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Herido por Sabichii

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‘Damas y caballeros, en primer lugar, quiero que sean bienvenidos a esta celebración, en segundo lugar, quiero daros a conocer los motivos que nos han reunido hoy aquí. Todos sabemos que los últimos años no han sido fáciles para nadie, todos hemos sufrido pérdidas y nuestra vida ha cambiado de una manera que jamás nos lo imaginábamos. Todo esto forma parte de un bien mayor, todo este proceso de cambio podemos tomarlo como una vista al futuro, una vista que podemos ver como uno de los mayores progresos sociales de la humanidad que hayamos presenciado nunca. Soy consciente de que para que esto sea posible he tenido que tomar las riendas de todo, pero, veréis con el tiempo, que ha sido la mejor opción. 

 

Por esta razón estoy hoy aquí. Quiero que sepáis que todo lo que hago, lo hago porque quiero la felicidad para todos. Pensé demasiado, he cavilado esta decisión por mucho tiempo y creo que ahora nuestra sociedad está preparada para enfrentar el cambio. Muchos os aterraréis, otros lo entenderéis, pero llegará el momento en que todos estemos en la misma página y sepamos que esto es lo mejor para que nuestra sociedad siga progresando. 

 

A partir de ahora, ya con todo aprobado, se permitirá que los omegas sin alfa trabajen, que aquellos que han sido abandonados por sus alfas puedan sostener a sus hijos sin necesidad de tener que volver a casarse y que sus nuevos alfas rechacen a sus hijos o sean enviados a casas de acogidas, donde sé que no la pasan demasiado bien. Asimismo, se abrirán puestos de trabajo especiales para ellos, donde estarán al amparo del régimen’. 

 

El murmullo entre el descontento, la sorpresa y la incertidumbre recorrió todo el salón. El rostro de Clark era todo un poema digno de comentario: Sus cejas formaban un arco por encima de sus ojos, estos, a su vez, estaban abiertos dejando ver toda su pupila azul  dilatada por la sorpresa. Sus labios no eran más que una línea fruncida a lo largo de su rostro que quería curvarse en una sonrisa pero que la angustia por todo el alboroto de los aromas alfa le impedía. La piel de su frente estaba medianamente arrugada, producto del arco de sus cejas. Su cara era una lucha entre la sorpresa, la felicidad y el alivio de saber que sus problemas se disuelven suavemente en una solución espesa. 

 

Bruce por su parte miraba atónito al podio ¿Pero es que Luthor se había vuelto loco acaso? Su mierda iba a provocar de nuevo las revoluciones omegas, las malditas revoluciones que habían acabado con la vida de sus padres. Sus facciones se endurecieron, miró hacia donde estaba Clark aún anonadado en su sitio y arrugó el entrecejo. Si los omegas creían que algo como eso iba a funcionar o que siquiera la sociedad lo iba a permitir estaban muy equivocados. Además, vaya coincidencia de la situación de Clark y las decisiones de Luthor. Ese omega mentiroso, seguro que se había acostado con Luthor. Se enfadó. 



El rumor corrió por todos los rincones del país. Las reacciones a tal noticia fueron, en su mayoría, negativas. Solo algunos omegas y unos contados alfas fueron capaces de ver la visión futurista en ese tipo de decisión. 

 

La Liga de la resistencia decidió tomar cartas en el asunto inmediatamente, todos estaban nerviosos por poder reunirse y hablar de lo sucedido. La Atalaya era un antiguo establecimiento de café. Ahora, sus ruinas y mejor aún, su sótano, asegurado con todo tipo de cosas, cortesía de Batman, servía como base secreta para sus operaciones y para reuniones importantes. Sus identidades eran secretas. Pero en cada reunión, fijaban una fecha diferente para la siguiente semana a una hora distinta, aunque no hubiera algo de excesiva importancia para poder reunirse. Si hubo algo que llamó la atención, allí siempre estarían reunidos. 

 

Todos y cada uno de ellos se invaden con olores diferente por si algún día sus identidades se toparon, no se reconocieran. Ese viernes a media noche, dos días después del anuncio de Luthor, todos estaban reunidos en la Atalaya, esperando que alguien rompiera el silencio y diera su opinión sobre el tema. Todos eran alfas, exceptuando a Flash que era un beta amigable y claro, a Superman (Pero nadie lo sabía). 

 

Batman miraba sin parar a Superman, como que lo sabía todo pero no podía decir nada. Quiso decir la verdad ante toda la liga, pero dio su palabra y por más enfadado que estuviera, su palabra era sagrada. 

 

—Yo creo que es genial —Las miradas se posaron en Flash, quien rompió primero el silencio —Digo… Ahora disminuirán los casos de maltrato —Todos lo miraban inquisitivamente. El hombre se encogió de hombros —O no… 

 

—Es una trampa de Luthor —Batman sio su propia y contraria opinión. Las vistas se fijaron en él. 

 

—¿Y cómo sabes que es una trampa? —La pregunta de Superman salió casi como una defensa del Alfa líder —No puedes saberlo todo, Batman —El susodicho apretó los dientes, miró a Clark casi con asco. Iba a decirle muchas cosas horribles que pensaba sobre el asunto, pero prefirió callarse. Eso iba a comprometer sus identidades. 

 

—Por qué de repente un hombre que ha tenido doblegado a todos iba a querer darle libertad a algunos ¿Acaso eso no parece sospechoso? —Como que todos los presentes estuvieron de acuerdo, pero Clark sabía el trasfondo de eso. Luthor le estaba dando el poder de decidir sobre sí mismo, sobre lo que quería hacer con su vida, le dio la opción de decidir si elegir un alfa o seguir solo. Eso era algo que nadie, ni Batman, le iba a otorgar y estaba agradecido por ello. 

 

—Quizá haya reflexionado —Ni siquiera él se creyó eso, pero no encontraba otra solución al problema. 

 

—¿Creen que está tramando algo? —Diana habló, rompiendo un poco la tensión que comenzaba a formarse entre ambos — Ya sabéis, las revueltas omega antes de la dictadura fueron bastante fuertes. Estaban a punto de conseguir algo… Aunque algunas veces se les pasó de las manos. Puede que, dándoles algo de libertad ahora, Luthor quiera ponerlo de su parte. Es un movimiento fuerte. Los omegas son los que traen los bebés a este mundo, con una natalidad tan baja como la que tenemos actualmente, ¿Qué pasaría si de repente todos empiezan a negar a unirse? —El silencio se formó en la salsa. 

 

Antes de la llegada de Luthor al poder, casi por más de una década las revueltas omega habían causado estragos. Muchos exigían derecho a trabajo, cosa que nunca lograron, a decidir sobre su propio matrimonio, cosa que algunas familias consiguieron, el derecho a poder vivir solos y que no fuera bajo la supervisión de un alfa. Eso último fue la copa que rebosó el vaso, los reprimieron tantos que hubo demasiadas víctimas. Luthor acabó con todo y volvió las cosas a como estaban antes porque los reprimió a todos. Un mundo sin gente no podía ser gobernado y por eso incitó al aumento de casamientos y a que se tuvieran muchos niños por familia. Los omegas no podían estar solos, aunque un alfa los dejara, se les asignaba otros, más de tres hijos era la obligación para la sociedad, una buena cifra de la que sentirse orgulloso cuando se lograba. Ahora hablaba contra sus propias reglas implantadas. 

 

—Quizá si la gente no obligara a los omegas a hacer lo que quieren por su cuenta lo harían —Todos volvieron su vista de nuevo a Superman, parecía molesto con la situación. 

 

—Puede, pero ¿Y si no? —Batman volvió a chuzar. La revolución omega mató a sus padres, porque todos pensaban que su madre, una buena omega, era una sumisa a favor de las reglas alfas, y su padre había pecado solo por pertenecer a ese género. Los odiaba, a todos, porque su estúpida ‘libertad’ le había arrebatado todo. Prefería verlos tranquilamente con tantos niños que no tuvieran en otra cosa en la que pensar, atados a un alfa para que nunca olvidaran su posición. Los alfas razonaban mejor, estaban más centrados, sabían cómo llevar las cosas mejor. Los omegas eran simples bolsas de emoción sin raciocinio. 

 

—No puedes saberlo, Batman.

 

—Tú tampoco, Superman —La reunión acabó. Aún con el sabor de boca de todos que algo pasaba entre los dos ‘alfas’ y sin haber llegado a ningún punto concreto: Todo un fracaso. 



Superman había salido cuando nadie se lo esperaba. Estaba tan jodidamente cabreado que si no sabía de allí, estaba seguro que iba a darle un puñetazo a Bruce para que cerrara su boca estúpida. Intentó tranquilizarse, y entre sus vueltas e idas, terminó tocando la puerta de la casa de Lex. Ahora tenía más preguntas que cuando se dio cuenta que estaba embarazado. Probablemente estaba juzgando mal y el alfa sí era malo, ¿Lo estaba utilizando? Más bien le parecía un padre preocupado que otra cosa. 

 

—Clark —El alfa realmente estaba sorprendido de verlo frente a su puerta a esas horas de la madrugada. Se hizo a un lado y lo invitó a pasar —¿Sucede algo para que estés a esta hora aquí? 

 

—¿Por qué? —La última vez que tuvieron un enfrentamiento preguntó los mismo. El alfa le sonrió con una comprensión indigna y le hizo una seña que lo condujo hasta la sala de estar. 

 

—¿No es fácil la respuesta? —Clark, pronto tuvo en sus manos una taza de leche tibia con chocolate. No dudó en beberla, porque, a fin de cuentas, el hambre parecía seguirlo desde hace horas —Quiero que puedas decidir qué deseas. Y si nuestro hijo es omega, quiero que también pueda tener esa decisión. 

 

Pero por supuesto que el hijo de Lex tenía que ser un alfa o, de lo contrario, toda aquella mierda sería un desperdicio. En realidad ni siquiera creía que Clark fuera el tipo de omega que simplemente fuera a luchar con eso solo. Cuando su propio cuerpo o moral lo traicionan, estaría rogándole, su naturaleza siempre lo devolvería a él, como ahora. Pero no era idiota, no iba a enfrentarse a fuerza contra un hombre poderoso, al menos no mientras no estuviera marcado por él. 

 

—¿Pero por qué? No te ofendas pero, eres un dictador. Eres como la idea a todo lo contrario de ‘libertad’—Clark estaba confundido. 

 

—No se trata de eso Clark. Donde hay un mundo feliz, hay un mundo productivo. Yo solo estoy aquí para guiarlos a todos —Se sentó a su lado con tal naturalidad como que si fueran amigos de toda la vida. Lex se estiró en el sofá. El alfa apenas y llevaba un pantalón largo de pijama, su torso estaba desnudo, dejando ver que no era para nada descuidado en su persona. Clark apartó la vista cuando se auto-pilló mirando de más- El otro hombre sonrió cómplice —Puedes quedarte en la habitación de invitados, si no quieres irte, claro. Tú puedes hacer lo que quieras, Clark. 

 

Eso lo tenía desarmado. 



La mañana siguiente Clark se escabulló antes de que nadie se levantara. Ya se sentía como una pequeña molestia y no quería seguir importunando. Cuando llegó a su apartamento se sintió tan solo, que simplemente quiso volver a salir. Aún así, se obligó a darse un baño mientras las palabras de Luthor seguía dando vuelta en su cabeza. 

 

Salió de la ducha apenas y con un pantalón de Pijama puesto. Pensaba tirarse todo el día en el sillón abrazado a una tarrina de helado y viendo televisión como si la vida le fuese en ello, total, no tenía trabajo, no tenía a donde ir y tenía un bebé dentro que le estaba exigiendo muchas cosas en ese momento. Sin embargo, sus planes se vieron arruinados cuando vio a nada más y nada menos que el señor de la noche, en su traje de día, en medio de su sala mirando su desastre con mirada acusadora. 

 

—Realmente necesitas limpiar esto más — Clark lo miró con cara de pocos amigos, por qué Batman insistía en inmiscuirse en su vida. Ya había dejado bastante claro que no quería nada con él y no estaba de acuerdo en ninguna de sus cosas, ¿Por qué se seguía colando en su casa? 

 

—Fuera de mi casa —El alfa lo miró con una ceja arriba, como que si lo que acababa de decir estuviera fuera de lugar. 

 

—Por más que no quieras admitirlo, esto no deja de ser una trampa. 

 

—¿Has venido desde Gotham solo a decir eso? — Clark se cruzó de brazos. Bruce lo miró de nuevo por un momento. 

 

—No, en realidad —El hombre estaba en un traje formal y eso era demasiado extraño —Tenía una reunión y decidí que debía pasar — Parecía más calmado ahora, aunque sentía que en cualquier momento soltaría algo terrible — Creo que deberías decírselo a todos. Ya sabes, Wonder Woman, Flash, y etcétera —La postura del kryptoniano se relajó —Merecen saberlo, cuando avance más el embarazo y eso no podrás asistir y simplemente no vas a poder mentir para siempre. 

 

Bruce tenía algo de razón en ese momento. En algún momento iba a tener que presentarse como lo que realmente era. En ese instante tuvo miedo, de verdad no quería saber la reacción de ninguno; mucho menos si era alguien como Bruce, ¿Y qué si querían sacarlo del grupo? Al menos parecía que Flash estaría de su parte. 

 

—Tendrías que haberlo dicho antes. Se supone que nos reunimos en pos de la justicia y la verdad y tú has estado mintiendo todo este tiempo —El super hombre arrugó el entrecejo, podía sentir un leve desliz de enojo, pero, más allás por su condición de omega, sintió que Bruce le estaba reclamando por no haber confiado en él. 

 

—¿Y cómo querías que lo hiciera si nadie quiere a los omegas? —Bruce estuvo a punto de decir algo pero Clark lo interrumpió —Y cuando lo supiste solo reaccionaste como un capullo integral ¿Quieres que te lo recuerde? —Definitivamente, cada vez que se vieran iban a terminar en una guerra insana, simplemente, debía cortar con eso de raíz —Vete, Bruce. Lo que me dabas no me sirvio, pero Luthor me está dando la oportunidad de muchas otras cosas. 

 

—Te está engañando, Clark ¿Por qué no quieres entenderlo? 

 

—¿Y por qué debería confiar en el alfa que aprovecha su superioridad para someterme en lugar del que me está dando la libertad de ser quien soy? —Escuchó a Bruce rechinar los dientes con ira. El alfa cerró los ojos e intentó no soltar algo más. 

 

La verdad era que eso había sido un golpe bajo. 

 

—Lo que sea… —Se resignó a que, por el momento, Clark era un idiota —Ya me dirás que tengo razón —Acabó la discusión con eso — Además, vine aquí por Conner. 

 

—¿Por quién? 

 

—Supuse que no querías que le siguiera llamando ‘bastardo’, así que Conner —Bruce le estiró una caja a Clark que venía con un lacito azul. Lo miró con extrañeza pero al ver la insistencia del alfa en que lo cogiera, lo tomó. 

 

Tiró del lazo. 

 

Dentro de la pequeña cajita había unos zapatos tan diminutos que eran más pequeños que el largo de su dedo. Parecían unas mini-zapatillas pero hechas en puntadas de crochet con tanto arte y perfeccionismo que daban ganas de dejarlas expuestas en una vitrina para que nadie las fuera a dañar. Surrealista. 

 

—El primer regalo que debe recibir el bebé de un omega es de un alfa — De su alfa, pensó. 

 

Clark se quedó mirando el regalo. Era una antigua tradición, un bebé era la mayor alegría de un hogar, el primer regalo que recibía un bebé era del alfa de la familia, su padre, como símbolo de que era querido, aceptado y protegido. Una especie de forma de darle la bienvenida aún cuando no se había nacido. 

 

—¿Qué pasa si es una niña? — Preguntó Clark, pasando su vista del regalo a Bruce. El alfa se maldijo por dentro porque no pensó en ello. Tenía una corazonada, quién sabe por qué, de que era un niño. 

 

Es un niño —Dijo simplemente, sin querer dar su brazo a torcer delante del omega. Sinceramente, más le valía ser un niño para no hacerlo quedar en ridículo. 

 

—Gracias —Entonces, de entre todas las cosas extrañas que ocurrían últimamente, Clark dio un par de pasos, cerrando el espacio entre ellos y envolviendo al alfa en un abrazo. Bruce se quedó completamente rígido, sin moverse, sin devolver el abrazo o si quiera respirar. Bueno, en realidad sí respiró, aprovechó para poder olisquear el pelo de Clark e inundarse de su delicioso aroma a omega embarazado. 

 

Su omega embarazado. 

 

—La liga tiene que saberlo —Clark se separó y suspiró. Miró los pequeños zapatitos en su mano. Asintió. 

 

—Se los diré —Alzó de nuevo la vista y miró a los ojos de Bruce —Debí ser sincero desde el principio. 

 

Y una algarabía rabiosa de fondo irrumpió la respuesta de Bruce. 



Notas finales:

Espero que les esté gustando. Gracias a quienes comentan, me hacen muy feliz. 

 

Estoy subiendo, a veces, algunos relatos cortos, por si quieren leer: 

https://www.facebook.com/Sabichii-113441070280261/

 

¡Que el universo vibre favorablemente para ti!


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