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Parte de él... por Shima_Suzuki

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Kouyou no se lo podía creer…

Llevaba ya un mes entero fuera del mar y sus piernas no habían fallado en ningún momento.

Yuu había cumplido su palabra, de vez en cuando iba a la playa para hablar con él en forma de diferentes animales, si no eran gaviotas, eran tortugas o cangrejos, más que nada para saber cómo iban las cosas en el mar, que pasaba con su padre y sus hermanas, Yuu le seguía repitiendo que a pesar del tiempo su padre lo seguía buscando, sus hermanas no se habían casado, al parecer su padre había cancelado los tratos debido a su desaparición.

Kouyou se alegró, al menos el hecho de no estar había salvado el futuro de sus hermanas, también le hablaba sobre la desesperación del rey por encontrarlo, pero de eso no quería escuchar mucho. También hablaban sobre el pueblo y las cosas humanas que tanto le gustaban, también le había mandado algunas cosas del mundo humano a Yuu por medio de los animales donde hablaban.

Todo iba bien, todo estaba bien…bueno, realmente no todo.

Si bien, sabía que Akira sentía algo por él y en todo ese mes había estado tratando de conquistarlo, no podía arriesgarse en decirle un “si” y tampoco un “no”, Yuu aún tenía en su poder el pergamino, no podía pedirle que cambiara la condición de no enamorarse porque en automático pensaría que algo pasaba, no le convenía que Yuu dejara de quererlo…

Pero empezar una relación con Akira seria alejarse permanentemente de su hogar, no volver a entrar al mar nunca más para evitar convertirse en espuma de mar, o en el peor de los casos, que Yuu de algún modo se enterara y le hiciera algo con ayuda del pergamino.

Todo este lio llevaba dándole vueltas en la cabeza desde que le pidió a Yuu alterar el pergamino, se supone que todo en su hogar estaba en orden, tenía que confiar en la palabra del pelinegro en ese aspecto…

En ese momento se encontraba en la playa, justo había terminado de hablar con la tortuga que Yuu había ocupado para comunicarse con él, suspiro y se alejó de la playa, ver el mar le hacía sentir nostalgia, subió por las escaleras de piedra y camino por el pueblo a paso lento, Akira estaba en un viaje de comercio, le dijo que regresaría pronto, se sonrojo al recordar que después de dichas palabras le dio un beso en la mejilla.

Tal vez lo hizo sin pensar ya que iba apresurado o puede que fuera intencional, no lo sabía, pero le alteraba el corazón con fuerza, y no quería eso, no debía sentir eso. Se supone que el pelinegro volvía en un par de días más, tal vez podría visitar su hogar en ese tiempo…

Mañana hablaría con Yuu para ver con sus propios ojos que tal iba todo allá.

Si bien Yuu decía que todo estaba bien, no era del todo cierto.

En parte le había dicho la verdad, su padre lo seguía buscando y sus hermanas no estaban casadas, pero las cosas no estaban tan “bien” realmente. El rey cada que se encerraba en su oficina actuaba como un loco, un maniático, se podía a gritarle a una puerta como si fuera una persona, y esto lo sabía gracias a que Yuu mantenía un pulpo oculto siempre en su oficina.

Una de las tantas conversaciones que alcanzo a escuchar y que cambió por completo la percepción de su mundo fue una en específico donde el rey de nueva cuenta le gritaba a la puerta “Debí de matarlo cuando nació” “Esto es tu culpa, es mi culpa, es culpa de todos”.

No sabía si se refería Kouyou, o a alguien más, tal vez se refería a él, siendo el hijo de la bruja del mar, pero él no había hecho nada-a sabiendas del rey-, se estaba volviendo loco y paranoico, probablemente Kouyou no quisiera escuchar eso así que por lo general omitía ese detalle.

En ese momento se encontraba medio dormido cuando escucho de nuevo desastre en la oficina del rey, inmediatamente se levantó a ver.

—Voy a proponerte un trato…—el rey hablo estando apoyado en esa puerta tan rara que estaba en su oficina, nunca la abría, pero le hablaba bastante seguido—Te sacare si me ayudas a encontrar a mi hijo…

¿A quién le hablaba?

—Sé que me escuchas y sé que puedes hablarme, te liberaste de la mitad del sello que te puse en todo este tiempo, así que por favor… respóndeme.

¿Qué estaba haciendo? Definitivamente ya se estaba volviendo loco.

 ¿Y cuándo lo encuentre? Me deberás un favor…

Eso había sido una voz… ¡Una voz! ¿Tenía alguien encerrado? Se escuchaba que era una mujer… ¿un sello? ¿Qué estaba pasando? Puso más atención.

— ¡Se bien que te deberé un favor!... te dejare ver a tu hijo si me ayudas a encontrar al mío…

¿Su hijo?

Creí que lo habrías matado después de hacerme esto…

—Era solo un bebé, no podría hacerle algo tan cruel…

Mi hermanito el benevolente…

—Sé que puedes hacerlo… tú fuiste la más grande de la raza Cecaelia cuando estabas libre ¡incluso tuviste un varón! Por favor Fumiko…

¿Hermano? ¿Fumiko? ¿Cecaelia…? hijo varón… ¡¿Podría ser que!?

Entonces… ¿si lo encuentro podre estar con mi hijo?

—Si… tu hijo vive en el jardín de coral…

Me supongo que lo tienes encerrado con magia en ese lugar ¿verdad?

—No tenía otra opción… no podía decirle a ese niño la verdad…

Claro, gran trauma para tus preciosos hijos que supieran que tenían un primo Cecaelia ¿no?

—Fumiko por favor…si recurro a ti es porque estoy desesperado…

— ¿Por qué no le pediste el favor a mi hijo? Él es un Cecaelia varón, es más poderoso que yo incluso…

—El consejo me lo impidió, deberle un favor a tu hijo sería más peligroso que debértelo a ti…

Yo estoy encarcelada en esta bóveda con cadenas mágicas…si, es más razonable pedírmelo a mí.

— ¿Me ayudaras entonces?

Sácame de aquí entonces… pero primero quiero pasar tiempo con mi hijo antes de que me pongas a trabajar…

—Gracias…—suspiro.

No me lo agradezcas aun…Quiero ver cómo es mi Yuu ahora…

Y con eso el pelinegro tuvo más que suficiente para saber quera “el gran secreto” tras la caja fuerte del rey… dentro de ella mantenía cautiva a la gran bruja del mar… a su madre, aun cuando todo el mundo la dio por muerta gracias al anuncio del rey…

Todo este tiempo estuvo tan cerca de ella… y el pensando que estaba muerta, y no solo eso ¡Su madre era hermana del rey! ¡El rey era su tío! Eso lo volvía en automático primo de Kouyou y de las otras dos, lo cual prácticamente hacia su amor por el castaño algo enfermo…

¡Ay por el mismo rey del océano! ¡Era demasiada información que digerir!

Pudo ver que el rey tomaba el tridente y lo introducía en la cerradura de la puerta, está giro unas 5 veces y la puerta se abrió dejando salir una gran cantidad de burbujas y arena…

Primero vio salir los tentáculos, después se vio el brillo de las cadenas, la larga y negra cabellera empezó a flotar en el agua dejando ver a la gran bruja del mar… era…era…hermosa…

—Veo que te conservaste bien para el tiempo que llevas ahí…

—Soy una bruja ¿creíste que envejecería tan rápido? Llevo más de 40 años ahí encerrada…mi hijo técnicamente ya es un adulto próximo a la tercera edad y nunca pude estar con él debido a ti—se veía molesta.

—De hecho, tu hijo se ve de unos 20 o 22 años…

—No era para menos—sonrió. —Llévame con el… antes de que sepan todos que has liberado a la gran bruja del mar que se supone está muerta—sonrió.

—No podía matar a mi propia hermana.

—Que dulce—sonrió—ahora llévame que estas cadenas pesan…

—Te quedaras con ellas puestas, serás mi hermana, pero no puedo confiar en ti después de lo que hiciste.

—Bueno, bueno—rio un poco—no me culpes, mi prima de Dinamarca casi lo consigue…

—Para…—la tomo de las cadenas y la llevo consigo por el castillo, era de noche, todos estaban durmiendo así que no había problema de llevarla tan libremente por el castillo.

Yuu en ese momento entro en pánico, comenzó a esconder toda su investigación, el pergamino lo resguardo en un cofre especial que solo se abría con la sangre de Cecaelia, solo lo usaba en casos de emergencia y ese era uno de esos casos, así que guardo todo ahí, apago el reflejo y se acostó en su almeja gigante, fingiendo dormir.

Escucho ruido a su alrededor, pero como él siempre fue de sueño pesado no se movió.

—Mira esto…tiene mis cosas…ah, al final no eres tan malo hermano.

—Yo ni siquiera sabía que las tenía…

—Entonces eres muy tonto también—rio un poco.

—Él está ahí—señalo al fondo del lugar, donde se podían ver los tentáculos sobre salir.

—Déjanos solos…—dijo mirando fijamente hacia la cama donde podía ver a su hijo con una respiración acompasada.

—Después de que me vaya, ni tu ni el podrán salir de aquí, vendré por ti mañana en la mañana—y dicho esto el rey se fue, haciendo que la barrera mágica regresara, dejándolos encerrados en el jardín de coral y algas.

Fumiko, se acercó casi con miedo de despertarlo, podría ser una bruja cruel y despiadada que absorbió el alma de miles y casi destruye el mar…pero seguía siendo madre, y para una madre, sus hijos son el mundo entero.

Se sentó en la cama y acaricio con suavidad el cabello negro de su hijo, igual que el de ella, se acercó un poco más y dejo un suave beso en la cien de su hijo.

—Hola mi pequeño…—ella sabía que no estaba dormido, había reaccionado a su tacto con pequeños temblores.

—Madre…—abrió los ojos y se encontró con un par exactamente igual.

—Mi pequeño Yuu…—sonrió y acaricio su rostro, el pelinegro se sentó en la cama y Fumiko no perdió el tiempo, lo abrazo con fuerza contra su cuerpo, Yuu sonrió y correspondió ese abrazo, escondiendo su rostro en el cuello de su madre.

—Me dijeron que estabas muerta…

—Son mentiras para mantener al pueblo quieto pequeño—dijo acariciando su cabello con suavidad, lo llevaba largo, no tanto como el de ella, pero sí bastante más largo para un chico. —Nada puede conmigo.

—No sabes cuantas veces imagine tu rostro…—dijo separándose para mirarla.

— ¿Cumplí con tus expectativas? —sonrió y acaricio el rostro de su hijo.

—Las superaste…

—Oh cariño—lleno de besos su rostro—tú también te ves muy guapo—le jalo suavemente una mejilla.

—Gracias madre.

—Bien, ya que estoy aquí y que el molesto de mi hermano no está cerca—se levantó y camino al cofre, podía sentir magia del tridente salir de él—dime que hay aquí dentro cariño.

Yuu se levantó y fue por un cuchillo a uno de sus muebles, se cortó la palma de la mano y la coloco en el cobre, el cual se abrió dejando ver el brillo particular de la magia del tridente, Fumiko metió sus manos y saco de ahí el pergamino.

— ¿Un contrato?

—Tiene tu tinta y la mía…

— ¿De quién es? —lo miro.

—Del príncipe que estás buscando—sonrió—Kouyou es amigo mío, solo le hice un favor.

Fumiko leía con rapidez el contrato, notando las modificaciones al poder diferenciar su tinta de la de su hijo. Sonrió con malicia…

—Vaya, vaya… así que el pequeño príncipe está en la superficie…

— ¿Qué harás?

—Ahora que estoy libre no voy a dejar que me separen de ti mi pequeño—acaricio su cabeza—podemos sacarle mucho provecho a esto…

— ¿Cómo?

—Bueno, este contrato repercute en la persona con al que se hizo, por lo tanto, todo lo que este escrito en este papel le pasara a Kouyou ¿no?

— ¿Le harás daño?

—No, a él no, de hecho, le hare un enorme favor…—se acercó a una de las mesas que tenía su hijo, tomo el cuchillo y corto un poco su dedo para borrar varias partes del contrato. Poco después apareció con su magia una pluma de espina de pescado, acerco el frasquito que tenía su hijo en la mesa, seguramente era su tinta, y tuvo razón al mirarla de cerca.

Empezó a escribir de nuevo las partes que había borrado, Yuu se acercó para ver.

— ¿Qué planeas madre? ¿En qué nos ayudara esto?

—Ya lo veras mi pequeño Yuu, ya lo veras…

“Por medio del presente texto, yo Kouyou Takashima acepto las condiciones impuestas por mi padre, el Rey Tritón, para poder ir a la superficie, dichas condiciones son las siguientes:

1.-El periodo de tiempo en el que podrá encontrarse en tierra será indefinido, dando libre elección de volver cuando lo desee.

2.-Si no se piensa o expresa voluntad de querer convertirse en tritón de nuevo al tener contacto con el agua del mar las piernas permanecerán incluso estando sumergido completamente.

3.-Se permite el desear y expresar voluntad de querer quedarse en ese mundo por cualquier razón.

4.-Se permite enamorarse de un humano.

5.-Si se llega a presentar alguna situación de riesgo en el mar, se requerirá su presencia inmediata para ayudar.

Si se llega a desobedecer alguna de las condiciones se presentará como única consecuencia la absoluta obediencia y sumisión hacia la raza Cecaelia, especificando a Fumiko y Yuu Shiroyama.

 

Fin del capítulo 12.


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