Era una figura maldita de cera, y maldito estaba su corazón.
Cuando la colección pasó a manos de un estafador, mentiroso, irreverente y torpe como Stanley Pines, quien los hizo formar parte de esa cínica trampa para turistas, al principio no lo tomó en serio y se sintió insultado. Pero con cada noche que pasaba, Sherlock de cera encontraba más evidencias de las ilícitas actividades de su bribón empleador. Fingir su muerte, múltiples identidades, fraticidio....cada hallazgo opacaba al anterior y con cada uno Sherlock de cera suspiraba más.
Holmes entró con paso seguro, al centro de la cámara se encontraban sus huéspedes. Cambiaformas seguía tras él, llevaba el mode y contenedor que usarían. La estatua de cera les dio una explicación rápida.
-Me moleste con mi amigo porque te dejó el ojo morado- A Stanley- pero él amablemente tomó tu forma para el molde que necesitaba.
-¿Molde? ¿Qué molde? ¿Qué eso?-
Una piscina de concreto seco, solo que en el medio había un agujero el cual formaba una silueta, allí estaba impresa una figura que Stanley pudo identificar como la propia. Con todo y fez.
-Es evidente, un molde tuyo.
-¿Para qué? ¿Qué vas a hacer con eso?
-Stan, Stan, me sorprendes, ¿Acaso no eres un maestro de las falsificaciones? Aunque, en este caso, sólo haré otro original- Sherlock miró el libro que llevaba; uno de magia negra, hurtado de la mansión de Harry Claymore. El aclamado director de cine que usaba magia negra para darle vida a sus figuras de stopmotion. Suspiró. Guardó el libro bajo la capa. Se acercó a uno de los muros y bajó una de las palancas que se encontraba allí; la cual activó un mecanismo que tiró la cadena y gancho del que pendía Stan, lo levantaron. Cambiaformas colocó justo debajo de él un gran caldero, por su lado Sherlock se acercó una manguera para llenarlo de agua. Luego procedió a bajar a Stan de nuevo, esta vez hasta abajo de modo que el anciano terminó sentado y empapado dentro del cazo. El agua le llegaba a los hombros.
-¿Vas a comerme?- Sherlock se soltó a reír. Cuando recuperó la compostura carraspeó y siguió.
-Claro que no mi regordete objeto de pasión, tu cuerpo tiene suficiente grasa. Y ya sabes lo que se dice, si la vida te regala grasa, haz jabón. Sólo tenemos que separar los huesos, y la carne y el tejido inservible para que los dos pertenezcamos al mismo reino de los materiales orgánicos y artesanales.
-¡Estás loco!
-Probablemente- Acercó un soplete industrial y lo encendió. La flama comenzó a dar contra el caldero. El objetivo calentar el agua claro- Mnn… creo que necesitaré un par más.
-¡Este lunático va a asesinarme! ¡Ford haz algo!- Gritó Stan aterrorizado, y agitándose sin poder escapar.
-Matar no, dar una nueva vida sí- Aclaró Sherlock. Stanley permaneció sin creer que esto estaba pasando. Maldijo el día en que hurtó la colección de figuras y maldijo dos veces más el día que las volvió a encontrar después de guardarlas en la cabaña. Pensó en sus sobrinos queridos.
-¿También mataste a Stan de cera?- Preguntó asustado. Ford lo miró extrañado. ¿Qué Stan de cera? ¿Pero qué tanto había pasado en su ausencia?
-Así fue, aunque en realidad a quien casi mato es a ti.- Sherlock recordó. Cuando al tener la cabeza de la efigie de cera en sus manos es que le llegó esta maravillosa idea. -Convencí al resto de vengarnos de ti por abandonarnos todos esos años, pero lo cierto es que quise matarte ese día porque admitiste en voz alta que Lincoln era tu favorito. Dejarlo en la ventana para que se derritiera no fue suficiente.
-¡Monstruo! ¡Era la mejor pieza de la exposición!
-¿La mejor? ¿O tu favorita? ¡Es tu culpa Stan! Los celos me dieron el coraje para acabar con su vida de cera.
-¿Puedes dejar de decir “ de cera” en cada oración?- Le reclamó Cambiaformas.
-No. Ahora, no hay que perder tiempo. Ya regreso amor- Se dio la vuelta para buscar el resto de materiales que necesitaba. Cambiaformas también los dejó.
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Esto era un millón de veces mucho peor que cuando cayó en la red de la mujer araña. Stan preguntó a Ford.
-Bien genio, ¿Cómo haremos para escapar?
-Coopera Stan.
-¿Qué estás loco? ¿No escuchaste…
-¡Coopera!
-¿Y ser rehén de esa cosa?
-Ahora no puedo hacer nada, Cambiaformas solo esta esperando para vengarse. No saldrá bien. Pero si tu puedes escapar. Si lo convences de que huirán juntos estarás a salvo. Podrás velar por lo niños.
-¿Pero y tú?
-Ya lo resolveré.
-Ford.
-¡Ya no me des más preocupaciones! Llega a un acuerdo con él y punto-
Enfadados se ignoraron. Finalmente Stanford, tragándose su orgullo habló.
-Te envidio Stanley.
-¿Qué dices? ¿No escuchaste lo que la figura de cera me hará?
-Porque está prendido de ti. Los niños te aman. Eres querido. En cambio yo, me han dado caza.
-Porque haces tonterías, si fueras una persona normal…- Stan se calló.
Sherlock regreso con un montón de cosas.
-¿Volvieron a pelear?- Dijo fingiendo lástima, pero en realidad lo disfrutaba. Le mostró los galones que llevaba para mostrarselos a Stanley -¿Qué prefieres esencia a lavanda o vainilla?- El hombre se cruzó de brazos, sin siquiera hacerle caso, de poder, le habría dado la espalda.
-Muy bien. Vainilla será- Vertió el aceite muy contento al contenedor.
Era muy difícil pero pensar en los niños hizo a Stan ceder. Inspiró profundo y habló.
-Sherlock…¿Puedes por favor no hacer esto?
-¿Es una súplica lo que escucho? -Holmes tenía una demoníaca debilidad por Stan. Y tener una conversación civilizada si se le podía llamar así despertó su interés. Dejó lo que hacía.
-¡Por favor! Podemos volver a la cabaña y seguir como si nada de esto hubiera ocurrido. ¡Abriremos una nueva exhibición! Tu serás la figura estelar.
-Oh no, no, no. Esa época ya quedó atrás. Lo que yo quiero es vivir contigo al límite. Revivir todas tus fechorías junto a ti. Y el banco de Gravity Falls mi amigo, será nuestro primer golpe-
Continuará….