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Gotas de sangre por Brenna_Matsu

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        -Narradora-

 

En los límites de la ciudad de Tokio, entre la frondosa maleza se alzaba una mansión muy antigua, si bien a simple vista por su aspecto cualquier persona pensaría que esta se encuentra completamente abandonada, pero, por el contrario, entre las sombras y las gruesas cortinas negras que cubrían todas las ventanas se ocultaban unos peculiares residentes.

 

En una de las tantas de habitaciones del lugar, un rubio se encontraba tumbado en su cama, ocultando su mirada intranquila detrás de su antebrazo. Los eventos de la noche anterior no dejaban de venir una y otra vez a su mente, pero por más que tratara de ser racional con la situación no lograba comprender que era lo que había ocurrido consigo mismo.

 

- ¿Por qué?... ¡¿Por qué no pude controlarme?!

 

Pensaba mientras apretaba su mandíbula con fuerza. Él, el gran Akira Suzuki, en su largo milenio de vida jamás, pero jamás, perdía su compostura y se doblegaba a sus instintos; ni siquiera cuando era un niño y estaba sediento perdía el control; pero fue solo su olor… ese dulce y embriagador aroma… solo basto un segundo para que este rompiera todo su autocontrol y se convirtiera en un animal con solo una idea en su mente: Beber sangre. Maldijo para sus adentros nuevamente, el solo recordar, aunque vagamente, el olor o el sabor de la sangre de aquel chiquillo le hacía arder la garganta y a la par sentía como sus colmillos crecían preparándose para perforar la piel de su víctima.

 

-Este no soy yo… -se repetía a si mismo- no soy un animal que solo piensa en beber…

 

Apretó los puños, enterrando sus garras en las palmas de sus manos mientras volvía a recordar esa noche.

 

        - Akira-

 

Era una simple noche de patrullaje con Yuu, el día anterior habíamos bebido bastante sangre como para estar satisfechos por incluso una semana, por lo cual no teníamos la necesidad de cazar.

 

- Todo parece estar en orden Akira- afirmo mi mejor amigo y mano derecha mientras corríamos por el limite norte del territorio. Se que él está aburrido, nunca le ha gustado realizar patrullaje, pero las cosas han estado tensas en la aristocracia vampírica debido a que aquel mal nacido no ha dado señales de vida en mucho tiempo y todos sabemos que eso no puede ser augurio de algo bueno. 

 

-Akira…- Nuevamente el ojinegro trato de llamar mi atención.

- Deja de quejarte Yuu, ya casi terminamos y te podrás ir a coger con tu pareja -suspire fastidiado

 

Avanzamos en silencio en dirección a una zona residencial, normalmente era un lugar con poco movimiento de personas, pero en estos días había aumentado la cantidad de personas en el área. Shima nos había informado ya de esto para evitar que nos vieran, dado que normalmente bajamos la guardia y nuestro sigilo en esta área.

 

Yuu se detuvo y miro la gran Mansión que estaba a más o menos medio kilómetro de nuestra locación y a juzgar por la cantidad de iluminación, estaba siendo habitada nuevamente. Algo extraño, dado que llevaba ya 18 años sin grandes visitas.

 

- ¿escuchas lo que dicen verdad? – murmuro mi compañero- Al parecer el hijo de la Dueña ha venido a vivir a la antigua mansión y… - vi como sus ojos se abrieron de par en par mientras inspiraba con fuerza – ¿hueles… eso?

 

Miré extrañado a mí amigo y cerré los ojos al momento de olfatear el aire, fue en ese momento en que aquel fragante olor llego a mi nariz: era embriagante, dulce pero no empalagoso, delicioso. Todo en mi mente se redujo a una cosa:  Sed de sangre, de aquella sangre; abrí de golpe los ojos mientras sentía como la sed hacia arder mi garganta. Involuntariamente mi cuerpo si dirigió al lugar de donde provenía tan extremadamente apetitosa fragancia. Olvide por completo a Yuu, que pudieran verme o cualquier cosa; solo era guiado por mi instinto hacia la que sería mi presa.

 

No pase mucho tiempo buscando al dueño de tan peculiar esencia: era un chico de cabello rubio oscuro y que le llegaba un poco más debajo de los hombros, era bajo y figura esbelta; se encontraba en la entrada al laberinto de la Mansión mirando al cielo con una gran sonrisa. Mi instinto me empujo a acercarme hacia él, necesitaba probar su sangre, pero descuide mi sigilo y al parecer escucho mis pasos porque comenzó a mirar hacia todos lados con miedo, podía escuchar como su corazón comenzaba a latir más fuerte, lo que solo consiguió estimularme más y comencé a respirar con más fuerza debido al hambre. Miro en mi dirección y corrió hacia el laberinto, le seguí, la persecución solo hacía que mis instintos se apoderaran más y más de mí.

 

Me detuve un momento y él pensó que me había perdido, grave error de una presa. Cuando noto nuevamente mi presencia ya era muy tarde para él; me acerque mientras él estaba con los pies clavados al piso.

 

- ¿qui-quien er-eres…? - susurro mientras sus enormes ojos azules mostraban el pánico que transmitía su voz. Sus piernas temblaban.

 

Cuando ya me había acercado lo suficiente para tocarle, estire mi brazo para rozar su mejilla y sentir la sangre fluir por todo su cuerpo, acerque mi rostro al suyo y con mi otra mano le tome de la cintura para atraer su cuerpo al mío. Sentía su miedo, pero eso solo alimentaba más mi sed de su sangre. Levante su rostro para poder apreciar mejor su cuello mientras separaba mis labios para poder exponer mis colmillos, los cuales instintivamente habían crecido como nunca. No podía resistir ni un segundo más, así que expuse su cuello y lo mordí con fuerza.

 

Decir que su sangre era exquisita era quedar corto de palabras, jamás había saboreado una sangre más deliciosa en toda mi vida. Sus recuerdos fueron llegando a mi mente a través de su sangre, no obstante, yo estaba entregado por completo a mi instinto; acerque más su cuerpo al mío mientras la mordía más fuerte.

 

Él débilmente tomo mi brazo y de un momento a otro salí de mi transé. ¿Qué estaba haciendo? Podía oír como sus latidos habían disminuido, si seguía así le iba a matar y eso no era propio de mí. Retire mis colmillos de su cuello y observe lo profunda que era la herida que le había hecho, al punto que no sé cómo no le destroce el cuello. ¿qué rayos me había sucedido? Lamí la herida para poder cerrarla y lamer los rastros de aquella deliciosa sangre que quedo en su pálida piel.

 

Pude oír como alguien se acercaba y de inmediato me puse a la defensiva y proferí un rugido. De entre las sombras apareció Yuu.

 

- veo que no te pudiste resistir ¿no Akira? – me miro de reojo a mí y a mi presa.

- cierra la boca Yuu

- Tranquilo hombre… no he de culparte…huele muy apetitoso…  ­

 

Pude ver el hambre adueñarse de la mirada de mí amigo y este en un rápido movimiento poso sus manos en el rostro del chico que yacía en mis brazos. No puedo explicarme porque ese acto provoco una profunda ira en mí y le volví a gruñir exponiéndole los colmillos.

 

Yuu se sorprendió por un instante y retrocedió instintivamente; no obstante, una sonrisa burlona rápidamente se asomó por rostro.

 

- Ok hombre, no te robare tu platillo -soltó junto a una risa- y ¿qué harás con él? ¿lo mataras o lo dejaras vivir? 

 

Mire el rostro del chico, su nombre llego a mi mente: Takanori. Acaricie su mejilla delicadamente mientras observaba bien sus facciones.

 

- vivir… es muy joven aun… - y hermoso, pero eso no lo diría en voz alta. Descendí nuevamente a su cuello y le besé, por alguna extraña razón estaba arrepentido de mi salvajismo. Escuche al pelinegro suspirar mientras negaba con la cabeza.

- tú no tienes remedio, ¿no es así Akira?

 

Le ignoré mientras recorría lentamente su cuello hasta su oído, el tocar su piel me era casi tan gratificante como cuando bebí su sangre.

 

-Duerme… Takanori- susurre en su oído, impregnando en mi aliento aquel somnífero que normalmente usamos cuando cazamos.

- ¿Quien… eres… y como… sabes… mi nombre?… - él alcanzo a susurrar antes de caer completamente dormido en mis brazos.

 

La miré detenidamente mientras caminaba a la entrada del laberinto, cuando salimos la recosté en uno de los setos. Sentí un extraño vacío cuando ya no estaba en mis brazos, y nuevamente sentí como la sed volvía a tratar de adueñarse de mí. Mi amigo apareció detrás de mí sin que yo lo notara nuevamente.

 

-Akira, en la casa escucho movimiento, creo que van a salir en búsqueda del señor de la casa.

-Yuu… salgamos de este lugar -luchaba por no volver a perder el control.

- Si, porque no creo que quieras que nos vean… - volteo a verme y al parecer noto que nuevamente la sed estaba apodérense de mí, porque sentí su mano en mi hombro haciendo presión para que nos fuéramos.

 

Rápidamente emprendimos el viaje de vuelta a nuestro hogar, pudimos escuchar en a lo lejos como los humanos recorrían el lugar, no debería demorarse mucho en encontrar a la pequeño Takanori, o al menos eso espero.

 

 

 

- ¡¿qué mierda significa esto?! – grite frustrado.

 

Mis pensamientos fueron interrumpidos por unos fuertes pasos en dirección a mi habitación. Alcance a levantarme de la cama cuando la puerta se abrió estrepitosamente, dando paso a Yuu con su pareja, el cual era cargada por este. Este estaba inconsciente y mayor notoriamente preocupado. Solo una cosa podía haber provocado el desmayo de Shima.

 

- ¿Qué fue lo que vio?

- Akira -el tono de mi amigo era muy serio – la profecía, el elegido a aparecido…

 

Abrí los ojos claramente sorprendido: primero la ausencia de aquel sujeto, la aparición de este chico cuya sangre me vuelve un animal y ahora esto; cae un problema sobre otro… esto no es un buen augurio.

 

Nos reunimos en el vestíbulo mientras esperábamos que Shima recuperara la conciencia. Cuando este despertó aún se encontraba afectado por el trance de la visión, por lo cual el pelinegro paso uno de sus brazos por sus hombros y la acurruco en su pecho. Este le llamo suavemente, invitándolo a narrar su visión.

 

- vi a un chico en un gran prado iluminado… -susurro débilmente- era un humano, no aparentaba ser adulto, a lo más tendrá la mayoría de edad; él sonreía, pero… -su voz se rompió por un momento antes de seguir- al siguiente momento tras un haz de luz roja el lugar estaba lleno de cadáveres y todo estaba cubierto de sangre, el cielo estaba negro con una enorme luna carmesí en lo alto. Y en el centro de la masacre, estaba el mismo chico dándome la espalda, él también estaba cubierto de sangre, y cuando se giró en mi dirección pude ver que sus ojos brillaban rojos, su sonrisa era perversa dejando ver unos colmillos y como la marca del elegido brillaba roja en medio de su pecho -Shima bajo la mirada- eso es todo…

 

Trate de mantener mi semblante serio. Takashima era el mejor vidente que he conocido y sé que no puede estar equivocándose con respecto al símbolo. Si bien me sorprende que el elegido fuese un humano, puesto que se supone que por linaje debería haber sido un vampiro o vampiresa, pero eso ahora no era lo más importante.

 

- Shima, ¿te parecía conocido el rostro del chico? – el ojicafe negó lentamente con la cabeza.

- En otras palabras, es una forastero -afirme

- Estamos en Tokio, mucha gente viene a esta ciudad- maldijo Yuu en voz baja

- Por la visión podría decir que esa persona llegara o llego a la ciudad aproximadamente entre ayer y mañana- dijo Shima incorporándose, pero tomando la mano que su pareja tenía en sus hombros- debemos darnos prisa…

 

No tenía que recordármelo, sabía que sería cuestión de unos días, a lo máximo una semana, antes de que él se enterara de esto y saliera de las sombras. Debíamos comenzar nuestra búsqueda lo más pronto posible; pero aún era de día y no podíamos salir hasta el anochecer. Así que planeamos nuestros movimientos de esa noche y nos retiramos a descansar. Los tres sabíamos que Shima después de sus visiones debía reposar adecuadamente y yo por mi parte no había logrado dormir desde que llegamos a la mansión. 

 

Cuando llegué a mi habitación me recosté nuevamente en mi cama e involuntariamente mi mente volvió a recordar a aquel humano, Takanori. Pude ver en sus recuerdos que él no era de Tokio, que había llegado esa misma noche a la ciudad. Suspire y por alguna razón me dije a mi mismo que era imposible que él fuera la persona que buscamos, aunque sabía que era una posibilidad no quería ni pensar que esta fuera la verdad. Y con la imagen de Takanori sonriendo bajo la luz de la luna, el sueño se adueñó de mí.

Notas finales:

espero que hayan disfrutado el capitulo :D ojala dejen algun comentario para saber si gustan de la historia.

hasta el siguiente capitulo


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