Mira el reloj de pulsera y no puede evitar bufar entre cansado y molesto, llevaba media hora desde que el rubio había entrado a consulta y no parecía que terminaría pronto, además de su malestar por no haber dejado que él entrara para escuchar cualquier cosa que dijera la doctora. No podía evitar que el sentimiento de angustia y terror le invadieran, las manos le sudaban cada dos segundos que por más que las restregaba en el pantalón no paraba el sudor. Mira la sala de espera, hay ya varias personas en fila detrás de él, muchos de ellos solos y una que otra pareja que seguramente estarían en las mismas condiciones que él y su amigo pero con la diferencia de que lo más probable es que esas personas si lo hubiesen planificado y no fuese un error por pasarse de copas.
Se restriega la mano por la cara con desesperación, había sido un completo idiota, si antes no tenía posibilidades de estar con Itachi, ahora con esto mucho menos. Se riñe a sí mismo, si los exámenes daban positivo estaría en grandes problemas, no solo por los padres del rubio sino por los suyos, seguramente le echarían a la calle.
Carajo, es que no puedo hacer nada bien piensa con furia, queriendo golpearse contra una de las paredes del hospital.
- Bien Deidara, entonces te veré acá el fin de semana para los resultados - escucha la voz de la doctora y el abrir de la puerta que hacen que de inmediato se ponga de pie con los nervios de punta -
- Si, está bien por acá estaré - responde con algo de pena, despidiéndose de la doctora Haruno -
- ¿Y bien? ¿Que te dijo? - cuestiona el azulado en cuanto salen del hospital -
- El fin de semana me darán los resultados -
- Pero... ¿No puede decírtelo ahora mismo? vamos que solo es una prueba de embarazo, no encuentro mayor complejidad -
- No soy la única persona que atenderán este día, Kisame - le ve con el ceño fruncido - además aún tenemos que ver la forma de decirle a mis padres en caso de que salga positivo -
- Bueno yo prefiero pensar que saldrá negativo y así nos ahorramos organizar mi sepelio -
Sabe que la situación es critica pero eso no impiden al rubio soltar una ligera risa por el comentario del azulado
- No entiendo a que viene la risa, estamos en un momento serio - reprende cruzándose de brazos -
- ¿Te quieres relajar? no eres él único metido en problemas, te voy recordando - ahora es el rubio que comenzaba a irritarse con la actitud de su amigo - si Sasori se entera de esto me va a matar - comienza a maquilar las mil y un formas en las que su pareja lo va a torturar hasta morir - bueno primero te mata a ti, claro está - menciona como si fuese lo más lógico del mundo -
El azulado pone los ojos en blanco mientras se empieza a alejar del rubio, si que tenía mucho en que pensar
- ¡Hey idiota, espérame! - ignora los alaridos del ojiazul, caminando absorto de la realidad, dejando que los miles de pensamientos que le revolotean por la cabeza le consuman en una espiral de angustia interminable.
Había perdido la noción del tiempo desde que vio los ojos carmesí entrar al restaurante en el que le cito que para sorpresa suya lucía extremadamente caro y que solo gente de la alta podría darse ese lujo, cuando llego tuvo que dar su nombre y para su felicidad se encontró que Shisui había reservado una zona exclusiva en la que solo estarían ambos.
Se fijo en su atuendo y dio una sonrisa torcida, quizá debió preguntar al pelinegro a dónde irían y así hubiese escogido mejor ropa que esa camisa azul de manga corta y pantalones negros , parecía que trabajaba en una oficina, pero se tranquilizo al ver al mayor entrar con un atuendo similar, con la diferencia de que este portaba una playera azul marino a juego con la camisa por debajo de la misma.
- Lamento mucho la tardanza ¿No llevas mucho esperando? - le mira preocupado el mayor, temiendo haberse retrasado mucho tiempo, salió muy tarde del estudio y cuando se fijo en la hora condujo a toda velocidad hasta el lugar, sin importar las señales de tránsito, seguramente a final de mes le llegarían varias multas -
- No te preocupes, igual no lleva mucho que llegue también - le sonríe amable -
Y Shisui cree que no puede haber nada más hermoso en el mundo que la dulce sonrisa de Itachi, era tanta su fascinación por él que cada gesto y acción que hacía lo enamoraban más, algo que incluso le llegaba a asustar en algunos momentos, pues jamás había sentido tanto interés por una persona hasta la llegada del pelilargo.
- Me alegra escucharlo - le devuelve el gesto, tomando una de las cartas - el vino tinto de aquí es estupendo, tienes que probarlo - hablaba concentrado, se notaba que era un buen cliente de ese lugar, se sabia casi de memoria el menú, e Itachi solo asintió cautivado por la presencia que emanaba el mayor, la gente del lugar lo respetaba e incluso le daban apelativos de superior - Espero no te haya disgustado que pidiera por ti - se rasca tras la nuca avergonzado -
Itachi niega ligeramente sin borrar la sonrisa de su rostro
- Me gusta el salmón - responde para tranquilidad del ojirojo -
La comida pasa tranquilamente, con uno que otro comentario entre ambos, disfrutando de ese momento íntimo y apacible, en el que solo existía la compañía del otro. Itachi estaba maravillado con todo lo que representaba Shisui, su manera de actuar, su forma de vestir, todo de él le encantaba, incluso comenzaba a comprender porque esa fascinación de la gente por él, ayer por la noche en la tranquilidad de su cuarto se puso a escuchar algunos de sus álbumes, enamorándose por completo de su voz. Sí, era fabuloso.
Terminada la comida, ambos se quedan en silencio, observándose minuciosamente, analizando cada detalle del otro, acumulando puntos de amor para guardarlos en su memoria y no sentirse deprimidos con la ausencia del otro en los días que no podían verse.
Finalmente es Shisui quien decide romper con ese silencio, posando los codos en la mesa, entrelazando los dedos de su mano y con un ligero temblor en el labio
- Yo.. estuve trabajando en un tema que aún no está del todo bien definido pero quería enseñártelo primero - comienza a decir, tropezándose con las palabras, le estaba costando no temblar, por ello es que cruzo los dedos y evitar que sea notable su ansiedad -
- ¿Enserio? - cuestiona asombrado, él no era un experto en música, de hecho no sabia absolutamente nada, por eso le sorprendía que el pelinegro le tomara en cuenta para ver uno de sus temas - ¿Y de qué se trata? -
Shisui da una gran bocanada de aire antes de sacar el papel doblado que guardaba en los bolsillos del pantalón, sosteniéndolo con un leve temblor en las manos
- Bueno, en realidad la escribí para ti - confiesa viendo con un leve calor en las mejillas al pelilargo que le mira estupefacto y con la boca entreabierta -
- ¿P-Para mí? - responde con la voz temblorosa -
Shisui asiente con la cabeza, extendiendo el papel para que el pelilargo lo tome, dejando que los dedos se rocen a su paso
Itachi levanta la vista como pidiendo permiso al pelinegro una vez que tiene el papel en sus manos, desdoblando con delicadeza la hoja.
A la luz de la luna
Te verás caminar
Y uno que otro recuerdo
Tal vez te haga llorar
Y serán las canciones
Cuando lleguen a ti
Como gotas de lluvia
De color carmesí
Y déjame llevarte
Toma mi mano
Y tras el horizonte
Un mundo de sueños se esconde
/coro/
Si te enamoras de verdad
En las alas de un ángel llegarás
A las estrellas y al volver
Vas a ver en tu piel amanecer
Margaritas de coloresNacerán sobre el azul del mar
/
Si quisieras un día
Verme tal como soy
Mírame con el alma
Pero en clave de sol
Y sabrás el secreto
Que si canto es por ti
Hoy que te hablo en silencio
Mira dentro de mi
Y déjame llevarte
Toma mi manoY tras el horizonte
Un mundo de sueños se esconde
/coro/
Si te enamoras de verdad
En las alas de un ángel llegarás
A las estrellas y al volver
Vas a ver en tu piel amanecerMargaritas de colores nacerán
Sobre el azul del mar
Sobre el azul del marSi te enamoras de verdad
En las alas de un ángel llegarás
A las estrellas y al volver
Vas a ver en tu piel amanecer
Margaritas de colores nacerán
Sobre el azul del mar
Si te enamoras
Termina de leer la última estrofa y no puede evitar llevarse una mano a la boca antes de que salga un grito de euforia y felicidad, mirando con los ojos llenos de brillo al pelinegro que espera angustiado su respuesta
Está por debatirse en preguntarle o no, sí le agrado pero no tiene tiempo de valorarlo cuando siente los dulces labios del pelilargo contra los suyos en un tierno y romántico beso.
- Me ha encantado - susurra despegándose unos centímetros para responder -
Y Shisui no puede contener más el deseo de comerse esa boca, por lo que vuelve a sellar sus labios con los del menor, permitiéndose moverlos en un beso más profundo, saboreando la dulce boca del pelilargo que suspira contra sus labios. Pasa su mano sana por el largo pelo, en una tierna caricia que llenan de alegría a Itachi.
- Eso esperaba - susurra en cuanto finaliza el beso, acariciando la mejilla sonrosada del menor -
- ¿Te pasa algo? - pregunta el pelirrojo, besando desde atrás el cuello descubierto del rubio, apartándole el pelo hacía un lado y tener mayor acceso - últimamente estás muy callado, eso es raro en ti -
Deidara voltea ligeramente, sin atreverse a mirar por completo los ojos de su pareja, sabe que si lo hace terminara rendido ante él y confesaría todo.
- Estoy bien, solo he tenido mucha tarea - murmura levantándose de la cama para retirarse del tacto amable del mayor -
Sasori frunce el entrecejo, para nada convencido con la explicación del rubio, conocía a Deidara con la palma de su mano y sabía cuando este le ocultaba algo, habría que verlo fácilmente en su comportamiento para comprobar que algo pintaba mal.
Desde ese día de la dichosa fiesta que organizo para su amigo el pelilargo, el rubio se había mostrado distante y repelaba cualquier acercamiento del pelirrojo, incluso llevaba semanas sin tener relaciones, cosa que no era insistencia suya sino que el rubio amaba hacerlo con él. Es como si alguna extraña energía se hubiese interpuesto entre ambos como barrera, impidiendo a Sasori cuestionar más allá a su novio del porque de su rechazo.
- Deidara - le llama en cuanto le alcanza en la sala, sentado con el control de la tele en la mano, cambiando desinteresadamente de canal -
- En la despensa hay pocky's, compre ayer que fui al supermercado - responde sin querer tocar más el tema anterior -
- ¿Que diablos te sucede? - le toma por los hombros mirándole directamente, Sasori nunca se andaba con rodeos -
- Ya te dije que.. -
- ¡Mientes! - le interrumpe abruptamente - Tu nunca actúas de está forma, me tratas como a un extraño, ni siquiera contestas mis mensajes, he tenido que preguntar a tus compañeros para dar contigo en la uni porque tu ya ni siquiera me buscas para almorzar - hace una ligera pausa, soltando un suspiro, tenía que tranquilizarse, podía ver el rostro entristecido del menor, nunca acostumbraba gritarle, por lo regular resolvían tranquilamente sus problemas - Tienes que decirme lo que sucede, sino no puedo ayudarte. - finaliza aflojando un poco su agarre sobre los hombros contrarios, percatándose hasta ese momento de lo fuerte que lo había tenido sujeto -
- Fui hacerme una prueba de embarazo - susurra con un hilo de voz y los ojos llorosos -
Sasori no sabe que responder, solo entreabre un poco la boca en señal de sorpresa, sin saber bien como reaccionar
- ¿Y... eso está molestándote? - cuestiona desconcertado aún sin salir de shock -
- Tu no entiendes - vuelve a murmurar, dejando que las saladas lágrimas salgan a prisa de sus preciosos ojos azules - No es tuyo -
La declaración deja helado al pelirrojo que pierde fuerza en los brazos, dejándolos caer a los costados, liberando los hombros del rubio que se mantiene llorando en silencio. Sasori está en un estado mental demasiado confuso, quiere gritar a los mil vientos y maldecir todo lo posible, a su vez quiere tirarse en un barranco sin fondo, donde su dolor y penas mueran ahí.
No puede responder, su mente actúa por si sola, obligándolo a tomar su chaqueta y llaves del auto para salir cuanto antes de esa casa, dejando al rubio sollozando y suplicando que se quede a su lado, pero hace oídos sordos, marchándose sin voltear atrás, porque si lo hace terminara aceptando lo que sea que el rubio le pida.
Observa encantado las facciones del pelinegro a la vez que se deja endulzar los oídos con las hermosas notas que hace al interpretar la canción, sin apoyo de ningún instrumento (a causa de la herida en recuperación del ojirojo) pero que no es necesario porque la melodiosa voz acapella suena tan perfecta a oídos de Itachi que solo se deja envolver en la magia que le transmite escucharlo, la paz con la que canta cada estrofa es un edulcorante en su cuerpo que le suben el ánimo.
Itachi está seguro que nunca antes había sonreído tanto en su vida que se cree vivir en un sueño, uno muy bello.
Shisui termina la canción con una ligera nota prolongada que va apaciguando hasta finalizar, toma la botella de agua de la mesa y da un sorbo grande
- ¿Y que te pareció? - cuestiona cuando termina de tomar, colocando nuevamente la tapa en el envase -
- Es hermosa ¿De verdad piensas incluirla en tu nuevo álbum? - pregunta con cierta pena -
- Bueno es tuya... si no quieres que sea pública no lo haré - se encoge de hombros -
- No es eso - niega rápidamente - es solo que nunca antes alguien me había escrito nada -
- Y yo nunca había escrito nada para ninguna de mis parejas - responde con una ligera risa -
Itachi abre con sorpresa los ojos, no se había planteado que tipo de relación tenía con el pelinegro, pues este en ningún momento le ha pedido ser su novio y él tampoco ha tenido esa iniciativa.
- ¿Dije algo malo? - cuestiona el ojirojo en cuanto ve la expresión del pelilargo -
- Eh... no realmente, solo me preguntaba... que no hemos establecido que relación hay entre los dos - susurra bajando la mirada a sus manos, jugueteando con los dedos -
Shisui le observa desconcertado pero de alguna forma Itachi tenía razón, no se había hecho a la idea de formalizar eso como era debido.
- Es verdad - afirma formando una sonrisa de lado - que tonto de mi parte - deja a un lado la botella y toma ambas manos del pelilargo, sujetándolas con todo el amor que puede, transmitiendo cuan enamorado está de él - Itachi Uchiha ¿Aceptas ser mi novio? - besa sus manos amorosamente -
Y justo en ese momento Itachi pudo reconocerlo, que estaba atrapado en las redes de Shisui, que no podía escapar a ningún lado, porque su corazón latía con fuerza por él, porque su mente y alma se llenaron de Shisui, y se sentía muy bien.
- Sí - responde con la felicidad en su punto máximo, dejando que los fuertes brazos le abracen en un gesto que se convertiría en su más grande refugio contra la maldad en el mundo, un mundo en el que solo existían él, Shisui y sus dulces melodías a su nombre.