Min Woo abrió la puerta y corrió por la banqueta deseando haber tomado su chaqueta antes de salir. El viento golpeaba su cálido cuerpo. —¡Sanghoon!
El hombre delgado, con los ojos más bonitos que Min Woo hubiera visto alguna vez se dio la vuelta. Tenía una pesada mirada de derrota total en su rostro antes de que se tambaleara hacia atrás, agitando los brazos. Sanghoon cayó al suelo duro. Eso tuvo que doler.
Min Woo se agachó y agarró la mano de Sanghoon, ayudando al hombre a ponerse de pie. —¿Por qué saliste corriendo de allí?
Sanghoon sacudió su trasero, negándose a mirar a Min Woo. — Porque sé que metí la pata y que no tengo una oportunidad en el infierno de conseguir el papel.
Ofreciéndole la mano, le dijo: —Soy Seo Min Woo.
Cuando Sanghoon le dio la mano, Min Woo notó los pequeños copos de nieve en el cabello y las mejillas de Sanghoon. Cerrando los dedos, Min Woo se resistió al impulso de retirar los copos. Desde que vio a Sanghoon, Min Woo sentía una extraña conexión con el chico. Eso lo hizo querer explorar un poco más.
—¿Cómo sabes que no tienes una oportunidad?— preguntó mientras el viento movía el cabello de Sanghoon y azotaba la cara del hombre. Min Woo no pudo resistirse. Alzó la mano y acomodó el cabello detrás de la oreja del hombre.
Los ojos de Sanghoon se volvieron un poco más grandes y luego se echó a reír. Fue un sonido que robó el aliento de Min Woo. —¿Estás ciego? No podía haber sido peor si me hubiera orinado en los pantalones. No, espera, eso debería haber sido mi escena final.
El sarcasmo del hombre era encantador y triste. Aunque Sanghoon apestaba en la actuación, tenía esa extraña singularidad que la compañía estaba buscando. Podía enseñársele a actuar, pero ese raro brillo era algo que no se podía enseñar, ni siquiera imitar. Era algo con lo que una persona nacía. —No lo hiciste tan mal.
La declaración de Min Woo sólo hizo que Sanghoon se riera más fuerte. —Cierto. Debes de estar verdaderamente ciego para pensar que hice algo bueno allí.
¿Quién demonios le había dado una patada a la autoestima de este chico? Esa declaración hizo que Min Woo quisiera gruñir. Él había visto su justa parte de hombres y mujeres que pensaban que sus vidas eran una mierda. Min Woo había sido psicólogo y había trabajado con muchas mujeres maltratadas, alcohólicos en recuperación, y adictos a las drogas. Pero eso fue antes de tomar el trabajo de asistente de productor de SM Producciones.
A pesar de que Min Woo ya no practicaba, reconocía los signos. Sanghoon había sido abusado emocionalmente, si no es que también físicamente. Extendiendo la mano, tomó la mano de Sanghoon, jalándolo de nuevo hacia el edificio. —Me quedaría aquí para rebatir eso pero hace un jodido frío.
Sanghoon jaló su mano libre. —¿Por qué estás tratando de llevarme adentro? —La sospecha en el tono del hombre cortó a Min Woo. De nuevo no estaba seguro de por qué. Lo único que sabía era que quería que Sanghoon confiara en él.
La respuesta salió antes de que pudiera detenerla. — Debido a que todo el mundo merece una segunda oportunidad.
Agarrando el picaporte de la puerta, Min Woo jaló, pero encontró la puerta cerrada con llave. Mierda. Se había olvidado de que Seung Ri cerraba las puertas a las cinco, permitiendo a la gente salir, pero no entrar. Eso había sido por solicitud de Min Woo para limitar el número de personas que audicionarían hoy. Él no había querido quedarse atorado con actores hambrientos.
—¿Qué pasa con la puerta de atrás? —preguntó Sanghoon—. Acabamos de salir por ahí.
Min Woo podría haber besado al hombre, si los labios de Sanghoon no se estuvieran poniendo azules. Soltando la mano de Sanghoon, Min Woo casi corrió alrededor del edificio, orando todo el tiempo que no se congelaran sus bolas.
Esto era exactamente por lo que le gustaba la costa oeste. Él no tenía que enfrentar el clima frío. Por qué Cam había viajado hasta el centro de los Corea, estaba más allá de su comprensión. Pero el hombre había dicho que tenía la ubicación perfecta y Min Woo sabía que la ubicación era muy importante.
Sólo deseaba haberlo hecho en el verano, cuando la amenaza de perder sus dos testículos, y que su pene se arrastrara a su abdomen no fuera un riesgo inminente.
Min Woo envió una plegaria antes de agarrar el mango helado y girar la perilla. Cuando la puerta se abrió, casi gritó de alivio. —Entra. —Abrió la puerta y esperó a que Sanghoon entrara, haciendo bocina con las manos y soplando en ellas.
—¿Dónde está tu abrigo? —Sanghoon hizo lo último que Min Woo esperaba. Él puso sus manos sobre las de Min Woo y comenzó a frotar, creando una fricción que ayudó a combatir el frío más rápido.
Sacó las manos del agarre de Sanghoon. —Las tuyas están incluso más frías que las mías. —Apretó las manos más pequeñas de Sanghoon entre los suyas y las sostuvo, deseando poder jalar al hombre más cerca y frotarlo hasta que los dientes del chico dejaran de castañear. La temperatura exterior se había reducido drásticamente desde principios de esta tarde.
Sanghoon parpadeó. —¿Por qué eres tan bueno conmigo?
Min Woo no tenía una respuesta. Él aún estaba tratando de resolver eso en su cabeza. A pesar de que siempre ayudaba a los necesitados, había algo acerca de este hombre. — Porque no te diste por vencido. Aunque fuiste el último hombre de aquí, aun así no te fuiste. Admiro tu determinación.
No era una mentira. Cuando había salido a fumar, se sorprendió de encontrar a Sanghoon ahí. El último par de niños se habían ido antes de ser llamados. Las audiciones se habían prolongado durante horas. Los que no tenían su corazón en esto se habían dado por vencidos. Aunque sabía que Sanghoon no estaba en el grupo de edad que estaban buscando, aún tenía la apariencia de la juventud de su lado. Min Woo consideraba que tendría unos veinte años.
Dejando caer las manos, Min Woo señaló hacia el gimnasio.
—Vamos a intentarlo una vez más. Sin tirar la silla.
Un intrigante rubor se extendió por el rostro de Sanghoon antes de que asintiera, dándole una mirada intrépida a Min Woo.
Una sonrisa curvó los labios de Min Woo mientras conducía a Sanghoon de nuevo al gimnasio.
Continuara...