Sin poderle decir más palabras al rubio, tanto Yugi como Atem prefirieron llevarlo al templo dedicado a Ra, dónde una enorme estatua parecía brillar por el joven de otro tiempo frente a el, de rodillas y suplicando saber sobre que acción tomar con esos dos Kaiba, aunque no fue necesario que soltará palabra alguna, el mismo emblema del templo lo rodeo con una luz cegadora pero cálida a la vez y como si Joey comenzará a calmar su corazón, derramó una lágrima bastante cristalina y pura
-Joseph...puede que tu espíritu viniera de la chica con el nombre de Kisara, sin embargo, como en todo ser en este mundo y en cualquier tiempo, construyen lo que son por medio de acciones, recuerdos, personas y decisiones...mi pequeño y amado hijo, tu, al ser mi protegido recibiste un alma pura para nacer pero ...el que seas lo que tú mismo has decidido ser, nadie te lo podrá quitar o cambiar a menos de que tú lo permitas...tu alma, perteneció antes a Kisara...pero ahora, tu eres Joseph Wheeler...nada ni nadie tiene permitido decir lo contrario
-Ra...
-Esta es mi orden, ley y deseo...quien vaya contra ti, irá contra mi
Aquel brillo se desvaneció y por fin pudo ver al faraón y a su amigo siendo despetrificados, tal parece, el mismo Ra los había convertido en piedra para que no lo intervinieron en su conversación con el cachorro
-Que...sucedió?
-Joey...estás bien?
-si chicos, ahora se lo que debo hacer
Ambos observaron la mirada del rubio, ya no estaba deprimido y mucho menos débil...no, ahora regresaba a ser ese chico confiado y con ganas de romperle la cara a cualquiera que se intentará meter con el, eso sin duda lo iba a ser y para ello debía dejar las cosas en claro con esos dos, el no era Kisara sino más bien era Joseph Wheeler le pese a quien le pese se quedará así y punto
Había dejado a ambos tricolores atrás pero en cuanto llego el sacerdote se acercó al joven rubio proviniente de otro tiempo acercándose con lentitud hacia el, lo llevo hasta el muro colocando uno de sus brazos impidiéndole escapar mirándolo fijamente
-Tu corazón dice que yo soy su dueño, pero que solo mi sucesor te satisface y por Ra, te mostraré porque debes elegirme y quedarte conmigo en este bello lugar, mi bella flor
Wheeler solo tragó en seco al ver como Seth parecía atento a su mirada, en verdad comenzaba a desear no solo quitarse de allí sino saber cómo dos seres tan idénticos en apariencia y diferentes en actitud, habían comenzado una guerra campal por llamar su atención y si eso era una broma de los dioses, iba a buscar la formar de derrotarlos en su juego para que dejarán de molestarlo, en especial por aquella mirada llena de locura que tenía el moreno frente a el
-Apartate...
-Porque debería dejarte? Eres mía...solo mía...mi dulce Kisara...volviste a mi
De la nada el sacerdote usando uno de los filos de su cetro logro rasgar la ropa de Joey dejándolo por completo a la vista de aquel castaño, sin duda aquello comenzó a aterrarle a Joey, intento zafarse pero noto algo, tal parece ese hombre había utilizado su magia para dejarlo encadenado ante los muros sin escape
-Ahora...mi dulce Kisara, todo estará bien, volverás a ser miaaaaa