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Locura de Amor por kawai13

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Notas del capitulo:

SALUDOSMil disculpitas, cuando creí que tenía un respiro del trabajo, finalmente morí y fui atrapada nuevamente. XD Acá el cap que debió tocarles hace casi un mes... ¿creo? Conocemos más del pasado de Stif y vemos... bueno es spoiler si lo digo. Disfrute :D

Los dejo leer, espero les gusten ,aparte del pasado de stiff,también es un cap de transición entre la relación terminada y lo que va a pasar luego con ellos.

Disclaimer: Los personajes usados no me pertenecen, créditos respectivos a Marvel. Solo los uso para dar vida a historias de mi autoría.

 

*-*-*-* Locura de Amor*-*-*-*

 

Capítulo X

 

¡Steve! — Los gritos se escuchaban en esa pequeña y destartalada sala — ¡Steve! ¡Por favor! — Los lamentos, los gimoteo estaban más que presentes, pero ahora, ese pequeño chapoteo de líquido viscoso también acompañaba a los golpes.

 

Un joven Steve de 13 años, con su cuerpo flacucho al igual que el de su madre, estaba sacando una fuerza brutal de un lugar desconocido para cualquiera que lo conociera, la sangre chorreaba y rubia mujer ya no sabía si era de su esposo tirado en el piso o de las manos del joven alfa que tenía la mirada enceguecida y llena de furia.

 

— ¡Lo vas a matar Steve! — Lo que recibió en respuesta fue una mirada llena de furia y una sonrisa que le caló hasta los huesos. La maltratada rubia sentía que esa era la intención de su hijo.

 

Llena de pánico, fue hasta la sangrienta escena, escuchando de fondo el chorreo de la sangre de esa magullada cara del que hace tan solo unos minutos atrás la estaba pateando en el estómago en su lúgubre sala.

 

— Vamos bebé, reacciona, no quiero que me dejes sola. — Poco a poco los golpes cesaban mientras ella seguía diciéndole palabras tranquilizadoras en el oído.

 

Sarah no era ninguna tonta, ella sabía que su bebé no estaba bien de la cabeza, todo había empezado esa noche cuando su padre lo atrapó con tan solo 7 años, ese día el pequeño cachorro casi moría por falta de oxigeno y el fuerte golpe que se dió al haber sido lanzado por su padre, el golpe en la cabeza le dejó una enorme cicatriz de 10 centímetros en su cuero cabelludo y muchos puntos dolorosos que dejaron incómodo al pequeño cachorro.

 

Desde ese día, desde que lo pudo llevar de regreso a casa desde el hospital, el joven se había comenzado a comportar raro, pero Sarah no tenía dinero para llevarlo a un psicólogo, hacía todo lo que podía para conseguir las pastillas para el dolor que su pequeño necesitaba mientras su herida se curaba, pero no ganaba suficiente lavando y planchando ropa ajena, como para llevarlo a un especialista.

 

Cuando la rubia abrió por fin sus ojos y alzó su mirada, se encontró con Steve sujetándose la cabeza y agarrando fuertemente sus cabellos rubios, ella se encontraba de rodillas abrazada a su hijo, aquel que había dado un estirón tremendo en los últimos años, a pesar de la mala alimentación que recibía en casa.

 

— Steve — Llamó, con voz consoladora, viendo el entrecejo fruncido de su cachorrito — Vamos bebé, vuelve con mami.

 

Cuando los azules ojos de su hijo se abrieron, lo que encontró fue un mirada llena de confusión, pero su mirada se volvió acuosa cuando vio sus mano llenas de sangre y a su padre casi muerto frete suyo con el rostro casi irreconocible. Había sido él ¿verdad?

 

*-*-*-* Locura de Amor*-*-*-*

 

Las vacaciones pasaron rápido, y más llevaderas de lo que Tony hubiera creído. Casi todas sus tardes se las pasaba investigando sobre el proyecto que iba a realizar bajo la tutela de Charles Xavier, creando nuevos elementos para la compañía de su padre, o en el laboratorio de Bruce Bear.

 

Cada vez que pensaba en Steve, simplemente se levantaba del lugar donde estuviera recostado y se ponía a trabajar en uno de sus tantos proyectos, había encontrado en ello como una solución para no entristecerse con la ruptura que había tenido con su malditamente guapo ex.

 

Cuando iba con Bruce prefería reunirse en la tarde, pues sabía que en las mañanas, todo el equipo de fútbol americano seguía entrenando, aún a pesar de sus vacaciones, por lo que para evitar cualquier encuentro incómodo, solo iba cuando sabía y estaba completamente seguro que los entrenamientos habían acabado hace horas.

 

Cuando abría la puerta de ese laboratorio y se ponía a trabajar en su supresor, a veces pensaba que ya no debería de haber un motivo real para ello, total, ya había acabado con el alfa que lo alteraba y volvía loca a sus hormonas, ¿no? Pero Bruce le hizo cambiar esos fatalistas pensamientos con una simple conversación.

 

— Hayan terminado o no, Tones — Dijo el científico sacándose los lentes de protección, luego de escuchar lo que tenía tan distraído a su amigo — Esto se trata de tu salud. No puedes abandonar un trabajo en el que llevas años de esfuerzo, solo por un alfa. No puedes poner en segundo plano tu bienestar. Tu primera meta será poder ayudar con esto también al omega que lo necesite

 

Luego de eso había recibido una tierna sonrisa del omega y se habían puesto a trabajar hasta la noche.

 

A Bruce le caía bien Steve, pero si realmente se había comportado así de celoso de forma tan irracional, apoyaba completamente a Tony en su decisión, pero no por eso iban a dejar de trabajar en el supresor. Tony seguía poniéndose una dosis, con mucha menos constancia, pero lo hacía, por lo que Bruce quería buscar la forma de que fuera lo menos dañina para el pequeño cuerpo de su joven amigo.

 

Después de ese día y esa conversación, las reuniones de los amigos continuaron con regularidad, de dos a tres veces por semana. De todas maneras Bruce estaba de Lunes a viernes en ese laboratorio para seguir con sus propios proyectos y concursos. El recibir a Tony era un respiro de tener las instalaciones tan calladas por las tardes y aunque aún cerca de que las vacaciones culminaran, no encontraban la solución para reducir la somnolencia del omega después de ponerse el supresor, estaban haciendo grandes avances en otros aspectos.

 

Los días pasaron hasta llegar al último fin de semana antes del retorno a clases, esa tarde Tony había invitado a sus amigos a una pequeña reunión, una noche de pelis y comida chatarra por doquier.

 

Había invitado a Brucie bear, a su peperoni andante y a su nuevo amigo Loki Laufeyson, se habían llevado demasiado bien como para dejar de frecuentarse, los dos tenían unas bocas demasiado filudas y astutas como para no tener una peculiar y curiosa charla que sacaba risas de los omegas.

 

El primero que llegó, fue el siempre puntual científico un poco incómodo y temeroso de estar en una pequeña reunión social, pero al recibir el fuerte abrazo de oso de su pequeño compañero de ciencias y unas enormes felicitaciones de su parte por haber ganado uno de los concursos en los que siempre se metía, esa ansiedad cesó casi por completo. El concurso era algo pequeño para muchos, pero enorme para los jóvenes universitarios como ellos. Todos estos pequeños logros sumaban para su futura vida profesional.

 

Luego llegaron juntos tanto Loki como Pepper, se habían encontrado de casualidad en el supermercado, haciendo sus compras de chucherías correspondientes a último momento. Al final decidieron ir juntos en el auto del estilizado omega y Pepper mandó a su chófer de regreso a su casa.

 

— Hola, Tones — Saludó la joven pelirroja entrando con dos enormes bolsas en cada brazo y una absurda bolsa gigante de Cheetos que le tapaba hasta la cara, como había estado haciendo malabares desde que bajó del carro entró sin esperar una invitación y fue lo más rápido que pudo a la sala para dejar todo tirado en el piso.

 

— No sé ni siquiera por que lo dejas en la sala de estar, mi querida Peperoni — Dijo el pequeño omega dándole paso a un calmado Loki que aunque traía menos bolsas, estas eran más pesadas.— Si vamos a tener la noche de pelis en mi cuarto de cine.

 

Su mejor amiga hacía oídos sordos mientras se abanicaba el encendido rostro sentada en uno de los sillones. No había sido buena idea haber traído todo en un solo viaje, tal vez hasta le hubiera podido pedir ayuda a Jarvs con las cosas, pero conociendo a su amigo, seguro lo tenía haciendo unos cuantos pasteles en la cocina y por eso era su amigo el que les había abierto la puerta.

 

— Pues me ayudas a llevar las cosas Tones, son muchas.

 

— Yo he llevado lo pesado, señorita tomatito — Dijo el omega, dejando con elegancia las grandes bolsas con diferentes bebidas azucaradas y jugos artificiales que había encontrado en el supermercado — No entiendo de que te quejas.

 

Tanto Anthony como Bruce, se rieron bajo por el apodo de la pelirroja, era algo nuevo.

 

— ¡Cállate omega espárrago! — Contraatacó la pelirroja viendo como el ceño fruncido del omega se acentuaba.

 

Esos apodos habían surgido en el supermercado. Pepper era una chica bellamente pelirroja, con muchas pecas en su agraciado rostro y una facilidad extraordinaria de sonrojarse que no muchas personas tenían, pero el apodo surgió cuando Loki la vio con más bolsas rojas que otra cosa en sus manos, algunas eran de bocadillos picantes, pero cuando se acercó más al carrito que tenía la chica, pudo apreciar que muchas de las botanas que estaba comprando eran de sabor a tomate, al igual que esa lata de jugo que estaba seleccionando de la estantería y miraba con ojos brillantes. Sí, Pepper amaba el tomate en todas sus presentaciones.

 

Pepper en son de venganza, pues no le había gustado para nada ese apodo, miró de arriba a abajo al alto y elegante omega, miró sus ojos verdes, su ropa verde y no pudo evitar compararlo con uno de esos flacos espárragos que se encontraban en el carro de una señora que pasaba al lado de ellos.

 

Así es como terminaron por llamarse de esa ridícula forma en toda la compra de chatarras para la noche con el genio omega.

 

Bruce fue el primero que calmó su sonrisa y se ofreció a ayudarlos con algunas bolsas para ir hasta la sala especial de Anthony, los tres amigos de Tony empezaron a avanzar, siendo guiados por la que conocía la casa del omega al derecho y al revés.

 

Tony se acercó a la mesa de centro de la sala y recogió las dos últimas bolsas, una contenía una gran cantidad de dulces y la otra bocadillos picantes y unos cuantos paquetes para hacer pop corn instantáneo. Anthony se dispuso a seguir a sus amigos cuando algo dentro de su cuerpo, de su pecho, lo detuvo.

 

Desde hace un par de semanas, el joven Stark había empezado a sentirlo, la primera vez fue en ese viaje de negocios que tuvo con su padre y asistió a una de esas aburridas fiestas llenas de lujos y gente estirada por Navidad, ahora mismo no sabía si aterrarse, enojarse o alegrarse. Desde que se presentó como omega, buscó rápidamente el crear un supresor y así se había mantenido por más de cuatro años, llenando de químicos, algunos de ellos dañinos, controlando sus instintos, sus hormonas, atrofiando su olfato y... durmiendo su lado omega, ese instinto siempre habías estado apagado en él. Pero desde que su supresor era cada vez más eficiente con menos elementos dañinos, este había hecho acto de presencia.

 

Ahora lo sentía feliz, adormilado, pero feliz. Su lado omega se sentía cómodo con sus amigos. Anthony bufó sintiendo innecesario que expresara esa felicidad cuando el mismo podía darse cuenta que estaba con personas que adoraba más de lo que podía decir en voz alta, Anthony a veces sentía ese instinto un poco tonto e infantil y por eso le desagradaba, pero, muy dentro suyo también se alegraba de poder entender un poco, las palabras de esos omegas que había escuchado hablar de su instinto de su omega interior, finalmente los entendía.

 

— ¿Te vas a quedar ahí parado Tony boo? — La pelirroja lo veía escaleras arriba con una sonrisa dulce y suave — Te estamos esperando para escoger la primera película.

 

Pepper sabía porque estaba así su amigo, o eso creía ella, al inicio de las vacaciones su pequeño Stark había ido hacia ella con el rostro demacrado y le había contado de la ruptura con su bobo alfa. Pepper escuchaba todo como buena amiga, dejándolo desahogarse y acariciándole el cabello mientras le proveía de golosinas. Steve le había caído bien, y le decepcionaba escuchar sus acciones, más cuando fue ella quien le aconsejó a Tony que le diera una oportunidad. ¿Abría hecho mal?

 

La pelirroja miró como su amigo movía la cabeza de un lado a otro, como despojándose de pensamientos que no le agradaban y alzó los ojos para devolverle la sonrisa.

 

Cuando Anthony estaba subiendo las escaleras, vio a sus otros amigos salir del cuarto y acercarse a donde estaba la rubia, aquellos que conoció en esa nueva universidad y su sonrisa se extendió mientras trotaba un poco más rápido a su alcance, era el último fin de semana para todos antes de volver a los estudios después de las vacaciones de invierno, les quedaba disfrutar de este y relajarse con buenas charlas entre todos, tal vez videojuegos y muchas películas.

 

Continuará...

Notas finales:

Agradecimientos especiales a:

- Lisseth Jaramillo - Xochilt Oda - Natta Cb - Elizabeth - Constanza Avalos - Lakamilaxdzdd - Nikola Ackerman - Angélica Parra - Hana P. -Angélica Jimenez - Iris Guzmán - Midna Chan-

 

DESPEDIDAS: Listoooo, se es que es un cap pequeño, pero ya lo tenía programado así en el formato del fic, en el siguiente cap sabrán un poquíto más de lo que pasará en ese tipo de Pijamada raro que están haciendo los cuatro, había algo que me faltaba decir, pero quedaba bonis el cap cerrado en ese momento, si lo agregaba se perdía un poco el encanto.

Actualización en Plataformas públicas:

Domingo 10 de Octubre Cap 11

Actualización en Patreon:

Domingo 03 de Octubre Cap 14 y Cap 15 

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