Capítulo XI
Eran las 3 de la madrugada, Pepper dormía abrazada al brazo de un inconsciente Bruce. El científico fue el primero en caer, se había desvelado por varios días seguidos y generalmente reponía energías en los fines de semana, pero no podía negarle nada a ese revoltoso y peculiar amigo que tenía.
Cerca de la una de la madrugada sus ojos empezaron a cerrarse y a cabecear en ese enorme sofá frente a la pantalla del cine personal del Stark.
Era una sala con varios asientos individuales y un enorme y gigante sofá para más de cinco personas que se alzaba en la parte inferior para tener los pies a la altura del asiento y el respaldar estaba suavemente reclinado para poder apreciar mejor la pantalla de cine, era prácticamente una cama con un respaldar un poco elevado.
Frente a ellos estaba otra cosa absurdamente enorme, era una mesa baja con todas las golosinas y bolsas de piqueos abiertas por doquier, Jarvis había traído unos cuantos pasteles, una tarta de fruta y un termo con café para el antojado omega, todos los chicos se habían acercado al instante de oler ese delicioso aroma de la repostería de su fiel mayordomo.
Luego de que Bruce cayera con una pequeña bolsa de papas onduladas en sus brazos, la siguiente fue Pepper apoyando su cabeza en el hombro del científico e inconscientemente abrazando su brazo, haciendo que la bolsa de papas cayera en sus pantalones y pequeños trocitos quedaran esparcidos.
Los únicos que quedaban despiertos, eran los dos omegas que jugaban una partida de cartas en el sofá. Mirándose el uno al otro con sus piernas cruzadas. Enserio el sofá era enorme.
Cuando Tony se demoró de nuevo en lanzar una carta al montón, Loki suspiró y tiró toda su mano llamando la atención del joven.
— ¿Qué es lo que te come la cabeza, Tony?
El joven solo tiró sus cartas y miró hacia un lado, tratando de ocultar las ganas que tenía de conversar y siendo descubierto por completo.
—No sé de que hablas, esparraguito. — Al voltear vio el ceño fruncido y como este se preparaba para hablar y contra atacar, esa lengua era realmente filuda, así que se apuró en decir la verdad para no quedar enfrascados en otra ridícula pelea verbal — Bueno... la verdad si te quiero preguntar algo.
Loki lo miró intrigado y obvió el ridículo nombre por el que fue llamado hace tan poco.
—Dilo de una vez, Anthony. — Se cruzó de brazos y lo miró intrigado
—Yo... — Alzó sus ojos y Loki lo vio por primera vez dubitativo y hasta un poco temeroso. — Es sobre el instinto omega.
Loki era el único omega, a parte de su profesor, pero ni loco le preguntaba a él, que podía esclarecerle sobre el tema.
— ¿Qué pasa con el instinto omega?
Y Tony, aprovechando la privacidad que le daba tanto el lugar como la misma madrugada, le contó sobre su situación, como siempre había estado bañado en químicos, como nunca lo había sentido. No hasta hace un par de semanas, no tenía a quién preguntarle sobre ello, y se sentía un poco perdido.
— Bueno, no debes estar asustado ni nada — Empezó a decir Loki — No es como si ese instinto te pudiera manipular por completo. No tiene un poder tan fuerte sobre ti, te puede hacer dudar, te puede hacer pensar las cosas desde otra perspectiva, pero tu siempre tendrás la decisión final.
>>Es como... algunos lo describen como otra personita dentro tuyo, pero es diferente. No puedes hablar o recibir una respuesta de ese instinto, pero si lo sentirás triste o alegre si alguna de tus acciones le gusta o no. No puedes tener una charla con él, al menos no una que tenga respuesta de ambos lados hablada, pero... — Una sonrisa surcó los labios de Loki — si hace que nunca te sientas solo. Si perdiera mi lado omega, no sé que haría.
— Y... ¿que piensa ahora tu lado omega? — Preguntó el más joven, un tanto dudoso de las palabras de su nuevo amigo, pero entendiendo a la vez un poco más sobre el tema.
Loki se rió ante la pregunta.
— No te gustará saberlo.
— Dímelo, brillitos. — Las mangas del polo de loki tenían unas cuantas lentejuelas en unas estilizadas líneas y Anthony no podía evitar llamarlo de esa manera.
— Bueno, te ve como a un cachorro que cuidar — el ceño de Tony crecía y al igual que la sonrisa de Loki — Su instinto protector está demasiado activado, como si fueras su cachorro, su cría.
— ¡Ey! Eso ya es demasiado.
— Te dije que no te gustaría — Loki se reía lo más bajo que podía para no despertar a los dormilones detrás del joven millonario. — Y ese es el punto, nuestro instinto tiende a ser... un poco exagerado. ¿Extremista? Esa podría ser la palabra.
— ¿Tan viejo te sientes para verme como a un cachorro que cuidar? — Tony quería burlarse del pelinegro.
— De hecho, es que te ve demasiado joven a ti.
Pero falló en el intento.
— Mierda.
Tony se recostó de lado en el respaldar del enorme sofá y lo miró.
— En conclusión Tony — Dijo cuando vio al joven nuevamente disperso — No necesitas estudiar o prepararte por si algo malo pasa. Tu instinto tiende a querer lo mejor siempre para ti, está buscando cuidarte y alertarte por si pasan cosas malas. A veces es un poco infantil y solo comparte su alegría o emociones felices. Por ejemplo, dime que sentiste cuando estabas subiendo las escaleras.
Anthony lo miró sorprendido.
— Eso... ¿acaso se nota?
— Según lo que me haz contado, tu olfato está atrofiado también. — Loki lanzó un suspiro pesado y también se recostó de lado cogiendo las mantas que estaban tras suyo y lanzándole una al menor. — Bruce y tomatito son betas por lo que no lo sienten, pero yo sí. Por las feromonas que lanzas, aunque son muy leves, demuestran tus emociones y es un poco diferente en cada una de ellas.
Anthony sabía que usaba menos supresores ahora, uno o máximo dos por semana, antes con Steve los tenía usar casi todos los días, pero no sabía que el dejar de usarlo tan seguido, había hecho sus feromonas más notorias, o tal vez ¿siempre fueron así?
— ¿A que huelo?
Loki tiró las cartas a la enorme y sucia mesa y luego volvió al sillón al costado del pequeño omega.
— A canela — Dijo sin dudarlo el de ojos verdes — Es un olor dulce, miel con canela creo. Nuestras feromonas, tanto como la de los alfas no tienen solo un olor, pero siempre prevalece uno ante los otros, por eso puedo decir sin duda que el tuyo es canela, pero lo otro, solo sé que es dulce, pero exactamente no sé a que dulce se asemeja.
— ¿Nadie sabe eso? —
— No exactamente, tus personas cercanas deben saber tu olor exacto, puede que te digan de dos a tres olores más aparte del principal, pero solo sucede cuando se conocen desde hace mucho tiempo o son tu pareja destinada.
— ¿Eso no es una leyenda? — Una de sus cejas se arqueó ante esa leyenda urbana
— Lo es — Dijo Loki riéndose por el rostro del menor — Lo del olor también es parte de la leyenda, si quieres saber tu olor exacto, puede que tu papá lo sepa si es alfa. Alfas y omegas tienden a saber el olor de sus cachorros.
— Entiendo — No sabía si estaba seguro de preguntarle a su padre sobre eso, por lo que mejor pasó a otro tema — ¿Qué olores aumentan cuando estas feliz o enojado?
— Ah, eso, cierto. — Anthony dio un par de palmadas y las luces de la sala de cine se apagaron al igual que la pantalla, ahora solo sonaba suavemente una calmada canción de fondo — Cuando estás alegre, aumenta el dulce. Enojado se siente agrio, triste, salada como las lágrimas, te darás cuenta cuando tu olfato mejore.
Ambos omegas se acurrucan gracias al oscuro ambiente, preparándose para dormir. Anthony mira los brillantes ojos verdes del omega frente suyo, había estado atento a toda la explicación y sabía que si tenía alguna duda, le podría preguntar más adelante.
— Gracias, Loki. — Susurra. — Muchas gracias.
Una suave sonrisa emerge en los labios del omega mayor y su instinto revolotea feliz, como si estuviera recibiendo un premio de su cachorrito. Loki no se lo dice, no quiere hacerlo enojar de nuevo, pero el también siente que debe proteger al omega más joven.
— De nada, Tones. Sabes que me puedes preguntar lo que desees.
— Lo sé, Loki.— Fue lo último que dijo Tony antes de cerrar los ojos para finalmente dormir.
*-*-*-* Locura de Amor*-*-*-*
Las clases iniciaron y Tony camina animado por los pasillos, luego de la limpieza de mitad de año, en el salón de Charles quedan solo personas decentes y al joven omega le agrada conocer a gente inteligente con las que merece la pena conversar, especialmente porque habían iniciado los trabajos grupales.
A veces Tony lanza un suspiro por el tonto alfa, pero luego fruncía el ceño y agita la cabeza, tratando de dispersar sus pensamientos mientras se repite lo mismo una y otra vez. Anthony es joven, muy joven aún, y aunque admitiera que extrañaba al tonto rubio, tiene que darse la oportunidad de conocer a otras personas, y hacer un poco más de vida social, la universidad era famosa por eso ¿verdad?
Luego de concluir con la charla introductoria de estas segunda fase en biomimética avanzada, el profesor había ya dejado el primer encargo y hecho el mismo las parejas correspondientes. Al joven Stark le había tocado con un simpático chico de nombre T'Challa, piel morena cual chocolate y unos ojos marrones sumamente cálidos.
Luego de la clase Anthony se había quedado hablando unos minutos con el profesor para coordinar que días podían ver el avance del proyecto para el concurso y cuando salió del salón, se encontró con el paciente alfa de piel morena.
— Hola Tony — Dijo el contrario dejando de apoyarse en la pared y caminando hasta el bonito omega. — Te esperaba para que pudiéramos seguir coordinador sobre el proyecto.
A Tony le gustaba que su compañero fuera paciente y aplicado. Habían estado conversando en el tiempo que el profesor les dio al final de la clase, pero no había sido suficiente. Se habían conocido un poco más y ahora Anthony sabía que el chico frente suyo no solo era inteligente, sino que también era un destacado deportista en la universidad. El equipo de Rugby, le había dicho.
— Claro, pero a las diez tengo otra clase — Dijo el omega caminando al lado del alfa.
— Te puedo acompañar a tu casillero mientras coordinamos.
Tony asintió con su curiosa sonrisa de lado y empezaron a hablar de los horarios que tenían y cuando podían reunirse para avanzar el trabajo, aunque era un trabajo para el próximo mes, con Xavier como profesor, era mejor aprovechar todas las clases para revisar el avance.
Luego de que Tony dejara unos libros y sacara otros del casillero se quedó hablando en el pasillo unos cuantos minutos, aún tenía un poco de tiempo antes de que iniciara su siguiente periodo.
Con naturalidad, Anthony trató de oler el ambiente, sabía que T'Challa era un alfa, pero no podía olerlo realmente, después de esa conversación con Loki el sábado hace un par de días, había sentido como si ese instinto suyo, el cual Loki le dijo que algunos lo llamaban su lobo interior, había empezado a ayudarle a recuperar su olfato. Cuando se despertó ese domingo, con solo una manta y rodeado de comida chatarra, lo primero que percibió fue un olor floral, como a jazmines, muy leve, muy suave, pero estaba ahí. Loki no expresaba su alegría como los demás, pero no pudo ocultar el brillo de sus ojos, diciéndole luego que ese era su aroma.
Ahora, cada vez que se encontraba frente a un alfa u omega, intentaba percibir su aroma con sutileza, aún no podía percibir las emociones, pero poco a poco su olfato dañado estaba aprendiendo. No sabía diferenciar realmente el olor del moreno frente suyo, pero era algo picante. Estaba tan inmerso tanto en la conversación de su proyecto, como poner en práctica su pequeña nariz, que no se dio cuenta de que alguien se acercaba a él a pasos agigantados.
No se da cuenta del problema hasta que una fuerte mano lo sujeta del antebrazo, haciendo que casi bote sus libros.
— ¡Ey! — Tanto T'Challa como Tony voltean su mirada a la vez hasta el intruso.
Uno sorprendido y el otro entre alterado y un poco enojado.
— Suelta a Tony, — Trató T'Challa de defender al jovencito, pero el joven castaño le dejó en claro que no había problemas alzando una mano.
— ¡Steve! — cuando salió de su sorpresa y regresó a la realidad, Tony hizo calmar un poco a la fiera frente suyo. — Ni te atrevas a presionar un poco más fuerte esa mano, fortachón.
Los fríos ojos azulados del rubio pasaron de observar con enojo al intruso, a mirar el ceño fruncido de su omega, con suavidad su mano dejó de apretar, pero siguió sujeta cual tenaza a la muñeca contraria.
— Debemos hablar, Tony. — Steve miró al otro chico despectivamente y volvió su mirada al joven genio — A solas.
El omega seguía con el ceño fruncido, por lo que no le quedó de otra más que suspirar y asentir, rápidamente se sintió medio arrastrado por el agarre en su brazo y se despidió de forma apurada de T'Challa, luego terminarían de coordinar, al menos ya habían intercambiado teléfonos para ello.
Cuando Tony miró hacia el frente, vio que la gente casi no pasaba por ahí y terminó metido en un salón de química completamente vacío.
— ¿No se supone que a esta hora tienes entrenamiento? — Dijo el omega una vez dentro, soltándose del agarre y mirando al joven con los brazos ahora cruzados sobre su pecho.
— ¿Por qué te juntas con él? — Steve ignoró por completo sus palabras.
— ¿Qué? — Tony lo miró desconcertado, ¿eran celos de nuevo? — Hemos malditamente terminado por este mismo motivo Steve. — Respiró exasperado y lo miró directamente a los ojos. — El es solo un A MI GO — Enfatizó cada sílaba — Y, mi compañero de proyecto.
— Está interesado en ti.
— Oh, por favor Steve. No todo el que se me acerque lo está.
El rubio golpeó fuertemente una de las mesas de concreto pulido para los experimentos sobresaltando al contrario. Aún así, Tony nunca había sentido miedo por él, sabía que nunca le haría daño. No a él. Ese rubio que muchas veces podía ser tan suave como un pequeño bollo de pan, no podía tocarle ni un solo pelo con la intención de dañarlo y eso ambos lo sabían. Por ello el joven castaño se acercó a ese gran pecho y empezó a picotearlo con el índice mientras le seguía recriminando.
— ¿Por qué eres tan malditamente celoso? ¿Por qué no puedes ser siempre dulce y tierno?
— Tu no lo hueles, Tony — Dice finalmente deteniendo esa pequeña mano — El tiene otras intenciones contigo y no son solo mis celos sin sentido. — Suelta la pequeña mano y empieza a caminar de un lado a otro — ¡Eres tan malditamente ingenuo! ¡No puedes andar por todos lados revoloteando tus bonitas pestañas sin esperar que alguien no quiera cortejarte! ¡Y encima me haz quitado el derecho de protegerte! ¡No puedo simplemente ver como vas por ahí sin conocer lo que otros quieren contigo.
Tony lo mira, con los ojos abiertos, mientras escucha toda esa perorata desenfrenada que sale de los labios del rubio, ese rubio no era tierno, no era calmado y dulce, era agresivo, tosco, pero protector. Como si fueran dos personas diferentes, no el instinto como Loki le había señalado, parecía que este rubio y su novio que expelía miel en su mirada eran dos personas completamente diferentes. Eso...
Algo en la mente de Tony hizo un pequeño click y siguió la caminata del rubio.
— ¡DIME QUIÉN ERES! — Los pasos de Steve se detienen al escucharlo — ¡Dime tu nombre! ¡Ahora!
Steve mira al pequeño omega frente suyo.
Continuará...