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Decisiones rápidas, consecuencias a largo plazo por lady_chibineko

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Título: Decisiones rápidas, consecuencias a largo plazo

Autor: Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: La franquicia de Fast & Furious es propiedad intelectual de Gary Scott Thompson, Universal Pictures y los respectivos productores de cada película. Esta historia entra después de la película Fast & Furious 8 (The Fate of the Furious) y el spin-off Hobbs & Shaw.

Advertencia: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan.

~.~.~.~.~.~

Capítulo II

Hobbs se mantuvo esas dos horas entretenido haciendo un guiso simple de carne y una ensalada para la cena tanto de la familia como de las visitas, eso además de chequear de manera regular el sueño del bello durmiente y el cómo estaban los niños.

Los niños... Que poderosa la emoción al pluralizar una simple palabra.

Durante 12 años había sido solo su niña, su Sam. Y ahora eran: los niños.

La misma sonrisa nerviosa que había estado acudiendo sin permiso a sus labios volvió a asaltarlo, y él ni cuenta se dio, demasiado distraído en sus pensamientos.

Tal vez por eso casi salta hasta el techo con el sonido del timbre. Aunque se recuperó pronto, más preocupado por evitar un segundo llamado que disturbase el sueño de Deckard.

Al abrir se encontró con los rostros sonrientes de dos de sus damas favoritas, las cuales por cierto estaban llenas de bolsas de compras de las grandes tiendas en cada mano.

- ¡Ey! ¡Pero miren lo que trajo el día! Señoras... ¿Decidieron traerse las tiendas completas hasta mi casa?- bromeó mientras terminaba de darle a cada una un abrazo y las hacía pasar, cerrando la puerta con cuidado.

Ramsey sonrió traviesa.

- Bueno, que esperabas. Nada más seguro que la base de 'la caballería' en persona para tener a salvo nuestras adquisiciones.

Luke sonrió ante aquello. Era un viejo chiste entre el ex oficial de seguridad diplomática (ex DSS), la hacker y la corredora de autos; desde aquella ocasión en que las había salvado de un dron asesino mientras intentaban recuperar el ojo de Dios, allá por el 2015...

¿En serio habían pasado ya tantos años?

- Lo que sea para hacerlas sentir más seguras.- dijo con galantería, antes de que los paquetes fuesen puestos en la sala y él las dirigiese hacia la cocina.

Ramsey y Letty miraron alrededor, como buscando algo o a alguien.

- ¿Y Sam?- preguntó la hacker con curiosidad ante la falta de recibimiento infantil.

- ¡Si! ¿Dónde está? No tengo protesta alguna en caso de un par más de abrazos de recibimiento.- secundó Letty con una sonrisa.

Y Luke volvió a sonreír mientras indicaba que tomasen asiento en las sillas vacías de la cocina, y él hacía lo propio.

- Si, bien. Me gustaría hablar con ustedes... en realidad contigo, Ramsey; de un tema digamos... delicado, antes de que Sam nos pueda acompañar.

Las dos recién llegadas se miraron entre ellas con curiosidad antes de volver la atención a Luke.

- Vaya, suena importante.- señalo la hacker con un tinte de interés coloreando su acento británico- En ese caso, soy toda oídos.

Luke sonrió agradecido y tomó aire intentando comenzar, pero ¿Cómo hacerlo?

En realidad nadie de la 'familia' Toretto estaba al tanto de su relación con Deckard, incluso si esta llevaba ya 10 meses.

¡Demonios! Ni siquiera sabían del nivel de su amistad con el ex-mercenario, incluso luego del asunto con Etheon, sobretodo porque ninguno de los dos se había molestado en narrar a ninguno de los conductores extremos los detalles de aquella aventura.

Luke de pronto resopló, dándose cuenta que la 'familia' ni siquiera estaba al tanto de Hattie, o del hecho de que Deckard había sido falsamente acusado; excepto por Don Nadie, claro estaba.

Gruñó al darse cuenta de que iba a ser una malditamente larga historia. Se pasó una mano nerviosa por la cabeza y terminó masajeando la parte de atrás de su de pronto agarrotado cuello.

- Espero que tengan algo de tiempo, porque es algo así como una larga... y clasificada, historia.

Las mujeres volvieron a verse entre ellas antes de centrarse en Luke y asentir.

- Pues en ese caso, puedes comenzar Hobbs.

Y el aludido se paró, sacó un par de cervezas de la nevera y las movió para ver si las chicas estaban interesadas, lo cual resultó ser así, y sacó una tercera; y tras abrirlas todas y poner una frente a cada dama, trató de empezar a relatar de forma abreviada, lo sucedido 3 años atrás cuando Hattie, Deckard y él mismo, algo así como que salvaron al mundo.

Sobra decir que ambas mujeres miraron al ex DSS un poco alucinadas desde el inicio.

¿Los Shaw tenían una hermana menor?

¿Deckard Shaw había sido inculpado y eso lo había llevado a hacerse mercenario?

¡¿Casi muere la mitad de la población mundial por un virus creado?!

¡QUE CARAJOS!

Y el asunto es que casi una hora se pasó con presteza, y ni siquiera había pasado de la parte donde Deckard, sucedía, no era un tipo tan malo para conocer, cuando Sam llegó corriendo a la cocina.

- ¡Papá! ¡Creo que a L.J. le duele algo! ¡Ven rápido!- dijo la niña casi en una exhalación mientras se apresuraba a la cocina antes de siquiera notar que tenían visita, ante lo cual abrió los ojos como dos platos antes de que se le iluminase el rostro- ¡Tía Ramsey! ¡Tía Letty!- exclamó antes de lanzarse a los brazos de la hacker en un abrazo, antes de ser reclamada por la actual señora Toretto.

- ¡Sam!- saludó Ramsey con alegría, mientras que Letty preguntaba.

- ¿Quién es L.J.?

Todo mientras el mayor de los Hobbs salía de la cocina tan rápido como su hija entró.

Por su lado la niña decidió quedarse justo donde estaba, segura de que pronto su papá llegaría con el pequeño y sabría que hacer, así que solo le quedaba por decir.

- ¡Mi nuevo hermanito!

Ambas mujeres se miraron con sorpresa.

- ¿Hermanito?- preguntó Ramsey casi sin aliento.

Y como para corroborarlo, un alegre Luke llegó con un bultito en brazos y se apresuró a poner pronto una olla a calentar con agua, y sacó un biberón de lo que ya tenía preparados para calentar y lo puso en la olla.

- Tranquila cielo, solo son gases. Está bien.

- Definitivamente te hemos dejado muy de lado si ni siquiera nos enteramos de que ibas a tener un niño. Hobbs, lo siento.- se disculpó Ramsey, con Sam de nuevo entre sus brazos.

Luke comenzó a ponderar la mejor manera de contestar a aquello, pero su pequeña se le adelantó.

- ¡Es que recién llegó hoy!

- ¿Cómo?

La niña frunció el entrecejo y deshaciéndose del abrazo de la hacker, volvió a salir de la cocina solo para volver un minuto después con ese arrugado certificado de nacimiento de Tonga, y se lo mostró a sus tías adoptivas.

- ¿Ven? Nació hace poco y Deckard recién lo trajo hoy. Pero le falta decir que es también hijo de papá y mi hermanito, pero papá dice que tú lo puedes arreglar, tía Ramsey ¿Verdad que lo arreglas?- preguntó la niña con una sonrisa increíblemente adorable, dejando a las dos mujeres anonadadas y mudas.

Por lo menos de manera temporal.

- ¿Tú y Shaw?- preguntó Letty incrédula- ¡¿Desde cuando?!

El calor subió al rostro del ex DSS, y seguro estaba sonrojado, pero por suerte el tono de su piel ocultaba lo suficiente. El cielo sabía que Deck conseguía hacerlo sonrojar seguido, y si aquello fuese tan notorio, el inglés no dejaría nunca de molestarlo por ello.

Gruñó exasperado.

- Casi un año, y por favor bajen la voz. Deckard está durmiendo y necesita ese descanso.- Luke comenzó a darle al hambriento niño el biberón.

- ¡¿Shaw está aquí?!

- Sipi.- fue la respuesta de la niña, quien intervino antes que el indignado padre volviese a callar a los presentes- Acaba de llegar de una de esas misiones de las que se supone yo no sé nada. De allí trajo a mi hermanito.

Luke gruñó ante aquella nueva respuesta. Ni terroristas, ni narcotraficantes, ni ladrones comunes. Sería su querida hija quien, estaba seguro, finalmente lo llevaría a la tumba.

Eso si es que Deckard no le ganaba por puesta de mano, claro estaba.

Y hablando de la niña, ésta lo miró con ojos suplicantes.

- Papá, tengo hambre ¿Me sirvo?

Y el niño que aún no terminaba sus 2 onzas de fórmula.

Afortunadamente, como madre de un pequeño de casi 5 años, Letty supo enseguida que hacer.

- Dámelo, yo termino de darle el biberón mientras tu sirves. Sam, ayuda a la tía Ramsey a poner la mesa.

Y pronto todos estaban haciendo algo, aunque la hacker no pudo evitar acercarse a ver al pequeño, notando de inmediato las raíces del niño.

¡Vaya! De verdad que podía pasar por un Hobbs.

Una idea comenzó a formare en su cabeza, y al estar todos sentados a la mesa, se decidió a preguntar.

- Entonces, este favor que quieres ¿Es realmente sobre el niño?

Luke suspiró y asintió antes de dar un primer bocado, tomando su tiempo entre mordida y mordida antes de contestar.

- Si, pero no contaba con que estuviesen tan cerca, y la verdad tengo que hablarlo con Deckard primero.

Letty alzó las cejas con sorpresa al tiempo que el niño terminaba la botella, y no perdió tiempo en hacerlo eructar. Tal vez no hubiese llegado a hacer aquello con el pequeño Brian Marcos, quien llegó bastante grande a su vida; pero había practicado lo suficiente con los hijos de Brian y Mia.

- ¿No has hablado con Shaw de esto?

- Como dije mujer, está durmiendo y realmente lo necesita... bastante.

- Si, vino todo golpeado.- añadió Sam haciendo una mueca.

La mesa quedó en silencio un rato, solo escuchándose el sonido de los presentes comiendo con algo de desgano.

- Pero le vas a preguntar a Deckard cuando despierte ¿Cierto, papá?

Luke suspiró despacio.

- Si cariño, ya te lo he dicho. Hablaré con él sobre Junior. Lo he prometido ¿Cierto?

Sam frunció el entrecejo.

- Y sobre casarte con él.- y aquello ni siquiera había sido una pregunta.

Ramsey se atragantó con el refresco y Letty miró a Luke con la mandíbula casi por el suelo.

Luke por su parte gruñó... de nuevo.

- Sam, no es momento cielo, no ahora. Tocaré el tema con Deckard cuando lo crea conveniente y ahora no lo es. Y sí, sí quiero dar ese paso con él, pero sin asustarlo.- trató el hombre de calmar a su hija- Entiende que apenas a aceptado que está viviendo aquí y ahora le voy a sugerir que adoptemos juntos a Junior ¿Qué tal algo de tiempo para que se tranquilicen las cosas antes de ir con la siguiente pregunta?

Sam frunció el entrecejo, lanzando una mirada molesta a su padre.

- ¡Pero papá! ¡Sólo tienes que preguntarle a Deckard y ya!

- ¿Preguntarme qué?- vino la voz aún algo adormilada del mencionado desde la puerta de la cocina.

Y fue una suerte que no hubiese nadie comiendo justo entonces, o de seguro alguien se hubiese atragantado.

- Ramsey, Ortiz. No sabía que había visita.

- ¡Ey!... ¿Te despertamos? Lo siento.- se disculpó Luke levantándose por instinto.

Deckard se encogió de hombros, aunque sin despegar la mirada de Letty y el niño en sus brazos.

- En realidad me despertó el olor a comida.- y como coreografiado, su estómago comenzó a sonar.

- Siéntate, te sirvo.- arreó Hobbs al otro a la mesa, sirviéndole su cena y luego yendo a buscar una silla plegable para él mismo, pues la mesa de la cocina tenía tan solo 4 sillas.

Deckard no se lo pensó mucho antes de comenzar a comer, ignorando las miradas de la visita sobre su rostro (más morado y negro que otra cosa), pero atento al niño y a Sam, a quien le ofreció un guiño y una sonrisa. Y pronto también atento a Luke, quien volvió con la silla plegable y la usó para acomodarse a la mesa.

- ¿Mejor?- preguntó antes de volver a su propia cena.

Y es que a Deckard no le gustaba que lo tratasen con delicadeza, ni estando a las puertas de la muerte, así que solo le quedaba actuar con naturalidad aunque lo que en realidad quisiese era arropar a ese cabeza dura en todos los cobertores de la casa y mimarlo entre sus brazos hasta que se mejorase.

Por su parte el inglés asintió.

- Si... ¿Y qué se supone que vas a preguntarme exactamente?

Luke se removió incómodo ante la mirada, no solo del inglés sino también de las tres féminas presentes.

- Pues... Iba a hablar contigo primero, no sabía que las chicas estaban en Los Ángeles.- empezó Luke algo nervioso mientras dejaba su plato de lado.

Deckard tomó otro bocado y asintió.

- De acuerdo. Vinieron por curiosidad. Yo también la tengo. Habla.

- Pues, la verdad es que... Sam y yo...- comenzó el enorme tonto- Estábamos pensando en hacer las cosas, ya sabes, un poco más formales... tal vez. Y pues...

- ¡Queremos que L.J. sea un Hobbs también!- interrumpió la niña con una sonrisa, y de paso un poco cansada de las largas que daba su papá.

Deckard casi se atraganta con el último bocado que se había llevado a la boca.

- ¡¿Cómo?!- preguntó el inglés casi con desmayo.

Letty y Ramsey se miraron y la hacker decidió intervenir.

- Bueno, si... Estábamos pensando, y creo que tengo la solución a eso. El buen Luke puede fácilmente pasar por padre biológico, y tú por el legal. Sería la solución perfecta.- argumentó la morena.

- ¿Padre biológico, eh? Suena bien.- sonrió Luke ante la idea, mientras la sopesaba en su mente.

Deckard se mantuvo en silencio unos segundos antes de decir.

- Parece que lo han pensado bastante.

El ex DSS se encogió de hombros, sin ganas de decir que era todo de último segundo, porque la idea le gustaba y mucho.

- Estuviste dormido por un largo rato, princesa.

- ¿Estás seguro?- preguntó Deckard al ver que la propuesta era más que tan solo una simple 'idea'. Y es que a él también le gustaba, aunque tenía dudas.

Y aunque el inglés hubiese tratado de esconderlo, Hobbs pudo notar esa nota de incertidumbre en su voz.

¡Dios! ¡A veces quería noquear a ese tonto presumido a besos!

El samoano cubrió con la diestra la mano izquierda de su asesino favorito.

- ¿Que si estoy seguro? ¿Acaso este rostro no grita seguridad para ti?- y ofreció una de sus sonrisas distintivas antes de acercar su rostro al de Shaw y chocar ambas frentes y tocar con la punta de su nariz la del otro- Tú, Junior, Sam y yo vamos a conquistar el mundo.

Y definitivamente fueron las palabras correctas, porque pudo sentir claramente la tensión abandonar el cuerpo del otro.

Por lo menos hasta que cierta niña abrió la boca.

- Y luego se casan.

Ante aquellas palabras Deckard no solo se separó de manera abrupta de Luke, sino que volteó la cabeza tan rápido hacia Sam que hasta el cuello le crujió como si se tratase de un latigazo, de una manera tan violenta que el resto de los adultos hasta se encogió sobre sus propios asientos.

Pero Deckard ni cuenta se dio, demasiado ocupado mirando con la boca abierta a la niña.

- ¡Samantha Hobbs!- la regañó su padre en un tono de voz que esperaba la hiciese desistir del tema.

Como si el hombre no conociese mejor a su propia niña.

- ¿Qué? ¡Dijiste que le ibas a preguntar!- argumentó la niña con un puchero.

Hobbs se pasó la mano libre por el rostro.

- Pero no ahora, después... Mucho después.- el tono del pobre hombre era casi desesperado.

El gesto de incredulidad de Deckard pasó a uno de ultraje.

- ¿No te parece que éste tipo de asuntos los deberías hablar conmigo en lugar de con la niña? ¿Qué se supone que sigue? ¿Saber que Ramsey y Ortiz también fueron informadas antes que yo?

El silencio que siguió a esas preguntas fue más explicativo que las palabras.

- ¡No me lo creo! ¿¡Ellas también sabían?!- afirmó más que preguntar el hombre, poniéndose de pie tras echar la silla hacia atrás.

Y Luke pudo usar un sin número de respuestas a su favor que le hicieran entender al otro que no había sido intencional, desde 'Recién me lo planteé hoy' (de nuevo) hasta 'Estabas dormido' (también de nuevo).

Pero la razón lo abandonaba de manera recurrente cuando se trataba de su princesa británica favorita, y más bien lo embargaba una chispa que lo incitaba a buscar ese vivaz enfrentamiento que era su día a día con Deckard Shaw, y que siendo sinceros hacía rato le quemaba el pecho.

Así que parándose también, sobre todo porque el factor altura era uno de los principales puntos a su favor, reclamó con un tono de voz caldeado que definitivamente iba en pos de un enfrentamiento.

- Bueno, Ramsey y Letty por lo menos no sufrieron de un ataque de pánico por el simple hecho de señalar lo obvio.

La indignación hizo del inglés su presa.

- Ten cuidado con lo que dices, Nena Hulk. Yo no sufro de ataques de pánico.- siseó Shaw acercándose peligrosamente a Hobbs.

Ramsey y Letty se miraron preocupadas.

¿Es que esos dos iban a pelear allí mismo sin que les importase nada? ¿Con niños presentes?

Y sin embargo, cuando Ramsey fijó su preocupada mirada en Sam, se sorprendió al verla, en lugar de asustada, más bien con ojos brillantes de emoción, una sonrisa mal contenida en los labios y la esperanza brillando en su rostro.

- No fue lo que me pareció cuando señalé lo obvio esta tarde, así que para evitar tener que llevar tu triste persona a que un doctor te recete calmantes para los nervios, seré el adulto responsable aquí y te dejaré el tiempo necesario para que lo pienses y te hagas a la idea. Luego me das tu respuesta.

- ¡¿De qué demonios hablas?!- gruñó Deckard mientras su rostro se contorsionaba en una mueca de fastidio.

- ¡Si no lo has entendido hasta ahora, estás peor de lo que pensé!

- ¡Sólo díganse que sí de una vez!- gruñó la niña aún con esa sonrisa pegada a la boca.

Lo cual trajo gruñidos gemelos por parte de los dos hombres en la habitación.

Sam soltó una risita encantada. Ramsey y Letty se miraron perplejas.

¿Acaso Luke le acababa de pedir matrimonio a Shaw?

De pronto una idea alocada cruzó por la mente de Ramsey, y sin perder el tiempo sacó su laptop de la bolsa que había dejado al lado de la silla y la prendió, hecho que pasó completamente inadvertido para el par que se gruñía el uno al otro, pero no tanto para las otras dos féminas en la cocina.

Letty observó a Ramsey entrar a una página y...

- ¿Qué haces?- preguntó en un susurro mientas seguía acunando al bebé entre sus brazos.

La morena sonrió traviesa mientras terminaba de ordenarse a sí misma ministro laico y se daba la autorización de unir parejas no solo en suelo de los Estados Unidos, sino también en gran parte de Europa, incluyendo Gran Bretaña.

Y luego entraba al sistema de registro civil de Los Ángeles, tras lo cual le guiñó un ojo a Sam, quien de pronto la veía con atención y curiosidad.

Por último, soltó como quien no quiere la cosa:

- Que se digan que sí es una gran idea Sam, sobre todo en lo que se refiere a la adopción de tu hermanito.- consiguiendo azuzar las aguas con aquella sugerencia.

A la niña se le iluminó aún más el rostro.

Ramsey conectó la tablet para firmas que tenía siempre a la mano a la laptop con un cable y puso el lapicero electrónico al lado, preparándose.

- Pues yo no tengo ningún problema con ello.- gruñó Luke ante la propuesta, aunque a la vez no estuviese pensando del todo lo que decía, solo captando una nueva oportunidad de retar al británico- Pero dudo que el señor nervioso aquí presente esté preparado.- terminó de decir cruzándose de brazos y con aire de superioridad.

Sonriendo Ramsey abrió el archivo de Deckard y le sacó de inmediato el permiso para casarse en suelo estadounidense.

Sam, con los ojos bien puestos en la pantalla sonreía de oreja a oreja, mientras que a letty parecía que se le saldrían los ojos de las órbitas.

- ¡No hables por mí, Hércules! ¡Dime cuando y donde y verás que tanto problema tengo en decir 'Sí'!- prácticamente amenazó el otro con el ceño completamente fruncido y el dedo índice hundiéndose peligrosamente en el pecho del hombre al que decía amar.

- ¡Sí!- lanzó Sam un gritito triunfal.

Ramsey comenzó a buscar el archivo de 'Luke Hobbs' en el sistema civil, pero por algún motivo no lo encontraba. Raro, antes había encontrado fácilmente el archivo de Hobbs en el registro militar.

Sam rodó los ojos, se hizo de la laptop un momento y en lugar de 'Luke' escribió 'Lucas Rebecca' y tras presionar 'Enter', el archivo saltó a la vista.

- ¿Lucas Rebecca?- los labios de la hacker entonaron sin voz mientras contenía la risa. Ahora a escoger la fecha adecuada.

En cuanto a Letty, ésta no estaba mejor. Tuvo que morderse para no reír.

- ¿Ah, si?- respondió Hobbs al británico de manera aún más retadora.

- ¡Sí!- respondió el otro con el tono de desafío al extremo.

Ramsey decidió que era el momento justo para intervenir.

- En ese caso, Luke si realmente quieres casarte con Shaw, por favor firma aquí.- señaló la mujer ofreciendo la tablet y el lapicero para la firma electrónica.

Sin siquiera sacar del todo la mirada de Shaw, Luke firmó y luego le hizo un gesto de reto al otro con la barbilla alzada y ojos de ganador.

Shaw gruñó.

Ramsey sonrió aún más ampliamente.

- Deckard Shaw, si realmente estás dispuesto...

- ¡Dame acá!- casi rugió el otro y estampó su firma sin pensarlo, antes de clavar de nuevo la mirada en la de Hobbs mientras levantaba la barbilla desafiante.

Y la actitud continuó en ambos hombres, por lo menos por unos segundos hasta que un infantil chillido de alegría y los aplausos de las dos mujeres adultas los sacaron de aquella burbuja.

- ¡Si!- fue la celebración de Sam mientras daba saltitos por todos lados.

Ramsey por su lado no iba a dejar las cosas a medias. Se levantó de la silla, se acercó a la estupefacta pareja y sonriendo dijo.

- Ahora son esposo y esposo. Pueden besarse.

- Es... Esp...- se atragantó Deckard mientras comenzaba a adquirir un tono mucho más pálido de lo normal.

Y Luke no estaba mejor.

Ambos hombres se miraron, y Deckard pudo constatar en segundos que no, aquello no había sido una artimaña planeada por el enorme samoano.

- Deck, yo... yo no...- trataba de explicarse el ex DSS entre tartamudeos de nerviosismo.

- Si, lo sé, lo sé. Pero... pero...

- ¡Podemos revertirlo!- dijo de pronto Luke, mientras buscaba una solución con el corazón latiéndole a mil por hora, dispuesto a encarar a Ramsey.

Cuando ese pequeño pero conocido peso se aferró a su cintura y al bajar la mirada se encontró con los ojos llorosos de su pequeña.

- ¡Papá! ¡No!- luego volteó a ver a Deckard- ¡No! ¡Ustedes se quieren! ¿Verdad? ¿Y a mí?

Deckard pareció perder el aliento y se acercó despacio a la niña, acunando en una mano su rostro.

- Claro que te queremos, nena ¿O es que lo dudas?

- ¿Y quieres a mi papá?

Y de pronto Shaw miraba a Hobbs de tal manera que el último perdió no solo el aliento, sino también la razón.

Y con voz gruesa y cargada de emoción, el ex mercenario dijo.

- Sí... Sí lo quiero, sí.

- ¿Entonces por qué no quieres estar casado con él?

Las orbes caramelo del inglés se posaron sobre la niña de nuevo con un toque de desesperación. Quería decir algo, frunció el entrecejo, cerró la boca y miró al estadounidense de manera fija por un momento lo suficientemente largo para hacer al enorme hombre sudar frío.

Finalmente su rostro se deshizo de todo aquello, mostrándose como en blanco por un momento, antes de que una pequeña sonrisa, de esas que eran no solo reales sino también casi inexistentes, adornase los labios de Deckard Shaw.

Luke perdió el aliento.

- ¿Sabes que, nena? Sí quiero.

La esperanza iluminó el rostro de la niña una vez más.

- ¿Sí quieres?- preguntó Luke sin aliento.

Deckard asintió suavemente mientras se encogía de hombros, con aquella sonrisa aún en los labios.

Y Luke no pudo aguantar un segundo más, tenía que abrazarlo ¡Tenía que besarlo!... Y lo hizo.

Fueron los suspiros femeninos que llenaron la cocina los que finalmente devolvieron a la pareja a la realidad.

Y es que allí estaban Ramsey y Letty, lagrimeando mientras se emocionaban, la primera abanicándose el rostro y la segunda imposibilitada de aquello mientras aún acunaba al pequeño niño.

- ¡Ustedes son tan adorables que me van a dar caries!- se quejó Letty con una sonrisa en el rostro.

Tanto Luke como Deckard se sonrojaron sin poder evitarlo, al tiempo que el segundo apoyaba de pronto su peso en el primero, y de paso le sonaba el estómago. Lo cual hizo que la usualmente pálida piel del inglés pasase del rosa que ya mostraba, a un color granate que se notaba claramente incluso bajo todos los moretones.

Luke resopló y sonrió medio divertido.

- Vamos, termina tu cena antes que te desmayes, princesa.

Deckard gruñó pero se sentó a la mesa una vez más. Eso si, antes de siquiera tocar la comida, estiró los brazos hacia Letty.

- Ortiz, mi hijo si no te importa.

La mujer no necesitó que se lo dijesen dos veces y le entregó el bultito al recién casado, quien luego de acomodarlo y revisar que aún estuviese dormido (si, a pesar de los gritos) finalmente cogió de nuevo el tenedor.

Ramsey por su lado comenzó a murmurar sobre los requisitos de adopción mientras tecleaba.

La pareja se sonrió de manera ligera.

Y entonces, desde la sala llegó la voz de Sam.

- ¡Tía Emere! ¡Papá y Deckard se acaban de casar!- gritó emocionada.

A Luke se le abrieron los ojos cuan grandes eran, y no fue el único.

Deckard gruñó.

- Dime que Samantha no acaba de llamar a tu hermana.

Luke miró a su nuevo y amoratado flamante esposo con ojos de cachorro asustado, pero no dijo nada.

Ramsey de pronto salía pitando de la cocina, arrastrando a Letty con la izquierda y en el otro brazo la laptop.

Ambos hombres gruñeron.

Emere vivía a 30 minutos de la casa de Luke, así que seguramente rompería todas las normas y leyes de tránsito y llegaría allá en máximo 15 minutos, 20 con suerte.

- Si no terminas tu cena ahora, no lo harás luego.- comentó el samoano en un suspiro.

Otro gruñido del inglés.

Vaya día.

~.~.~.~.~.~

Eran las 3 de la madrugada y por fin habían logrado acostar a Sam y sacar a la hermana, cuñado y sobrino de Luke, así como a las chicas del equipo de Toretto de la casa.

Había sido una noche endiabladamente movida.

Ni Luke ni Deckard estaban muy seguros de lo que había pasado, pero apenas Ramsey se puso al teléfono con Emere, la hermana menor de Luke, pues el pandemónium se desató.

Deckard apenas tuvo tiempo de terminar su primera comida decente desde que la misión se fuese al traste, cuando Emere entró por la puerta principal con toda la realeza de una princesa samoana, indicando que estaba lista no solo para la siguiente ceremonia, que sucedía era la llegada de Luke Junior a sus vidas; sino para 'todo lo demás'.

Siendo 'todo lo demás' no solo los papeles legales del niño, donde Teddy, el cuñado de Luke, y Ramsey se proclamaban los orgullosos padrinos, y de paso Emere firmaba como la segunda testigo de la boda (porque la primera fue Letty); sino que ese 'todo lo demás' también incluía un maldito juego de vestir a los muñecos.

Porque solo de esa manera se podría describir las siguientes horas.

Emere se las había arreglado para conseguir un pequeño pastel de cubierta blanca, definitivamente adecuado para una boda, y dos muñequitos de torta de novios. Y se había traído de paso la mitad de su guardarropa fino con ella.

Ramsey y Emere (y Letty) habían decidido que un juego de fotos de cada evento era necesario, y para fortuna de las chicas del clan Toretto ¡Justo habían comprado los vestidos adecuados ese día!

Así que obligaron a los nuevos flamantes recién casados a vestirse con trajes de etiqueta, lo cual era asunto de casi todos los días para Deckard debido a su estilo, pero un tema un tanto escabroso para Luke 'yo uso playeras ajustadas y pantalones de cargo' Hobbs.

Aunque por último, esa pequeña molestia para el ex DSS parecía ser lo menos importante para las organizadoras.

Pero como para no dejar solo a Luke quejándose, pues esos moretones y cardenales que adornaban la piel visible de Deckard 'no podían ser', sobre todo porque la boda había sido fechada 10 días antes del día en el que estaban, para de esa manera hacer creíble que el viaje del inglés a la Polinesia había sido hecho para traer al niño recién nacido a un hogar ya conformado. Y es que a Ramsey no se le iba a escapar ni un detalle en todo aquél asunto.

Así que mientras que Luke resoplaba mientras entraba en el pantalón de corte y la chaqueta, el otro aguantaba estoico el maquillaje 'natural' que ayudaría a cubrir la mayor parte del daño a su rostro. El resto, según Ramsey, lo podría arreglar fácilmente de manera digital.

- ¿Y por qué demonios no arreglas todo digitalmente, chica lista?- gruñó Deckard en más de una ocasión, a lo que solo recibió rodamiento de ojos de parte del trío de organizadoras.

Pero con todo y todo, sería algo para recordar.

Entre la emoción de una adorable Samantha que estrenaba un par de vestidos que Deckard había decidido en algún momento que una señorita como ella debía de tener (El que tú tengas mal gusto, campanita; no es motivo suficiente para que condenes a tu hija a lo mismo) mientras miraba emocionada como por fin su familia se completaba, tres alborotadas mujeres adultas que mostraban brillantes ojos llenos de aprobación ante la unión de la pareja y la pequeña adición a la nueva familia, y un cuñado que miraba todo desde una prudente distancia junto a su hijo y con una sonrisa divertida en los labios (el muy traidor); definitivamente fue una noche memorable.

Porque al final, la emoción que sacudió los cuerpos de ambos hombres al darse cuenta de que sí, que aquello estaba sucediendo y que iba a durar el resto de sus vidas, fue completamente real: al besarse, al cortar aquel pequeño pastel y posar para las 'fotos de la boda', al igual que al llegar el turno del segundo vestuario en donde hacia ingreso L.J en brazos de un Deckard con ojos sospechosamente brillantes por lágrimas no derramadas.

Era real, todo era completamente real.

Y tenían las malditas fotos para probarlo.

Y ahora estaban allí, en su habitación, en su noche de bodas.

Luke observó a Deckard dejar a un bastante agotado L.J. en el moisés que Emere había traído consigo y que descansaba ahora junto a la cama del lado de cierto inglés que resultó ser bastante mamá gallina, y no pudo resistirse a abrazar a dicho inglés, cubriendo la espalda de Deckard con su pecho y repartiendo devotos besos en la pálida piel del cuello.

- ¡Ey! ¡No delante del niño!- rezongó Deckard.

Luke soltó una risita traviesa.

- No lo veo quejarse, señor Hobbs.- y que bien se sentía decir aquello.

Era casi tan bueno como escuchar el sonido estrangulado e indignado del ex mercenario, quien se volvió con presteza en el abrazo para encararlo.

- ¿Disculpa? Hasta donde recuerdo, cada quien conserva su apellido, grandulón. Pero si no fuese así, no sería yo quien cambiase el suyo. Y además...

Luke gruñó juguetón antes de atrapar en un beso la boca del otro, cortando de manera efectiva la diatriba de quejas.

Y Deckard por supuesto, se dejó llevar con un suspiro, apretándose más a Luke con gusto, al tiempo que Luke afirmaba el abrazo.

Lo cual por lo general sacaba los primeros gemidos de la garganta de Shaw, esos que abrían la puerta a caricias más atrevidas, menos ropa, y casi siempre una sesión de sexo excelente.

Pero esta vez sacó gruñidos de dolor, que pararon las atenciones de Luke en el acto.

- Lo siento.- se disculpó el samoano con gesto consternado.

Deckard gruñó una vez más, aunque estaba vez fue de manera exasperada.

- ¿Desde cuándo te disculpas por besarme, idiota? Espero por tu bien que la respuesta sea 'No desde ahora', o te voy a tirar los dientes de una maldita patada.

Y si, lo dijo de manera tan amenazante como la de un gatito molesto al que le quitaron el plato de leche.

Luke miró atontado al inglés un segundo antes de soltar otra pequeña risa.

- Tienes razón. Retiro lo dicho.

Otro gruñido.

- Mas te vale.- fue la respuesta antes de que la cabeza de Deckard se hundiese en el pecho de... su esposo.

- Entonces- tanteó el terreno Luke- ¿Quizás lo dejamos para después?

Otro gruñido.

- Si, si... supongo que será lo mejor.- un suspiro cansado.

- Vamos a dormir, princesa. Creo que ambos lo necesitamos. Además, te prometo que haré que el resto de nuestras vidas sean una constante noche de bodas.

Otro gruñido salió desde allá abajo, a la altura de su pecho, y sonaba bastante exasperado.

Y cuando Deckard alzó el rostro para dirigirle una de sus miradas molestas, tenía las mejillas deliciosamente sonrojadas, y era Luke el que había hecho eso.

- Eres un maldito cursi.- se quejó Deckard.

Luke sonrió como mil soles.

- Y aun así no te me puedes resistir.

Deckard rodó los ojos con fingida exasperación, pero igual allí estaba una pequeña sonrisa delatándolo.

Luke se inclinó para capturar aquellos labios una vez más, pero esta vez fue un beso tranquilo, que arrancó suspiros de ambos.

- Fue un día largo, Deck. Ve a darte una ducha primero y a la cama, yo te sigo.

El inglés suspiró y asintió. Se acercó a la comoda donde Luke sabía estaban sus 6 pijamas de seda y otros dos añadidos después en conjuntos de buzo y polo ¡Y saber aquello le enviaba una agradable corriente de emoción por todo el cuerpo!

Deckard por su lado pareció pensarlo un momento, y finalmente sacó uno de los de seda, el plateado, ese que hacía cosas en el estómago de Luke que por lo general éste no quería y difícilmente podía controlar.

El samoano gruñó ante aquello, y el maldito británico sonrió con satisfacción antes de encerrarse en el baño adjunto de la habitación principal.

¡Dios! Ese hombre iba a terminar matándolo un día de éstos, y lo peor era que Luke no podía esperar.

Al escuchar el agua comenzar a correr, suspiró y trató de relajarse mientras se quitaba la chaqueta del traje y la corbata, y dejaba todo en una percha para mandarlo a la tintorería al día siguiente. Luego se quitó el pantalón y lo dejó en la misma percha, quedándose solo en camisa, medias y boxers, tras lo cual se estiró.

No era broma lo de que había sido un día largo, y en todo su cuerpo podía sentir la tensión originada por ello.

De pronto un ruido le llamó la atención, uno que hasta ese día, bueno el anterior, hacía mucho que no se escuchaba en casa.

- ¡Ey!- dijo esbozando una suave sonrisa mientras se acercaba al moises y veía al pequeño bulto envuelto en la manta moverse apenas lo suficiente para dar a conocer que no estaba ni dormido, ni cómodo.

Estiró la derecha y acarició la pequeña cabeza cubierta por un gorro de suave tela de algodón. La verdad era que hasta que terminó de verse a sí mismo en el certificado de nacimiento del niño como padre biológico, no tenía ni idea de lo mucho que había deseado pasar por la experiencia de ser padre una vez más.

Y hacerlo junto a Deckard... No había palabras para describir aquello. Era como un sueño.

El niño se removió un poco más y Luke suspiró y lo alzó con cuidado.

- ¿Qué pasa, hombrecito? ¿No tienes sueño? Pues lo siento, pero los pequeños príncipes como tu tienen que dormir.

Junior emitió un pequeño gemido y pronto cierto aroma inundó el lugar.

- Oh, así que era eso. No hay problema, porque como ya lo demostré hace unas horas, papá es un experto cambiando pañales.- y mientras decía aquello, iba justo por uno del nuevo paquete que su cuñado fue tan previsor en comprar. Aunque igual tras dormir unas horas, un viaje a comprar varias cosas esenciales como pañales, fórmula, ropa, talco, cremas, biberones, sonajeros y demás estaba definitivamente en agenda.

Tomó uno y lo agitó en señal de victoria, y de paso tomó pañitos húmedos y talco.

- ¡Ajá! ¡Justo lo que necesitábamos!

- ¿No crees que es unas cuantas tallas un poco pequeño para ti, grandulón?

Y de pronto allí estaba Deckard, recostado contra el marco de la puerta del baño, envuelto como para regalo en aquél pijama de seda color plata que de pronto moría por arrancar con los dientes.

Y se le debió de haber notado.

- ¿Ves algo que te interese?- preguntó el británico con frescura.

Luke sonrió.

- Siempre.

Deckard sonrió y se acercó al otro de manera lenta.

- Es bueno saberlo.- ronroneó.

Y se hubiesen quedado mirándose el uno al otro de manera indefinida, de no ser por la protesta de un tercero.

Y ambos hombres volcaron su atención en el niño sin siquiera pensarlo demasiado.

Deckard terminó de acercarse a Luke y acarició con delicadeza la pequeña cabeza del niño en brazos de su pareja.

- Tengo que advertirte, tal vez no durmamos mucho de ahora en adelante. Este pequeño tiende a fastidiarse por las noches.

Luke miró a uno y luego al otro.

- ¿Quejumbroso?

Deckard asintió.

- Hmmm... Sam era igual- dijo pensativo, tras lo cual sonrió- Hasta que encontré la manera de calmarla.- y tras decir aquello, ajustó al niño en sus brazos junto con las cosas que había tomado previamente y le dio un beso en la cabeza a un Deckard que lo miraba interrogante- Ya volvemos.- dijo finalmente encaminándose al baño, sacando un bóxer de su cajón y una toalla extra en el camino.

- ¿Qué vas a hacer?

- Ir a tomar una ducha.- respondió con la misma sonrisa y ante la perplejidad por su respuesta, añadió- Cuando Sam llegó a casa del hospital tendía a hacer lo mismo que este pequeñín, hasta que un día la metía a la ducha conmigo para ahorrar tiempo y al salir era toda ojitos asueñados y bostezos. Una ducha tibia era igual a una noche de sueño. Nada se pierde con ver si a Junior también le sirve.

Deckard parpadeó y asintió, y Luke y L.J. se metieron al baño.

Fue solo asunto de terminar de desvestirse y desvestir al niño, sacarle el pañal y limpiarlo mientras el agua se temperaba, tomar los frascos de suave shampoo y jabón para bebé que ya habían encontrado sitio en el baño de la pareja, y luego tomar esa ducha centrándose en tener al pequeño bien asegurado entre su mano y su pecho, evitando que el agua le cayese directamente.

Definitivamente aquello le traía recuerdos.

Y pronto la ducha acababa y él se secaba rápidamente y ponía el bóxer, para luego arropar al niño en la mullida toalla extra, antes de ponerle el talco, el pañal limpio y la ropa igualmente limpia.

y ¡Rayos! Estaba cada vez más enamorado de su nuevo retoño. Y eso lo hacía feliz.

Al salir del baño no pudo evitar sonreir al ver a su esposo (y que bien sonaba aquello ¡En serio!) sentado de su lado de la cama mientras en un despliegue extremo de terquedad, se negaba a caer dormido.

- Eso fue rápido.- gruñó Deckard y Luke negó sin decir nada, acercándose a su lado de la cama y quitando la sábana antes de sentarse también.

- Dámelo para ponerlo en el moisés.- dijo Deckard extendiendo los brazos.

Luke negó.

- No si quieres dormir algo. Verás, una ducha tibia es el paso 1. Dormir en los 'pectorales del amor', es el paso 2.- expresó el samoano con una certeza que dejó al otro sin palabras por un instante.

- En los pec... ¡¿Es que te golpeaste la cabeza o algo, idiota?! Dame al niño que está que cierra los ojos. Además te mueves en sueños.

- Hombre de poca fe. No le va a pasar nada a Junior. Sam prácticamente no durmió en su cuna por las noches hasta casi llegar al año y nunca tuvimos ningún accidente. Es instinto, princesa. Cuando la tenía durmiendo en mi pecho, nunca me moví o volteé, y no voy a hacerlo ahora.

Deckard volvió a gruñir.

- Ya ¿Y por eso le pusiste a tu pecho ese nombre sacado de un mal título porno?

- No. Los 'pectorales del amor' se llaman así por esto.- y de inmediato Deckard fue testigo de cómo los 'pectorales del amor' cobraban vida propia y comenzaban a pulsar de manera rítmica, como guiados por un tambor.

Y L.J., que ya tenía los ojitos a medio cerrar, terminó de cerrarlos por completo y exhalar un suspiro satisfecho.

Luke sonrió, levantó la mirada clavándola en un anonadado Deckard y levantó las cejas tres veces con coquetería.

- ¿Lo ves? Nadie se puede resistir a los 'pectorales del amor', así que no lo intentes ¡Vamos princesa! Ven y apoya en mi tu cabeza y déjame abrazarte. Sabes que si quieres, y aún queda un espacio libre.

Deckard bufó.

- Idiota.- gruñó mientras apagaba la luz de la lámpara de su lado de la cama y luego se inclinaba sobre Luke y hacia lo mismo con la otra lámpara.

Luke abrió un brazo en clara señal de invitación, y Deckard claudicó, acomodándose en el hueco entre el pecho y la axila del otro, acomodándose en una posición adecuada, una que le fuese amigable a los golpes y magulladuras del momento.

- ¡Siiiii! Nadie se resiste.- señaló Luke con voz satisfecha, lo que le ganó una pequeña mordida irritada por parte del inglés justo debajo de la tetilla.

No que a Luke le importase.

Y pronto los tres ocupantes de la habitación se encontraban compartiendo sueños.

En opinión de Luke, si esa no calificaba como la mejor noche de bodas, no sabía que podía hacerlo.

~.~.~.~.~.~

Letty terminó de cambiar al pequeño Brian y ahora ambos se alistaban para bajar a la cocina, donde Dom los esperaba con el desayuno.

Alzó al niño en brazos y besó su mejilla.

- ¿Y mi primito L.J. va a jugar mucho conmigo?- preguntó el niño emocionado ante la perspectiva de otro compañerito de juegos.

Letty sonrió.

- ¡Claro! Una vez que crezca un poco más, jugará mucho contigo. Ahora no porque aún es muy pequeño.

- ¡Está bien!- aceptó el niño sin problemas. Ya antes había tenido primos chiquitos y efectivamente habían crecido luego.

Ambos entraron a la cocina y Letty se sorprendió al ver a Dom hablando acaloradamente por el teléfono móvil mientras servía el desayuno.

Letty sentó al niño en su silla y miró a Dominic interrogante.

La verdad era que había llegado tarde la noche anterior y había encontrado a los dos hombres de su vida dormidos.

Dom le devolvió la mirada, sonrió y colocó el teléfono móvil en altoparlante, incluyéndola en la conversación.

Eran Brian y Tej del otro lado de la línea, en una clara conversación compartida, y el tema a tratar era una carrera de autos al parecer de alto calibre y privada, y sobre como el equipo iba a conseguir participar.

Letty no pudo ahogar un suspiro y la sonrisa en sus labios. La familia nunca iba a cambiar.

Tal vez fuese bueno hacerles saber que había aumentado.

Y trató, en serio.

Llegó a nombrar Los Ángeles y a Hobbs, antes de que la conversación volviese a la carrera.

Bueno... trató.

Aunque pensándolo bien.

Sacó su propio móvil y le mandó un mensaje a Ramsey.

*Los chicos son unos idiotas. Deja que se enteren de la boda de Hobbs y Shaw por sus propios medios.*

La respuesta no tardó en llegar.

*Dalo por hecho. Esto va a ser divertido.*

Letty guardó el teléfono y se enfocó en el pequeño Brian.

Es decir, Letty sabía que más que un hermano, Hobbs era algo así como un primo dentro del grupo, y que el choque de machos alfa de Dom y el ex DSS era evidente hasta para un ciego; pero en serio debían de reordenar sus prioridades si ponían una carrera sobre los últimos chismes sobre la vida del primo que vivía lejos.

Ramsey tenía razón, aquello iba a ser divertido.

Por lo menos para ellas.

~.~.~.~.~.~

Dos meses después

Hattie Shaw llegó a las instalaciones de MI-6 lista para hacer el descargo de su última misión. Tan solo debía de esperar al resto de su equipo, llenar el papeleo correspondiente y luego tendría una semana completa de merecido descanso.

No que no adorase haber vuelto a la agencia de inteligencia británica, pero luego de estar 3 semanas enteras de encubierto, compartiendo el espacio con el resto, de verdad quería esos días para ella.

24 horas para dormir y por lo menos la oportunidad de ver a su mamá, aunque fuese por unas horas... y quizás también a Oh'.

Martin, uno de sus compañeros, entró pronto tras ella y después de un saludo ambos se dirigieron al cuarto de descanso donde el equipo acostumbraba reunirse.

La mujer decidió entonces, para matar el tiempo, hacer aquello que se había vuelto una costumbre para ella durante los últimos 3 años desde que volviese a reconectar con su hermano mayor (y por lo tanto con su familia): chequear como le iba a Deckard.

No lo hacía todo el tiempo, solo 2 ó 3 veces al año, quizás 4; y eso definitivamente no era una excusa para no ver a su hermano. Era solo que, tras haber descubierto como fue engañada por Etheon (al igual que el resto del mundo, pero eso no era excusa) para hacerle creer que Deckard, su hermano Deckard, el mismo que le enseñó la diferencia entre lo bueno y lo malo, el mismo que le inculcó el deseo de servir a Gran Bretaña; fuese un traidor, había sido un golpe muy duro para ella.

Sobre todo porque cuando la situación se dio a la inversa, Deck había ido contra cielo e infierno para ayudarla y mantenerla a salvo.

Hubiese tenido que ser una maldita bruja con corazón de hielo para que aquella situación no la bajase del pedestal de moralidad donde ella sola había subido, y no le enseñase una o dos cosas.

¡Oh, sí! Había sido un golpe directo al hígado de su orgullo, y había aceptado y aprendido con humildad la lección.

La puerta del cuarto de descanso se abrió de nuevo y esta vez el que entró fue Paul. Ya iban 3 de los 6, con suerte pronto estarían todos juntos. Lo mejor sería apresurarse.

Sacó la laptop, se conectó y pronto buscaba sobre Deck, sin importarle que Paul estuviese viendo sobre su hombro mientras bebía un refresco.

Luego de 2 años trabajando con aquél grupo, todos sus compañeros estaban al tanto de lo que hacía y sabían que si decían a alguien algo, serían tan útiles como trozos de carne muerta.

Además Hattie solo indagaba por aquella información que cualquiera podría encontrar con tal vez un par de órdenes de búsqueda legal, nada confidencial a nivel de misiones secretas. Buscaba información bancaria, arrestos, viajes, entradas a hospitales, compras interesantes... ese tipo de cosas.

E increíblemente a la primera algo llamó su atención.

¿Deck tenía ciudadanía estadounidense? ¿Y eso?

Paul hizo un sonido de interés también que pronto hizo que Martin se acercase.

Y cuando Hattie hizo click al vínculo, fue una suerte que Martin estuviese allí para auxiliar a Paul cuando éste se terminó atragantando con la bebida.

¡Deckard se había casado! ¡Hacía dos meses!

¡CON LUKE HOBBS!

Y al hacer click en otro vínculo, casi con miedo, terminó de perder el color en el rostro.

Porque además... era tía.

- Oooooh... Mamá y Oh' van a perder la razón.

Vaya bomba.


Fin del segundo capítulo


Notas de la autora:

Hola de nuevo.

Ya sé que van a decir, se suponía que aquí acababa todo, pero hay un capítulo más. Me falta, como supondrán, el desmadre de los clanes Shaw y Hobbs ante lo sucedido. No es que yo lo hubiese planeado así desde un principio, es que solo sucedió. Así que prepárense para la comedia, así como les dije que este capítulo iba a ser dulce, el próximo va a ser para reír un poco.

Lo cual es bueno, porque todos necesitamos reír un poco en momentos como este... y para mi escribir es una terapia, lo ha sido toda una vida y lo seguirá siendo hasta que me vaya.

Espero que les haya gustado la ceremonia, 100% sacada de debajo de la mesa. Literalmente pasaron de no saber que iban a comprometerse ese día a estar amarrados 5 minutos después, pero sucede que no hay queja de parte de ninguno de los involucrados en el momento.

Habrá que ver lo que dicen los que no estuvieron. Por lo pronto Hattie está pasando el susto de su vida.

En fin, me dejo de tanta cosa. Muchas gracias a todos por la aceptación de esta shipp, que como dije tal vez no tenga muchos adeptos (mucho menos en español) pero de que los tiene, los tiene y es suficiente. Gracias por los reviews y kudos y lecturas. Gracias por darles la oportunidad.

Y si alguien quiere ver los pectorales del amor, búsquenlos en YouTube como 'Pec pop of Love', y verán la escena de la Roca en la película 'Journey 2' donde hace bailar sus pectorales. Solo por esa escena la película entera vale la pena.

Un beso felino para todos.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

~.~.~.~.~.~

Campaña de NO AL PLAGIO

Digamos NO al plagio, este mensaje va dirigido al público, para que el trabajo de cada uno como autor sea tratado con el respeto que se merece. Recuerden que cada obra es como el bebé de cada uno de los que creamos dichas obras; y como tales amaremos y protegeremos esas obras dándole lo mejor de nosotros para que el resto del mundo pueda disfrutar con el resultado final. Por eso, si sabes de algún caso de plagio, denúncialo al autor del respectivo trabajo, ten por seguro que dicho autor te lo agradecerá. Gracias


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