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73. Navidad con los Moon (34) por dayanstyle

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Sanghoon se presentó a trabajar al día siguiente para ver al productor, Cam Gigandet, caminando junto a su silla. Las cejas del hombre estaban bajas, con la cara llena de consternación.

Era viernes, y no estarían filmando este fin de semana. El chico debería de estar feliz. Habían trabajado duro toda la semana y todo el mundo estaba esperando los dos días de descanso.

Caminando hacia Simon, uno de los adolescentes protagonistas, Sanghoon le preguntó: —¿Qué le sucede? — Señaló con la cabeza a Cam.

Simon se encogió de hombros, pareciendo indiferente. — Barry no se ha presentado a trabajar. Se suponía que iban a empezar a rodar hace una hora y creo que Cam va a explotar en cualquier momento.

Sanghoon recordó al chico alto y desgarbado. Todo en lo que Barry había estado hablando era en que se convertiría en estrella de cine. El hombre consideraba que esta era su gran oportunidad. Sanghoon tenía serias dudas de que el hombre la dejaría a propósito. —¿Alguien ha llamado a su casa?

—¿Cómo infiernos voy a saberlo? —Simon tomó una taza de chocolate caliente de la mesa y se fue. Sanghoon se quedó allí, mirando al hombre con incredulidad. Sabía que Simon era un imbécil por la forma en que el chico había estado actuando, pero él no sabía que el hombre fuera tan insensible.

El estómago de Sanghoon se torció en nudos cuando vio a Min Woo hablando con Lee Joon. Esto no podía ser bueno.   No sólo  Lee Joon estaba allí, sino también los trillizos Moon: Chansung, Soo Hyun, y Hoon.

Hoon tenía a su hija envuelta como una momia y Soo Hyun tenía a su hermano pequeño Yoogeun de la mano. Sanghoon se quedó allí y estudió a los hermanos por un momento, deseando haber nacido en esa familia en lugar de donde había nacido con Kim-Constantinople. Los osos parecían tan a gusto.

Él apostaba que ninguno de ellos tuvo una vida complicada.

—Trae tu culo aquí, Sanghoon —Lee Joon gritó mientras sonreía ampliamente—. ¿O eres una estrella de cine demasiado grande para hablar conmigo?

Sanghoon puso los ojos en blanco mientras se acercaba al grupo. —Sí, ¿no ves mis grandes guardaespaldas detrás de mí? Y no fotos por favor —dijo Sanghoon acercándose a ellos.

Los cinco hombres se rieron, pero el único sonido que Sanghoon oyó fue la ronca risa de Min Woo. Lo que no daría por estar a solas con el hombre en este momento... desnudo.

Metiendo las manos bajo las axilas, Sanghoon comenzó a moverse en su lugar. Eso era lo único que no le gustaba de la película. La temperatura descendía por la noche y Sanghoon se congelaba.

—Hemos venido a verte actuar —dijo Hoon con una traviesa sonrisa—. Kiseop me hizo prometer que te grabaría en mi teléfono.

Sanghoon se inclinó hacia un lado, listo para decirles a los cuatro hombres que se fueran a su casa cuando se topó con Min Woo. Se dio la vuelta, casi cayéndose de culo cuando Min Woo extendió la mano y lo sostuvo.

 

—Ten cuidado. —Min Woo dio a Sanghoon una mirada que le dijo que tenía sexo en la cabeza.

Sanghoon asintió aturdido cuando sus ojos cayeron a los labios del hombre. —Sí, está bien.

—Me parece que Sanghoon está enamorado —Lee Joon bromeó—. Mira cómo se sonroja.

Sanghoon quería golpear al hombre. Él se avergonzaba muy bien solo. No necesitaba los comentarios del público.

Él entrecerró los ojos hacia Lee Joon. —¿No deberías estar en casa detrás de Mir?

Lee Joon resopló. —No me puedes avergonzar, hombre. Yo admito ante cualquiera que escuche que Mir me azota.

¿Cómo iba a insultar a un hombre que no podía ser insultado? Sanghoon se dio por vencido y se fue.

—Ah, vamos, amigo. Me comprometo a mantener mi boca cerrada... principalmente —dijo Lee Joon. Sanghoon siguió caminando. Conocía demasiado al oso. Lee Joon    tenía la mala costumbre de abrir la boca en los momentos más inoportunos.

—¿Estás listo para decirme lo que está pasando? —Min Woo preguntó cuándo alcanzó a Sanghoon.

«En realidad no».

 

—¿No puedes esperar hasta después del trabajo? — Porque Sanghoon aún no había encontrado una razón lo suficientemente buena para darle. Después de colgar con Min Woo anoche, había pensado en un montón de excusas. Pero ahora que estaba frente al hombre, todos parecían flojos. No sabía qué decirle al chico.

 

Min Woo agarró a Sanghoon por su brazo, evitando que se alejara. —No tienes que decirme si no quieres. Podemos mantener lo que pasó entre nosotros como un secreto y actuar como si nunca hubiera ocurrido.

Esas palabras cortaron a Sanghoon por la mitad. ¿Es eso lo que quería Min Woo? Él sacó su brazo y se reunió con Vick. Sanghoon no estaba seguro de por qué las palabras de Min Woo le molestaban tanto. Apenas conocía al hombre. ¿Por qué debería importarle si Min Woo quería fingir que nunca habían dormido juntos?

—Espero que no hayas venido aquí a gritarme —dijo Vick a Sanghoon—. No soy un hacedor de milagros. No es mi culpa que el maldito muchacho no se presentara.

Sanghoon no tenía idea de lo que Vick estaba hablando. Y no lo le importaba. Con tal de que Sanghoon no tuviera que ver a Min Woo por otro segundo. Aparte de su padre, nadie había enfurecido a Sanghoon tanto.

Quería golpear algo. Preferiblemente a Min Woo.

Sanghoon gimió de frustración al ver a Hoon en dirección a él. No quería hablar con nadie en este momento.

Hoon se acercó a él con cautela. Sanghoon podía ver la duda en Los ojos grises del hombre. —Sabes que estábamos bromeando, ¿verdad?

Sanghoon se apoyó contra la pared de la tienda de muebles de fabricación casera, luchando contra la necesidad de  gritar. Tenía que hacer que las palabras de Min Woo no le dolieran. Tenía asuntos más importantes de qué preocuparse. Dejar que sexo de una noche le enojara era estúpido.

 

Tomando una respiración profunda, Sanghoon la dejó escapar lentamente. Le sonrió a Suzy y golpeó su pequeña nariz con la punta de su dedo. —Deberías llevarla a casa. Está muy frío aquí afuera.

Hoon se rio. —Ella tiene cincuenta capas de ropa. Creo que ni los vientos árticos le afectarían ahora. Además, es medio oso. Su temperatura es un poco más alta.

Ella no era la única que se sentía acalorada en estos momentos. Pero entre más Sanghoon se quedaba allí, más se calmaba. Y pensar que había estado desesperado por escuchar la voz de Min Woo. Sanghoon quería golpearse en la cabeza por ser tan idiota.

—Realmente nos sentimos orgullosos de ti por este logro

—Hoon dijo cambiando a Suzy de un brazo al otro—. Pa planea tener una gran cena el domingo en tu honor. Sé que solo puedes beber carmesí, pero todos estaremos allí.

La mandíbula de Sanghoon se cayó. —Por favor, dile que no lo haga. —Los osos ya habían hecho tanto por él. No quería que todos dejaran sus cosas.

—Es un hecho.

 

Sanghoon vio a Sunhwa, otra de las actrices adolescente, dirigirse hacia él y sabía que era hora de volver al trabajo. Le gustara o no, se encontró buscando a Min Woo. Vio al guapo hombre hablando con Cam y un anhelo brotó en su interior. Sanghoon podría estar tan enojado como quisiera, incluso maldecir el nombre del hombre. Pero no podía negar lo que sentía.

Sólo sabía que iba a terminar con el corazón roto para cuando Min Woo dejara el pueblo.

 

 

 

—¿Te importaría cuidar a Yoogeun mientras que Hyesung y yo vamos al cine?

Sanghoon levantó la vista de un libro que había estado leyendo para ver a Pa de pie en la puerta de su dormitorio. Era muy consciente de que Pa y Hyesung rara vez salían por una noche. Aunque Pa había entregado una gran parte de las responsabilidades del rancho a su hijo mayor, Leo, el hombre aún trabajaba demasiado. —Por supuesto.

De todos modos no era como si Sanghoon tuviera algo que hacer en un sábado por la noche. Todo el mundo parecía tener planes, excepto él. Por lo menos, él y Seungho habían salido a hacer las compras antes.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Pa. —Gracias. No tardaremos mucho. Le hubiera dicho a alguno de sus hermanos que lo cuidaran, pero todos parecían estar ocupados. —El hombre hizo una mueca que hizo que Sanghoon sonriera.

Dejando su libro a un lado, Sanghoon bajó las escaleras y se detuvo en seco cuando vio a Lee Joon en cuatro patas, gruñendo y persiguiendo a Yoogeun. El niño gritaba mientras corría. El pequeño cerdo, Bacon, corría detrás de Yoogeun, como si tratara de protegerse del feroz oso. No se podía negar el gran amor en la casa.

Sanghoon pasó a Hyesung, dándole una cálida sonrisa. Tan pronto como Sanghoon levantó a Yoogeun, parecía que la casa se vació, incluso Bacon desapareció. —Parece que sólo somos tú y yo, pequeño. Nunca he cuidado niños antes, así que sé tranquilo conmigo.

 

Sanghoon llevó al niño a la habitación de Yoogeun. No estaba seguro de cómo entretener a los niños.

—¡Quiero jugar a los piratas!

 

Está  bien. —¿Hay que ir a comprar un barco pirata? — Sanghoon bromeó.

Yoogeun se rio mientras negaba con la cabeza. Sanghoon vio cómo el pequeño muchacho corrió hacia el armario y sacó una linterna de alta resistencia. —Tenemos que apagar todas las luces y buscar un tesoro.

Sanghoon tenía miedo a la oscuridad. Pero podía soportarla por Yoogeun. El chico parecía tan emocionado y Sanghoon no quería arruinar la diversión del pequeño.

La linterna parecía ser una fuente de entretenimiento para Yoogeun. El niño dirigía el haz luminoso hacia el techo y luego a su cara  haciendo muecas.

Sanghoon se rio. —¿Por dónde quieres empezar?

 

El chico se rascó la barbilla, como si estuviera pensando profundamente y luego sus ojos se iluminaron. —¡El ático!

Sanghoon nunca había estado allí antes. Para ser honesto, ni siquiera sabía que había un ático en esta casa. —Como no sé dónde está la entrada al ático, tendrás que abrir el camino.

Yoogeun saltó delante de Sanghoon, el rayo de luz rebotaba en las paredes mientras se dirigían hacia el pasillo. Sonrió ante los pequeños pasos que Yoogeun daba. El muchacho estaba en la búsqueda de este tesoro con maravilla infantil. El pequeño se deslizó lentamente, dirigiendo el haz a cualquier cosa y a todo.

—¿Crees que hay oro en la casa? —Yoogeun preguntó con un entusiasmo que tenía a Sanghoon asombrado de su confiada inocencia. Sólo le recordó lo verdaderamente jodido que había sido su propia infancia.

No hubo ni un momento en su vida cuando el miedo no fue un compañero constante. No recordaba jugar ni explorar su casa de la infancia. Sanghoon había temido a su padre durante todo el tiempo que podía recordar.

Envidiaba el asombro con que Yoogeun abría los ojos al mundo.

—Creo que podrías encontrar algo. —Sanghoon sintió una astilla de emoción correr a través de él. La idea de explorar el rancho Moon en busca de oro le atraía en niveles que no podía entender.

Sabía que era sólo un juego, pero comenzó a ver la aventura a través de los ojos de Yoogeun.

Sanghoon señaló una planta en una maceta que estaba al final del pasillo. —Hey, compañero. Creo que puede haber enemigos detrás de esos arbustos.

Yoogeun agarró una escoba que estaba apoyada en  la pared junto a una cesta llena de ropa. —Tengo mi espada. Yo te protegeré.

La fiereza en el rostro de Yoogeun le llegó a Sanghoon. Era sólo un juego, pero el profundo ceño, le decía que el niño lo protegería contra sus enemigos imaginarios.

—Mantén la fortaleza. Tengo que ir a buscar mi espada.

—Sanghoon corrió a su dormitorio y tomó el cepillo de su cómoda. Era la única cosa en su habitación que estaba remotamente cerca de un objeto en forma de espada.

Tap-tap-tap

 

 

La sangre de Sanghoon se quedó helada al oír el ruido- demasiado-familiar. Dejó caer el cepillo y corrió por el pasillo, pero no vio a Yoogeun en ningún lugar. Sanghoon cerró los ojos mientras su cuerpo comenzaba a temblar. —Yoogeun —gritó.

Nada.

 

El pánico comenzó a formarse. Sanghoon estaba acostumbrado al abuso del hombre. Yoogeun era joven e inocente, crecía en una familia amorosa. Él no sabía nada sobre el mal que acechaba afueras de la puerta. Sanghoon tenía que ayudarlo.

Se tensó cuando su padre apareció de repente frente a él. Vaciló mientras un escalofrío recorría su columna. El aire que venía con Sang Kyung era verdaderamente aterrador. — Puesto que decidiste huir, estoy a punto de arruinar tu vida, niño.

Sang Kyung le abofeteó con tanta fuerza que Sanghoon se estrelló contra la pared. Él agarró la parte delantera de la camisa de Sanghoon, éste se tambaleo hacia adelante hasta que su nariz estaba a escasos centímetros de distancia de Sang Kyung. —Vas a lamentar haber huido de mí.

Sanghoon gritó cuando Sang Kyung le cortó con un cuchillo la palma de su mano. —No te vas a curar tan fácilmente de esa herida.

Tan rápido como Sang Kyung había  aparecido, desapareció. Sanghoon acunó la mano contra su pecho, luchando contra el mareo mientras se ponía de pie. Tenía que encontrar a Yoogeun. Tropezando por el pasillo, Sanghoon vio un pequeño bulto justo fuera de la habitación de Lee Joon.

Corrió rápidamente al cuerpo inmóvil de Yoogeun, cayendo de rodillas. Temiendo lo peor, Sanghoon comenzó a revisar al niño, buscando heridas. Imágenes de Sang Kyung golpeándolo de pequeño con el bastón le hizo buscar en las piernas del niño. Alivio lo inundó mientras contemplaba la piel impecable del niño. Pero aún no podía entender por qué Yoogeun estaba  inconsciente.

—¿Qué demonios estás haciendo?

 

La cabeza de Sanghoon giró al oír el fuerte tono de Pa. La hostilidad era espesa en el aire cuando el hombre cambió a su forma de oso y fue tras Sanghoon. Le dio a Yoogeun un último vistazo y vio lo que Pa había visto. Yoogeun estaba allí inmóvil, la sangre de Sanghoon por toda la ropa del pequeño niño.

Un nudo se formó en su garganta ante la equivocada suposición, pero sabía que Eric no escucharía en estos momentos. Sin otra opción, Sanghoon dispersó sus moléculas y huyó.

 

Continuara...

 


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