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Herido por Sabichii

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Desde aquel entonces, en donde había descubierto el género de su bebé, las cosas no parecían haber cambiado mucho. 


    Aquella mañana estaba en la oficina central de Luthor. Clark, escribía un artículo donde hablaba de los siguientes pasos del dictador para la sociedad. Las nuevas reformas omega no habían ido mal, pero tampoco es que hubiera cambiado nada, prácticamente, los puestos seguían bacantes y ningún omega se atrevía a dar el primer paso. 


    Clark pensaba, ¿Sería él quien tuviera que dar el primer paso? Miró hacia su barriga que, a sus siete meses, ya era demasiada. El siguiente mes dejaría de trabajar, porque antes no había querido, pero ahora se cansaba demasiado. Oficialmente, al menos según lo que Luthor sabía, estaría en su departamento (porque rechazó la oferta de quedarse con él), sin embargo, la verdad era que estaría en Wayne Manor al cuidado de Bruce. 


    Acarició su barriga. Bruce había sido buen alfa hasta ahora, se había preocupado por todo. Conner no echaría en falta absolutamente nada cuando naciera, lo único que lo mantenía preocupado era su actitud tan acosadora y clasista. Había querido unir sus lazos con Clark, alegó que Conner no podría nacer fuera de una familia, que necesitaría un padre y más cosas que habían ofendido a Clark, ¿Acaso él no podía darle a su hijo lo que necesitara? Quizá Bruce tenía razón, debía unirse y no regalarle a Conner un futuro tan incierto. A pesar de que lo odiaba y seguía teniendo rechazo hacia Luthor, había esperado de su parte la misma propuesta, pero nunca llegó. 


    ¿Quién estaba haciendo mejor? ¿Aquel que quería brindar protección a toda costa o el que lo estaba dejando en su propio camino? Suspiró. Era todo tan difícil. 


    —¡Este fin de semana! —Luthor entró a la oficina seguido de Mercy que apuntaba quién sabe cuántas cosas en la bendita agenda —En una fiesta, este fin de semana daremos otra noticia importante. 


    —¿Otra? —Preguntó Clark. Hacía tiempo ya que no se fiaba de las ‘sorpresas’ de Luthor —¿Qué es esta vez? —Dijo curioso. Mercy, que de alguna manera sabía todo pero parecía no prestar atención, lo miró de mala manera. 


    —He decidido que esta pelea contra la Liga de la Resistencia no tiene sentido —Clark se quedó mirándolo profundamente. Definitivamente, Luthor no era un hombre con quien sus compañeros quisieran hablar ¡Nunca! Ni siquiera podía pensar en la reacción de Batman. 


    Para la buena suerte de Clark, fue el encargado de escribir tan dichosa noticia. Apareció el lunes por la mañana en el periódico. El dictador Luthor hacía un llamado a la Liga De La Resistencia para que acudieran este fin de semana a la fiesta, donde, pretendía acabar con todo ese conflicto. ‘Unir fuerzas para el bien común’, decía el título, también se hablaba de trabajar para un futuro donde todos los derechos fueran para todos. 


Batman no lo creía, y lo demostró, con su cara de mal genio ese mismo lunes en el almuerzo. 


—¿Qué se está creyendo Luthor? —Preguntó a la nada. Clark lo miró. No tenía muchas ganas de discutir con el alfa, así que solo lo dejó ser — ¿Acaso cree que nos vamos a unir? ¡Por favor!  


—¿Y eso no es bueno? —Se atrevió a preguntar. La mirada del alfa se clavó encima suyo y agradeció que Alfred apareció. 


—¿Estás hablando en serio, Clark? —Intentó hablar con una voz más calmada. El omega se encogió y solo recibió el helado que Alfred le traía. El mayordomo miró a Bruce con una ceja alzada, casi advirtiendo que no se pasara con el omega —¿Por qué lo sigues defendiendo? —Le encabronaba que Clark defendiera una y otra vez al otro alfa ¿Qué tenía de especial? ¿Sus ideas estúpidas? Clark no era capaz de ver a través de esa fachada de intento de buena persona. 


—Quiere que todos seamos iguales. Solo te molesta porque no quieres que sea así —Bruce lo miró por un largo momento sin decir una sola palabra y se alejó, no pensaba discutir más dicho asunto con nadie. 


Tal parecía que todos estaban al lado de Clark, porque en la siguiente reunión de liga, la aceptación de la propuesta de Luthor fue unánime. No es que fueran aceptar su amistad, no eran ingenuos, ni tontos, simplemente querían dar la oportunidad de escuchar. Las acciones de Luthor en los últimos meses no habían dejado nada negativo y sus intenciones y nuevas propuestas no pretendían nada del otro mundo. Es más, todo parecía tan bueno que daba miedo pensar que si se negaban, ellos serían los enemigos públicos. 


—No estoy de acuerdo —Fue el ultimatum de Batman, y sin querer escuchar ninguna opinión contraria se había ido de la reunión. 


Algo le decía que Luthor no tenía nada bueno que ofrecer. Algo en sus instintos le decía que estaba planeando algo de lo que todos iban a arrepentirse después y no quería creer que era bueno. No le convencía su personaje de redentor, sus buenas acciones ni sus discursos igualitarios. Aceptaba que, quizá, el mundo no estaba tan bien como él quería creer, pero, el cambio venía desde abajo, nunca desde arriba, ¿Por qué querría quitarse Luthor sus comodidades así por así? 


Ni siquiera estaba preocupado por Clark. El omega estaba convencido de que le estaba dando libertad ¿Libertad? Le había obligado a tener un bebé, no es que él fuera exactamente la persona para juzgar, pero, no había sido algo que Clark quisiera. Lo hizo a traición y Clark por querer creer que todos tenían algo de bondad se estaba dejando convencer. 


Por eso, y por muchos más motivos, se escabulló en la casa de Luthor. Si bien Clark podía saber cosas, no podría saberlo todo, y él, Batman, como protector de SU manada, porque Clark y su futuro cachorro eran su manada, tenía el deber de protegerlos. Vigilaría cada paso, porque Luthor ocultaba algo que definitivamente no le gustaba. 


La gente estaba algo emocionada con la noticia. Meses habían pasado desde la última vez que avistaron a Superman y esta invitación de Luthor tenía todas las cartas para que el hombre se dejara ver y calmara todos los rumores y ansiedad de las personas que se sentían protegidos por ellos. 


—No deberías ir —Obviamente Bruce estaba en desacuerdo que apareciera. La idea de que Superman, el hombre de acero, el protector se dejara aparecer con una barriga de siete meses no era una imagen alentadora. Además, Bruce, muy en el fondo, temía que alguien atentara contra Clark. Era un hombre de hierro, pero, un omega al fin y al cabo. 


—Tú no me dices qué hacer —El alfa gruñó. No podía superar la actitud de Clark tan desobediente y retadora. Sí, sí. Él siempre hacía lo que quería. 


—Deja que los demás se encarguen, no tienes por qué ir —Se paró frente al omega, mirándolo de arriba abajo. Debía admitir que ese traje le quedaba bien, bastante ajustado, pero con una camisa suelta que dejaba ver su hermosa barriga en todo su esplendor. Había decidido que estaría como Clark por la fiesta, y, después de un rato, lo haría como Superman, porque eso era lo que querían todos y Clark estaba dispuesto a apoyar todo lo que fuera bueno y las causas justas, provinieran de donde provinieran. 


—Si tanto quieres cuidarme ¿Por qué no vas con nosotros? —Bruce volvió a Gruñir. Su orgullo estaba muy por encima de todo y ya había dado su palabra de no aparecer por allí. 


Discutir era su cosa favorita, pero, su largo argumento no es algo que compita en este momento. El caso que aquí nos importa es la fiesta y todo lo relacionado a ella. 


    La Liga De La Resistencia se presentó esa noche para alivio de todos. Lo único que se extrañó fue la ausencia de Superman y Batman, pero Diana había calmado a todos diciendo que Superman aparecería, porque siempre estaba de su lado. Que él se encargaría de explicar el por qué había desaparecido por los últimos meses. Eso, pareció calmar al populacho que estaba en desespero. 


    Clark se paseó por la fiesta, todo era casi utópico. Hasta él estaba emocionado por el momento. Acarició su barriga. Desenmascararse ante el mundo como el omega que era iba a ser un gran paso, pero se lo debía, a él y su pequeño. Quería parar de huir, de esconderse. Quería ser, como había dicho Luthor, la prueba de que los omegas también podían salir al mundo y ser grandes, que podían solos. En sus manos estaba la oportunidad de cambiar el mundo. 


Alguien lo agarró del brazo con fuerza. Inmediatamente giró y vio a Bruce allí, agitado, con la chaqueta mal puesta, la camisa mal abotonada y el sudor corriendo por su frente. 


—Clark, estás en peligro, vámonos —Lo jaló. Clark jaló hacia su lado. 


—¿Qué te pasa? — El omega se enojó y dejó que su aroma lo demostrara —No tienes derecho de venir aquí a jalonearme — Dijo entre dientes, por lo bajo. El alfa gruñó en respuesta. 


—Tenemos que irnos, esto es una trampa, Clark —Clark suspiró. Bruce necesitaba ayuda ¡Mucha! Su paranoia con que todos estaban mal, menos él, estaba llegando a un punto insoportable. 


—Bruce, para ya. Es solo una maldita fiesta —El alfa lo apretó aún más fuerte y Clark siseó. Si bien su fuerza humana no le hacía el mayor daño, su aroma lo estaba poniendo nervioso y a la defensiva — ¡Suéltame! ¿Estás loco? 


—Luthor quiere matarte. A ti y a Conner —Vio al alfa mirar hacia todos lados, hablando entre dientes, demasiado alerta —Aquí no es seguro. Puse cámaras en su casa y… 


—¿De verdad? ¿Has estado haciendo eso? —Clark volvió a jalar —Has llegado demasiado lejos ¿No crees? Bruce ¿No te escuchas? Estás como un loco —Clark miró a su estómago cuando Conner lo pateó. Siempre hacía eso, cuando el alfa estaba emocionalmente inestable, siempre lo pateaba. 


Era gracioso pensar que ni siquiera era tan susceptible a su tacto, pero cuando Bruce estaba cerca se movía como remolino. No quería que su bebé se pusiera mal por culpa de las alucinaciones de Bruce. 


—Te estoy hablando en serio, Omega —Conner lo pateó más fuerte, para ser tan pequeño parece que había heredado sus poderes, agarró el brazo de Bruce en respuesta y lo apretó, no tanto para romperlo, pero lo suficiente para decirle a Bruce que parara. 


—Esta es mi vida, este es mi hijo y yo sé cómo tomar las decisiones por nosotros dos—Respiró pesadamente. Bruce tenía que entender que no tenía por qué decirle nada ni él tenía por qué seguir sus órdenes. 


    —Conner es MI hijo también y no pienso dejar que tus ínfulas de redentor lo pongan en peligro —Aquello le salió en un mal momento. Conner no era su hijo, Clark no era su omega y Bruce solo estaba jugando a ser el alfa de una familia que, en el fondo, no le pertenecía. 


    —Conner no es tu hijo, Bruce —Eso le había dolido, más que una patada, una cachetada del omega o el rechazo. Todo era porque tenía razón, no lo era —Es de Luthor —Clark lo soltó, a pesar de que el alfa seguía agitado y su aroma había cambiado a algo que no había sentido nunca — Y quiero darle la oportunidad que su verdadero padre le está dando. Ser reconocido por el mundo por lo que es.


    —Clark —Bruce lo miró a los ojos, cogió la mano del omega pero fue inútil, este lo jaló —Estoy diciéndote la verdad. Aquí no puedo protegerte. Solo escúchame por esta vez y no te pediré de nuevo que lo hagas —Ni siquiera obtuvo una respuesta, porque Clark se dio la vuelta y dándole una última mirada se marchó. 


    Le mandó un mensaje a Diana desesperado. La alfa le respondió diciéndole que Superman le había contado lo que planeaba y le pidió que pusiera de su parte para hacer la paz. Luthor estaba sonriendo, saludando a todos. Siendo buena persona. 


    Allí, en medio de la fiesta, Bruce se llevó una mano al rostro. Quizá él era el loco, el que no quería cambiar. Lo más probable es que el único villano de la historia fuera él y no quería darse cuenta. 


    ¡No! Maldita sea, su omega y su cachorro estaban en peligro. 


    Se escabulló a quién sabe dónde. 


    Entonces, Clark estaba en su traje de Superman. Era muy extraño ver el azul forrado en su panza. Era una nueva imagen, una especie de símbolo de esperanza  trastocado que ahora daba otro nuevo mensaje. Se pasó las manos por la pancita, Conner dejó de patear y pensó por un momento si sería sano en un futuro que siquiera tuviera contacto con Bruce. El alfa estaba un poco desquiciado y, siendo como era, no quería que su hijo, que sería un omega, tuviera que vivir bajo las reglas estrictas y clasistas de alguien como Bruce. No es que Luthor fuera una mejor opción, pero al menos le enseñaría algo de ‘ser lo que quieres ser’. 


    —¿Preparado? —Luthor torció una sonrisa. Sintió una especie de  deja-vu pero con una sensación distinta. Estaba vez no hubo un beso en la mejilla ni una caricia para el cachorro; a pesar de todo, asintió. Era el momento de demostrarle al mundo quién era de verdad. 


    La escena se repetía, como el ciclo de la vida, todo vuelve al mismo círculo. El dictador sobre el podio, dando la bienvenida, las personas escuchando atentamente. 


    —...Todo esto no ha sido porque sí. Hace unos meses anunciamos que los derechos de los omegas eran tan importantes como los nuestros. Todo este tiempo nadie se atrevió a dar el primer paso, pero, hay alguien que sí. Alguien que ustedes aman, con quien se sienten seguros y que, para sorpresa de todos, es también un omega. 


    A decir verdad no sabía qué llamaba más la atención, que Superman hubiera aparecido en ese mismo instante o el hecho de que tuviera una gran barriga dando sentido a muchas de las cosas que había dicho Luthor. 


    —La persona que ha estado cuidando de todos es también un omega. Debo decir que yo también estuve sorprendido. En todo este tiempo me he dado cuenta de una cosa —Miró a Superman y volvió a poner esa sonrisa torcida en su rostro —No importa de dónde vengas, los omegas siempre deberían estar controlados o pasarán cosas como estas —Clark frunció el ceño. Algunos murmullos se escucharon por la sala —¿Qué haremos si nuestra tierra se puebla de super bebés imposibles de controlar? —Luthor se alejó un par de pasos, caminando, pensando, mientras seguía hablando —Omegas super fuertes que creen que pueden hacer lo que quieran ¡No lo permitiremos! Porque nosotros, los alfas, siempre seremos la raza superior. 


    —¡Agáchate! —El grito llegó desde lejos. Una bala interrumpió la sala y los gritos y demás no se hicieron esperar. La noticia llegó a tiempo, porque Clark se movió mirándo a Batman, desde el otro lado de la sala, en el segundo piso, luchando contra Mercy. 


    Unterbrechen. Interrumpir.


    Luthor no pensaba aceptar un omega como heredero. Lo tenía demasiado claro. 


    La fiesta se dispersó y la Liga de la Resistencia pronto se vio envuelta en una pelea sin sentido, porque había demasiados hombres, con demasiadas armas que conocían sus puntos débiles. Luthor no era idiota. 


    Batman debía reconocer algo, Mercy era una contrincante digna a pesar de ser una beta. Le había hecho varios cortes, pero ahora ella era quien caía escaleras abajo sin control. Miró hacia el fondo, Superman luchaba contra Luthor y por Dios ¡Con su bebé adentro!


    A esas alturas Clarke estaba asustado y arrepentido de no haberle hecho caso a Bruce. Tenía miedo de dar un mal golpe, la barriga apenas y le permitía moverse, pero no se esperaba, no se esperaba esa puñalada de Luthor. 


    —Detente, Clark — La voz de Luthor viajó por su sistema como una corriente. La debilidad de su género le obligó a reaccionar haciendo lo que quería el alfa —Es gracioso que también tengas esa estúpida debilidad —Batman corría desde el otro lado, mirando a Clark, alcanzó a verlo, pero el salón parecía infinito ante sus ojos y Mercy, que parecía inmortal, lo volvió a atacar por la espalda — Preséntate—Esta vez tuvo más miedo que la vez en que le habló Bruce, tal vez era el embarazo o el hecho de que estaba ante mucha gente. 


    Los presentes solo pudieron quedar boquiabiertos al ver cómo el hombre más poderoso del mundo se humillaba de esa manera ante Luthor, demostrando que los omegas seguían siendo inferiores, demostrando su lugar bajo los pies del alfa, de rodillas, sumiso, como siempre había sido. 


—Las cosas podrían haber sido diferentes si la cosa que llevas dentro hubiera sido alfa, pero lo que llevas no me sirve de nada —Lo vio sacar un arma y esta vez tuvo miedo, porque pudo sentir el efecto del fragmento de kriptonita anunciarse. Conner se removió, lo pateó fuerte, como pidiendo ayuda. 


Batman pateó a Mercy lo más que pudo y corrió en la dirección de su bebé. 


Cuando iba a medio camino, el sonido de la bala disparándose chocó contra sus oídos. No se detuvo, corrió con más ganas. Segundos después solo podía sentir el peso de Clark desvanecerse en sus brazos y la sangre corriendo por sus manos. 


Ya no había más patadas de cariño recibiéndolo. 


Apretó el omega contra sus brazos.


—Bruce —Escuchar su nombre débilmente a través de sus labios lo hizo reaccionar —Bruce… El bebé… 


Ni quiera estaba seguro si le dolía, sus sentidos se vieron aturdidos y dejó de escuchar todo lo que siempre escuchaba. Sentía un peso dentro de sí que le costaba respirar. Se agarró al alfa. Entonces, todo se puso negro. 


Alfred puso una mano sobre el hombro de Bruce. Aquel toque tan sútil era todo lo que necesitaba para sentirse apoyado. El momento que había llamado ‘Minuto zero’ fue aprovechado para dar un golpe de estado. Fue casi glorioso, ver el Régimen de Luthor caer en un instante de rabia, odio y despiste por parte de este. Sin embargo, las paredes del hospital con olor a desinfectante era algo que no hubiera querido oler después. 


—Amo Bruce, Clark ha despertado —Dos días había pasado en coma, porque fue una tarea titánica poder abrir la piel del kryptoniano, tuvieron que usar más kryptonita. Fue todo muy tarde. 


—Clark —La puerta estaba cerrada. Bruce se encargó de que nadie más estuviera allí. Tuvo muchas batallas difíciles en su vida, pero esta, era, de lejos, la peor que había tenido que enfrentar —Lo siento. 


Cuando perdió a sus padres la gente le dijo que era el ciclo de la vida, pero, ¿Cuando el ciclo era al revés? ¿Cómo se le explica a un padre que ha perdido a su hijo? ¿Cómo se lucha contra el dolor de haber perdido algo que ni siquiera pudiste tener entre sus brazos? Cómo se le llama al anhelo de haberlo tenido todo y a la vez nada. 


Su barriga ya no estaba allí. Y Clark empezó a hiperventilar cuando no pudo escuchar los pálpitos del corazón de su bebé. Bruce le tomó de la mano, dejando que su aroma protector lo envolviera si es que eso servía de algo. 


Lo escuchó llorar tan amargamente, que solo reaccionó para envolverlo en un abrazo. Ese también era su hijo, también le habían dado todo y se lo habían arrebatado sin darle la oportunidad de disfrutarlo. 


¿Cómo se lucha contra algo que es intangible? 


Los dioses que escriben el destino tampoco tienen una respuesta para eso. 


Lo que sí pueden hacer es darle paso al tiempo. Unas semanas, cuando la cabeza ya está fría y se puede pensar con más claridad. Clark llevaba dos semanas sin dirigirle la palabra a nadie. Leslie dijo que era normal, que tendría que superar el shock psicológico de haber perdido su bebé. Bruce tampoco andaba muy bien, él también había perdido a su bebé, porque Conner era suyo, él lo alimentó con Waffles, le dio helado y rellenó sus venas de azúcar. Acarició por entre la piel de Clark sus manitas y le habló de la forma más ridícula. Él también tendría muchas cosas con las cuales lidiar. Asumir que siempre tendría que perder era difícil, aunque no lo admitiera. 


Pero, saber que Superman se había presentado en Arkham era algo con lo que no sabía cómo lidiar. Corrió, porque sabía que nada bueno venía de allí. 


Los dioses se preguntan ¿Cómo es que alguien reacciona al estar en frente del asesino de tu hijo? 


Superman estaba allí, frente a la mesa de metal, de pie, con las manos atrás, mirando la cara sonriente de Luthor, esposado y sentado de mala manera. 


— ¿Sabes? Es una sensación extraña — Fue Superman quien habló, la voz profunda, oscuro. Si cualquier ser humano cuerdo pudiera haberla escuchado, probablemente sintió un escalofrío a recorrerle. Se acercó a la mesa, dio un puñetazo tan fuerte sobre la misma que la abolló en el instante —Es como si te arrancaran el corazón estando en vida —Luthor no dijo nada. 


Clark se inclinó más, hasta estar a centímetros del rostro monstruo al que había pasado defender. 


—Pero mis padres siempre me enseñaron a compartir y quiero compartir ese sentimiento contigo —Luthor no entendió esas palabras, ni nunca las entendería, porque cuando quiso entenderlo, el brazo de Superman había atravesado su pecho y había materializado en acciones el sentimiento de un corazón arrancado. 


Batman abrió la puerta, agitado. Vio el corazón de Luthor en la mano de Clark y no supo cómo reaccionar a eso. 


Alpha —Superman miró a Bruce y este, que es un humano tan vulgar, sintió escalofríos por la mirada del omega— tú también vas a pagar por esto. 


Amar y ver a tu amor hundirse ¿Qué es el amor? Los dioses del destino no tienen respuesta alguna. 


_______________


Es hielo abrasador, es fuego helado,


 es herida que duele y no se siente,


 es un soñado bien, un mal presente, 


es un breve descanso muy cansado. 


Es un descuido que nos da cuidado, 


un cobarde con nombre de valiente, 


un andar solitario entre la gente,


 un amar solamente ser amado.


 Es una libertad encarcelada, 


que dura hasta el postrero parasismo; 


enfermedad que crece si es curada. 


Éste es el niño Amor, éste es su abismo.


 ¡Mirad cuál amistad tendrá con nada


 el que en todo es contrario de sí mismo! 


—Francisco de Quevedo


__________


 

Notas finales:

Así, estoy emocionada por saber qué estás pensando de este capítulo, ¿Cuál fue vuestra reacción? ¿Algo de esto lo habéis esperado? ¡Estaré feliz de saber lo que pasa en este momento poe tu cabeza!

Facebook, donde sí subo cosas felices: 

https://www.facebook.com/Sabichii-113441070280261/

Por cierto, muchas gracias a todos los que me comentan. Los aprecio mucho, sé que a veces no respondo, pero es que no sé qué decir(??). Pero me hacen muy felices, hasta sus Conti plz. Es como esa sensación de que estan allí.

Los quiero

¡Qué el universo vibre favorable para ti!

 


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