Escucho tu voz. Segundo Capítulo.
Estaba tan asustado que tardó en reaccionar, ahora se apresuraba, volaba lo más rápido que podía.
-¡TOC, TOC! ¿Hay alguien en casa? JAJAJAJA- Esa cosa entraba a la casa. La cosa, el demonio Bill. Le había quitado su cuerpo y ahora lo controlaba. No importaba que hiciera, Stan solo podía flotar y mirar, nada de lo que hacía servía. Nadie podía verlo ni oírlo. ¿Cómo podría advertir? ¿Cómo podría alguien saber lo que le pasó?
El caminar de Bill, vistiendo el cuerpo de Stanley era torpe. Pero cómo en el futuro que ya no existe poseyó muchas veces a Ford. Recordaba cómo manejar uno. Es más supo abrir la puerta de la casa usando las llaves en su bolsillo. Se tomó su tiempo para husmear en la tienda, luego para subir a la casa. Cada detalle en ella, hasta lo más inocuo lo entretenía.
-¡Hey Stanley!, Veo que ya dominaste la levitación, me alcanzaste muy rápido- Le comentó apenas fijándose en él.
¡Esto es horrible! Se había convertido en un fantasma y el único que podía verlo es este monstruoso ser.
-¡Oh pero qué peste!-Exclamó el demonio tapándose nariz y boca- ¿Acaso es inocencia lo que huelo?- El llanto del bebé atrajo la atención de Bill, se dirigió a la alcoba del bebé. Se frotó las manos ansioso-Siempre quise saber si estas cosas pueden flotar fuera de un vientre.
-¡Mamá!-Stan la encontró en la cocina- ¡Tienes que hacer algo! ¡Mamá va por Shermy! ¡Mamá!- Un escalofrío le erizó la nuca, Caryn creyó oír la voz de Stanley, pero no estaba segura. Dejó lo que hacía y mejor fue a ver al bebé.
-¡Ey! ¡Hola mamá guapa! ¿Qué estás haciendo?
-Preparo el biberón de tu hermano. Se un chico bueno Stanley y vigilalo. No tardaré.
-Tomate tu tiempo Mamá guapa-
-¡Oye no!- Stanley llegó volando hasta dónde él. Levito por sobre la cuna- Por favor, no lo lastimes. Es sólo un bebé.
-Stanley, tengo tu cuerpo. ¿En serio crees que no lo usaré para divertirme?
-¡Te lo pido! ¡Por lo que más quieras!- Bill, en el cuerpo de Stanley lo miró muy serio y luego se soltó a reír.
-¡Tranquilo! Sólo quería sacarle los sesos. No pongas esa cara.- Caryn entró a la alcoba.
- ¿Con quién hablas amor?
-Con mi hermanito mami- Contestó Bill.- Luego le dedicó una enorme sonrisa a Stan, quien entendió que no podía descuidarse.
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Tenía fe en que Ford podría ayudarlo, pero apenas se plantaba enfrente para detenerlo. Ford seguía de largo atravesando su invisible cuerpo.
Luego pensó, en que apenas se cruzará con Bill. Ford lo delataría como el impostor que es y lo obligaría a devolverle su cuerpo. Pero, aunque acertadamente Ford notó distinto a Stan, estaba tan emocionado por ir a la universidad que lo dejó pasar. Es más, la única ocasión en la que realmente Stanford presintió que algo marchaba terriblemente mal fue cuando Bill, en el cuerpo de Stan, le mostró un enorme tatuaje que se hizo en el pecho. Eso y las perforaciones. Pero no hizo más que molestarse con él.
...........
Había noches, era imposible imaginar cuál, en la que Bill entraba a la habitación del bebé, y se quedaba allí, sonriendo a unos pasos de la cuna.
Pronto Stanley comprendió que no se trataba solo de herir a Shermy, porque de querer, Bill ya lo habría hecho. Después de todo, Stan no podía hacer nada para impedirlo.
-¿Yo por qué?
-Arruinaste muchos de mis planes. Más de una vez-
Al principio lo perseguía, lo seguía de cerca convencido de que al vigilarlo podría controlarlo de alguna manera, pero eso fue peor. Stan moría por dentro cada que lo veía cometer imprudencias en su nombre, cosas terribles de las que él nunca sería capaz.
Tenerle miedo, verlo lastimar su cuerpo y a otros.
En breve, que Ford se fuera pasó de ser un tormento a un alivio. Mientras viviera en el campus y se alejará de casa estaría a salvo. A salvo de Bill.
-Es una suerte, comenzaba a sospechar. Claro que no he hecho mucho para impedirlo, aunque supongo -¿Por qué le hablaba? Odiaba admitirlo, pero que lo hiciera le ayudaba mucho, le recordaba que seguía existiendo. -Tu mamá esta preocupada, comienza a preguntarse porque su hijo no exitoso tuvo cambios de comportamiento, que Ford se va es la excusa perfecta para que su cariñoso y divertido Stanley se aísle, escape, haga amigos indeseables, cometa uno que otro crimen menor-Sonrió y prendió un encendedor que llevaba en bolsillo- Haga una que otra estupidez- Y lo uso para quemar la pantalla de una lámpara, se detuvo cuando quiso. Stan, impotente solo miraba.
No pasó mucho para que la policía se presentara en casa. Para arrestarlo y para su sorpresa Bill no escapó. Por el contrario se enfrentó a los oficiales arrojandoles toda clase de objetos, riendo como un lunático.
Cuando Stan reparó en su madre y en su padre quien la sujetó por los hombros para consolarla. -Yo no soy… Ese no soy yo.- Bajó la cabeza, no importaba que hiciera, ante sus padres nunca sería más que el problemático Stanley, un delincuente y peligroso. Flotó para alejarse. Atravesó un muro sin siquiera fijarse a donde iba. Tras un rato un sonido llamó su atención. El balbuceo de Shermy quien levantaba las manos en su dirección y no hacia el gimnasio de juegos que pendía de la cuna.
-¿Shermy tu puedes verme? ¿De verdad?- Pensó que sus esfuerzos por alcanzarlo era solo un juego que se inventó el bebé, aún así sonrió imaginando que su hermano quería consolarlo.
Continuará....