Un poco mareado comenzó a bajar las escaleras para poder encontrar a sus amigos. En medio del camino chocó con el dueño de la casa, quién le tendió una cerveza y siguió su camino. Las luces intermitentes le impedían ver bien alrededor de la fiesta, pero aun así se abrió paso entre las personas y llegó a un rincón relativamente tranquilo. Desde ahí buscó con la mirada a sus amigos, primer divisó a Kenma quien hablaba animadamente con Shimizu y la otra chica con la que ella se había encontrado, siguió buscando y vio el cabello de Bokuto entrando en la cocina. Cuando llego a la cocina vio a su amigo apoyado en una encimera bebiendo una cerveza, estaba solo.
— Bo, te estaba buscando.
— ¿Qué pasó? Te vi subir con el tipo de lentes. —dijo moviendo sus cejas de arriba abajo de manera sugestiva.
— De eso te quería hablar. Pasó algo, pero creo que fue para mal. — se acercó a su amigo y se apoyó junto a él en la encimera. — Como que nos besamos.
— ¿Tan rápido? Dime cómo lo hiciste, yo apenas y pude hablar con Akaashi, es muy reservado y cuando intenté hacer un movimiento me dejó claro que ya tenía novio.
— Por eso te digo que fue para mal, luego de que nos besáramos me dijo que ya tenía pareja y que haberme dado ese beso estaba mal. — Bokuto puso su mano en el hombro de su amigo y ambos soltaron un pequeño suspiro.
— Creo que este tampoco será nuestro año. Aunque ahora no puedo quedarme mucho contigo, porque a pesar de que tiene novio no me ha dicho que no quiere hablar conmigo. Vine por unas cervezas, así que… ahí te ves. — sin respuesta, lo vio tomar otra botella y salir de la cocina. La situación anterior le había quitado el ánimo, vio la hora en su teléfono y ya eran cerca de las tres de la mañana, era una hora más que adecuada para irse a casa. Se terminó la cerveza que tenía en la mano y comenzó a caminar hacia la puerta principal.
— ¿Dónde vas? — se topó con Kenma en el camino, quien lo tomó de un brazo para que lo mirara.
— Ya estoy cansado, me voy.
— Oh, bueno… cuando llegues escríbeme. — asintiendo le revolvió el cabello a su amigo y siguió su camino hacia la puerta principal, de algún modo el haber incomodado al rubio lo estaba haciendo sentir peor de lo que esperó. Salió de la casa y el golpe de aire fresco le llegó de lleno en la cara, en el jardín pudo ver a una persona sentada en el césped, apoyado en sus manos y mirando el cielo nocturno.
— Quería… quería pedirte disculpas. —dijo en voz baja al llegar al lado del otro, quien dejó de mirar las estrellas para posar sus ojos en los contrarios.
— No es necesario que lo hagas, quizás si te hubiera dicho antes… y si no te hubiera besado después. Es sólo que… es confuso. — se llevó una mano a la cara y acarició su frente. Kuroo quería tomar su mano y alejar sus preocupaciones, pero sabía que podía empeorarlo si lo hacía. No estaba seguro si confesarle de que él ya sabía que tenía una pareja, probablemente no sería una buena idea así que se lo guardó para sí mismo.
— Aun así lo siento. Yo… ya me voy, y quería dejarte claro que estoy arrepentido de hacerte sentir incómodo. — el menor asintió y abrió la boca para decir algo, pero al último momento se arrepintió y volvió a juntar sus labios. Asintió con su cabeza en forma de despedida y luego observó al pelinegro alejarse en lo oscuro y frío de la noche.
Al llegar a su casa Kuroo subió en silencio a su habitación aun pensando en la calidez de los labios de Tsukishima, llegaba a ser idiota cómo no podía sacárselo de la cabeza. Sí, era atractivo y sí, sus labios fueron suaves y tibios, pero no podía ponerse así por un simple beso. No era la primera vez que se besaba con alguien en una fiesta, incluso alguna vez tuvo sexo con alguien que acababa de conocer. Por lo que no entendía cómo toda su concentración estaba puesta aun en el rubio.
Mientras se quitaba la ropa para y se ponía su pantalón para dormir, pensaba en el posible escenario en el que Kei no tenía una pareja y su beso era correspondido sin interrupciones de por medio. Probablemente podrían haber ido juntos a su casa ya que sus padres estaba de paseo donde su tía y volvían en dos días.
Imaginando las cosas que podrían haber pasado en el caso de que Tsukishima hubiera ido a pasar la noche con él se durmió y despertó casi al mediodía porque su celular estaba sonando en el suelo, en el bolsillo del pantalón que usó la noche anterior. Se levantó y buscó entre su ropa, sin mirar el identificador de llamadas contestó.
— ¿Qué?
— Te dije que me hablaras cuando llegaras. Estábamos preocupados — tras escuchar la voz de su amigo volvió a acostarse en su cama con el celular en el oído y cerró sus ojos. La cabeza le dolía un poco. — ¿Vamos a comer algo? Bokuto no quiere irse a su casa aún y estamos en el patio de comidas del…
— ¿No han llegado a sus casas? —preguntó interrumpiendo a su amigo y sentándose en la orilla de su cama. Se puso de pie y caminó al baño, la idea de comprar algo para comer no le venía nada mal ya que estaba seguro de que no había nada listo para comer y no se sentía con ánimos de cocinar nada.
— Hermano fue brutal —sintió un pequeño quejido y supo que Bokuto le había quitado el teléfono a Kenma de las manos. — Después de que te fuiste hubo más tequila y mucho vodka dando vuelta, nos dormimos en el suelo de la cocina a eso de las siete y Kenma despertó primero y salimos de ahí.
— Wow ¿y todavía había mucha gente?
— No sé cuántos pero habían varios en el suelo del living.
— Jajaja, brutal. Me voy a bañar, envíame la dirección de donde están y yo los llamo cuando llegue.
Cortó la llamada y se metió a la ducha, se quedó bajo el agua antes de comenzar a enjuagar su cuerpo y nuevamente, mientras se bañaba, se le vino a la cabeza la imagen de él besando a Kei en el baño de la casa de Tendou y luego la complicación en la cara del otro.
Se golpeó ambas mejillas y luego terminó de limpiarse. Se fue a su cuarto y se vistió lentamente, en su teléfono ya estaba la dirección del lugar donde estaban sus amigos, así que tomó sus cosas y salió de su casa. Alrededor de veinte minutos después ya estaba reunido con sus amigos y viendo qué podría comer.
Todos se decidieron por hamburguesas y bebidas enormes para pasar la resaca que tenían. — ¿Y entonces por qué te fuiste de la fiesta? —preguntó Kenma luego de darle un mordisco a su hamburguesa. Un pequeño pedazo de miga cayó en la mesa y la puso en su bandeja mientras esperaba que su amigo le diera una respuesta.
— Pasó algo. —luego de una pausa para morder su propia hamburguesa continuó. — Anoche, mientras estaba en el baño con el amigo de Tendou, lo besé… luego él me besó, pero después dijo que estaba mal porque ya tenía pareja y salió corriendo. Después de eso me fui a mi casa y me he sentido mal y culpable por eso desde anoche.
Sus dos amigos lo miraron en silencio unos minutos, mientras comían y bebían de sus bandejas. Hasta que Kenma rompió el silencio. — Pero tú sabías que él tenía pareja, ¿por qué te sientes mal ahora?
— No lo sé, pero no he dejado de pensar en eso, desde que dejé la casa de Tendou y hasta que me dormí no dejé de pensar en el beso y en él y no sé por qué.
— Hm, quizás te sientes mal porque… ¿lo hiciste sentir mal a él? — esta vez fue Bokuto quien habló. Kuroo no respondió y siguió comiendo en silencio.
— ¿Y qué tal tú? ¿Pasó algo con el chico con quien estabas hablando? —preguntó luego de terminar de comer.
—No. —respondió bajando la mirada y apartando una lagrima invisible. — Pero me dio su número y dijo que podíamos ser amigos. —le mostró una gran sonrisa a sus amigos e hizo signos de paz con ambas manos. Mostrando su alegría. — ¿Quieren ir a mi casa? —preguntó al ver que Kenma no terminaría de comer su hamburguesa y seguían sentados ahí sin hacer nada. Los otros asintieron y se pusieron en marcha.
Kuroo caminaba mirando sus zapatillas, sin querer pensar en nada para no seguir sintiendo esa extraña sensación en su estómago, cuando sintió la mano de Kenma golpear suavemente su brazo. — Ese es el amigo de quien te gustó ayer. — los tres se detuvieron y miraron en la dirección en que el menor estaba mirando.
— La verdad es que no me fijé en su cara, no sé si es él o no. —respondió el pelinegro sin dejar de mirar al otro muchacho quien acariciaba su frente mientras entraba en una casa.
— Yo te estoy diciendo que es él.
— Y mira, ahí viene el que te gustó. —esta vez fue Bokuto quien habló y le dio un pequeño golpe en el otro brazo. El rubio caminaba despacio y mirando el suelo, tenía sus anteojos en una mano mientras que con la otra se frotaba los ojos. Luego de ponerse los anteojos miró en dirección donde estaban los tres observándolo fijamente, sus ojos no alcanzaron a encontrarse directamente con los de Kuroo debido a la distancia que los separaba, pero luego de un par de segundos apuró el paso y entro en la casa que su amigo había entrado anteriormente.
— Me gustaría disculparme de nuevo, pero no voy a ir a una casa que no conozco para hacerlo. — tratando de olvidar ese pequeño episodio siguieron su camino hacia la casa de Bokuto. Al llegar ahí Kenma y él se ducharon y cambiaron de ropa para después jugar videojuegos durante toda la tarde.
Lo que quedaba de vacaciones, que no era más que una semana se pasó muy rápido para los amigos, Kuroo a ratos recordaba a Tsukishima y el beso que se habían dado en la fiesta y sus sentimientos ya no eran los mismos que antes, a pesar de que aún tenía algo de angustia quería hacerlo de nuevo aunque el otro tuviera pareja.
Bokuto había comenzado a hablar con Akaashi mediante mensajes y estaba atento al aparato casi todo el día esperando la respuesta del otro que a veces incluso podía tardar un día entero. Mientras que Kenma seguía inmerso en su propio mundo, en los videojuegos y también mirar a sus amigos juzgando todas sus acciones.
El día que tenían que entrar a la escuela los tres se juntaron fuera de ella para así entrar juntos y esperar a que sonara la campana. — Desearía seguir dormido, anoche no dormí bien. —dijo Bokuto y luego tapó un gran bostezo con su brazo. Los otros dos se unieron a su bostezo y lo miraron para que siguiera hablando. — Es que anoche estaba hablando con Akaashi y me quedé despierto hasta muy tarde esperando su respuesta, pero no me respondió.
— ¿Hasta qué hora esperaste?
— Tal vez hasta las tres de la mañana. — Kenma y Kuroo comenzaron a reírse y a negar con sus cabezas mientras que el otro trataba de no sucumbir a la risa que amenazaba con escapar de sus labios.
— ¿Y no se te ocurrió pensar que a esa hora ya estaba dormido?
— Lo pensé, pero creí que… bueno no sé qué fue lo que creí, sólo me quedé ahí con el celular en la mano y ya cuando me di cuenta de que no iba a responder me dormí.
— Al menos tienes su número y hablas un poco con él. Tienes más posibilidades que yo.
Desde el lugar en el que estaban se veía claramente la entrada de la escuela y Kuroo y Bokuto se tensaron un poco cuando vieron que estaba entrando Tendou junto con los dos que habían llamado su atención. Tal vez fue por las intensas miradas que tenía sobre sí mismo, el pelirrojo miró en su dirección y comenzó a caminar hacia ellos y con él sus amigos. Sus corazones se aceleraron con nerviosismo pero trataron de disimularlo.
— Así que te fuiste temprano, sabía que no ibas a poder seguir el ritmo. —dijo Tendou cuando llegó al grupo y mirando a Kuroo con una pequeña sonrisa en su boca.
— Nunca dije que me iba a quedar hasta el final. — cuando el rubio se unió al grupo Tetsurou lo saludó y el otro le devolvió el saludo. Luego saludó a Akaashi y este se acercó a Kenma bajo la atenta mirada de Bokuto, quien de a poco se unió a ellos dos.
— Ya me voy, te veo en clase, idiota. — dijo el pelirrojo dándose la vuelta y caminando hacia el interior de la escuela, Kei iba a caminar junto con él pero Kuroo lo tomó de un brazo para que no siguiera avanzando, el otro se giró confundido y cuando sus ojos encontraron los contrarios un pequeño rubor se adueñó de sus mejillas, tuvo que bajar la mirada para ocultarlo.
— ¿Podemos hablar? — sin soltar el brazo del otro esperó por una respuesta. A su lado Bokuto, Kenma y Akaashi hablaban entre ellos y cuando los vieron a los dos comenzaron a caminar también hacia el interior de la escuela.
— No sé de qué quieres hablar, lo que pudimos decirnos ya fue y no hay nada más que hacer.
— Sí sé, pero quería disculparme de nuevo. Me sentí muy mal al ver que tú te sentías mal, es un poco confuso pero de verdad que mi intensión nunca fue esa. Yo solo… solo…
— ¿Solo qué?
— Mira no me lo explico muy bien, pero ese día en la fiesta cuando te vi quedé casi hipnotizado, no podía quitarte los ojos de encima y luego cuando bailamos, sentía que teníamos una conexión, no sé y por eso quise besarte y al final terminé echando al suelo esa buena química entre nosotros.
— ¿Hipnotizado, conexión, química? Eso suena muy cliché. — Kei se llevó una mano a la boca para ocultar la risa que le había dado por las palabras del mayor, quien se sentía completamente humillado en ese momento. Sí que había escogido pobremente sus palabras. — Tampoco puedes tomar toda la culpa por lo que pasó esa noche. Recuerda que yo también te besé de vuelta así que… ¿estamos igual? Creo.
— ¿Entonces podemos ser amigos?
— Siempre y cuando sea solo eso, recuerda que yo ya tengo novio.
Escuchar nuevamente esas palabras desalentaban al pelinegro pero saber que al menos tenía una oportunidad de acercarse a él le daba esperanzas. Incluso sabiendo que el otro lo vería solo como su amigo intentaría hacer que sus sentimientos cambiaran, lo sentía mucho por el novio pero una oportunidad como esa con alguien como Tsukishima Kei no se le daban todos los días.