras de Hypnos "no solo podrás derrotar a tu rival en la batalla ceremonial, también podrás controlar a todos los santos dorados"


Jamás pensó en la posibilidad de tomar el control de sus compañeros, ya que esperaba que muchos de ellos seguirían sus mandatos una vez fuese coronado como gran patriarca, pero al reflexionar con detenimiento, sospechaba mucho sobre la intervención de Manigoldo y sus cercanos.


 


- Es claro que los amigos de Manigoldo no me seguirán – dio un vistazo a lo alto de la colina, donde se encuentra el templo privado del gran patriarca para después recorrer visualmente el resto de las casas del santuario – piscis, escorpión, acuario, capricornio, libra y Aries–incluso existía la pequeña posibilidad de que su hermano lo traicionase – se convertirán en un gran problema si no arreglo esto cuanto antes, pero no puedo utilizar esta habilidad en todos... debo escoger con cuidado.


 


Decidido, Aspros se teletransportó directamente a la casa de libra, cuidando su presencia del caballero de virgo al estar próximo a su perímetro, necesitaba ser más precavido en ocultar su cosmos, ya que podría intervenir de nuevo en sus planes, aunque esta vez sería más fácil, pues la protección de Hipnos lo ayudaba a ocultarse.


Sin problemas se adentró en los largos pasillos de libra buscando la presencia de Dohko, quien se encontraba distraído viendo una pequeña caja en sus manos, parecía estar deprimido y a la vez algo fastidiado.


 


- Dohko – habló en voz baja esperando llamar la atención de su camarada – lamento interrumpir tus actividades, pero necesito un consejo de tu parte.


 


Ante las palabras de géminis, Dohko escondió ágilmente la caja en sus ropas, esperando que no la haya visto.


 


- Aspros, es raro verte pasear a tan altas horas de la noche – respondió con tranquilidad, mostrando camaradería – claro, ¿Cuál es el problema? ¿Acaso te sientes nervioso por la batalla ceremonial?


 


- Por su puesto que no, estoy seguro de mi victoria – habló relajado, demostrando una voz suave y amigable – es sobre un problema... digamos, romántico...


 


- ¿Acaso estas saliendo con alguien? –


 


Aspros, al observar que Dohko lo invitaba a sentarse a la salida de su tempo, para contemplar el paisaje nocturno, se acercó para tomar asiento a su lado.


 


- Es complicado, antes de la guerra santa yo inicié una relación con Manigoldo...- comenzó a explicar al caballero de libra, quien no pudo ocultar su sorpresa- procuramos que fuese un secreto para todos nuestros aliados, incluyendo al gran patriarca. Siempre fue alguien demasiado reservado... – sonrió al recodar su romance con el canceriano - todo parecía ir de maravilla, pero llegó un momento en el que terminó conmigo – Aspros fingió melancolía, esperando que Dohko bajara la guardia – es difícil esforzarte cuando eres consciente de que tu pareja, probablemente, desea estar al lado del caballero más hermoso.


 


Ante las palabras de Aspros, Dohko no pudo evitar recordar la escena en la que Shion protegió a Albafica de sus reclamos, al punto de estar dispuesto a iniciar una pelea con tal de protegerlo.


Creo entender tu dolor – suspiro cansado de tanto pensar en el asunto– en ocasiones Albafica puede ser un poco molesto– se levantó dándole una seña a Aspros para que lo siguiese al interior, caminaron hasta un estante para tomar una copa de vino – pero estoy seguro de que él no planea enamorar a sus propios amigos después de todo creo que la ve a Manigoldo como un hermano mayor, así que no debes preocuparte tanto por su cercanía.


Aspros lo siguió silenciosamente, reprimiendo la ira que le provocaba que todos apreciaran al santo de piscis. El cual lo alejaba de Manigoldo y que tenía el atrevimiento de robar su afecto. Todo cariño, incluso fraternal, debía poseerlo él. Aprovechando la distracción de libra, se acercó sigilosamente a sus espaldas, golpeando sin misericordia su mente con el satán imperial.


 


- Estuve a punto de perdonar tus acciones Dohko – respondió en voz baja obligando a su compañero a voltear – realmente pensé que compartías mis ideas en odiar al maldito de Albafica, pero eres igual que los demás... voluble... débil... –


 


Recibir el golpe más poderoso de géminis, no se comparaba con algún otro recibido antes, su fuerza no era normal, era aterrador. No podía mover su cuerpo o articular palabra alguna, estaba completamente inmóvil sin lograr invocar su cosmos a voluntad, se estaba convirtiendo en una marioneta. "¡Maldición! ¡¿Por qué haces esto Aspros?!"


 


- ¿Quieres saber por qué? – preguntó maliciosamente, como si leyese su mente. Para luego utilizar sus poderes, obligándolo a arrodillarse con el cuerpo inclinado al suelo – a diferencia de ti, yo haré todo lo posible por mantener a Manigoldo a mi lado, no dejaré que otro sujeto interfiera en lo que por derecho me pertenece.


 


Frustrado, Dohko hizo un gran esfuerzo en invocar su cosmos, logrando mover alguno de sus dedos, necesitaba reportar al caballero de géminis como un traidor hacia el santuario.


Mas a pesar de todos sus esfuerzos, estos se vieron reducidos ante la presión de su técnica. Aspros realmente disfrutaba contemplar su desesperación, al saber que con su nuevo poder adquirido no podría liberarse.


 


- Ahora levántate – se acercó a su lado para tocar su hombro derecho – actuarás a mi favor en la batalla ceremonial, obedecerás mis órdenes sin objeción y en presencia de los demás caballeros actuarás como siempre, sin despertar alguna sospecha – liberó su agarre dejando a Dohko inmóvil en su lugar – por ahora te ordeno descansar.


 


Aspros sabía que teniendo el control sobre Dohko, Shion no tardaría en estar bajo su control, pudiendo tomar una excelente ventaja en ser uno de los más cercanos a Manigoldo, podría informarse de todo lo que hayan realizado a sus espaldas e influenciar un poco sobre sus futuras decisiones.


Caminó hacia la entrada principal del templo, meditando sobre los posibles acontecimientos venideros y quién podría ser un aliado excelente en sus planes.


 


- Tal vez...- pensó en la posibilidad de tomar el control del caballero de escorpión ante la fuerte amistad que compartía con cáncer, pero inmediatamente desechó la idea, sabiendo que resultaría demasiado sospechoso para su pareja Degel, sobre todo cuando deseaba un castigo mucho peor para el ser que se atrevió a jugarle una broma – es más difícil de lo que creí – expresó, peinando sus propios cabellos – necesito un aliado lo suficientemente fuerte y manipulable.


 


Abrió sus ojos contemplando el santuario, analizando mejor la situación, analizó las casas predecesoras una por una y al advertir la casa de leo, se dio cuenta que Regulus podría ser su víctima perfecta. Era alguien demasiado joven, un niño inmaduro ante los ojos de sus pares. Pero que era reconocido como uno de los caballeros dorados más hábiles del santuario, lo cual le podría ser increíblemente útil y nadie sospecharía de él.


Consciente de que su tiempo era limitado, Aspros se teletransportó directamente a la casa de leo, distinguiendo de lejos a Regulus quien se encontraba sentado en las escaleras de su templo, al mismo tiempo que leía un libro antiguo, lo que era algo extraño en el adolescente.


Aspros se dirigió a él dispuesto a terminar con su tarea, usando un poco del poder del dios del sueño para dejarlo inconsciente, pero sus planes se vieron frustrados al ver como Regulus dejaba su lectura para observar con emoción su presencia.


 


- ¡Señor Aspros! – respondió con felicidad levantándose de su asiento, para correr en su dirección extendiendo su mano en señal de saludo – es un gusto para mi tenerlo en mis dominios, desde nuestra resurrección no he podido verlo o si quiera tener una conversación.


 


Regulus no podía evitar mostrarse entusiasmado al ver al santo de géminis frente a frente después de varios días, desde sus inicios como santo dorado, sintió una profunda admiración hacia Aspros al punto de surgir sentimientos que rebasaban una simple amistad, estaba cautivado por completo.


 


- No he tenido mucho tiempo – acaricio con suavidad los cabellos del pequeño León, logrando un leve rubor en sus mejillas, que él hubiera percibido si no fuera de noche – pero me alegra visitar al prodigio del Santuario.


 


- Es un honor tenerlo en mi templo – respondió nervioso, mientras con discreción trataba de esconder el libro a sus espaldas, pero fue tomado inmediatamente por Aspros – e-espere un segundo...


 


Divertido por los gestos de Regulus, Aspros leyó rápidamente el título del libro, dándose cuenta que su lectura hablaba acerca de las parejas destinadas.


 


- No sabía que te interesabas por esto – no pudo evitar sonreír al ver su vergüenza – ¿Acaso ya has encontrado tu pareja destinada?


 


- ¡No es lo que piensa! – replicó con rapidez, cubriendo su rostro con sus manos– solo quería comprender lo que significaba tener una Soulmate – dijo deprimido.


 


Cabizbajo, Regulus volvió a tomar asiento en el escalón para poco después suspirar derrotado, no deseaba que nadie supiese sobre su investigación personal sobre las pajeras destinadas.


Desde su perspectiva, sentía que el también merecía una Soulmate a la cual amar y proteger. Sin embargo, al pasar la edad de prueba, sabía que ya no era merecedor de obtener una marca de unión por los mismos dioses.


 


- Yato, me ha anunciado sobre la alegría que comparten con la guerrera Yuzuriha - respondió con tristeza al recordar que el de unicornio ya tenía una pareja destinada– estoy consciente que jamás podré disfrutar de una unión como la suya... pero aun así deseaba comprender su felicidad – habló tímido mientras jugaba con sus manos y posaba su vista en el suelo


 


Observo con detalle al quinto custodio, podía notar con facilidad la tristeza que emanaba de su ser. "Realmente será alguien fácil de manipular, es mi oportunidad...", con discreción comenzó a prepararse para ejecutar su golpe, al ver la clara distracción del muchacho.


 


- Señor Aspros, ¿Usted no siente envidia de las parejas destinadas? – lo miró repentinamente


 


Ante las palabras de Regulus, Aspros detuvo sus movimientos súbitamente al verse interrumpido.


 


- ¿Acaso tú lo sientes? – habló en voz neutra, maldiciendo su suerte–


 


- Por supuesto, la persona que yo deseo no tiene interés romántico en mí – "está interesado en alguien más" caviló– de seguro, al igual que los demás, me debe ver como un niño... – afirmó sencillamente tratando de ignorar la presencia de su superior– si me hubiesen otorgado la oportunidad de ser su pareja destinada... hubiese hecho todo lo posible por hacerlo feliz.


 


- ¿Porque piensas eso? ¿Acaso te rechazaron?


 


Desde sus inicios como caballero de Leo, Regulus siempre sintió devoción hacia sus compañeros al ser testigo de sus grandes hazañas. Y entre todos ellos, Aspros fue el que más le interesó, su poder y estrategias como géminis lo hacían destacar como más poderoso entre los santos dorados, superando por mucho a su maestro Sísifo.


Es así que poco a poco sus sentimientos comenzaron a cambiar por algo más intenso, que no sabía describir, pero que él estaba seguro de que era amor, al punto de querer confesarse. No obstante, su inseguridad al ver al caballero de cáncer siempre al lado de géminis, le hacía dudar y cuestionarse si acaso ambos tenían una relación. Hasta que una noche cuando descendía por las casas zodiacales, camino a una misión, confirmó sus sospechas, divisando a lo lejos en la casa de géminis a Manigoldo siendo besado por Aspros. "¿Acaso ellos están saliendo?" pensó con dolor y sintiendo celos nunca antes experimentados, decidiendo desviar su camino tratando de ignorar la escena.


 


- Nunca confesé mis sentimientos... – tomó aire dándose valor – pero estoy seguro que usted desea estar al lado de alguien más – dirigió apenado su mirada observando con tristeza a su superior -


 


Aspros no pudo disimular su asombro ante la confesión del efebo, jamás pensó que alguien estaría interesado en él a excepción de Manigoldo, pero no desistiría de sus planes por unas simples palabras románticas.


 


- Regulus... – lo llamó afectuosamente, cautivando su atención para poco después arrodillarse a su altura y besar suavemente su frente- eres alguien excepcional...– dijo para luego abrazarlo protectoramente.


 


Regulus trémulo, estremecido por sus emociones, correspondió torpemente el abrazo. Su cuerpo vibraba por la adrenalina, al pensar ilusamente que era correspondido. Este momento lo idealizó tantas veces, pero nunca imaginó que sería así de maravilloso. Podía sentir el suave cabello de Aspros entrelazándose en sus dedos, su calor y firmeza. Cerró los ojos apoyando su sien en la hendidura que se formaba entre su cuello y hombro, aspirando el aroma varonil del mayor.


El de géminis al apreciar su reacción, con una mueca sádica, posó su mano en la cabeza del más bajo. Esa declaración y lo que provocaba en Regulus inflamaba su ego, si tan solo Manigoldo fuese tan dispuesto como él, todo sería más sencillo. Pero sabía que el leonino le sería útil, y quien sabe, tal vez cuando su pareja le canse, pueda hacer uso de él para otras actividades.


No lo tomes personal, realmente comprendo tu dolor mejor que nadie – le susurró. Y aprovechando su posición sin advertencia previa, utilizó el poder del dios del sueño, sintiendo como el cuerpo de leo caía inconsciente– no permitiré que el destino se atreva a robarme el ser que escogí para mí, y necesito de tu ayuda para conseguir lo que deseo – lo separó un poco, contemplando su rostro dormido, para luego utilizar dulcemente el Satán Imperial en él.


 


 


FIN DEL RECUERO DE ASPROS


 


 


Aspros le contó resumidamente cómo dominó a Dohko y con burla cómo se aprovechó de la inocencia del más joven de los santos. Cid, aunque se encontrase inmóvil, estaba consiente de todo lo que ocurría a su alrededor, siendo obligado a escuchar el terrible relato de Aspros en silencio. Con fiereza trató de mover nuevamente su cuerpo sin demasiado éxito. Estaba horrorizado al saber que dos de sus iguales fueron víctimas de los engaños de géminis, en especial por lo que hizo al sobrino de su pareja, era imperdonable. Tampoco era capaz de aceptar que el de libra pudiera haberse confiado tan fácilmente del caballero más peligroso del santuario, cuando se corría el rumor de su inestabilidad mental.


 


- No te preocupes, no planeo hacer lo mismo contigo.


 


Movió sus manos creando otra dimensión que comenzaba a rodear la habitación privada, quería asegurarse de que no fuesen molestados.


 


- Entiendo que debí ser más precavido contigo Cid, ya que eres el más peligroso por tus conocimientos relacionados a los dioses del sueño – observó despectivamente el estado de capricornio para después caminar a su alrededor – El satán imperial me permite tomar el control total de la víctima que escoja y dejar inhabilitados sus sentidos a mi voluntad , harás y dirás todo lo que yo desee mientras eres consciente de tus acciones – tomo sus cabellos obligándolo a verlo de frente.


En cuestión de segundos una estrella dorada tomo forma sobre la frente de Aspros, liberando un cosmos titánico sobre su cuerpo.


 


"¡Este poder pertenecer al dios Hypnos!" – miró con impactado el símbolo que comenzó a plasmarse sobre su sien


 


- Realicé un trato con Deuteros, si el prometía apoyar mis planes en conquistar el santuario y obtener la mano de Manigoldo, yo lo ayudaría entregándole el amor de Sísifo – miró con diversión el semblante de confusión en Cid – pero por desgracia no puedo confiar ciegamente en él, así que necesito un plan de apoyo.


 


- "No puede ser... el no haría algo como esto" – dijo para sí mismo, recordando el viaje que realizaron ambos en búsqueda de la Espada Sagrada, Deuteros jamás demostró celos en la relación que compartía con Sísifo, incluso tuvo la oportunidad de lastimarlo cuando se encontraban a solas, pero jamás se atrevió a tal bajeza.


 


- Esta es mi orden Cid, en el primer acto de traición por parte de Deuteros, asesinarás a Sísifo Sagitario... no podrás advertirles porque no recordarás nada de esto – respondió en voz autoritaria levantando su mano para chasquear sus dedos, dejándolo inconsciente sobre el suelo–


 


 


CASA DE CANCER


 


 


Sin problemas Shion logró teletransportarlo a la casa zodiacal de cáncer, dejando que Manigoldo reposara sobre su cama mientras revisaba a su alrededor, buscando la presencia del espectro.


 


- No lo encontrarás – habló con cansancio despojándose de su armadura dorada para volver a portar su ropa de civil – al llegar el amanecer el rarito siempre desaparece


 


- ¿Cuántas veces has permitido que te ayude ese espectro? – cerró con cuidado las puertas de la habitación–


 


- Solo un par de ocasiones – tomó asiento sobre su cama.


 


- Entonces por ahora trataré de ayudarte – caminó hasta un estante buscando las medicinas especiales que todos los santos dorados poseían – entiendo que las cosas no salieron como esperaban... tu mirada te delata– mezcló algunos licores y ungüentos para bañar un paño que se encontraba cerca y limpiar el rastro de sangre en su rostro – ¿Quieres decirme qué pasó?


 


A pesar de las palabras y cuidados de Shion, Manigoldo no quería confesarle todo lo ocurrido en el inframundo, de todos sus amigos y camaradas en el santuario, Shion era la persona a la que más se aseguraba de mantener alejado de sus propios problemas, ya que temía por su seguridad.


Pero ver su mirada de preocupación lo hacía sentir algo culpable, además él les había ayudado, tenía derecho a saber.


 


- El patriarca Sage robó mi Soulmate – respondió con simpleza manteniendo su mirada en el suelo – con la ayuda Hypnos el dios del sueño


 


- ¿Qué? – preguntó en voz baja tratando de asimilar lo dicho –


 


- Al llegar al inframundo lo primero que hicimos fue visitar a Minos de grifo, tuvimos un breve enfrentamiento y por supuesto salí victorioso – rio levemente tratando de ocultar el daño que le provocó Thanatos, inculpando a Minos.


 


- ¿Realmente Minos te dejó así? – preguntó sorprendido por el poder del juez.


 


- Sí, no le des tanto mérito, pero eso no es lo importante. Él me mostró recuerdos de mi vida desde que era un niño, indagando sobre mi unión con Thanatos – mencionó desviando el tema– pude observar el momento en el que mi maestro me traicionó, me entregó a Hypnos y robó mi Soulmate junto con mis recuerdos – dijo tomando el paño húmedo de las manos de Shion, para terminar de limpiar su propia sangre.


 


- ¿Thanatos sabe? – preguntó enfadado


 


- Estoy seguro que sí – habló con molestia al recodar sus palabras en su primer encuentro– pero no tuvo el valor de confesármelo.


 


Shion no pudó evitar mostrarse asombrado ante la confesión de Manigoldo, sabía que en ocasiones sus mentores tomaban decisiones difíciles para protegerlos de todos los caminos tentadores que llevaban a los enlaces con el inframundo.


Sin embargo, jamás pensó que el patriarca Sage pudiese cometer un delito tan grave, como el robo de una Soulmate a su propio estudiante, crimen que estaba penado con un castigo divino por parte de la diosa Athena.


 


- Manigoldo – Shion se hincó en el suelo– ahora que sabes todo esto ¿Qué deseas hacer?


 


- No lo sé – cerró sus ojos tratando de despejar sus emociones, era la primera vez que alguien le preguntaba por sus propios deseos – antes de saber esto, estaba seguro que mi vida pertenecía al Santuario en compañía de mi maestro y de Athena, no tenía dudas al cumplir con mi deber como santo dorado... pero ahora no estoy seguro de pertenecer aquí – sin poder evitarlo más, no pudo detener las lágrimas que descendían en silencio– tampoco me siento tranquilo en estar al lado del sujeto que se suponía seria mi alma gemela –


 


Manigoldo jamás se permitió mostrarse débil ante sus pares y mucho menos a sus amigos, sin importar qué tan dolorosa fuese la dificultad, pero no podía soportar fingir alivio ante todos los problemas que estaba experimentando en un solo día.


La pelea con Thanatos fue una clara revelación sobre todo lo malo que podía ocurrir si permanecía a su lado, no tenía la paciencia para soportar todas las infidelidades que pudiese cometer con sus ninfas.


 


- no pertenezco al inframundo y mucho menos al santuario – con rapidez limpio el rastro de sus lágrimas – entonces por qué seguir siendo el santo de cáncer -


 


Con rapidez, Shion lo abrazó tratando de darle tranquilidad y cariño, estaba consiente de todo el dolor que estaba experimentando en esos momentos, pero el solo pensar en perder a Manigoldo lo hacía sentirse asustado.


Desde su primer encuentro, Shion observó en él un ser divertido, de carácter valiente y algo altanero cuando se trataba de sus superiores, era arrogante con sus compañeros de armas, al punto de burlarse de alguno de ellos por su débil poder, pero siempre estaba dispuesto en ayudarlos sin importar el riesgo o problema que pudiese surgir.



- Lo siento manigoldo, lamento que tengas que pasar por esto – a pesar de no ser correspondido, Shion continuo con su afecto – entiendo que en estos momentos estas molesto con el patriarca Sage – miró su rostro que reflejaba miedo– pero te suplico que no abandones tu armadura, al menos piensa un poco más, antes de tomar esta decisión -


 


- Shion...– peino con cuidado los cabellos del lumeriano tratando de calmarlo – no debes preocuparte por esto, solo estoy bromeando – fingió alegría, correspondiendo el abrazo– jamás dejaría el manto de cáncer por algo como esto, arreglaré todo cuando mi maestro llegue aquí –


 


Manigoldo tomó la decisión de mentir sobre sus verdaderas intenciones al ser consciente del dolor que provocaría en Shion. En estos momentos solo deseaba estar libre de todo relacionado a los dioses y las guerras.


 


- Por ahora yo me encargaré de mis heridas – tomo unas cuantas vendas para cubrir la herida de su cabeza y continuar limpiando el rastro de sangre de su cuerpo – necesito ver al patriarca cuanto antes, ¿Podrías ayudarme en darle ese mensaje?


 


- ¿Estás seguro de esto? – Shion miró preocupado el estado de su armadura dorada – tu armadura se encuentra dañada, probablemente el señor Sage se muestre preocupado por tu bienestar.


 


El santo de Cáncer observó su armadura con pesar, era verdad que gracias a ella pudo soportar la presión del inframundo y logro sobrevivir a los temibles ataques de Thanatos.


Pero en esos momentos no tenía el derecho de pedirle a Shion reparar su armadura.


 


- Estará bien, una vez que reciba los reclamos de mi maestro, probablemente será el anciano Hakurei quien se encargue de repararla


 


Sin perder más tiempo, Shion asintió, teletransportándose al templo del patriarca.


 


 


SANTUARIO DE ATHENA - TEMPLO DEL PATRIARCA


 


 


Hakurei y Sage se encontraban conversando acerca de los últimos preparativos para la batalla ceremonial, cuando la voz de Sísifo los interrumpió, anunciando la llegada de Deuteros.


 


- Patriarca – Deuteros se arrodilló presentando sus respetos – hemos completado la misión sin problemas, ante usted la Espada Sagrada de la diosa Athena – extendió sus manos, mostrando el arma intacta para después ponerse de pie –


- Es un gusto saber que lograron completar su misión con un día de sobra – Sage se acercó para sostener la espada– ¿Dónde está Cid?


 


Antes que pudiese responder, Aspros hizo acto de presencia en la cámara del patriarca evitando que su hermano contestara.


 


- Lamento interrumpirlo, pero Cid se encontraba algo cansado por la misión – aclaró en tono amable, colocándose al lado de Sísifo – así que tome la libertad de llevarlo a descansar a su templo – colocó su mano en el hombro de sagitario para susurrar en voz baja – deberías aprovechar este tiempo para estar a su lado, yo me encargaré de todo.



Al principio Sísifo se mostró angustiado por las palabras de su compañero, ya que Cid no reflejó cansancio alguno en las afueras del templo, pero al pensarlo con cuidado, supuso que tal vez los dos días fueron lo suficiente para agotarlo.


 


- Entiendo... agradezco tu ayuda Aspros – hizo una reverencia , para después retirarse en dirección al templo de capricornio.


 


Aspros asintió, desviando su vista hacia Deuteros quien se encontraba observándolo con curiosidad y a la vez con inquietud "¿Qué le hiciste a Cid?"


 


"Nada grave, no tienes por qué preocuparte del bienestar de tu rival" – le respondió telepáticamente para mirar al patriarca Sage quien se encontraba entregándole la espada a Hakurei –


 


- En solo unos días transformaremos la espada sagrada, en la nueva daga que portará el futuro patriarca del santuario –


 


Comunicó Hakurei guardando el arma sobre su cinturón dispuesto a comenzar su tarea, empero antes de abandonar el templo, Shion abrió las puertas con rapidez mostrando una mirada de preocupación.


 


- Patriarca Sage – caminó con rapidez hasta el altar principal, ignorando la presencia de los caballeros de géminis, quienes observaron con sorpresa al recién llegado – lamento haber faltado a su orden– agachó su cabeza al sentir su molestia- pero quería notificarle que Manigoldo finalmente ha despertado y pide que lo acompañe...


 


Al principio Sage no titubeo en demostrar su enfado por la imprudencia del caballero de Aries, al haber desobedecido su orden de resguardarse en su casa zodiacal. Pero suspiró aliviado al saber que su querido alumno se encontraba mucho mejor.


 


- Entiendo Shion, agradezco que te mantuvieras a su lado a pesar de mi mandato – sonrió pensando en visitarlo después de ayudar a su hermano en la creación de la daga sagrada – tal vez Deuteros puede hacerle un poco de compañía ant...


 


- Manigoldo ha pedido que sea usted – miro directamente a Sage, demostrando la seriedad del asunto – al parecer quiere informarle algo...


 


- Está bien Sage – habló Hakurei con suavidad, animándolo a visitar a su alumno – yo me encargaré de la espada junto con Shion, el será de más ayuda – regalándole una sonrisa.


 


Aspros solo podía observar en silencio el extraño comportamiento que Shion mostraba ante el patriarca "está ocultando algo de nuevo", enfadado trató de acercarse a él, exigiendo respuestas sobre el estado de Manigoldo, pero fue detenido inmediatamente por Deuteros.


 


- No hagas esto – le susurró, tomando con fuerza su antebrazo – debes haber gastado tus energías con Cid


 


- Te equivocas – se liberó con molestia del agarre de Deuteros advirtiendo como Sage abandonaba el templo para dirigirse a la casa de cáncer – Shion será el próximo en caer.


 


 


SANTUARIO DE ATHENA – CASA DE CANCER


 


 


Una vez que Shion abandono su templo, Manigoldo se mantuvo acostado en su lecho en total silencio observando el techo de su habitación, no sabía cómo reaccionaría su maestro una vez que lo confrontara por respuestas.


 


- Todo pudo ser diferente si Thanatos no me hubiese abandonado – habló sutilmente, lanzando con molestia un cojín contra la pared-


 


- ¡Oye no te desquites conmigo! – regresó el objeto en contra de Manigoldo, mostrando su presencia – no es mi culpa que mi señor Thanatos no recordara tu existencia.


 


Con lentitud Manigoldo se incorporó sobre su cama reparando en el espectro de las moscas, quien trataba de arreglar su rostro ante el golpe, "realmente es una molestia"


 


- ¿Qué haces aquí rarito? – preguntó con cansancio, apoyando su mentón en una de sus manos– se supone que no debes rondar por aquí hasta que anochezca – tomó otro cojín lanzándolo nuevamente contra su cara – si alguien llegara a notar tu presencia no dudarían en tacharme de traidor.


 


- No fue idea mía regresar – hizo un puchero por lo poco cariñoso que resultaba ser el caballero de cáncer – mi señor Thanatos dio la orden de no perderte de vista, al parecer teme por tu seguridad –


 


Sus últimas palabras fueron en un tono más bajo al saber cómo fue que Manigoldo terminó con heridas tan graves, "en ocasiones el señor Thanatos no puede controlar su temperamento y termina lastimando a todos a su alrededor"


 


- ¿Realmente ese idiota está preocupado por mi bienestar? – sonrió divertido ante lo hipócrita que podría llegar a ser el dios de la muerte no violenta – ¿Acaso no te contó lo que pasó entre nosotros?


 


- Por desgracia no lo hizo, mi señor se encuentra indispuesto y no desea tener la presencia de nadie – cerró sus ojos tratando de disimular su mentira, ya que en realidad el dios le suplicó (por primera vez), que protegiera a su pareja destinada debido al daño que le había provocado – solo me dio la orden de vigilarte.


 


- Imbécil... - cansado, volvió a recostarse ignorando la presencia de Verónica – ¿Qué harás cuando el patriarca llegue aquí?


 


- Ocultaré mi presencia, puedo asegurarte que no me notará – voló en dirección del canceriano, estudiando las heridas que había en su rostro "realmente no midió su fuerza" –a pesar de tus heridas sigues siendo muy atractivo – habló divertido.


 


Manigoldo, de manera ladina, no dudó en tomar los ropajes de verónica acercándolo más contra él para disimular un gesto de cariño. Para poco después golpear su rostro con fuerza, lanzando su cuerpo a un rincón de la habitación, "es una molestia".


 


"Aunque admito que es alguien útil para distraerme" – pensó para sí mismo, cubriendo su faz con una almohada –


 


- ¡No eres nada tierno Manigoldo! – lloró con fuerza, sobando su rostro – no entiendo por qué el destino se empeñó en unir tu vida con mi señor Thanatos, son demasiado diferentes –


 


Antes de recibir una respuesta, ambos se vieron interrumpidos por la nueva presencia que comenzaba a acercarse, "sin duda este poder le pertenece al gran patriarca". En cuestión de segundos Verónica volvió a ocultar su presencia dejando a solas a maestro y estudiante.


 


- ¿Manigoldo? – habló con suavidad ingresando a la habitación– Shion me informó que al fin lograste despertar y deseaba saber cómo...


 


Sage enmudeció al observar con detenimiento su nuevo estado, sus heridas eran mucho más graves que la noche anterior e incluso parecía tener nuevos golpes sobre todo su cuerpo.


 


- Volviste abandonar el santuario... - declaró decepcionado, caminando con lentitud a un costado de su cama para tomar un paño húmedo – ¿Quién te ayudó a escapar?


 


Al intentar colocarlo sobre su cabeza, Manigoldo no vaciló en golpear con rapidez su gentil mano, impidiendo que lograra tocarlo, no podía negar que en verdad le dolía rechazar el gesto cariñoso de su maestro, pero no permitiría que continuara ocultándole la verdad.


 


- Sage... – lo nombró con seriedad viendo directamente a los ojos de su maestro – ¿Por qué me traicionaste?


 


- ¿Qué? – estaba confundido al escuchar por primera vez su nombre de la boca de su alumno, siempre se había referido a él como "anciano o maestro" pero jamás así– ¿Por qué dices eso Manigoldo?


 


- ¡No finjas más! ¡Sé que me arrebataste mi Soulmate! – su expresión cambió al recordar todo lo que revivió en el inframundo – ¡Se la entregaste al maldito de Hypnos y ambos me robaron mis recuerdos!


 


Ante las palabras de su estudiante, Sage quedó sin habla, angustiado al saber que su más grande crimen al fin había sido descubierto.


Desde la primera vez que encontró a Manigoldo abandonado a los alrededores de su pueblo, supo que jamás permitiría que alguien volviese a lastimarlo, se aseguraría de mantenerlo a salvo bajo la protección de su diosa Athena. Alejándolo de todos los caminos que lo llevaran a rencontrarse con el dios Thanatos, sin embargo, jamás esperó que alguno de ellos recuperara sus memorias.


 


- ¿Lo recordaste? – habló con la garganta apretada por la aflicción– ¿O acaso alguien te ayudo a recordarlo?


 


- Tch.. recordé solo una parte – mordió su lengua al saber que si confesaba la verdad, probablemente sería encarcelado – ¿Por qué lo hiciste?... una vez prometiste ayudarme en encontrar a mi pareja destinada - sujetó con fuerza su cicatriz. –


 


- Manigoldo, tú eres un hijo para mí y lo sabes – levantó su mirada intentando tocar los cabellos de su alumno – como tu protector, siempre buscaré la forma de mantenerte a salvo – al recibir otro rechazo, Sage empuñó con fuerza las sabanas de la cama tratando de calmar su miedo y frustración – saber que tu pareja destinada era el mismo dios que masacró a todos mis compañeros y asesinó a la misma Athena... era demasiado doloroso para mí – sin poder evitarlo Sage comenzó a llorar– temía que él pudiese hacerte daño...


 


Manigoldo suspiró al saber que tal vez su maestro tenía razón, sin duda Thanatos no cambiaría su agresividad por un simple humano.


 


- Quiero saber... – llevó sus manos a sus ojos tratando de contener el llanto – quiero recordar todo lo que ocurrió aquella noche...


 


- Está bien ...


 


 


RECUERDO DE SAGE


 


 


Una vez que Thanatos abandonó los alrededores del santuario, Sage llevó al niño Manigoldo a Star Hill (La Colina de las Estrellas) buscando la forma de poder arrebatarle la marca de unión que tenía tatuado en el brazo.



Sabía que una Soulmate significaba un gran privilegio para todos los seres humanos y debía ser considerado como el mayor regalo recibido por los dioses, pero en esos momentos se oponía totalmente en permitir que su pequeño estudiante terminara convirtiéndose en la pareja destinada del dios de la muerte.


Al pasar largo tiempo buscando sin éxito alguno, Sage lanzó todos los pergaminos y papeles contra el suelo en un acto de frustración, al pensar en la posibilidad de perder la vida de Manigoldo.


 


- ¿Qué debo hacer? ... no puedo permitir que Thanatos se lo lleve – desvió su mirada hacia el niño que continuaba descansando –


 


En un movimiento ligero, un pergamino antiguo cayó sobre la cabeza de Sage. Con curiosidad lo abrió, para notar que estaba escrito en letras antiguas y, además, en mal estado de conservación, habían partes faltantes que harían difícil poder descifrarlo completamente. El texto contaba una historia sobre la felicidad que la diosa sentía en compañía de su pareja destinada: "un ser humano", quien a pesar de saber que viviría pocos años, siempre demostró amor y fidelidad hacia ella. Pero en un descuido de ambos, un dios posesivo tuvo la oportunidad de robar el nombre tatuado de su amado, para traspasarlo directamente a sí mismo, condenando a la diosa Deméter a quedar atada a su vida por toda la eternidad.


Al terminar de leer, a pesar de que Sage se compadeció de la diosa, no podía detenerse a pensar en ella, pues en este momento lo importante era su hijo. Debía aprovechar el descubrimiento recién hecho.


 


- La intervención de un dios puede deshacer la unión de una pareja destinada– miro con tristeza a su pupilo quien comenzaba a moverse inquieto, caminó hacia él acariciando sus cabellos con cuidado intentando calmarlo – lo siento mucho – de su túnica tomó a una venda para cubrir la unión.


 


- ¿Qué pasa maestro? – dijo somnoliento revisando sus alrededores – ¿En dónde estamos?


 


- Nada grave, solo te lastimaste y te estaba tratando la herida – replicó convencido dándole una caricia – ahora descansa un poco más – al ver que cerró sus ojos regresó a releer el pergamino.


 


El siguiente amanecer llegó con demasiada rapidez a las colinas del santuario, Sage pasó la noche planificando cómo conseguir quitar la soulmate de su alumno. Y sabía perfectamente a quién recurrir... debería acudir al dios del sueño, era la mejor opción y llamarlo a su encuentro no sería difícil para él. Hypnos al ser convocado, accedió rápidamente al acuerdo de llevar a cabo el "arrebato" en su tierno estudiante, porque ningún humano miserable merecía estar destinado a emparejarse con su querido hermano.


En el trascurso del día, Sage le permitió a Manigoldo mantenerse alejado de los entrenamientos con sus compañeros, diciéndole que se trataba de un día de descanso. Aunque la realidad era, que deseaba a toda costa mantener en secreto el nuevo nombre que ahora portaba sobre su cuerpo.


Al caer la noche, al momento de que Manigoldo iba a cambiar sus vendajes para irse a dormir, se dio cuenta de la marca que indicaba su pareja destinada. Emocionado, el joven se presentó en el despacho principal de su maestro mostrando con orgullo y felicidad el nombre de su destinado.


 


- ¡¿Lo puede ver maestro Sage?! ¡Al fin tengo una Soulmate! – respondió apresurado al no poder contener su alegría – aunque no tengo idea de quien es, al parecer el nombre está escrito en letras griegas – miró con curiosidad los caracteres plateados– tal vez le pida ayuda Albafica, estoy seguro de que el podrá traducirlo.


 


- No es necesario – se levantó de su asiento, para acercarse más a su estudiante – yo puedo hacerlo, después de todo es mi lengua nativa – le sonrió afectuoso


 


- Es verdad – devolvió su gesto, enseñando sin problemas su tatuaje - ¡Entonces no me equivoqué al venir con usted primero!


 


En un movimiento rápido, Sage abrazó con fuerza su cuerpo trasmitiéndole un calor familiar acompañado de pequeñas palmadas sobre su espalda, deseaba demostrar todo su amor y dedicación antes de realizar su crimen más atroz.


 


- No sabes lo importante que eres para mí – depositó un suave beso sobre sus cabellos, para poco después soltarlo – lamento esto.



Llevó sus dedos a la frente de su estudiante, logrando separar el alma de su cuerpo y pocos segundos después obligarlo a dormir. Todo estaba listo.


Sin perder tiempo, Sage se teletransportó junto con Manigoldo hacia las colinas más apartadas del santuario, esperando la presencia del dios del sueño. Cada segundo que pasaba en ese lugar lo hacía arrepentirse de sus acciones, haría sufrir como nunca al pequeño inocente solo por el temor de que el dios de la muerte desechase su vida apenas sintiera aburrimiento por él.


Pero en el fondo de su ser, era consciente de que también realizaba esa injusticia por anhelar el sufrimiento del mismo ser que asesinó a todos sus camaradas y le arrebató a su diosa.


 


- Veo que eres puntual gran patriarca –


 


El viento comenzó a soplar con gran fuerza anunciando la llegada del dios, quien apareció delante de ambos vistiendo su armadura titánica con alas de pavo real.


 


- ¿Este es el humano? – miró con displicencia al niño que se encontraba cargando Sage – es extraño que el destino eligiera a un humano tan simple para mi hermano Thanatos – en un movimiento de sus manos, logró hacer despertar al pequeño, que ya comenzaba a removerse con molestia en las manos del patriarca – acabemos rápido con esto


 


- ¿Por qué lo despiertas? – le preguntó asustado


 


- Él debe estar consciente mientras se realiza el ritual para tomar el nombre de su cuerpo – pronunció magnánimo, para luego extender su brazo grácilmente– entrégamelo...


 


Invocó una gran parte de su cosmos, haciendo que a su alrededor se formara un pentagrama dorado, que encerró su propio cuerpo al igual que a Sage y Manigoldo. El futuro santo de cáncer, que aún no terminaba de despabilar, empezó a comprender la situación en la que se hallaba y que robarían su marca, mirando a su maestro con pánico.


 


- ¡No!¡Maestro Sage por favor no lo haga! – Manigoldo hizo lo posible para liberarse del agarre, con desesperación golpeó su pecho, pero le resultó inútil ya que Sage poseía mucha más fuerza – ¡Se lo suplico! ¡Es mío, no tiene derecho a quitármelo!


 


Desesperado por la lentitud del patriarca, Hypnos tomo con fuerza el brazo del niño para comenzar a borrar el nombre tatuado mientras al mismo tiempo rasgaba una gran cantidad de piel, haciendo que brotara sangre.


 


- ¡Ya basta! ¡Duele mucho! – vociferó con gran fuerza iniciando a sollozar-


 


- Lo siento Manigoldo – respondió con dolor, abrazando con más fuerza el cuerpo de su estudiante tratando impedir sus movimientos, realmente el tormento que experimentaba jamás podría ser olvidado – pronto acabará...


 


Los alarido y ruegos del chico fueron ignorados en su totalidad por parte de Hypnos, quien al terminar de hurtar su Soulmate no dudó soltarlo sin ningún cuidado, para después colocarse el nombre de su hermano, dando por terminado el ritual.


 


- No te preocupes - desvió su mirada hacia ambos, observando el estado de shock en el más pequeño – no recordará nada, una vez que desaparezca me llevare sus recuerdos junto con los de mi hermano, nadie sabrá la verdad.


 


- Espero eso – rasgó su ropaje, cubriendo la herida que no paraba de sangrar – esto solo fue una tregua, la próxima vez que nos veamos no dudare en eliminarte.


 


- Yo también deseo lo mismo


 


 


FIN DEL RECUERDO DE SAGE

Notas finales:

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