Apenas llegan a la dichosa cascada y el mayor no pierde de vista ni uno de los movimientos del menor cuando tímidamente se retira la camisa para entrar al agua como le sugirió Shisui, soltandose el pelo para que no se le enredara con la liga. Hace tiempo que había ido ahí con Hashirama y es de los pocos recuerdos buenos que se mantienen intactos y le hacen odiarlo menos al tipo tan pretencioso en el que se había convertido, además de su constante odio a su carrera como músico.
Sacude la cabeza intentando centrar toda su atención a su pareja que se moja los pies a la orilla del agua a espera de que el ojirojo le acompañe. No tarda en quitarse los zapatos y la camisa, afortunadamente le había enviado mensaje una noche antes al pelilargo de que llevara su bañador para poder meterse al agua.
Una vez preparado se acerca hasta su pareja y le toma de la mano para que ambos se introduzcan en las frescas aguas de aquella cascada, disfrutando tanto de la tranquilidad, para suerte de ambos no había gente a su alrededor y era de esperarse porque a pesar de ser un lugar conocido no era muy frecuentado, por lo regular las personas se interesaban más en los parques que también eran muy hermosos pero ninguna atracción tan tranquila e íntima como aquel sitio.
- ¿Qué te parece? - cuestiona sin quitar la vista del menor que se hunde hasta casi el cuello para no exponer su cuerpo -
- Es muy tranquilo - murmura con cierta vergüenza -
- Si, hasta a mi me sorprende que no haya ni un alma aquí, pero eso está bien ¿no? -
Itachi asiente con la cabeza, agachándose sin poder evitar sentir las mejillas prendidas y Shisui no puede con la ternura que eso le produce, acercándose hasta su pareja y estrecharlo entre sus brazos, mirándolo fijamente a los ojos
- Itachi Uchiha eres la única persona que conozco que siendo tan hermoso te avergüences de ello - le susurra con una leve sonrisa divertida -
- No es eso... es solo que tu me pones nervioso - se excusa, temblandole la voz sin querer -
- ¿Ah, sí? - le sujeta de la cintura, pegando más a su cuerpo, si es que era posible - bueno tu a mi me produces otra cosa - deja un dulce beso sobre sus labios, viendo los mofletes prendidos de color rojo -
- T-Tonto no digas esas cosas - le regaña intentando zafarse pero el mayor no se lo permite -
- Jaja lo siento no puedo evitarlo -
El menor frunce el entrecejo ganándose otro beso
- Venga vamos más adentro - tira de su mano pero el pelilargo le detiene - hmm ¿Qué sucede? -
- No sé nadar -
Shisui piensa por unos instantes hasta que una sonrisa divertida se forma en su rostro
- Puedo cargarte y así aseguras que nada te pase -
La mirada que le lanza Itachi es un simple "ni en sueños" y el ojirojo sabe que de insistir solo terminara haciéndole enfadar por lo que descarta la idea. Analiza una nueva opción y sin vacilar se pone de espaldas al menor.
- Sujetate de mis hombros, no tienes que subirte en mi sino quieres, solo con sujetarte es suficiente -
Itachi lo piensa unos segundos antes de colocar sus manos sobre los hombros ajenos con toda la vergüenza del mundo, permitiendo que el mayor le conduzca a una zona más alejada, introduciendose entre algunas hierbas y rocas hasta acabar al otro lado de donde estaban, ya más alejados de la zona más concurrida, y para tranquilidad del menor ya podía tocar el suelo nuevamente.
El pelinegro ayuda al más joven a colocarse frente suyo y dejar que le rodee con los brazos el cuello y así no hundirse.
- tranquilo, nunca te dejaría caer - le susurra en cuanto nota la presión con la que le sujeta, acariciando dulcemente sus caderas con la yema de los dedos bajo el agua -
- Lo sé - murmura en respuesta, sonriendo al ojirojo que se queda hipnotizado con el rostro de su pareja -
- ¿Alguna vez te he dicho lo mucho que me gustas? - pasa un brazo alrededor de su cintura y con el otro le quita unos mechones de pelo húmedo que obstruyen la vista plena al rostro del pelilargo -
Itachi no puede evitar sentir como su corazón se derrite ante el sentimiento de amor que le transmite Shisui, adoraba esa tranquilidad entre ambos porque el silencio era el único testigo de esa relación nacida desde lo más complicado hasta culminar en una eterna unión repleta de felicidad y abundancia. Si, su vida estaba tan completa con Shisui a su lado.
- tu también me gustas mucho - responde con una sonrisa enternecida, plantandole un beso a su pareja -
Shisui instintivamente abraza el cuerpo del menor hasta unirlo al suyo lo máximo posible sin querer terminar el beso, enredando los dedos entre los largos cabellos, tirando un poco de el suavemente hacia atrás para plantar besitos en el cuello del menor que suelta un apenas perceptible suspiro, cerrando los ojos para disfrutar de la sensación.
Jadea en cuanto siente los dientes del mayor ejerciendo una leve presión sobre una zona muy sensible en su cuello, mordiendo su labio inferior para evitar seguir emitiendo esos vergonzosos sonidos
- ¿que haces..? - susurra aún con los ojos cerrados sin querer que la sensación mengue -
- Perdón - escucha decir al ojirojo mientras siente el cuerpo ajeno alejarse del suyo unos centímetros - estoy siendo muy grosero contigo ¿no es así, Ita? - se rasca tras la nuca con nerviosismo -
- No me refería a eso... - responde con las mejillas sonrojadas - solo no me lo esperaba -
Al ver el rostro apenado de su pareja decide armarse de valor y participar en el jugueteo, paseando sus dedos por la parte de atrás de la nuca, enredando los dedos en los cabellos rebeldes que ahora se encontraban goteantes por la cascada, haciéndole lucir endemoniadamente sexy. sin meditarlo mucho desliza la mano libre por los brazos fuertes, seguramente a causa de una excelente rutina de ejercicio, dándose el deleite de apretar un poco y notando un ligero temblor en el cuerpo del mayor que cerró los ojos para concentrarse en las manos de Itachi que ya con un poco más de valor retoma el beso sin parar las caricias, tocándose uno al otro, aprendiendo las zonas más erógenas del cuerpo contrario, grabandose en la mente la silueta de su pareja.
Itachi no puede evitar dejar caer la cabeza atrás en cuanto el mayor le toma de la cadera y la presiona contra la suya, sintiendo un bulto entre ambos, avergonzandose de su condición, pero a la vez disfrutando de ese ambiente pasional y erótico que casi no es consciente cuando Shisui le había apartado el bañador junto al suyo, lanzándolos fuera del agua , ahora sin ningún tipo de prenda que ponga una separación entre sus pieles que ardían bajo las frescas aguas de la cascada.
Por minutos no hay palabras de por medio, solo jadeos y suspiros llenos de placer y amor que complementaban el ambiente erótico, manos ardiendo en llamas con el toque de las pieles mojadas a causa del calor interno que comenzaba a emanar en sudor, ya no por causa de las aguas que desde hace rato comenzaban a hervir entre los desenfrenados roces de intimidad. No pasaba de eso, roces entre sus cuerpos, caricias que pretendían llenar esa excitación que pedía a gritos culminar en el acto sexual pero que la mente de ambos les frenaba aún al impulso carnal, limitándose al roce entre sus intimidades.
- Shi..sui - gime el pelilargo, aferrándose a la espalda ancha, sintiendo un cosquilleo en su bajo vientre a la vez que el mayor acelera sus movimientos, simulando el acto sexual-
Los jadeos y respiraciones pesadas del mayor le confirman que están en el mismo estado, sincronizando su cuerpo y alma, como si sus mentes se conectaran y formaran una misma, al compás de cada movimiento desenfrenado, no se creía capaz de experimentar mayor placer hasta que el ojirojo le toma los glúteos con las manos sin detenerse ni un momento del vaivén de caderas.
Itachi pierde toda noción de tiempo y espacio cuando un azote de electricidad le recorrió la espina dorsal hasta la pelvis en cuanto siente un dedo enterrarse en su interior, dejando soltar un fuerte suspiro cuando la intimidad del contrario pegada a la suya se restriega, llegando a un espléndido climax que los deja con las extremidades entumecidas.
Es incapaz de saber cuánto tiempo estuvieron ahí metidos en el agua intentando calmar la respiración pesada de ambos, solo mirándose con todo ese sentimiento acumulado en el pecho, transmitiendo con los ojos el amor que florecía cada segundo que pasaba. aún sin decir nada acercan sus bocas y se funden en un beso, esta vez más tranquilo, sin morbo ni placeres culposos, sólo el tierno contacto de boca.
- Itachi... me has atrapado, me creo incapaz de dejarte ir nunca - susurra una vez terminado el beso, pegando su frente a la contraria -
- No me voy a ir a ninguna parte - responde seguro, sintiendo que nunca antes había sido tan feliz.
Intenta mantener la compostura aún cuando internamente estuviera muriendo de miedo ante la figura imponente delante suyo, pero logra disimular bastante bien su expresión seria en cuanto el adulto retira la vista de la hoja, fijando los orbes oscuros en el menor que no se mueve ni un milímetro.
- Tienes muy buenas notas, Shisui. Si continuas así te ganarás tu lugar en cuadro de honor para final de curso, aplícate siempre - dice Hashirama, devolviendo el papel con sus notas -
- Lo haré, padre - responde firme, haciendo una reverencia para retirarse pero la voz del adulto le detienen -
- Mito está muy contenta con tus notas y me ha pedido que te lleve por ramen ¿te apetece? -
El pequeño pelinegro sonríe y asiente con la cabeza, sacándole una sonrisa al mayor que se levanta y sale junto al infante de la sala.
De camino al establecimiento el ambiente estuvo tranquilo pese a no intercambiar una que otra palabra pero que no molestaban al menor, de hecho le sorprendía un poco la actitud de su padre pues no se distinguía por ser un padre muy amoroso y que irradie cariño por las personas, ahora su semblante lo veía sereno y con una paz inexplicable.
- ¿Mamá nos alcanzará en el restaurante? - pregunte viendo de reojo al mayor que niega -
- No, ella tiene asuntos que resolver, pero le llevaremos algo ¿estás de acuerdo? - Shisui asiente formando una sonrisa de lado, le hubiese gustado que su madre les acompañara y así sentiría que su día estaba completo al tener a ambos padres junto a él -
Una vez que llegan al restaurante, Hashirama pide de las mesas en una zona reservada, nunca le gusto las multitudes y ese lugar pese a ser de alta categoría era muy recurrido por empresarios de su mismo poder adquisitivo. Eran una familia acomodada, vivían en una de las zonas más prestigiosas en Konoha y su empresa tenía tratos en el extranjero por lo que era común que viajaran mucho a diversos lados en jet privados. A Hashirama le enorgullecía el hombre que era, desde niño pasó por dificultades económicas muy feas en las que incluso hubo veces en las que no probaba alimento, su padre que hace años había fallecido a causa de una tuberculosis, fue un humilde hombre que cantaba en los autobuses con una guitarra que se ganó en una rifa por el periódico, jamás tuvieron los lujos que gozaba hoy en día y desde que su madre falleció cuando era niño por culpa de una enfermedad que no pudieron pagar a un médico o servicio hospitalario que la atendiera se juró a sí mismo nunca más ser pobre, haciendo un gran esfuerzo por entrar a las mejores escuelas de su zona y sacrificando los ahorros de toda su vida en una buena universidad. Su hermano, Tobirama por su parte se había ido a vivir con sus tías de Sunagakure y ahí consiguió una oportunidad y tener una buena vida, no tan acomodada como la de Hashirama pero más estable a cuando eran niños.
Era por eso que en la actualidad no se extra-limitaba en comprar algo para su gusto o para su familia, se sentía merecedor de todo aquello que tenía y con justa razón, todo eso que poseía era a base de esfuerzo y muchos sacrificios que tuvo que hacer en su momento, nunca más volvería a pasar por lo mismo ni permitiría que la gente que amaba sufriera una circunstancia así.
- ¿Y qué has hecho en tus ratos libres? - cuestiona en cuanto los meseros se retiran al tomar su orden -
- Haku-sama me esta enseñando a tocar el piano, dice que si me aprendo la canción a fin de mes me dejará participar en el concurso de talentos de la escuela - contaba emocionado -
- ¿Porque quieres concursar en eso? tienes muy buenas notas, además esos talleres solo sirven para chicos que necesitan puntos adicionales, tu tienes los suficientes para acreditar tu certificación -
-Lo sé, pero me llamó mucho la atención cuando me enseñó, dice que soy rápido aprendiendo, el bimestre pasado me ayudó a tocar el violín y dice que actualmente ya lo puedo manejar sin problemas - los ojos de su hijo destellaban un brillo que disgustaba a Hashirama, era el mismo que solía tener su padre cuando se subía a cantar a los camiones repletos de gente que no prestaba ni la más mínima atención a su persona.
- Está bien, solo no te claves en eso - sentencia haciendo fruncir el entrecejo a su hijo -
- ¿Porque dices eso? -
- Olvidalo, solo piensa en lo que te dije - se cruza de brazos recargándose en el respaldo y cerrando los ojos -
- papá - llama pero el adulto le ignora - papá - intenta volver a llamarle pero este sigue sin contestar - quiero ser músico -
Y no es hasta ese momento que el mayor abre de golpe los ojos, sintiendo un fuerte dolor incrustarse en su pecho pero que disimula en cuanto se incorpora mirando con total asombro al menor que le mira con esos ojitos brillosos, llenos de esperanza... así como los de su padre.
A su cabeza llegan las crueles imágenes de su pequeño niño trepado a los autobuses con una vieja y desgastada guitarra y unos trapos por ropa, tocando entre una multitud de personas que no tienen ni el más mínimo interés en lo que tenga que decirles... tan solo, con frío, pasando hambre.. estirando la mano en busca de unos cuantos centavos que jamás llegan.
Un terror le invaden y la desesperación le ha hecho comenzar a sudar frío, alarmando al menor que cambia su expresión a una confundida y asustada, no sabiendo qué sucedía.
Hashirama inhala profundamente, intentando mantener esa calma que le caracterizaba, repitiendo el ejercicio de inhala y exhala por unos cuantos segundos antes de mirar hacía su hijo con toda la frialdad con la que una persona puede mirar, incluso con ligeros tintes de enfado.
- El espectaculo es para los payasos - suelta seco y sin ningún tipo de tacto, estrujando el corazón del pequeño infante que solo mira a su padre mientras unas lagrimitas se escapan de sus ojos y le corren por las mejillas. -
- Shisui -
La suave voz hace un eco en sus oídos a la vez que regresa a la realidad, espabilando en donde estaba, sacudiendo levemente su cabeza para evitar un accidente, sujetando con mayor firmeza el volante del automóvil. Se había sumergido tanto en sus pensamientos que era totalmente inconsciente de su entorno y que el menor llevaba rato llamándole, lo supo por la expresión preocupada de su chico que acariciaba dulcemente su brazo.
- ¿Me decías? - cuestiona aún con ligeros vestigios de sus pútridos recuerdos junto a su padre -
- Te preguntaba si estabas bien -
- ¿Eh? sí, estoy bien - la respuesta no convencen al pelilargo que le mira con una expresión angustiada -
- No pareces estarlo -
Shisui intenta formar una sonrisa y sin apartar la vista del frente sujeta la mano que le acaricia el brazo y la besa
- Estoy bien, enserio -
Itachi no pregunta más, desde que subieron al auto su novio se mantuvo en silencio un buen rato, había pasado por alto eso por estar concentrado en la música de su nuevo álbum, estaba encantado con el trabajo de su pareja que aún y con algo de pena se atrevió a pedirle que le diera uno de sus discos, ganándose la mirada enternecida de su ojirojo que pidió a Temari le enviará todos sus álbumes para dárselos a su pareja, no tardó ni una semana en terminar de escucharlos todos, su favorito hasta el momento era ese último puesto que incluía la canción que le compuso Shisui.
- Gracias por traerme aquí - susurra apenado -
El pelinegro le mira de reojo y sonríe, posando su mano en la rodilla del menor, dando una suave caricia amorosa
- Yo soy el que debería agradecerte por acceder venir aún cuando no supieras nadar -
-Bueno.. eso fue culpa mía, debí avisarte antes de venir - se encoge de hombros -
- De cualquier forma fuiste muy valiente al hacerlo, me hiciste muy feliz -
Itachi se muerde el labio inferior, bajando la mirada a sus manos, jugueteando con sus dedos
- Yo también la pase muy bien - murmura entre el sonido de la música -
Shisui aparca el coche en los cajones de estacionamiento de la mansión, activando el botón de alarma y cerrando las compuertas del lugar. Toca unos segundos el volante con cierto nerviosismo como si se mentalizara para decir algo.
- Quería pedirte que te quedes está noche en mi casa - susurra con tintes de vergüenza y temor al rechazo del pelilargo - claro, si tu quieres... -
Las mejillas de Itachi se prenden al rojo vivo, no sabiendo donde ocultar la cabeza ahora
- P-pero.. ¿y tus padres? - se tropieza con sus palabras, regañándose internamente -
- Hashirama lleva rato fuera del país, casi nunca está y mi madre regresara hasta entrada la tarde de mañana -
El menor lo piensa por unos segundos, mañana tenía escuela y eso significaba que debía volver muy temprano a casa para pasar por una muda e irse directamente al colegio, por otro lado quería seguir compartiendo tiempo con Shisui.
- No tienes que hacerlo sino quieres, solo fue una... -es interrumpido por la abrupta respuesta del menor -
- Lo haré, me quedaré - forma una sonrisa en medio de su sonrojo, causando la misma reacción en Shisui que abre por fin las puertas del coche, yendo hasta el menor y tomando su mano con sumo amor -
- Vamos -