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Alma, corazón y vida. (Boku no Hero Academia, Kiribaku/bakushima) por Sioa Shun

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Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina. Martes 21 de Abril del 2020.

Alma, corazón y vida.

capítulo 5: Un elefante en la habitación.

by Sioa Shun Uchiha-san

Bien, perfecto, había tenido lo que se llama un día de mierda. Apenas terminada la entrevista su teléfono estuvo muy cerca de explotar, pero no porque la nitroglicerina de sus manos provocará la combustión, sino porque prácticamente todos sus ex compañeros de la UA le había escrito, incluso su padre le había escrito y cuando creyó que ya nadie más iba a molestarlo, su madre fue quien directamente lo llamó, había estado a punto de cortar la llamada pero sabía que no atenderle el teléfono iba a llevar solo a que la mujer se apersonara en su departamento y le desfigurara la cara a patadas por ignorarla.

Maldita vieja bruja parida en el infierno que era esa mujer que decía ser su "adorable madre", adorables sus cojones.

Había intentado descartar rápido la llamada recordándole que: ¡Estaba trabajando, con un jodido demonio! Pero no, claro que a su madre eso le importaba menos que mierda, por supuesto que tuvo que hablar con ella, la mujer se había empeñado en gritarle desde el otro lado de la línea cerca de diez minutos sobre lo imprudente y estúpido que era por hacer una amenaza pública a otro héroe profesional, chillado otros diez minutos sobre que ella no había criado a un pequeño gangster, con lo cual él no estaba para nada de acuerdo y no dudó en recordarle que ella misma era una chiflada lo que derivó en otros cinco minutos de gritos respecto al hijo irrespetuoso y desubicado que era él, terminando la agradable conversación familiar con la bruja burlándose otros buenos diez minutos sobre su abrupta "salida del closet" y exigiendo que pronto le llevara un lindo yerno a casa para que ella pudiera presumir fotos viejas de cuando su hijo si era un buen niño.

Sus padres sabían que él era gay desde hacía mucho, y todo había sido tanto o aún más abrupto que en la entrevista, simplemente su madre estaba tocándole las narices cuando en una ocasión Jiro había ido a buscarlo a su casa en un fin de semana en su segundo año de la UA en que le habían permitido ir a sus casas, y había quedado con ella para ir juntos a tienda de música y la insoportable mujer que le dió vida había comenzado una cantaleta insoportable sobre si ella era su novia, armando un circo horrible invitandola a entrar a la casa y reprendiendolo a él de antemano sobre tratar bien a la chica al mismo tiempo que le advertía a ella que mejor se buscara un chico mejor para ella que el delincuente de su hijo, había terminado por explotar casi literalmente mientras le gritaba a la rubia hembra en toda su cara que a él le gustaban los hombres y que esa extra no era su estúpida novia.

La reacción habían sido dos golpes por atreverse a gritarle, un tirón de cabello por su poca sutileza al hablar, un par de insultos por haber sido insultada ella primero, y un abrazo forzoso en el que él casi había intentado morderla para que lo soltara mientras la mujer decía que había sospechado eso desde el principio y que estaba agradecida de que ninguna delicada dama tuviera que aguantar su caracter de mierda. Claramente él le había gritado un par de cosas, y no fue hasta que su padre intervino para calmarlos a ambos que notaron que Jiro estaba parada allí todavía, mirándolos totalmente incómoda por el extraño momento familiar.

Luego de la llamada extraña, y solo porque claramente el Dios que estaba a cargo el día de hoy claramente tenía algo personal en contra de él, había terminado cruzándose con Deku en mitad de su patrullaje, y por más que no lo dijera en voz alta, si, el maldito nerd era su jodido amigo y no había tenido mejor idea que comentarle que había visto el reportaje mientras trabajaba desde la vidriera de un restaurante de la zona y nuevamente fue "felicitado" y luego regañado por haber hecho una amenaza pública, y luego había sido aconsejado sobre no ser tan imprudente, recordandole que ahora sería el foco de los medios durante al menos una o dos semanas, haciéndole claro que su exabrupto con el reportero se iba a convertir en un dolor en su trasero a partir de ahora hasta que la gente se aburriera del tema.

Luego, la única llamada o mensaje o señal de vida que estaba esperando nunca llegó, prefirió no darle importancia al hecho de que Kirishima no hubiera intentado contactarse con él, tampoco es que realmente hubiera un motivo de peso pero al menos deseaba saber su reacción respecto a aquello, pero nada, incómodo y tenso silencio, solo eso.

Para cerrar con broche de oro su día, un edificio cerca de su zona colapsó, no fue cosa de villanos, no, una fuga de gas había provocado una enorme explosión en la plata baja de un edificio departamental, los bomberos y rescatistas estaban haciéndose cargo del asunto pero todo se salió pronto de control y él, junto a Deku, la cara redonda y otro par de héroes corrieron a ayudar con la evacuación, sin embargo una segunda explosión complicó aún más las cosas, todo había resultado bien al final, claro, si no contamos que él había resultado levemente herido por una pared de escombros que se derrumbó sobre él mientras ayudaba a una madre y su hijo a salir del edificio, no era nada grave pero dolía, su espalda dolía como el infierno.

Entró en su departamento totalmente agotado y con su mal humor creciendo aún más gracias al hambre que sentía mezclada con sueño y no pudo evitar gruñir al ver a su amiga sentada en el salón del living mientras parloteaba casi a gritos con la laptop en sus piernas mientras sostenía un cigarrillo en su mano derecha y el jodido mate en la izquierda. -¡Joder! ¡Son las doce y media de la noche! ¡Vete a dormir, Ripper!- Gritó molesto.

-Bienvenido a casa, Katsuki, es un gusto verte a vos también, si, si, mi día fue genial la verdad gracias por preguntar, tarado. - Contestó ella sarcástica y rodando sus ojos mientras arqueaba una ceja al verlo bien de pies a cabeza. -Te ves como si te hubiera atropellado un camión, preparé la cena solo tienes que calentarla, pero vení a saludar a mi vieja.- Pidió ella volviendo luego la vista a la laptop en sus piernas y le sonrió a la hermosa mujer que se veía en la pantalla, sus cabellos negros y rizados llegaban hasta un poco por debajo de sus hombros y los grandes marcos de pasta violetas estaban justo frente a su sus ojos tan dorados como los de ella, aunque su piel era hermosa, sin dudas las arrugas signos de su edad formaban pequeños caminos en torno a sus ojos y sobre sus labios delgados. -Perdón mamá, llegó Katsuki, siendo un sorete, como siempre.

-Nere, no seas así, debe estar cansado ¡Hola Katsuki! ¡Bienvenido a casa! - Habló amablemente la mujer, dejando escuchar una voz dulce y de entonación pacífica. -Gracias por dejar que Nere se quede contigo, debió ser un día duro en el trabajo, espero que descanses bien. - Continuó hablando hasta que vio acercarse con gesto agotado al rubio por detrás de su hija, colgándose del respaldar del sofá y ella alzó una pálida mano para sacudirla frente a ella ocasionando que la imagen se distorcionara un poco en la pantalla. -Que gusto verte, estás igual, aunque creo que aún más atractivo de la última vez que te vi, disculpa los problemas que Nere te causó.

-Buenas noches, señora Vera. - Saludó educado pero serio, era imposible ser hostil con ella, era como ser hostil con la madre de Deku, simplemente no se podía. -Fue un día duro, pero estoy bien y no se preocupe, Ripper es insoportable pero puedo lidiar con ella.

-¡Ey! ¡Insoportable tu vieja! - Se quejó la pelirroja girando su mirada a él con el ceño fruncido.

-Si, la bruja también es un jodido dolor de culo. - Contestó con una sonrisa ladina y la mirada de ambos se giró a la pantalla donde la señora reía alegremente por su interacción.

-Bueno, te llamaré en otro momento Nere, tu tío también te manda saludos, él está en el hospital ahora, solo cuídate mucho hija y Katsuki, sabes que prefiero que me llames Muriel, tutéame, por favor, cuida bien de ella y cuidate vos tambien, los quiero a los dos, allá ya es tarde asi que descansen. - Pidió la morocha con un gesto amoroso antes de cortar la llamada.

-¿Tenías que interrumpir, cierto? Estaba teniendo una charla importante con ella. -Se quejó la pelirroja aunque en tono más que nada juguetón. -Pero hablando en serio, de verdad te ves mal, deja que yo te caliente la cena y aprovecha a descansar un poco. - Ofreció, dejando la computadora en la mesa de centro mientras se levantaba del sofá y se dirigía a la cocina.

Él por supuesto que no iba a declinar la oferta y aprovechó el lugar libre para recostarse boca abajo en el mueble. -¿Cómo está tu madre?

-Bien, mejor, aunque sigue preocupada por todo esto de que esté al otro lado del mundo y que los periodistas la estén casi acosando para saber de mi y mi situación con Walter y todo lo demás. - Contestó mientras calentaba la cena, solo algo de arroz con pescado, la verdad no había tenido tantos deseos de cocinar ese día. -¿Qué fue lo que te ocurrió a vos?

-Nada, solo una maldita pared me cayó encima, estaré bien para mañana. - Comentó desganado.

-¿Fuiste al hospital? ¿O al menos dejaste que te atendieran paramedicos? - Consultó ella seria mientras llevaba la comida a la mesita una vez caliente, cargando consigo el vaso de agua y los palillos para acomodarlos en la mesita de centro. -Dale, mové el culo, tenes que comer.

Gruñendo entre dientes se sentó en el sofá de mala manera, guardando sus quejas de dolor para disponerse a cenar. -Estoy bien, solo fue un accidente menor, y si, me revisaron los malditos paramedicos. - Solo son golpes, no me quebré nada, y si me quemé un poco pero nada más.

-Y lo decis como si fuera poco. - Se quejó ella sentándose a su lado mientras volvía a tomar el equipo de mate para beber mientras el otro cenaba. -Luego déjame revisarte.

-¡Solo son unos golpes, estúpida, no es como si no pudiera aguantarlo! ¿Me crees débil o qué?

-¡No seas testarudo, Katsuki, duermes sobre tu espalda, solo quiero ver si puedo evitarte algo de dolor!- Protestó ella rodando los ojos. -¡Dios, hombre, que sensible que estás! - Comentó rodando sus ojos antes de soltar una leve risita. -¿Sabes? te ví en televisión esta tarde.

-¿Tu también, Ripper? - Se quejó frunciendo el ceño. -Ya lo sabías, asique no me fastidies.- Espetó con hastío.

-Ese no es el punto, Dios, saltas más que leche hervida - Comentó risueña hablando en parte en su nativo español. -Igual, no debiste amenazar así a Volcano, sabés que cuando la noticia llegue a Argentina se armará un gran revuelo y él va a responderte, estoy aliviada de que no estemos ni en el mismo continente.

-Me importa un carajo lo que él vaya a decir. - Contestó encogiéndose de hombros mientras disfrutaba de su cena.

La mujer rió y suspiró mientras tomaba mate con la mirada algo perdida. -El problema no es ese, solo prometeme que no vas a responder si él planea seguir con toda esta estúpida riña mediática. - Alegó mientras se encogía de hombros y luego dejaba relucir una sonrisa triunfal en sus labios girando su cabeza al rubio. -Ahora que estoy por reiniciar mi carrera aquí sería bueno evitar el escándalo, a Best Jeanist-san no le agradan ese tipo de cosas.

-¿Obtuviste el trabajo, Ripper? - Preguntó mirándola de reojo mientras terminaba su cena.

-Si, pero Best Jeanist-san me advirtió que tengo que cuidar mi imagen pública. - Comentó divertida. -Asique mejor es dejar todo este asunto de lado.

-Bien. - Contestó volviendo a concentrarse en su comida.

-¿Ni siquiera vas a felicitarme por el trabajo, Katsuki? ¡Sos una mierda!- Se quejó ella dándole un leve codazo. -Y por cierto ¿Cómo reaccionó la gente con tu abierta declaración homosexual? - Preguntó en tono juguetón.

-Me han vuelto loco todo el día, asique no contribuyas fastidiandome aún más.- La chica solo alzó sus manos en gesto defensivo mientras negaba divertida con su cabeza y tras terminar su termo de mate y el hombre haber terminado su cena, ella se ofreció a dejar la cocina limpia mientras el héroe se encaminaba a su cuarto.

Apenas unos minutos más tarde Nerea se unió a él en la habitación, donde el rubio la esperaba ya con el torso al descubierto y con calma ella se sentó tras él para revisar su espalda magullada, llena de raspones y cortes, con la piel enrojecida por las quemaduras provocadas por el ladrillo caliente. -En serio no sé qué haces aquí, debieron llevarte al hospital al menos.

-Solo es un raspón.

-Ajam, y yo soy la reina Isabel. - Contestó ella mientras repasaba suavemente las heridas que aún sangraban levemente para cerrarlas con su mirada fija en su piel. -... Sabes, esto me trae recuerdos...

-No muy agradables.- Completó el rubio con su mirada fija del otro lado de la habitación, sintiendo los dedos de ella recorriendo la cicatriz del centro de su espalda.

-No… en realidad no. - Contestó ella con tono ausente mientras sus dedos seguían ahora atendiendo la piel quemada para intentar acelerar un poco el proceso de curación, ignorando el brillo plateado que resplandecía contra la dermis. -Katsuki ¿Por qué aún no le dices a Eijiro sobre tus sentimientos? Ese día…

-Olvidalo, Nerea.- La cortó él, tajante pero sin agresividad en su voz. -Estaba muriendo, solo dije estupideces.

-Exactamente Katsuki, estabas muriendo, nada de lo que dijiste fueron idioteces. - Lo reprochó ella alejando sus manos de él una vez que terminó de curarlo. -Somos héroes, sabemos que tal vez un día podríamos salir a trabajar y volver en un cajón, por eso es que no podemos darnos el lujo de vivir con asuntos pendientes.

-No me vengas con sentimentalismos absurdos. - Contestó él con un gruñido contenido.

-Katsuki, soy tu amiga y es mi deber resaltarte cuando estás actuando como un imbécil, y ahora lo estas haciendo. - Remarcó ella levantándose de su lugar para sentarse del otro lado, frente a él, encarandolo con sus ojos dorados fijos en los suyos rojos. -Ese día estabas muriendo en mis brazos ¿Crees que es facil olvidarme que te tenía balbuceando bañado de sangre mientras luchaba por recuperar los daños en tus órganos? Las que pudieron ser tus últimas palabras fueron "Desearía haberle dicho que lo amo…"

Katuski la miraba serio, con su ceño fruncido pero no pronunciaba palabra mientras sostenía su mirada, todo respecto a ese día estaba nublado en su mente, los recuerdos eran una ensalada de sensaciones más que de imágenes, recordaba el miedo, el frío, el ruido del derrumbe y la voz de la chica frente a él suplicándole que luchara contra la inconsciencia, lo siguiente que supo fue que estaba llorando, sus lágrimas se sentía en su mente aún más reales que la sensación de desangramiento y luego solo tenía la imagen de la blanca habitación de hospital en la que despertó, entubado y enchufado a más máquinas de las que quería reconocer. Recordar ese día solo le hacía sentir con desgarradora claridad lo cerca que había estado del lúgubre abrazo de la muerte.

Resignada ante el mutismo del sujeto se levantó de la cama y negó con su cabeza. -¿Cómo está ahora tu espalda?

-Bien.- Contestó de forma casi automática mientras la veía alejarse.

-Me alegro, buenas noches Katsuki.- Se despidió mientras se dirigía a la salida para ir directamente a su cuarto.

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Kirishima despertó por el agradable aroma que estaba llegando a su cuarto y miró de reojo el despertador que estaba a un lado de su cama, eran las nueve de la mañana, realmente no había dormido mucho.

Con gesto adormilado se sentó en su cama, su rostro mostrando una mueca decaída ¿Cómo enfrentaría a Bakugo ahora? Sus plegarias habían sido escuchadas el día anterior y no se había topado con Ground Zero en su patrullaje pero vivía con él asique ahora tenía que enfrentarlo. Era ridícula su actitud y lo sabía ¿Por qué le afectaba tanto?

Bueno, si, si sabía porque le afectaba, ahora que era consciente de que su amigo caminaba en la misma vereda que él no podía detener las esperanzas que se acrecentaban silenciosamente en su interior ¿Cómo iba a tratarlo ahora? Sabía que debía actuar igual que siempre el problema era que no se creía del todo capaz de hacerlo ¿Estaría bien preguntarle al respecto? ¿Ofrecer su apoyo?

Resignado se levantó y se fue directamente a bañarse y apenas unos minutos después se apersonó en la cocina donde Nerea estaba preparando el desayuno. -¡Buenos días!- Saludó alegremente, decidido a esconder sus inquietudes en lo profundo de su ser, estaba acostumbrado a ello después de todo.

-Buenos días, Eijiro.- Saludó ella alegremente acercándose para depositar un descuidado beso en su mejilla mientras llevaba un plato de huevo revuelto a la mesa. -¿Podrías ir a despertar a Katsuki?

-¿Aún no se levantó? - Consultó desconcertado. -Siempre despierta muy temprano ¿No se siente bien?

-Bueno, le cayó una pared encima anoche, necesitaba dormir supongo.- Comentó la argentina sonriendo para sí misma al ver el gesto del pelirrojo frente a ella desfigurarse en una mueca de preocupación y en el tiempo en que ella había parpadeado el héroe Red Riot había desaparecido del lugar y podía escuchar sus acelerados pasos por el pasillo. Comenzaba a frustrarle el hecho de que el amor que esos dos se tenían fuera tan obvio pero que ambos se negaran a ser abiertos al respecto.

Kirishima entró en el cuarto de su mejor amigo de manera atropellada, corriendo a la cama solo para verlo totalmente dormido boca abajo, con su torso al descubierto y sus ojos se nublaron de preocupación al ver lo maltratada que estaba su espalda.

Con pasos más tranquilos se acercó a la cama y se arrodillo a un lado de esta, odiándose por haber deseado no encontrarse con Bakugo el día anterior, en su egoísmo por no querer enfrentarlo el chico había sido herido, de haber estado ahí él podría haberlo protegido. Suavemente recorrió con sus dedos los enorme cardenales que decoraban los músculos definidos escuchando una queja baja salir de los labios del rubio. -Bakugo… - Lo llamó bajito, apoyando una mano en su hombro para sacudirlo apenas levemente.

-¿Mnhg? ¿Qué…? - Murmuró adormiladamente el rubio girándose para luego soltar una sofocada queja de dolor, incorporándose lentamente en la cama. -¿Qué haces aquí, pelos de mierda?- Preguntó al abrir sus ojos y ver a su amigo a su lado, arrodillado en el suelo.

-Venía a despertarte,son casi las nueve y media de la mañana ¿Estás bien? Quizás deberías descansar un poco más, Blasty.

-¿Qué? ¿Es tan tarde?- Gruñó con fastidio mirando de reojo su despertador, pero luego reparó nuevamente en su acompañante. -¿Por qué me miras así imbecil?

-¿Qué te ocurrió en la espalda? Recién me despierto aun no veo las noticias. - Se apresuró a explicarse, aunque la preocupación en su mirada no había desaparecido, aún velada de algo de culpa por no haber estado ahí para el otro.

-Nada, una situación de restate, una pared colapso sobre mi, solo me golpearon algunos escombros, no es nada, Ripper ya se hizo cargo, no me mires con esa estúpida cara de cachorro apaleado.

-¿Seguro estas bien, Bakugo? Debería llevarte al hospital, deberían darte el día hoy.

-¿Crees que por unos simples rasguños me quedaré en casa, pelos de mierda? ¡¿Cón quien crees que estas hablando?!

-Ey, no te lo tomes así, solo digo que estas herido.- Alegó él frunciendo el ceño ante los reclamos del otro héroe. -Al menos tomate el día para descansar, aun te debe doler ¿Cierto?

-Te preocupas demasiado, pelos de mierda.

-¡Claro que me preocupo, Bakugo, estás herido y eres mi amigo! - Protestó algo molesto pero luego llevó su mano a sus cabellos aun lacios y húmedos tras la ducha. -Demonios, igual sé que no voy a hacerte cambiar de idea ¿Dijiste que Nerea te revisó?

-Si, si, pelos de mierda, es doctora, así que ya no fastidies. - Pidió mientras se levantaba de la cama indiferente y bostezando, dirigiendo sus pasos al placar para buscar que ponerse. -Ya no te preocupes, me pone de los nervios ver tu cara de imbécil.

El pelirrojo soltó una carcajada baja, bien, Bakugo estaba perfecto, se había asustado un poco de más, realmente no era nada de qué preocuparse pero era más fuerte que él el miedo que sentía cuando el rubio salía lastimado en su trabajo. -Bien, entonces no importa, Nerea hizo el desayuno, asi que apurate. - Pidió levantándose del suelo para acercarse y dejar un suave apretón en su hombro izquierdo.

-Si, si, ya voy. - Contestó despreocupado, asintiendo con su cabeza, al menos el pelirrojo lo trataba como siempre, quizás no había visto el reportaje del día anterior o si lo había visto aquello le importaba muy poco, aunque no era algo de lo que sorprenderse, Eijiro aceptaba con demasiada facilidad absolutamente todo lo que estaba involucrado con él, el desgraciado era realmente un buen amigo.

Antes de notarlo los tres estaban en la mesa del comedor, la argentina no se había esmerado demasiado en el desayuno, había preparado un plato de tostadas, sacado algunas mermeladas, preparado un revuelto de huevo y café, aunque pare ella misma tenía el equipo de mate frente a ella. -Ah, Nerea ¿Cómo te fue con la entrevista ayer?- Preguntó el pelirrojo con emoción mientras mordía una de las tostadas.

La mujer giró su mirada dorada a él con una sonrisa que desbordaba de su rostro. -¡Excelente! ¡Tengo el trabajo! Así que quería preguntarles ¿Les molesta que me quede con ustedes por un tiempo hasta que consiga un departamento y me estabilice un poco? Por supuesto que no estoy pidiendo vivir de arriba, pagaré lo que sea necesario, ya envié mi renuncia a la agencia para la que trabajaba en Argentina ayer en la noche, y la agencia de aquí se hará cargo de los trámites para legalizar mi licencia en Japón, pero el asunto de la mudanza y el departamento no podré solucionarlo tan pronto como en una semana.

-¡Felicidades por el trabajo!- Gritó emocionado el pelirrojo. -¡Bien hecho! ¡Sabía que ibas a conseguirlo, Nerea!- Continuó felizmente el hombre alzando su puño a ella a lo que la heroína no dudo en corresponder chocando su puño con el de él. -Yo no tengo problema con que te quedes aquí ¿Blasty vos que decis?

-Mientras no me des motivos para explotarte la cara, hacé lo que quieras Ripper. - Respondió indiferente.

-Wow, cuanta emoción, me dejas estática con toda la felicidad que desbordas, Katsuki.- Contestó ella rodando los ojos divertida. -Bien, está dicho entonces, gracias por aceptarme aquí, intentaré que no se alargue demasiado el asunto de la mudanza, pero tenemos que celebrar esto.

-¡Por supuesto! - Afirmó el pelirrojo entusiasmado por la idea, cualquier excusa es buena para una fiesta pero esta parecía la mejor de todas. -¡Tengo una idea! ¡Podemos hacer una fiesta! Invitaré a los chicos, ya saben un poco de música y bebidas. - Comentó pensativo. -Además así de paso conoces a algunos de los héroes de aquí, eso es importante, solemos trabajar en cooperación bastante seguido.

-¡Ey! ¡Alto! ¡No vas a llenar la casa de extras de mierda, Kirishima!- Se apresuró a intervenir el rubio con la voz en cuello girandose a su compañero de piso.

-¡Vamos, Katsuki! ¡La idea suena genial! Además un poco de vida social no va a matarte.- Reprochó la latina con una sonrisa desbordante. -Eijiro y yo nos encargamos de limpiar el desastre después ¿verdad?- Comentó mirando al otro.

-¡Cierto! Además no será nada demasiado elaborado, tampoco voy a traer a un Dj, solo vendrán un par de personas.- Insistió con sus ojos rubí brillando de emoción ante la expectativa, inclinando su cabeza mientras sonreía de oreja a oreja. -No nos hemos reunido en un buen tiempo y es buena excusa para presentar a Nerea y celebrar que obtuvo el trabajo y de paso vernos con los chicos.

-¡A mi me importa una mierda ver a esa parvada de imbéciles! Me han estado volviendo loco ayer y vos queres traerlos aquí para que puedan volverme loco en persona ¿Es en serio, pelos de mierda? Tu en serio estás desesperado porque asesine a alguien.

-Entonces ¿Eso es un si?- Preguntó entusiasta el pelirrojo, ampliando más su sonrisa al ver al rubio murmurar algo entre dientes antes de suspirar.

-Has lo que quieras, pelos de mierda. - Resopló mientras terminaba su café.

-Genial, le avisaré a Jiro para que ella se haga cargo de la música y hablaré con todos para ver cuando están libres. - Comentó emocionado ante la idea pero luego miró algo descolocado al rubio. -¿Por qué te volvieron loco ayer? ¿Qué pasó?

-¿Acaso no lo viste, Eijiro?- Preguntó divertida la pelirroja, ladeando su sonrisa al notar que Katsuki parecía tensarse un poco ante la mención de ese asunto. -Ayer Katsuki dio un lindo show en los medios, amenazando públicamente a Volcano y declarándose abiertamente puto, sabelo Katsuki que los periodistas estáran como buitres a tu alrededor, apuesto a que si nos asomamos afuera debe haber un tumulto de periodistas afuera.

-Ah, si, si, lo ví ayer antes de irme a trabajar.. - Comentó con cierta tensión Red Riot notando la mirada curiosa de sus dos compañeros de piso sobre él y dejó escapar una risa algo nerviosa. -Fuiste muy agresivo con el reportero, Blasty.- Añadió con el tono más natural que pudo estirando un brazo para darle unos golpecitos al hombre en su brazo. -Seguro hoy te regañaran en la agencia por eso.

-Cómo si me importara que me regañaran por algo así, al menos no le explote su estúpida cámara.- Alegó rodando los ojos mientras mordía, tal vez con demasiada agresividad una tostada.

Nerea desde su lugar dió una larga succión al mate, dejando que el sonido chirriante de la bombilla cortara el aire mientras los observaba. Dos idiotas, sin lugar a dudas eran DOS IDIOTAS. -Bueno, entonces, Eijiro ¿Cómo organizaremos la fiesta? Tu solo dijme en que ayudo e iremos juntos a comprar lo que haga falta, eso si, por favor, intenta no invitar a medio Japón, no soy taaan buena lidiando con grandes grupos de gente nueva.

El pelirrojo explotó en carcajadas rascandose la nuca con ademán alegre y despreocupado. -Veré quien puede venir este fin de semana, solo serán los chicos que conociste el otro día cuando viniste, Jiro, Deku y quizás algunos más.

-Si viene la bola completa de extras voy a matarte.- Afirmó el rubio con desgano, terminando su café.

-Por cierto, Bakugo…- Algo incómodo pero sin poder contener su curiosidad el pelirrojo lo miró a la cara. -¿Cómo….? ¿Cómo reaccionaron tus padres?

-Ah, la bruja me llamó para gritarme por media hora por lo de la "amenaza" y mi padre solo me escribió un mensaje.- Contestó despreocupadamente.

-¿De verdad?... Entonces… ¿No les molestó?- Consultó cauteloso, sin estar muy seguro de si había una manera correcta de hacer este tipo de preguntas.

Arqueando una ceja por la preocupación que su amigo ponía en el tema, Bakugo estiró sus brazos hacia arriba y se dejó caer hacia atrás en la silla, amacándose levemente en ella. -Lo sabían desde hace años, desde que estaba en la UA, y no les importa, la vieja loca dice que es mejor así porque ninguna mujer me sorportaría.- Alegó chasqueado su lengua sintiendo el tic en su ceja derecha avecinándose. -Y aunque les molestará es mi maldito problema con quién me acuesto ¿O acaso te jode, pelos de mierda?

La mujer vió oportuno levantarse de su lugar en la mesa con la excusa de ir a calentar más agua a la cocina, notaba a Bakugo a la defensiva y Kirishima estaba visiblemente incómodo o nervioso, no necesitaba tirarle más gasolina a algo que tarde o temprano les explotaría a ambos en la cara.

-No, no, Blasty, nada de eso.- Se apresuró a decir Kirishima mientras sacudía sus manos alternadamente frente a él, como intentando realzar sus palabra. -Yo… lo que intentó decir Blasty es que…. bueno, eres mi amigo, te apoyaré en lo que haga falta.- Aseveró con determinación cerrando ambas manos en un puño decidido sin saber cómo interpretar la mirada carente de expresión que el rubio tenía sobre él.

-Oye… pelos de mierda… ¿En qué siglo crees que estamos?- Consultó arqueando una ceja. -No importa, claramente tienes pelos por cerebro. - Afirmó casi con resignación dejando un poco aturdido a su amigo. -Si tienes tiempo para pensar idioteces entonces terminá tu maldito desayuno y apurate que quiero ir a entrenar. - Afirmó antes de levantarse de la mesa y alejarse rumbo a su cuarto.

Sintiéndose completamente fuera de lugar, Kirishima ladeó su cabeza y habló a la nada sin esperar realmente una respuesta. -¿Dije algo malo?

Nerea que se acercaba nuevamente apoyó descuidadamente una mano en su hombro. -Katsuki es un imbécil, pero… eres demasiado espeso, Eijiro.- Afirmó con resignación. -Solo dejalo, no le prestes mucha atención al asunto, igual no es algo relevante.- Afirmó sentándose a su lado con una sonrisa apacible. -Él tiene razón, es su asunto su vida sexual, y no cambia ni afecta para nada la persona que Katsuki es, si algún retrazado tiene un problema con eso espero que al menos le alcancen las neuronas para no hacerle un comentario o va a terminar volando en mil pedazos.

Ante su afirmación el pelirrojo guardó unos segundos de silencio antes de soltar una floja risa. -Si, ahora que lo dices tienes razón aunque… nunca lo había pensado así. - Admitió distraídamente. -Hasta ayer que vi la entrevista nunca hubiera pensado que Bakugo era gay, me sorpendió un poco.

La latina ahora sí soltó una larga carcajada mientras negaba con su cabeza. -¿Y qué esperabas? ¿Qué se tatuara la bandera del orgullo en el brazo y fuera con un tutu rosa tirandole purpurina en la cara a la gente? Los estereotipos hacen mucho daño, Eijiro.

-¡No me refería a eso! ¡Ser gay no quiere decir que sea menos masculino! ¡Bakugo es el hombre más masculino que conozco!- Aseveró confundido al ver que la mujer dejaba caer sus hombros y su cabeza en una expresión totalmente derrotada. -Pero…¿Es que a vos no te sorprendió?

-No, ya lo sabía.- Afirmó de forma despreocupada. -Digamos que… lo qué pasó en Buenos Aires, quedó en Buenos Aires.- Afirmó guiñando un ojo mientras se levantaba con el termo bajo el brazo izquierdo mientras sostenía el mate con la derecha. -Terminá de desayunar Eijiro, iré a cambiarme así vamos los tres al gimnasio quiero ver si esta vez puedo hacerte morder el polvo a ti también.

Con más preguntas que respuestas, Kirishima terminó su café de manera atolondrada y mordiendo una tostada se dispuso a levantar la mesa para luego imitar a sus compañeros de piso y buscar su ropa para entrenar. La idea de una práctica con Nerea era interesante, aunque no sacaba demasiadas cosas en claro de la charla que acababan de tener la incomodidad que había sentido respecto a enfrentar a Bakugo tras la reveladora información que obtuvo el día anterior había desparecido.

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Caminando por las calles con andar calmo enfundada en su rosado traje de heroína contestaba las miradas inquisitivas de la gente con sonrisas amables, pasaban ya de las nueve de la noche no había tanta gente en las calles y su mirada estaba perdida en los escaparates de las tiendas ya cerradas y los carteles luminiscentes de los bares nocturnos.

Era su primer patrullaje oficial, y para su desagrado e inquietud, Best Jeanist no había accedido a su pedido de tener a Alien Queen como compañera, la había mandado sola. los trámites de su licencia se habían hecho mucho más rápido de lo que esperaba, el mismo viernes había sido llamada a la agencia donde le habían dado un cálido recibimiento todos sus nuevos compañeros y su nuevo jefe y ahora, sábado en la noche comenzaba con sus funciones.

Aquello había llevado a cancelar por el momento la celebración de su nuevo trabajo, aunque Eijiro no había abandonado del todo la idea de presentarle a sus amigos y viejos compañeros de escuela, actuales camaradas de armas por llamarles de alguna manera.

No conocía esa zona de la ciudad, pero había logrado memorizar bien el circuito de su patrullaje, aun así llevaba consigo su celular en caso de necesitar el GPS, además de llevar el radio para solicitar refuerzos en caso de necesitarlos.

Aquella última semana había sido muy convulsa, como era de esperarse, los reporteros hacían guardia noche y día en la puerta del edificio en el que vivía con Ground Zero y Red Riot, constemente los detenían cada vez que entraban o salían del complejo departamental con preguntas por demás incómodas, y por otro lado la actitud de sus compañeros de piso hacía que quisiera matarlos a ambos.

Su relación no había cambiado mucho, pero mientras más tiempo pasaba observándolos más se convencía de que el sentimiento entre ellos era mutuo y desbordante, lo reprimían, pero el elefante en la habitación cuando estaban juntos no era imbisible, era fuccia con luces de neon y lunares amarillos, era como ver una represa con grietas por todos lados que intentaba contener la fuerza de un rio crecido, era obvio que en algun momento todo se derrumbaría y la destrucción de la inundación seria catastrofica.

Las miraditas entre ellos, el hecho de que las declaraciones de Bakugo a la prensa se hubieran convertido en algo así como en un tabú implícito dentro de la casa, que Kirishima parecía visiblemente nervioso cada vez que había contacto de algun tipo entre ellos, toda la ponía histérica, quería encerrarlos a ambos en un cuarto sin ventanas y tragarse la llave para dejarlos allí hasta que esos dos fueran honestos entre si.

Había comentado muy por arriba con Mina que Kirishima estaba actuando "raro" y la chica había alegado que los dejara tranquilos, que ellos tenían su forma bruta de arreglar las cosas, que claramente Eijiro estaba pensando en cosas extrañas pero Alien Queen había prometido hablar con el pelirrojo para ver si lograba sonsacarle el porque de su actitud tan extraña.

Iba distraída en sus pensamientos cuando algo captó su atención por el rabillo del ojo, frenó sus pasos para girar su cabeza y el callejón que estaba cruzando la calle vio a una mujer acorralada contra la pared, semi escondida tras un contenedor de basura, frente a ella un hombre se imponía sobre ella ocultadola aún más.

Decidida cruzó la calle para acercarse con cautela. Era hora de trabajar.

Al estar más cerca los sollozos sofocados de la dama llegaron a sus oídos y entrecerrando sus ojos logró vislumbrar lo que claramente era un intento de violación, la ropa de la mujer estaba arrancada y aunque forcejeaba, el hombre sobre ella la tenía reducida contra la pared, imponiendose entre sus piernas mientras la silenciaba con una mano, mordiendo su cuello inclinado sobre ella.

Sin pensarlo se acercó rápidamente sacando el palo largo que cargaba en su espalda para de un movimiento brusco golpear al criminal en su costado con la suficiente fuerza para arrojarlo lejos de la víctima. -¡Deténgase! ¡Señorita ¿Se encuentra bien?! - Preguntó interponiéndose frente a ella.

-¡Maldición! ¡Maldita perra! - Chilló el hombre en el suelo sujetando sus costillas adoloridas y en un segundo una bruma espesa de color obscuro abandonó la boca del hombre de forma abupta inundando el callejón. Solo tardó un segundo en percibir el nauseabundo olor tóxico del gas, girándose para cubrir la boca y nariz de la joven civil con una mano, viendo por el rabillo del ojo como el hombre huía.

-¡No respire!- Ordenó mientras se apresuraba a sacar a la chica del callejón y llevarla a la acera donde los pocos transeúntes se arremolinaban para ver qué ocurría. -Señorita ¿Se encuentra bien? - Cuestiono mientras la dejaba sentada en la vereda.

-¡Mi bolso!- Gritó la chica entre toses. -¡Se llevó mi bolso! - Aseveró. -Es-estoy bien.

-Quédese aquí señorita.- Aseveró sacando de su cinturón la radio para contactar con la policía. -¡Habla la heroína profecional Corazón, estoy en el callejón entre el bar Madisón y el neko café Kuro en la calle principal 115, me dispongo a perseguir a un criminal, envíen una patrulla una civil de aproximadamente veinte años fue víctima de robo e intento de abuso sexual!- Aseveró mientras comenzaba a correr por el callejón al escuchar vagamente que otro de los civiles la instaba a la persecución mientras se acercaba a la mujer cubriéndola con su saco. - El criminal es un hombre en sus treinta, caucasico, aproximadamente un metro ochenta, contextura musculosa, cabello negro, tiene una cicatriz desde la comisura derecha de su labio hazta la oreja.- Continuaba describiendo mientras corría entre los edificios viendo al hombre saltando por una verja. -¡Precaución tiene un Quirk peligroso, expulsa gases tóxicos, se dirige al distrito bajo en dirección sur!

-¡Entendido! ¡Enviamos la patrulla! ¡Se lo encargamos, Corazón!- Contestó la apresurada voz del policía y con un ademán fluido guardado la radio en su cinturón, usando su palo largo para saltar por encima de la valla forzando a su cuerpo a ir más rápido para no perder de vista al delincuente.

-¡Deténgase! - Gritó al ver que cada vez estaba más cerca del hombre que viró rápidamente a la izquierda tras un edificio.

-Malditos héroes. - Protestó entre dientes el hombre sintiendo la falta de aire y girando su cabeza expulsó una nueva bocanada de gas.

-¿Dónde crees que vas? - Se escuchó una voz profunda desde la penumbra del callejón frenando en seco al criminal.

-¡Ja! ¡No van a atraparme!- Protestó el hombre mirando a su alrededor sin saber de dónde venía la voz buscando a su alrededor algún lugar por el que huír sabiendo que aquella condenada heroína le pisaba los talones, aunque esperaba haberla dejado inconsciente con ese último ataque, sin embargo en un instante sintió su mente perderse en la bruma y su cuerpo se paralizó sin ningún motivo.

-Detente y arrodíllate en el suelo. - Se escuchó de nuevo aquella profunda voz y desde la terraza de un edificio se dejó caer un hombre alto de cabellos violetas con su rostro cubierto por una extraña máscara que tapaba su cara de la nariz hacia abajo y con un ágil además envolvió al criminal con anchas cintas blancas, inmovilizando en su lugar al mismo tiempo que dócilmente el delincuente se arrodillaba en el suelo.

Corazón llegó al lugar casi en en el mismo segundo en que aquello ocurría, incapaz de frenar el impulso de su cuerpo que había saltado desde la bruma negra usando el palo largo para caer sobre la espalda del criminal para dejarlo con el rostro contra el suelo provocando con el golpe que el hombre recuperara el control de su cuerpo e intentara forcejear.

-¡No me atraparas de nuevo con eso!- Protestó ella soltando el palo largo de su mano derecha para apoyar sus dedos en su boca y con un movimiento de sus dedos selló sus labios usando la izquierda para atravesar su espalda del hombre, retirando a los pocos segundos su corazón dentro de la esfera y apenas bastó un pequeño apretón de su mano para volver a dejar al sujeto inconsciente del todo.

Más tranquila se incorporó del suelo para mirar de frente a su colega que miraba con una ceja arqueada el palpitante corazón que tenía en su mano. El hombre sosteniendo con una mano las cintas blancas usó la otra mano para soltar la máscara y dejar ver su rostro adornado con una sonrisa socarrona en sus labios. -Lo tenía controlado. - Pronunció la voz tan profunda como la que antes se había escuchado pero mucho más serena, reflejando también el cansancio que también evidenciaban sus obscuras ojeras.

-Veo.- Contestó ella con una mueca culpable y avergonzada por su movimiento imprudente que podría haber costado la captura del fugitivo. -Me disculpo, venía con el envión de la persecución.

-No te preocupes. - Contestó parcamente el otro heroe con pasividad dejándola un poco descolocada. -¿Avisaras de la captura…?- Consultó el hombre con una ceja arqueada.

-¡Ah! ¡Si!... - Tomó su radio y se lo quedó mirando unos segundo sintiéndose profundamente estúpida. -Disculpa… ¿Dónde rayos estamos?- Cuestionó mirando a su colega, era totalmente avergonzante lo torpe que estaba siendo en su primer día, parecía una pobre novata.

Ladeando la cabeza el hombre sacó de entre sus negras ropas su propio radio y habló. -Hablá Silent, el fugitivo de la calle 115 fue capturado tras el depósito del mercado pesquero, lo llevaremos al acceso de la calle 98. -

-Entendido, Silent, enviamos un patrullero hacía alli. - Contestó la voz de un agente policial y el heroe volvió a guardar su radio.

La mujer se inclinó a recolocar el corazón del hombre en su lugar y con firmeza tomó su palo largo para acomodarlo a su espalda y tomó al delincuente para levantarlo como si se tratara de una bolsa de papas sobre su hombro con un leve resoplido de esfuerzo y con un mudo asentimiento pidió a su colega que lo guiara a donde antes había mencionado.

Con un movimiento elegante pero algo aletargado el hombre le dio la espalda y la guió a la salida del callejón donde dejaron de nuevo al amarrado e inconsciente sujeto en el suelo a la espera de la policía.

-Gracias por la ayuda ¿Silent? - Consultó ella con una leve mueca esperando que le confirmara su nombre de heroe.

-Así es, y no hay de qué preocuparse ¿Estas fuera de tu zona de patrullaje? No recuerdo haberte visto nunca ¿Eres una debutante? - Consultó educadamente.

-Algo así,es mi primer día pero no soy debutante. - Explicó ella. -Corazón, a tu servicio, vengo de otro país. - Se presentó estirando su mano a él y sonrió al recibir la de él, apretandolas en un saludo amistoso.

-Un gusto trabajar contigo, Corazón, interesante quirk. - Comentó mirando hacia sus manos juntas con una mueca levemente socarrona antes de soltar el apretón.

-Ah, gracias, no llegué a ver el tuyo.- Admitió ella con una sonrisa algo nerviosa acomodando un largo mechón de cabello tras su oreja. -Aunque supongo que el mío es un poco espeluznante, espero no haberte asustado.

El hombre negó con su cabeza. -Solo me sorprendiste. - Afirmó escuchando las sirenas acercándose. -¿Para qué agencia trabajas? Y, bienvenida a la ciudad. - Comentó como si recién recayera en ese detalle e intentara ser amable.

-La de Best Jeanist ¿Y tu? Ah, y gracias.- Contestó más relajada dejando escapar un poco de la tensión que sentía ahora que notaba que el heroe frente a ella no estaba juzgándola

por su quirk.

-Soy un heroe independiente, si tu zona de patrullaje es cercana a esta entonces nos encontraremos bastante seguido.- Comentó él con amabilidad, un tono que casi podía sonar amistoso.

-Por mi, encantada de trabajar contigo, Silent. - Contestó ella más alegre viendo a la patrulla estaciendose frente a ellos para que luego dos efectivos bajaran del coche.

-Silent, buen trabajo.- Saludó uno de los oficiales reparando en la joven. -Usted debe ser Corazón, la nueva heroína de la que tanto se habla, un gusto conocerla. - Comentó con demasiada alegría.

-Si, soy yo, aunque no se está hablando de mi por los motivos correctos.- Comentó un poco incómoda.

-Buen trabajo, nosotros nos encargaremos desde aquí, aunque ya que usted dio aviso necesitaré que nos acompañe a prestar declaración, Silent, tú también.

Ambos heroes asintieron. La adrenalina había pasado, ahora llegaba el tedioso papeleo.

Los policías subieron al delincuente al auto y ambos héroes emprendieron a pie su camino a la comisaría.

-¿Asique se habla de ti?- Consultó el hombre caminando a su lado.

-Ah, si, eso… ¿No has visto la televisión en las últimas semanas?- Comentó ella con desgano. -Aunque no dicen nada importante, solo chismes.

-Es tu primer día y ya llevan semanas hablando de ti, interesante. - Comentó de manera distraída.

Nerea lo miró extrañada, todo el aura que rodeaba a ese hombre era confusa, no sabía exactamente en que estaba pensado, pero no podía más que estar agradecida de su intervención en su primer día de trabajo, hablar con él era algo difícil pero el silencio entre ellos no se sentía incómodo. Interesante forma de empezar su primer patrullaje.

Acababa de conocer a alguien interesante.

-.-.-.-.-.-.- Continuará. -

Ushuaia,Tierra del Fuego, Argentina. Jueves 20 de Agosto del 2020.

Notas de la autora: Bueno, no me matéis, claramente este capítulo me ha costado dos infiernos, estaba muy trabada y lo reescribí tres veces. Espero que lo disfrutaran mucho, quiero darle un enorme agradecimiento a aquellos que han decidido darle una oportunidad al fic y pedirles disculpas por la demora en la actualización, intentaré no demorar tanto en las actualizaciones.

Estaré esperando sus comentarios para saber que piensan de esto.

Quiero darle un agradecimiento ENORME a mi amiga Leo que hizo la ilustración de Nerea para este fic. los invito a ver la imagen en su perfil. Todos los aplausos a su arte, vayan a darle amor si les gusto su versión de este personaje, este cap va dedicado a ella que esta esperando esta actualización con ansias.

Encontrarán la ilustración en Wattpad: su perfil es LeoSutcliff y "el libro" se llama OC. NEREA HERRERA. hace muy buenos trabajos.

Sin más que añadir me despido.

Cuidense pronto los veré pronto en el próximo capítulo o en mis otros trabajos.

P/D: El título de este capítulo es una mierda, acepto sugerencias para cambiarlo.

Sioa Shun Uchiha San.


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