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Melodías a tu nombre (ShiIta) por zeldaxlove1997

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La roja mirada escruta la violeta que de vez en cuando se desvía a los lados como si con eso huyera del filo de la otra, el peliplata aprieta los puños con fiereza pero sin atreverse a dar un solo paso, es como si la persona que tuviese en frente no fuese el mismo chico que le amenazo alejarse de Itachi, no... esa mirada se veía más fiera, con una ira incontenible y una presencia casi lobuna, como un temible y poderoso lobo alfa protegiendo a su hembra, tan grande y audaz. 


Hidan es incapaz de sacar fuerza, cosa que jamás le había ocurrido, él era un gran prácticamente de Taijutsu y la mitad de la escuela lo sabía por lo que nunca se habían metido con él, pero ver esos ojos de un rojo tan profundo y un filo que podía jurar que estaba atravesándole el alma causaban en su cuerpo sensaciones nunca antes experimentadas, era como si... tuviese ¿miedo?  


Sacude la cabeza inmediatamente desertando esa idea, él nunca había retrocedido y no sería está la excepción 


- Vaya parece que conseguiste no solo alguien que tome mi lugar sino que le haga de guardaespaldas - se burla sacando una sonora carcajada - 


- No lo repetiré, aléjate de él - mientras tanto Shisui que hasta ese momento no se había movido ni un centímetro y su rostro se conservaba serio, sin ningún tipo de temor, con los pies bien firmes sobre la tierra, atento a cualquier movimiento de su contrincante - 


Eso solo enfurecen más al peliplata que aprieta los dientes con rabia, odiaba esa actitud tan tranquila y confiada del pelinegro, como si desprestigiara sus habilidades para pelear, cosa que no podía permitir de nadie. 


- Parece que tendré que darte una lección para que moderes tu tono al dirigirte conmigo - sentencia acercándose por fin pero con las manos ligeramente temblorosas, su mente incitando a que continue pero su cuerpo delatando el temor, aún así no detiene su paso hasta que se encuentra a solo cinco centímetros del pelinegro - 


El rojo y el violeta se encuentran, la furia y la adrenalina se hacen presentes, creando una atmósfera de tensión, incluso ya se habían formado  un grupo de alumnos alrededor de ellos, contemplando la escena, mientras tanto Itachi que hasta ese momento no había dicho nada estuvo tentado a entrar y separar a ambos pero la mirada de advertencia que le mando Shisui fue suficiente para que se mantuviera alejado de ellos pero con la mano en el corazón, suplicando mentalmente que no pasara nada malo. 


Muy a su pesar contempla como Hidan levanta el puño y lo dirige al rostro del pelinegro, pero con una velocidad impresionante este logra evadirlo y pasar por debajo del brazo que le amenazaba y con ambas palmas empujar por la espalda al ojivioleta que cae de narices al suelo, raspándose a su paso las manos con el roce del pavimento.  


- Maldito... - gruñe furioso levantándose rápidamente para volver a intentar golpearlo pero nuevamente sus intentos se ven fallidos entre cada evasión de Shisui - 


Se detiene en cuanto el cansancio se hace presente y lo obligan a apoyar sus manos en sus rodillas, el peliplata abre los ojos desmesuradamente en cuanto ve una gota caer de su frente. Estaba sudando y no había podido asestarle ni un solo golpe, aprieta los puños con fuerza mientras su respiración se vuelve cada vez más y más pesada. 


- ¡Estúpido! ¿Quién diablos te has creído? - grita enfurecido - te vas a arrepentir ¡Te juro que te vas a arrepentir! - los ojos carmín observan como las manos del peliplata se meten a sus bolsillos y de ellos extrae una navaja - 


Sus sentidos se ponen alerta, tenía que tener mucho cuidado.... si fallaba un solo movimiento estaría perdido, no podía mantenerse tan sereno como hasta ahora, justo en ese momento tenía que activar todos sus sentidos de lo contrario las cosas se saldrían de control. 


- ¡Hidan, basta por favor! - escucha el grito de Itachi que corre hasta ellos y se pone en el medio - Detente... no lo hagas - suplica con los ojos angustiados - 


- ¡Itachi vete de aquí! - ordena Shisui, que se aproxima al pelilargo tomándolo del brazo - ¿Qué crees que haces? ¡Es peligroso que estes aquí! - 


Hidan en esa pequeña distracción se acerca rápidamente y alza la navaja en un claro intento de herirlo 


- ¡Carajo! - grita el pelinegro jalando con fuerza a Itachi para apartarlo antes de que el arma blanca le impacte, pero en su paso el filo de la misma le desgarra la palma de la mano - 


Grandes cantidades de sangre comienzan a emanar de la herida, Itachi mira horrorizado la escena e intenta incorporarse pero en ese momento llega la profesora Tsunade con los hombres de seguridad del colegio y sujetan a Hidan, retirándole la navaja, en eso también llegan Kisame y Deidara que por el escándalo de los alumnos se habían acercado a ver el espectáculo. 


- ¡Itachi! ¿Estás bien? - preguntan angustiados al ver la ropa del pelilargo manchada de sangre - ¡Vamos a la enfermería! - le toman del brazo pero les detiene - 


- Estoy bien, esto no es mío - refiriéndose a la sangre - 


Busca con la mirada al pelinegro y solo alcanza a ver como Tsunade lo lleva rápidamente a la enfermería, quiere ir tras él, saber que estará bien y disculparse por el problema que le causo, pero sus amigos le detienen 


- Deja que le atiendan, ahorita no creo que esté en disposición de hablar con nadie - le habla Kisame y por mucho que eso le desespere sabe que tiene razón, deben priorizar curar la herida -


- Tranquilo, va a estar bien - apoya Deidara, palpando su espalda en gesto de apoyo - 


Itachi asiente no muy seguro de irse mientras Shisui está herido por su culpa, pero resignado deja que sus amigos le lleven de vuelta al aula.


 


Las clases pasan muy lentamente para gusto del pelinegro que mira constantemente el reloj de pared, maldiciendo internamente no haberse quedado con Shisui, porque todo eso había ocurrido por su culpa, si él no hubiese provocado a Hidan nada de eso habría pasado y no tendría que estar con ese remordimiento. 


Sale a la velocidad del rayo en cuanto escucha el timbre de la escuela, anunciando el fin de las clases, ni siquiera permitiéndose oír al docente despedirse, le preocupaba más ver que el pelinegro estaba en perfecto estado, que no había dañado nada que le impidiera más adelante la movilidad. 


Una vez dentro de la enfermería pasa por los pasillos buscando el cuarto de atención y con los nervios de punto toca la puerta, escuchando un pase  del otro lado. Toma la perilla y abre con rapidez, pero para lo que no estaba preparado era para ver aquello. 


La chica rubia que vio ese día que Shisui fue a la cafetería que estaba conversando muy animadamente con él estaba sentada al borde de la cama a un lado del pelinegro que traía una venda en la mano. 


- Bueno, Shisui creo que te dejo descansar - menciona la rubia, sobando con cariño la espalda del ojirojo, para luego levantarse y tomar su bolso, no sin antes sonreírle amablemente a Itachi y salir de la sala - 


Itachi no sabe como sentirse, un cumulo de tristeza se instala en su pecho pero lo disimula bien en cuanto entra al cuarto y se acerca cauteloso hasta el mayor, sentándose en la silla frente a la cama, afortunadamente el ojirojo estaba sentado al borde de la cama por lo que podía tenerle de frente y conversar a gusto. 


Pero las palabras no le salen, no sabe cómo formular una oración que no haga sentir mal al pelinegro, que se mantiene con la mirada seria y fija en el piso, evitando el contacto de los orbes oscuros de Itachi. 


Finalmente y arriesgando a no obtener respuesta, habla


- Lo siento - murmura apenado - 


Levanta la vista al mayor que sigue fijo en el piso y parecía haber ignorado su disculpa, pues no se mueve ni un centímetro de su lugar, ni siquiera hace ameno de haberle escuchado 


Itachi aprieta los labios entristecido ¿tan mal lo había hecho? 


- No debí responderle a Hidan... - prosigue sin querer rendirse - tal vez si hubiera... - 


- Te dije que te mantuvieras lejos. - No puede seguir cuando escucha el abrupto tono con el que le responde el mayor, casi molesto - 


- Lo sé - susurra agachando la cabeza - 


- ¿Y porque no lo hiciste? - su tono era tan brusco que parecía que la ira no se había esfumado de su ser - 


- Lo siento.. - 


Escucha un suspiro cansino pero es incapaz de levantar la mirada, solo lo hace en cuanto siente la mano sana del mayor posarse en su mejilla 


- Menos mal no te paso nada - sus orbes oscuros se posan en la mirada ahora más apacible del mayor, maravillándose de su belleza - 


Su mente se conecta con la del mayor, creando un ambiente de sensaciones que le revuelven el estomago como cientos de mariposas, incluso su cuerpo se mantiene quieto cuando el mayor acerca su rostro lentamente hasta tocar sus labios con los contrarios en un dulce y romántico beso que deshace a Itachi en una ola de felicidad.


 


 


 


 


Sabia de antemano que la reacción de la rubia no sería para menos luego de que le avisara que estaba en la enfermería, en menos de 1 hora ya se encontraba en la escuela desesperada buscándolo por todos lados hasta que dio en el cuarto de urgencias 


- Temari ya te dije que estoy bien - menciona por cuarta vez, revoloteando los ojos - 


- Ningún estoy bien, mira nada más como traes esa mano, no podrás tocar la guitarra por 1 mes cuando menos - regaña frunciendo el entrecejo, no le gustaba para nada que el menor tomara tan a la ligera su herida, más cuando se suponía que en una semana aproximadamente tendría una presentación en el auditorio Kwon, con su estado tendría que cancelar - 


- Tranquila, mejorare rápido - 


La rubia bufa sin remedio 


- ¿Y puedo saber cómo ocurrió esto? - 


- Unos tipos estaban molestando a unas alumnas, tenía que hacer algo - se encoge de hombros, no estaba seguro de si contarle o no sobre Itachi, seguramente le atacaría con múltiples preguntas y honestamente no estaba para dar explicaciones de momento, más cuando no había establecido ningún vinculo con el pelilargo - 


- Debiste llamar a los de seguridad, pudieron hacerte un daño incluso más grave que este - reprende neciamente - 


- Estaba el aula sola, buscar a los de seguridad me habría tomado tiempo y seguramente esos tipos habrían lastimado a las chicas - 


Temari le observa como si algo dentro de ella no le creyera por completo su versión, sin embargo no cuestiono nada más


- De acuerdo, solo cuídate más si llegara a suceder algo similar, que ojalá no sea así - 


- Te lo prometo - responde haciendo sonreír a la chica - 


- Bueno, ahora debo avisar a tus padres de esto, seguramente Mito enloquecerá - posa su mano en la frente, casi podía estar escuchando los reclamos de la mujer - 


- Probablemente -  


La rubia envía el mensaje a los padres de Shisui y lo guarda en su bolso, mirando al pelinegro que observa la venda en su mano. Con gentileza posa una mano en la contraria, dando una suave caricia fraternal 


- Eres un buen chico, Shisui - ella sabía que el menor era muy humano y siempre gustaba de ayudar a la gente, por lo que no se le hizo raro que se enfrentara a tipos en montón por salvar a unas pobres chicas, pero eso a su vez angustiaba a Temari, pues el ojirojo había pasado a ser como un hijo para ella, que imaginarse siquiera perderlo le ponía muy mal - Cuídate mucho - 


El pelinegro sonríe pero ambos se ven interrumpidos cuando se escucha alguien llamando a la puerta 


- Pase - responde la rubia, dando un último toque a sus manos - Debo regresar al estudio, cualquier cosa que necesites no dudes en llamarme - 


Los orbes verdes se posan en la silueta delgada al borde de la puerta, quiere abrir la boca y decir algo pero se limita a ver a Shisui que solo voltea el rostro evitando su mirada


- Bueno Shisui, creo que te dejo descansar - 


No necesita decir nada, con el simple gesto Temari pareció comprender todo, una felicidad inmensa le lleno pero no quiso mencionar nada, así que solo tomo sus cosas y salió de ahí no sin antes despedirse del pelilargo que acababa de llegar, regalándole una dulce sonrisa. 


Era esa la razón por la que Shisui no había querido seguirle el juego sobre coquetear con Sailor, ahora todo era claro. 


 


 


 


 


Luego del incidente la semana pareció transcurrir con normalidad, con la única diferencia de que ahora Itachi llegaba siempre a la escuela en el coche de Shisui y ambos se veían constantemente en los recesos para compartir el almuerzo, por supuesto que el rumor de una relación entre ambos no tardo en esparcirse por la escuela pero jamás podían captar alguna imagen que los comprometiera, solo eran ellos dos en las bancas conversando. Pero como medida de seguridad Shisui le sugirió a Itachi cambiar su perfil a privado, pues en esos días comenzó a recibir mensajes de acoso que realmente no le importaban pues ignoraba olímpicamente pero para tranquilidad del pelinegro lo hizo. 


Su mundo parecía haberse tornado en tonos pasteles que le generaban una paz mental nunca antes experimentada, casi como la misma tranquilidad y felicidad con la que vivía cuando Fugaku seguía vivo, pero ahora era diferente, ahora sentía su corazón latir velozmente todo el tiempo, sus ojos habían adquirido un brillo especial que no podía ocultar, ni siquiera en casa aún cuando su madre le regaño y castigo el día del incidente cuando no llego a cubrir su horario en la lavandería, nada de eso parecía afectarle como tiempo atrás, era como si la simple presencia de Shisui fuera su escudo ante todo. 


- Quiero llevarte a Guinno's saliendo de clases - dice el mayor, sujetando una mano del pelilargo que le mira atento con una sonrisa en la cara - 


- Tengo trabajo en la cafetería - murmura apenado - 


- ¿Hasta qué hora? - 


- Salgo a las 7:00 pm - 


- Bien, reservare a las 7:30 entonces, pasaré por ti - acomoda uno de los mechones largos detrás de la oreja contraria - 


Itachi asiente y baja la mirada mordiéndose el labio inferior, no podía creer que aún pasando diario la semana con el mayor no pudiese ocultar su timidez ante sus atenciones. 


- No hagas eso - menciona el ojirojo - 


- ¿Qué cosa? - ¿Habría hecho algo malo? - 


- Morderte el labio, me dan ganas de besarte y no creo que te agrade la idea de que salgamos en la portada de una revista con un postulado amarillista - entreabre un poco los labios sorprendido y a la vez avergonzado, sonrojándose hasta las orejas - tengo clases, te veré a la salida antes de que te vayas a la cafetería - toma sus cosas y desaparece por los pasillos dejando al pelilargo con las mejillas rosas y el corazón latiendo a mil - 


- ¡Ita! - escucha el grito de su rubio amigo que se acerca corriendo en compañía de Kisame que no puede evitar torcer los labios cuando ve que el pelilargo estuvo hablando con el ojirojo - ¿Porque nos abandonaste? últimamente no pasas rato con nosotros - hace un puchero infantil que causa una ligera risa en el nombrado -


- Lo siento, mañana prometo estar con ustedes - les sonríe amigable - 


- Si claro, eso dicen todos pero ya vi que andas echando ojitos al riquillo de los Senju - menciona en tono coqueto - igual y al rato te vemos en un articulo de revista como el novio del gran Shisui - exclama exagerado, como si narrara en un noticiero de chismes y farándula - 


- No digas tonterías, Deidara - responde con un leve rubor y una risa nerviosa - 


- Te digo que si ¿no es así, Kisame? - le golpea levemente con el codo al peliazul que no había dicho absolutamente nada - 


- Yo creo que primero deberías olvidar tu relación pasada antes de empezar una nueva - responde sin pensar mucho en si soltar lo que se le viene a la mente - 


Deidara le da una pequeña patada en la pierna, en señal de advertencia 


Itachi posa la mirada en él, confuso por su actitud 


- ¿Que sucede contigo? - 


Kisame no sabe que responder, si se deja guiar por sus pensamientos terminara arruinando todo, lo mejor sería concluir la conversación 


- Debo ir a clases - ignora la pregunta y se levanta con rapidez, dejando al pelilargo confundido - 


Una vez que esté se retira, Itachi posa su mirada desconcertada en Deidara


- ¿Qué le sucede? - 


- Debe ser por el estrés de las pruebas, han estado muy duras últimamente - responde nervioso, esperando que el pelilargo se trague su mentira - si eso debe ser, tu no te preocupes, ya se tranquilizara luego - 


- Hmm.. - asiente no muy convencido, el peliazul nunca antes lo había tratado así - 


- Bueno creo que es hora de volver, no quiero que Kurenai me ponga falta, una más y me iré a extraordinario - 


- Tienes razón - ya tendría tiempo de preguntarle a su amigo lo que pasaba. 


 


 


 


 


 


 


Se detiene en cuanto una mano se posa sobre su hombro, obligándole a parar en seco, voltea a ver al dueño de la mano que le sujeta y bufa irritado 


- ¿Qué quieres? - 


- ¿Qué quiero? más bien yo debería decirte a ti ¿Que carajo te sucede? - empuja el rubio molesto al peliazul que ni siquiera se inmuta - 


- Nada. - 


- A mi no me vas con esos cuentos tontos, deja de actuar como el tipo malote que nada le afecta, yo se muy bien que estás así por lo del almuerzo - 


- No se de que hablas - se hace el desentendido, volteando a otro lado para evitar los orbes azules que le escrutan - 


- ¿Ah no? ¿Y porque actuaste así cuando viste a Itachi hablando con ese sujeto? - le sostiene del brazo, insistiendo en que le mire - 


- Yo no actúe de ninguna forma, lo estás malinterpretando, Deidara, ahora déjame ir, tengo que volver a casa - 


- ¿Sabes porque te pasan estas cosas? porque actúas de esa manera - reprocha ahora si con claro enojo - siempre reprimes lo que sientes, si dejaras esa coraza de protección ante todo ya le habrías confesado a Itachi lo que sientes por él - 


- ¿Y qué gano diciéndoselo? al cabo ahorita anda con ese ricachón, yo no tengo nada de lo que ese niño consentido tiene, trabajo en un jodido taller de mecánica con mi padre para tener dinero y poder asistir a la escuela, ni siquiera tengo coche ¿porque mierda se fijaría alguien como Itachi en un tipo como yo? que no tengo absolutamente nada que ofrecerle - suelta por fin, dejando salir toda su rabia contenida y deseos frustrados - 


Deidara le mira fijamente por unos segundos, como si meditara su respuesta 


- Pues... porque lo quieres - responde por fin captando la mirada de este - 


Kisame no responde, solo permanece ahí por unos minutos antes de negar rotundamente, sabe que por mucho esfuerzo que le ponga nunca alcanzara a tener a Itachi con él y eso le dolía profundamente. 


- ¡Espera! - vuelve a ser presa de las manos del rubio - 


- ¿Y ahora qué? te dije que tengo prisa - 


- Es que debo decirte algo importante - le mira suplicante - 


- Dilo mañana, ahora tengo que irme - jala su brazo en un intento por zafarse del agarre - 


- No puede esperar hasta mañana, tiene que ser ahora - insiste - 


Kisame no tiene opción, sabe que de  ignorarle seguramente le marcaría al celular múltiples veces, por lo que resignado vuelve la vista al rubio 


- Que sea rápido - 


Deidara traga saliva y cierra los ojos antes de soltar


- Creo que estoy embarazado. 


 

Notas finales:

Buena tarde mis queridas lectoras, espero estén teniendo un excelente día 


Aquí les dejo este cap, la verdad que me costo mucho trabajo imaginar la secuencia entre Hidan y Shisui, no quería que se viera como drama escolar pero creo que al final así salió y pues.. bueno ese fue el resultado. 


Realmente no quiero precipitar las cosas, quiero que se marque muy bien la relación entre ambos para que pueda justificarse como llegaron a ese punto y como va a ir avanzando su relación


Como siempre espero que les haya gustado y nos vemos el próximo capítulo


No olviden comentarme y votar en la historia, les estaré respondiendo cuanto antes. 


Besos. 


 


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