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Herido por Sabichii

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Tuvo que hacer muchas cosas difíciles a lo largo de su vida: Darse cuenta que no era un humano normal, aceptar su verdadera casta, vivir bajo el régimen como si le gustara, pelear por él y por el mundo. Sin embargo, estar allí a punto de deshacerse de un bebé que estaba en su vientre era, por mucho, la cosa que más valor le había requerido nunca. 

 

—Todo estará bien, cariño — Ni siquiera la voz dulce de Leslie pudo tranquilizarlo. Se mordió el labio interno y asintió, estirando su brazo a la doctora para que pudiera clavar en la dura piel la aguja de kryptonita con el líquido que se desharía de todos sus actuales problemas. 

 

—Espera —Quitó el brazo demasiado rápido. Dudó. Llevó una mano a su vientre y pensó un momento. La curiosidad de saber quién o qué estaba allí era mayor, además, podía sentir su leve olor imperceptible para los demás, estaba vivo y él quería asesinar ese grupo de células que estaba en la línea de meta de esa carrera llamada vida —No quiero. 

 

—Clark —La voz de Bruce cerca de la puerta de la habitación lo hizo saltar, ¿Cuánto tiempo estuvo el alfa allí parado mirando? De nuevo tenía ese ceño fruncido y esa mirada de que todo lo sabía y todo lo podía. Lo ponía tan enfermo. El jodido alfa clasista de Bruce Wayne —Solo deshazte de eso —Sus frases competían más por imperar que por aconsejar. 

 

—No quiero —Volvió a repetir — Y eso lo decido yo, no tú —El gruñido de Bruce hizo que casi se encogiera sobre sí mismo. Por un momento, las escenas de antes con Bruce usando su voz con él lo aterraron, aún así se mantuvo firme.

 

Se levantó, Leslie no dijo nada, tan solo le dedicó una sonrisa comprensiva y un asentimiento de que nada malo pasaba. La mirada de Bruce era laceradora en su persona, pero no se quería dejar doblegar por el alfa. Habían sido amigos mucho tiempo, compañeros al mismo nivel, para Clark, las cosas no cambiaban ahora, ser omega nunca le impidió hacer lo que quiso y definitivamente no dejaría que Bruce sacara partido de eso. 

 

—No te puedes ir de aquí —Bruce habló, intentando hacer de sus palabras la máxima de esa incipiente discusión, pero Clark pasó por su lado y lo empujó, mirándolo con rabia, como un omega jamás se atrevería a mirar a un alfa. 

 

—Lamento haber venido aquí —Ni siquiera tenía un plan, nunca tuvo un plan, pero ahora simplemente estaba ejecutando cosas sobre la marcha. Algún dios lo iluminaría y ya se le ocurriría algo —Pero no pienso dejar que decidas por mí —Y se fue. Antes de darle la oportunidad a Bruce de decir algo, de usar su poder contra él, de que lo convenciera de hacer algo de lo que no estaba seguro. 



Vagó un poco como Clark por las calles de Gotham, el cielo gris y la atmósfera de la ciudad se fundían de manera facilista con su estado de ánimo. No pudo seguir ocultando su olor por mucho tiempo, y un omega solo por las calles no estaba precisamente seguro. Tampoco es que no pudiera defenderse, pero no quería arruinar su identidad aún.  Así que tomó la ruta más fácil y voló de nuevo a Metrópolis. Se resguardó en su apartamento, tomando siempre la ruta segura de Clark. El agobio y la incertidumbre lo invadió cuando estuvo solo. Todo esto era culpa de Luthor y lo que sea que hacía en CADMUS. Tendría que enfrentarlo, tarde o temprano. 

 

Para ser sinceros, fue más temprano que tarde, porque esa misma madrugada estaba colándose sin ningún plan previo ni nada preparado en los laboratorios de Cadmus. Flotó por los pasillos, hasta el momento, no hubo ninguna alarma que frustrara sus planes de investigar cómo fue que quedó en cinta en ese sitio. Se roció tanto bloqueador de olor que encontró en el super, que no creía que nada lo detectara y se aseguró de esquivar a velocidad imposible para detectar por el ojo humano las cámaras que estaban por ahí. Si algo le aprendió a Batman fue a moverse por los puntos ciegos. 

 

Llegó hasta una pequeña sala. Había una mesa que rodeaba las cuatro paredes llenas de controles y un tubo con un líquido extraño imponente en todo el centro. Lo rodeó mientras volaba y miraba con curiosidad. ¿Qué querría esconder Luthor en un lugar como ese? 

 

—Iba a ser el vientre artificial de nuestro cachorro —El omega miró hacia la puerta e inmediatamente dejó de flotar. Se puso a la defensiva, pero el alfa frente a él solo se quedó a una distancia prudente. 

 

—Luthor —El nombre salió de entre sus labios con ira. Allí estaba el causante de todos su problemas —¿Cómo es que…? 

 

—¿Cómo es que sé que estás aquí? La pregunta aquí es ¿Cómo entraste tan fácilmente? —Lo vio sonreír con orgullo —Porque yo lo permití —El alfa dio un paso hacia adelante y, como cosa del instinto, el omega dio uno atrás. Sin querer, hizo sentir orgulloso al otro del supuesto miedo que le causaba. Luthor caminó seguro alrededor del tubo lleno de líquido amniótico artificial mientras que Clark se alejaba a cada paso —Sé que tienes muchas preguntas. 

 

Clark lo miró. Era esa su oportunidad de saberlo todo. 

 

—¿Cómo supiste que era un omega? —Luthor sonrió. Era como que si hubiera esperado toda su vida que le hiciera esa pregunta. Pensó un momento las palabras que le diría al otro, tenía que convencer a Superman, contentarlo con sus respuestas, hacerle pensar que estaba de su lado. 

 

—El día que entraste a Cadmus y quedaste encerrado en la habitación — pero por todos los dioses, mira que haberse metido a su territorio pensando que no lo sabría —Al parecer cuando perdiste la conciencia también perdiste tu habilidad para ocultar olores —Clark asintió. Eso, aunque extraño, parecía tener algo de sentido — Hace un tiempo que experimentamos con la clonación y pensé ¿Por qué no? Nunca experimentamos con un humano de verdad, mucho menos con un kryptoniano, las probabilidades de que todo saliera mal eran muchas, pero pensé ¿Por qué no del modo natural? —Clark lo miró con la mejor cara de asco que tenía y el alfa soltó una risilla escalofriante —Oh, no te preocupes, solo te inseminé. 

 

No sabía si esa respuesta era mejor que lo otro. En realidad nada era especialmente bueno. Así que técnicamente Luthor lo dejó embarazado a posta. 

 

—¿Por qué? ¿Por qué yo? —La pregunta que quería hacer desde hace rato se materializó en sonido. Luthor le sonrió y pareció una especie de sonrisa entre la comprensión y el orgullo. 

 

—Porque eres el omega perfecto —Sintió náuseas ante la respuesta — Un omega kryptoniano, entre tus poderes y mi inteligencia ¿Puedes imaginarte lo que puede salir de esa fusión? Además, todo este reino que he construído merece ser heredado por el mejor, y tú, Superman, déjame decir, que eres el mejor —Eso era raro ¿Luthor le estaba diciendo que era el mejor? ¿A él? ¿Después de varios intentos de homicidio a su persona? —Los alfas y los omegas están para completarse, imagínate todo lo que podríamos crear juntos. Los omegas te escucharán, los alfas me escucharán al saber que el omega más fuerte del mundo está de mi parte. No más violencia o reglas por la fuerza. Podemos hacer un mundo mejor. 

 

Por un momento la mente de Clark se deslizó por lo último: ‘Un mundo mejor’. Siempre soñó con el día en que pudieran construir algo así. 

 

—¿Y si eso querías porque matas tanta gente? ¿Cómo se supone que eso se consigue con un bebé? —Ahora estaba todo confuso. Si quería un mundo mejor por qué empeñarse en ser tan frívolo y mezquino. 

 

—Porque un bebé representa la unión de dos cosas. Y hay muchos alfas aún que piensan que los omegas sirven para eso, al igual que muchos omegas; Tú podrías demostrar lo contrario, podrías darles a entender que tienes otras habilidades más que eso. 

 

Recapitulemos, porque, para ese punto, Clark estaba algo perdido. Así que Luthor quiso construir un mundo mejor embarazándolo, para demostrar que dos cosas tan diferentes podían unirse en uno y a su vez, dejar que Clark, es decir, Superman, como imagen omega, mostrara al mundo que eran más que objetos para criar bebés. ¡Ja! ¿Qué? Tenía un punto: Cambiar el concepto que se tenía de los omegas, la única parte que no le gustaba era tener que tener un bebé con él. 

 

Pero siendo sinceros, Luthor solo quería un heredero fuerte, que pudiera moldear a su manera y que, preferiblemente, proviniera de los mejores genes; Kryptonianos, vaya. Si convencía a Superman de ser su omega, tendría el control total sobre él y podría usarlo a su antojo, pero eh, primero debía convencer al omega. 

 

—¿Quieres ser mi omega, Clark? —Su nombre secreto en labios del dictador lo descolocó —Juntos podemos construir un mundo mejor. 

 

—¿Cómo sabes mi…? 

 

—Tengo un buen olfato, Clark. Todo este mes pude ver como cambiaba sutilmente ¿Es que no lo notaste? Además, justo en el mes que lo supuse, empezaste a faltar al trabajo. Llevas dos entrevistas perdidas —Eso sí era estar en un buen lío —Pero no quiero obligarte a nada.

 

—¿No? — Clark preguntó con algo de ironía. Su creciente panza decía absolutamente todo lo contrario. 

 

—Haré una fiesta, puedes estar allí, haré un anuncio importante —El alfa detuvo su andar nervioso que había tenido todo el tiempo y dio su vuelta hacia la salida — Quiero que estés ahí para que veas por tus propios ojos que lo que digo es verdad —Se detuvo casi en la puerta y medio giró su rostro mirando con el rabillo del ojo a Clark —También me gustaría recibir alguna ecografía de mi hijo, si no es molestia. Tengo un médico que estaría encantado de llevar tu embarazo, por si lo quieres aceptar. 

 

No dijo nada más, simplemente lo vio salir por la puerta sin más. Clark ahora estaba en una terrible guerra interna. Por un lado Luthor sabía absolutamente todo de él y eso era peligroso, pero por otro, parecía hasta querer ser amable y eso lo tenía muy consternado. Siempre tuvo la sensación de que Luthor era una persona horrible, pero hasta había sido mucho más considerado que Bruce, al que siempre consideró su amigo, al menos como Batman. Tampoco lo estaba obligando severamente a nada, solo a tener un bebé, aunque Bruce le dio la oportunidad de deshacerse de eso ¡Joder! Todo era tan difícil. 

 

Decidió salir de allí. Lo mejor sería volver a casa y pensarse todo de una mejor manera, total, Luthor lo sabía todo, Batman lo sabía todo y él ya sabía lo que quería saber. Nada de eso lo hizo sentir mejor. 

 

La mañana señalada por Luthor como «La fiesta » llegó con unas fuertes náuseas que lo lanzaron al váter a primera hora de la mañana. Estaba seguro que los humanos tenían esos síntomas meses después, pero parecía que su biología kryptoniana era diferente en algunos aspectos. Se dio cuenta que no soportaba muchos olores, que ya no podía deslizarse entre alfa-omega-beta y que su olor cambiaba poco a poco mezclándolo con otro que le era ajeno. Sin contar con que no pudo beberse otra cerveza y que todo lo que estuvo comiendo lo vomitó simplemente a los segundos. 

 

Se cepilló después de haber devuelto su intento de desayuno. Bruce no contactó con él en los últimos dos días desde que escapó de la mansión pidiendo su ayuda. Sus ojeras se marcaron bajo sus ojos, pasó también esos días sin dormir, la primera noche, una pesadilla gracias a los tratos tan ‘agradables’ de Bruce y la segunda, una que tenía como protagonista a Luthor. Definitivamente odiaba los alfas. 

 

Pasó toda la tarde jodidamente cabreado, buscando el traje más decente y todas sus cosas de periodista. No sería raro verlo por allí, a fin de cuentas, siempre cubría los reportajes del dictador Luthor. Cuando llegó la hora, se puso su ropa y sus gafas y se roció con tantos olores de perfume para ahogar el del embarazo, que casi vomitó de nuevo y le pareció terriblemente excesivo. 

 

Como sea, llegó a la fiesta, pasando desapercibido entre toda la multitud de gente exageradamente famosa y millonaria que intentaba codearse con Luthor. Clark se detuvo en su siempre inadvertida esquina, con algunas notas y una cámara. 

 

—Hueles horrible —La voz de Bruce tras él hizo que se le erizaran todos lo vellos del cuerpo, giró en un movimiento descuidado, chocando la libreta contra la copa que llevaba el alfa y haciendo un desastre en menos de un minuto. Bruce lo miró inquisitivo y Clark suspiró entre nervioso y enfadado. 

 

—Pues no lo hagas — Fue lo que atinó a contestar mientras intentaba ignorar la mirada penetrante del otro. 

 

—Aún estoy enojado —Clark lo vio beberse el último rastro de champagne y pidió paciencia a los dioses — me empujaste. 

 

—Te lo merecías. 

 

—Los omegas no empujan a sus alfas. 

 

—Pues qué bien que no eres mi alfa —Bruce gruñó un poco por lo bajo, Clark no se amedrenta, no podía hacerle nada allí. Estaba en un lugar público, con más gente. Estaba seguro que Luthor se metería si quisiera hacerle algo. 

 

—Clark, deberías reconsiderar ese comportamiento —El alfa pareció controlarse. Su pequeña charla podría llevarlo al desequilibrio y eso no sería bueno, pero Clark, simplemente, no estaba dispuesto a poner de su parte. 

 

—Yo reconsideraré lo que se me dé la gana —El alfa alzó la mano en un reflejo corriente, pero se detuvo a medio camino pensando que, en primer lugar, esa no era la mejor opción, y en segunda, Clark era un jodido kryptoniano — ¿Vas a pegarme? ¿Por qué? ¿Herí tu débil orgullo de alfa? Hazlo, quiero ver que te atrevas a hacerlo —Ahora sí pudo sentir el enojo del afa, pero de pronto, todo se disipó cuando sintió una mano tocarlo levemente por la cintura. 

 

—¿Qué se va a atrever a hacer el Sr. Wayne? —Luthor preguntó por detrás, desvaneciendo inmediatamente el olor del alfa enojado. El dictador miró con una ceja levantada a Bruce y este le sonrió con esa sonrisita marca Wayne de la que tanto estaba acostumbrado. 

 

—Una sesión de fotos un tanto atrevida —El alfa respondió sin titubeos — Clark decía algo sobre una sesión de fotos de famosos para recaudar fondos para los habitantes de la periferia —Luthor no pareció muy convencido y Clark se vió en la obligación de asentir y secundar la idea. 

 

—Ese concepto de recaudación es horrible —Dijo el otro alfa, realmente ajeno a lo que estuvieron hablando de verdad. Sin embargo, ese no era el momento para ponerse a discutir de marketing o algo así —Clark, tenemos que hacer cosas —Lo empujó levemente, señalando el camino tras la cortina para prepararse para el discurso. Clark miró por última vez a Wayne de forma despectiva y siguió el camino con Luthor hacia donde debían. 

 

Bruce se quedó allí parado, con la copa vacía en la mano y con toda la ira hirviendo en sus venas, no estaba enojado solo porque Clark no se doblegó ante él, en realidad, de todas las cosas, eso era lo que menos le importaba porque fue esa rebeldía la que lo tenía como un imbécil pensando en el omega los últimos días. Lo que realmente estaba haciendo que ardiera en furia e indignación sólida era la mano del otro alfa en la cintura de Clark, tan tranquila, tan sútil, como que si estuviera acostumbrado a tocarlo de aquella manera. 

 

Apretó tanto la copa que se rompió en su mano, llamando la atención de algunos y viéndose obligado a sonreír estúpidamente para desviar la atención. 

 

Ese era su omega, Luthor había embarazado a su omega y ahora lo estaba tocando como si nada. 



—No te preocupes por sacar fotos, ya alguien más se está encargando de eso —Tras el escenario, las manos del alfa Luthor sobre su pecho, acomodando el nudo de su corbata se sentían extrañas. Había una pequeña sonrisa paciente y satisfecha en el rostro de Luthor y sus movimientos y palabras eran tan delicados que Clark se sentía incómodo con tanta atención —Solo quiero que escuches y disfrutes, porque todo esto es para ti — Lo que ocurrió luego, fue algo que Clark no pudo simplemente procesar. 

 

El beso de Luthor en su mejilla como algo efímero y frágil, la mano que se deslizó hasta su vientre en una caricia gentil y la sonrisa de seguridad mezclado con su olor a chocolate negro lo dejó desarmado. 

 

—Todo esto es por ti y por él —Y diciendo aquello, se alejó, saliendo al escenario donde todo el mundo lo esperaba. 

 

Clark salió después, haciéndose a un lado donde podía ver perfectamente al alfa, vio a Bruce al otro lado del salón con cara de pocos amigos y bebiendo otra copa de algo diferente, cuando el alfa le devolvió la mirada, decidió ignorarlo y concentrarse en la figura de Luthor en el podio, sonriendo a todos, como siempre lo hacía. 

 

—Bienvenidos, Señora y señores, tengo un comunicado muy importante que revolucionará al mundo… 

 

Y la noticia enloqueció al mundo. 

 

Notas finales:

Muchas gracias por los comentarios, me hacen tan feliz. 

¡Que el universo siempre vivbre a tu favor!


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