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El arte de lo duradero. por Rebeca-chan

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Notas del fanfic:

espero que les guste, las ideas ya no me llegan ajajaja cada vez es más difícil escribir. 

Notas del capitulo:

espero que les guste, este ha salido de mi total invencio pero me inspiré en una serie de netflix llamada "followers" deberían verla, es muy buena. 

El click de la cámara producía eco en aquel estudio, el flash enceguecía a las personas y las luces iluminaban a los cuerpos de los protagonistas. Risas y órdenes se escuchaban por el lugar. “Ven más a tu derecha” “ponte así…si, justo así”  y todos la obedecían. En el set, se podían ver un puñado de modelos, delgados seres etéreos y andróginos, con vestidos coloridos, a la moda de parís o Milán.

Un rubio portaba una cámara profesional, tomaba fotos de cerca y de lejos, dando indicaciones. Aquel fotógrafo se llamaba Naruto Uzumaki y era bastante reconocido en la industria. Galardonado como el mejor de ese año, cotizado por bastantes agencias, hacía brillar a los modelos o a cualquier persona. Quien era fotografiado por Naruto, encontraba la fama.

Sus ojos azules se posaban en las figuras delante de él, intentando encontrar los mejores ángulos. Cuando se dio por satisfecho, le dejó la cámara a su asistente. –Terminamos—dijo aquel rubio y todos le agradecieron. Una joven de ojos perlados y pelo azulado, llamada Hinata Hyuga, recogió la cámara y la guardó en su correspondiente estuche.  Ella era la representante del rubio, le ordenaba la agenda, le organizaba el horario y llevaba todas las cuentas del joven fotógrafo.

-Buen trabajo a todos-su sonrisa iluminaba el lugar, era cálida y acogedora. La ojiperla lo admiraba  lo amaba por partes iguales. Sonreía cuando él lo hacía, amaba pasar tiempo a su lado y daba gracias al cielo al haber encontrado este trabajo.

-Muchas gracias señor Uzumaki-se acercaron los modelos. Todos admiraban a ese hombre y se lo hicieron saber mediante cartas y regalos. El chico los recibió gustoso, le encantaba ser el centro d atención y ¿A quién no le gustaba recibir regalos?

-Hinata ¿Nos vamos?-la llamo y los dos partieron a la van. La peliazul conducía- ¿Qué es lo siguiente en mi agenda?-

-Pues…tiene una cena con Kakashy-san- Naruto miraba hacia afuera, como la vida se desarrollaba en las calles de Tokyo. Ya el cielo estaba oscuro, se había tomado su buen tiempo en hacer esa sesión. Suspiró cansado.

-Bien-y ahí murió la conversación. Hinata no era buena para entablar una charla, se ponía nerviosa y muy tímida en la presencia del Uzumaki, quien era todo lo contrario. Él le encantaba sociabilizar, ella era reservada, él le encantaba hablar de su vida y de todo en general, ella no decía su opinión, él era alegre, ella era apagada.

Pasaron por un parque iluminado, donde las flores de sakura estaban en su esplendor, floreciendo, dejando atrás una estela de pétalos rosados. Naruto pidió parar, quería fotografiar aquel momento “jamás se repite un recuerdo, por eso amo las fotografías” todo lo efímero podía ser recordado por siempre con tan solo un click.

Estaba en el mejor momento de su vida, a los treinta años era todo un hombre de negocios. Poseía su propia agencia de fotografía, contaba con un número limitado de empleados de confianza y su nombre era reconocido a nivel internacional, por lo que el trabajo nunca faltaba. Aunque debió sacrificar su juventud y su tiempo para lograrlo. Por lo que no tenía pareja y sus amigos eran contados con los dedos de una mano.

La mujer vio la mirada melancólica de su jefe, mirando la magnificencia de aquellas flores, sacando fotos y perdiéndose  en el color. Noto un cambio en el, algo sutil pero ahí estaba. Su sonrisa parecía falsa, algo cansada. Sus ojos perdieron el brillo, sus movimientos eran automáticos ¿Qué es lo que le ocurría? Por supuesto no podía preguntarle, no tenían ese tipo de relación tan cercana. “Jefe y empleado eso éramos y nada más”

Subieron al auto y partieron a la cena con Kakashy.

Kakashy Hatake era un reconocido magnate de las agencias de talento. Poseía la más famosa de Japón, “empresa Hatake”. Controlaban el mercado del modelaje, actores e ídolos. Cada hombre o mujer que debutaba en aquella empresa, se convertía automáticamente en una celebridad de renombre. También era un buen amigo de Naruto, con quien además,  poseía un contrato de trabajo.

-Naruto-saludó al joven, levantando tan solo una de sus manos.

- Kakashy-le dedicó una sonrisa.

-Ven, pasa-se encontraban en un restaurant lujoso, en pleno centro de la capital. Su decoración era sencilla, con lámparas doradas, muebles en perfecto estado de color oscuro, hechos de madera. Plantas y cuadros repartidos por doquier.

-Me alegra verte ¿Cómo has estado?-

-Cansado-se sobó los hombros- ya no tengo edad para hacerme cargo de aquel demandante rubro-dijo con sinceridad.

-¿Y qué harás?-pidieron unos tragos de aperitivo.

-Pues, mi pareja adoptó un chiquillo- eso le sorprendió al rubio. No tenía idea que su amigo se había comprometido. Una punzada de celos se instaló en su estómago-y fíjate que él es una belleza. Piel blanca como la nieve, cabello sedoso color ónix, ojos profundos que te atrapan, nariz respingada y labios ligeros como pétalos de flor-

-Ehhh-el ojiazul intentó imaginarse a aquel chaval, solo obtenía imágenes de gente hermosa y delicada.

-Quiero que él sea modelo, bueno para empezar a aprender el rubro, pero además quiero que él sea mi sucesor-aquellas palabras le extrañaron al rubio ¿Por qué aquel chiquillo? ¿Qué tenía de especial?

-Pero…es muy repentino ¿No hay alguien de confianza en tu empresa?-

-Todos son arpías hambrientas que quieren robarme el negocio, no confío en nadie. Pero este jovencito tiene visión para los negocios y además que si fuera modelo, entendería a la industria que es lo que le faltaría-

-¿Y qué edad tiene?-

- Es joven pero confío en que se desenvolverá magníficamente en las empresas Hatake-

-Vaya ¿Y él está de acuerdo?- Kakahsy se encogió de hombros.

-Él me dijo que probaría esto de ser modelo. La verdad es que su actitud es un tanto…especial-Naruto levantó una ceja ante aquel comentario.

-¿A qué te refieres con especial?-

-Pues…-antes de poder responder a aquella pregunta, los interrumpieron con la llegada de la comida. Exquisitos platos italianos a base de pastas, con condimentos adaptados al paladar japonés. Una deliciosa combinación. El tema del sucesor y la empresa no se tocó más, se dedicaron a comer y a charlar de banalidades.  Al término de la cena, los dos se dirigieron al estacionamiento. Ya la camioneta manejada por Hinata lo estaba esperando. El peliplateado estaba caminando hacia su auto cuando se acordó de algo, fue corriendo hacia la van y tocó la ventana para que el ojiazul le abriera.

-¿Qué paso Kakashy?-

-Se me olvidó decirte, el porque te conté aquello de mi sucesor- intentaba recuperar su aliento. Las corridas no eran buenas para su salud.

-¿Qué paso?-

-Quiero que le hagas una sesión de fotos. El lugar y los accesorios iría a cuenta mía, solo necesito al mejor fotógrafo de Japón-le sonrió debajo del cubre boca que portaba siempre Kakashy, odiaba que el mundo viera su rostro.

-Ehh-miró a Hinata para confirmar su horario, ella de inmediato captó.

-Puede ser el próximo martes a la hora de almuerzo. El señor Uzumaki tiene libre hasta las cinco de la tarde-

-Perfecto, nos vemos-se fue caminando hacia su auto. La van del rubio se perdió entre la noche.

 

 

 

 

****

Entro en el set fotográfico. El tema era el bosque, lo etéreo, lo mágico, las ninfas, árboles milenarios, estelas de luz, etc. Colocaron un árbol falso, para que el modelo se apoyara. Esparcieron hojas y brillos, el fondo lo iban a agregar después en la computadora. Todo el equipo de producción estaba listo, solo faltaba el personaje principal. El modelo.

De pronto entró un joven esbelto, con paso firme.Tal como lo había descrito Kakashy, era una persona bellísima, rayaba lo divino. Portaba tan solo un pedazo de tela que le cubría la zona de la cintura, le habían aplicado pintura azul y brillos por el cuerpo, para que pareciera un hada, un ser celestial o tal vez mitológica. Sus ojos resaltaban, tenía pestañas blancas y maquillaje que hacía que sus pupilas negras brillaran. Su cabello suelto, le daba aire de príncipe y en su cabeza portaba una corona de troncos, hojas y flores.

-¿Está todo listo?-preguntó al aire. Su voz firme y profunda hizo a todos temblar. Naruto no podía apartar su mirada de aquel ser que había entrado en su estudio. Cada movimiento era captado por la cámara de sus ojos. Su corazón latía violentamente en su pecho canela, las mejillas tomaron una tonalidad rojiza, propia de la vergüenza. Sus manos sudaban, dificultándole el agarre a la cámara.

-¿Eres el fotógrafo?-se paró delante de Naruto. El joven era  más bajo que el, pero no por eso se veía acojonado ni mucho menos, en más su porte altivo le traía aire de fuerza, de rey.

-Eh…ahh…si, un gusto soy Naruto Uzumaki-le estrechó la mano, signo de amabilidad pero el pelinegro rechazó.

-Soy Sasuke Uchiha-podía sentir aquellos ónixs escrutándolo y estudiándolo a profundidad. Miraba aquel hombre rubio con ojos azules pensando  que  a pesar de ser bien famoso en la industría“no era la gran cosa”-- Bien, empecemos rápido-- se posó en el lugar indicado por los asistentes, Naruto tomó su cámara y apuntó a aquel cuerpo níveo. Tomo un par de fotografías, su mente se nubló, ya no sentía nada a su alrededor, trabajaba girando en torno al joven Uchiha. Este posaba, sus ojos denotaban sensualidad, podía decirse que le coqueteaba a la cámara y esta le respondía. Un silencio se produjo en el estudio, todos miraban al jovencito posar, todos fueron encandilados e hipnotizados por Sasuke.

El Uzumaki quería probar un sinfín de poses, quería captar cada milímetro de aquella piel tersa que se veía en su lente. Esas esbeltas piernas, aquel marcado abdomen, esos pectorales, el cuello de cisne, su rostro de la realeza y cabello sedoso. Todo en aquel joven era bello, debía ser plasmado, debía durar para toda la eternidad.

-Bien-tuvo que terminar la sesión, no podía seguir poniendo excusas de que “necesito otro ángulo” “o intentemos esto” se podía ver al joven claramente cabreado, la sesión ya llevaba tres horas.

-Al fin-rodó los ojos, se levantó, hizo una leve reverencia y se esfumó como había llegado al estudio. Casi flotando, expeliendo brillo y divinidad. Esta vez no le entregó la cámara a Hinata, fueron directamente a la van a su próximo compromiso.

 

**

 

La en la noche, en su apartamento, en su cama con sábanas de seda, en pijama tomando una copa de vino, contempló otra vez aquellas fotos. Esas fotos donde aparecía Sasuke Uchiha.

-Dios si hasta su nombre suena divino-Podía sentir su cuerpo febril, el vino no ayudó a calmar sus pensamientos ni a su corazón. Su miembro despertó ante aquellas imágenes. Pensaba en probar esos labios, esa piel, enterrarse en aquel cuerpo y llegar a lo más profundo de Sasuke. Besarlo y saborear esa lengua rojiza, tocar ese respingado trasero.

No pudo evitar tocar su miembro erecto, realizando un exquisito vaivén, pensando en aquel azabache, pensando que esa mano era la mano de él. El orgasmo fue inminente, poderoso, placentero. Su respiración agitada, sus labios rojos, sus ojos brillantes decían algo.

Había encontrado la motivación que le faltaba

Había encontrado algo con que darle sentido a su vida, ese algo era:

Uchiha Sasuke.


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