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Parte de él... por Shima_Suzuki

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— ¿Me amas? —pregunto aun con voz quebrada y sin atreverse a mirarlo.

—Sabes que si—sonrió y continúo con las caricias en su cabello—Desde el primer momento en que te vi supe que serias alguien especial en mi vida Shima…

— ¿De verdad?

—Por supuesto, por eso tanta insistencia de mi parte para saber más de ti—rio un poco.

La recámara quedo en silencio de nuevo, lo único que se escuchaba era el sonido de sus respiraciones, Kouyou cerró los ojos y se concentró en el latido del corazón del pelinegro, estaba levemente acelerado debido a la reciente confesión que había dicho, para él era emocionante decir lo que sentía por Kouyou aunque este aun no le confirmara nada, podía besarlo si, tocarlo y hacer el amor, podía tomar su mano, decirle palabras lindas y dormir junto con él en la misma cama pero…nunca había escuchado un “te amo” de vuelta, era más que obvio lo que ambos sentían pero quería escucharlo, solo para sentirlo más real.

—Shima…

— ¿Sí?

— ¿Me amas?

—Sabes bien que si… ¿Por qué preguntas?

—Porque nunca me lo dices, al menos no directamente—suspiro.

—Sabes que lo hago ¿Por qué tendría que decir lo que demuestro?

—No sé, porque soy raro—rio un poco, Kouyou solo sonrió.

Si no podía volver ¿Cuál sería el problema en decirlo? Sabía que estaba prohibido, pero ahora ya no importaba nada, prácticamente estaba desterrado de su hogar.

El castaño se separó un poco del pecho del pelinegro para poder alzar el rostro y verlo, Akira sintió el movimiento y bajo un poco su cabeza par a poder verlo. Kouyou tomo su rostro y le planto un pequeño beso, lo miro a los ojos y sonrió.

—Te amo Akira Suzuki.

Para el pelinegro escuchar esas palabras significo mucho, el pecho se le lleno de emoción, sintió las “mariposas” en su estómago, lo abrazo y lleno de besos su rostro.

—Me has hecho muy feliz. —Beso sus labios—Yo también te amo.

—Eso lo sé, me lo dices todos los días.

—Tenía esperanza en que un día me dijeras “yo también te amo” tenía que seguir intentando—rio un poco.

—Bueno, ya lo he dicho…—sonrió y se volvió a acomodar en su pecho.

— ¿No prefieres cambiarte primero? Para que podamos dormir cómodos.

—Solo quítate la ropa, no me siento con ánimos de nada, estoy cansado.

—Bien—sonrió y soltó al menor para desnudarse primero, Kouyou se quedó quieto, mirándolo con atención, suspiro con una sonrisa, el cuerpo de Akira siempre le parecería una completa delicia a la vista. — ¿Quieres que te desvista? No te veo con muchas ganas de moverte—sonrió.

—Si quieres hacerlo no te lo voy a impedir—sonrió.

El pelinegro se rio, dejo su ropa tirada a un lado de la cama junto a sus zapatos y se acercó al castaño para comenzar a desnudarlo, Kouyou se quedó quieto dejando que lo hiciera.

Dejaron toda la ropa y zapatos tirados al lado de la cama, se acomodaron mejor y se cubrieron con las cobijas, Akira abrazo a Kouyou por la cadera y este se escondió de nuevo en su pecho, le gustaba que el pelinegro pudiera distraerlo así de fácil de sus males, aunque el efecto no duraba mucho, tan solo recordar se volvía a sentir deprimido y con ganas de llorar, y lo hubiera hecho de no ser porque el príncipe hablo de nuevo.

—La semana que viene es mi cumpleaños…

—Oh…la coronación será el día de tu cumpleaños ¿verdad?

—Si—dejo un beso en su cabeza. —Me gustaría que me acompañaras en ese momento tan especial, ya sabes, en el trono justo al lado mío.

—Pero yo no soy de la familia real como para hacer eso…

—Pero lo serás.

— ¿Eh? —levanto la cabeza para mirarlo.

—Para coronarme obviamente tengo que casarme también…

— ¿Qué estás diciendo?

—Quiero casarme contigo Shima. —sonrió.

Kouyou se quedó callado, no se esperaba esas palabras, mucho menos en ese momento, su rostro poco a poco se fue tiñendo de un rojo intenso.

—N-No juegues con eso…

—No es un juego, quiero que te cases conmigo Shima.

—P-Pero no podemos ¡La iglesia nunca lo permitiría! Somos hombres… no dejarían que un rey viviera en ese pecado.

—No tienen por qué saber que eres hombre—sonrió—Lo hable con Tanaka hace un par de días, y aunque me llamo loco, él sabe que no me casaría con ninguna joven de otro pueblo que no conozco y que jamás amare. Sabe que te amo y que con quien quiero casarme es contigo.

—Pero Akira…no es posible.

—Déjame terminar—acaricio su rostro, pudo sentir el calor en este debido a la vergüenza. —Tanaka tuvo la idea de vestirte como una chica el día de la ceremonia, llevaras un velo así que nadie podrá ver tu rostro, la mayoría del pueblo te conoce, pero ninguno en realidad sabe que eres mi pareja.

—Pero Akira, esto es una locura… solo piénsalo, sería imposible que este plan funcionara.

—Yutaka está dispuesto a hacer el vestido para ti, es el sastre del pueblo, la familia real siempre tuvo mucha confianza con él.

—Estás loco.

—Estoy loco por ti, es diferente—sonrió.

—No creo que funcione.

— ¿Estás dispuesto a intentarlo?

—No lo sé…seria arriesgado, estarías jugando la corona en esto si alguien se entera…

—No te preocupes por eso, aunque la boda sea pública, una vez termine la ceremonia tú y yo podremos irnos de aquí y nadie hará preguntas. Tanaka se encargará de darnos privacidad.

— ¿Y cuando tengamos que dar un heredero al trono que pasara?

—Para eso todavía falta, pensare en algo no te preocupes—dejo un beso en su frente.

—Repito, estás loco.

—Y yo te repito que es porque estoy loco por ti. —dejo un beso más.

—Ya duérmete…

—Buenas noches entonces mi futura esposa~

Kouyou solo se rio y dio un suave golpe el pecho del pelinegro, sintió un beso en su cabeza y se relajó, el sueño no tardo en ganarle, ya estaba cansado.

Akira también se durmió rápidamente, estaba tranquilo y en paz ahora que Kouyou estaba con el de nuevo y ahora había prometido seguir con él hasta el altar… seria suyo oficialmente y no dejaría que nada ni nadie se interpusiera en su felicidad.

La gaviota que estaba en la ventana salió volando de ahí. Tanto Fumiko como Yuu escucharon todo, y la sonrisa de la bruja del mar nunca le daba buena espina a Yuu eso significaba que era momento de seguir con el plan y que cada vez sería peor.

— ¿Qué harás madre?

—Por ahora nada… dejare que el rey se deprima unos días más—sonrió y se sentó en la cama.

— ¿Y luego?

—Dejaremos que el lindo príncipe sea feliz, hay que dejar que se recupere después de la semejante noticia que le soltaste hijo—dijo revisando sus uñas.

—Entonces… ¿dejaras a Kouyou en paz?

—Por ahora sí, sigue siendo una pieza clave en nuestro plan, pero por el momento me sirve más si está alejado del agua.

—Está bien…—se sentó a su lado.

—No te preocupes cariño, cuando todo esto termine, él será para ti.

—Si…

—Duerme un poco, te vez cansado. Mañana ya con las princesas infectadas poder avanzar al rey…

—Si madre…—dijo ya acostado en la cama. —Pero…

— ¿Sí?

—Luego de eso… ¿Qué pasara?

—Cuando me apodere del tridente empezare a hacer algunos cambios en este pueblo querido.

— ¿Y después?

—Encerrare al rey y tomare el poder.

— ¿Y luego?

—Me ayudaras a repoblar a nuestra raza.

— ¿Y después de eso?

—Modificare el contrato y Kouyou volverla para poder estar contigo.

— ¿Y precisamente cómo será posible si ya está enamorado de alguien más?

—Para cuando yo tome el poder, el mar entero estará lleno de la toxina de mi poción querido, en cuanto entre al agua ya tendré su mente en mi poder…

—Pero…

—Lo sé, no sería amor real, sé que él te aprecia, solo me asegurare de borrar cualquier recuerdo el principito ese y dejare que tú hagas el resto mi amor…

—Solo…no quiero que lo hagas sufrir mucho.

—No lo hará querido, podrás tener una feliz vida con él.

—Esperemos entonces que tu plan funcione…

—Funcionara…Confía en mí.

—Confió en ti…—cerro los ojos—Buenas noches madre.

—Descansa cariño—lo cubrió con un par de cobijas, el agua estaba fría y dentro de un par de días más seguiría fría, mientras la depresión del Rey creciera, el mar, cambiaría acorde a ese sentimiento.

Ella se recostó a su lado, también estaba cansada, una vez se durmió el reflejo se apagó, mañana en la mañana se supone que el rey iría de nuevo para hablar con ella, a ver qué cosas le diría…

 

A la mañana siguiente el día se mantenía nublado, el mar aún estaba agitado y esto preocupaba la mayoría ya que así los barcos pesqueros no podían zarpar, tampoco los mercaderes.

— ¿Qué habrá pasado para que el mar este así? —pregunto el príncipe mirando desde la ventana de su oficina.

—Algún cambio en la naturaleza probablemente—dijo Tanaka terminando de revisar unas cartas.

—Espero que para el día de mi boda no esté así…—suspiro.

— ¿Cómo dijo? —Lo miro, Akira se giró y le sonrió— ¿Acepto la idea?

—Completamente.

—Oh, no creí que lo hiciera.

—Yo tampoco, pero lo hizo.

—Entonces tengo que empezar con los otros preparativos.

—Te lo encargo entonces—se sentó.

— ¿Dónde está el ahora?

—Sigue durmiendo, ayer se notaba cansado así que lo deje irse a dormir después del desayuno.

—Bien, en la tarde tomaremos sus medidas y se las daremos al sastre, el vestido quedara precioso se lo aseguro.

—Recuerda que el vestido tiene que simular que tiene pechos, se supone que es una chica ¿no?

—Mandare pedir que la forma del pecho sea definida—y sin más se fue.

Akira suspiro con una sonrisa en el rostro, estaba emocionado, no solo porque dentro de poco se convertiría en rey, sino que además se casaría con la persona que estaba seguro que amaba con todo su ser.

Solo esperaba que el mal clima mejorara, no quería el día nublado en su boda, y también esperaba que el mar se calmara pronto, si los barcos no lograban zarpar la economía del pueblo decaería rápidamente.

No le quedaba más que rezarle al dios del mar para que superara sus males y permitiera a sus barcos zarpar, ya muchas personas no creían en eso, pero su padre le había inculcado esas creencias, así que se quedó quieto en su silla rezando en silencio por que las cosas mejoraran.

No creía que cambiaran de la noche a la mañana, pero esperaba que eventualmente se calmaran, no solo por los motivos antes mencionados sino porque una parte de él le decía que Kouyou estaba triste por culpa de eso, ver al mar en ese estado tan deplorable lo pondría mal.

Lo podía notar en su mirada, en la mañana a la hora del desayuno lo encontró mirando hacia la ventana, el castillo estaba en una zona elevada que permitía la vista del pueblo entero y el mar, y podía distinguir la tristeza en sus ojos al ver el mar tan agitado y sombrío.

De verdad esperaba que las cosas mejoraran, no solo por el bien de su pueblo, si no para que el mal de que acongojaba a su futuro esposo también se fuera…

 

 

 

 

 

Fin del capítulo 20.

Notas finales:

Solo vengo a advertir que se vienen capitulos fuertes xd espero esten preparadas para ellos XD <3


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