El cuarteto llega la ciudad nocturna, en donde se encamina a la posada para recuperar las energías perdidas por las batallas. A la mañana siguiente, se retiran de este lugar saliendo en dirección hacia la playa, en donde Yugi invoca a Torut, el cual llega a los pocos minutos hacia donde ellos se encontraban.
Los cuatro jóvenes, se suben sobre esta criatura y una vez que todos están arriba, Torut comienza su recorrido hacia el bosque de los elfos. Luego de navegar por casi cuatro días, logran llegar a la costa de este nuevo sitio.
Los muchachos se bajan de su amigo, se despiden y se adentran en el frondoso bosque, en donde se encuentran con abejas con lanzas, orugas escupe fuego, larvas escupe veneno y mini arañas. El cuarteto saca sus armas y comienza a combatir con los monstruo a la vez que avanzan por el norte, este, oeste, sur, norte, este y norte, hasta que uno de ellos se da cuenta de un pequeño pero al vez gran detalle.
- Chicos, hemos regresado a la entrada del bosque - dice Yugi al percatarse de que ya habían pasado por allí.
- No, puede ser hemos estado caminando en círculos - menciona Yami frustrado a la vez que se cruza de brazos.
- ¿Qué vamos hacer amigos? - cuestiona Heba sentándose en el suelo.
- ¿Qué les pasa humanos? - pregunta un elfo de cabello negro, ojos verdes, test blanca, que vestía una camisa verde, un pantalón café y botas negras.
- Queremos ir al reino de los elfos pero no sabemos como - responde Atem mirando de reojo al recién llegado.
- Ah eso es muy fácil, ven esas flores campana - los cuatro las miran y asienten con sus cabezas a la vez - pues esas flores, se ponen rojas durante la noche solo sigan el camino que indican esas flores y podrán llegar sencillamente al reino.
- Muchas gracias - dice el guerrero pero no alcanza a terminar la frase por que elfo, ya se había marchado - ¿Eh? ¿A donde fue?
- No, lo se, estaba aquí hace unos segundos y después se esfumo - contesta el mago, mirando aquellas flores, las cuales comenzaban a cambiar de color.
- Bueno amigos, entonces en marcha - orden el ojiamatista comenzando a caminar.
El cuarteto vuelve a sacar sus armas para luchar mientras avanzan por el este, norte, oeste, sur, este, sur, norte, norte, oeste, sur y sur. Cuando logran llegar al reino de los elfos, los cuales al ver a los humanos se esconden dentro de sus casa, ya que, les tienen miedo por una guerra que paso hace mucho tiempo entre ambos bandos.
A los cuatro jóvenes les llamo la atención la actitud de los ciudadanos pero decidieron omitirla y seguir su camino hacia el castillo, una vez que llegan a este, ingresan a el sin problemas y caminan hacia la sala del trono, en donde estaba sentado un rey de cabellos plateados, orejas puntiagudas decoradas con aros de plata, ojos marrones, tez blanca, que vestía una túnica roja con decoraciones blancas, hombreras de oro y un capa color marrón oscuro.
- No hablare con humanos, largo de aquí - dice el rey con enfado hacia los chicos.
- Espere su majestad no venimos hacer daño, solo queremos saber, en donde se encuentra el ultimo espíritu sagrado - menciona Kizara apareciendo en frente de los chicos.
-Oh , así que ustedes son los elegidos del hada - cambia su expresión de enojo a una de perdón - lamento como los he recibido, con gusto los ayudare, regresen al bosque, hasta donde hay una estatua del Dios de la creación, allí usen el poder de la elfa mística y solo deben subir una ladera y allí encontrar al espíritu de la madera.
- Muchísimas gracias su majestad - comenta el cuarteto a la vez que hace una reverencia.
- De nada, mucha suerte elegidos, recuden que el futuro del mundo entero esta en sus manos - les menciona con seriedad.
Los cuatro muchachos asienten con sus cabezas, se retiran del castillo y del pueblo, regresando al bosque para encontrar aquella estatua hasta que después de media hora, logran dar con dicha escultura. En ese lugar la espíritu de la luna usa sus poderes para eliminar una planta, luego de hacerlo se va y los cuatro jóvenes logran continuar su camino hasta que llegan a una parte donde los espartaba una planta carnívora gigante.
Yugi usa sus lanza a la vez que esquiva su cabeza para evitar ser devorado al igual que Heba quien usas sus garras para atacarla, mientras que Yami usa su magia de fuego y Atem sus flechas. Luego de una larga lucha por fin logran derrotar al monstruo y liberar al espíritu de la madera, este es rubio, tez blanca, ojos cafés, el cual esta vestido con una armadura de color verde con marrón, pantalón blanco, botas cafés, un caco verde, con detalles plateados y una espada en su mano derecha y este se encontraba al interior de esa criatura.
- Muchas gracias por rescatarme, soy el guardia celta y es un agrado conocerlos - dice el muchacho feliz.
- No, tienes nada que agradecer, ¿Iras con nosotros? - cuestiona el guerrero mirándolo fijamente.
- Iré pero no creo de hacerles de mucha ayuda, ese monstruo absorbió casi todo mi poder- responde el espíritu carisbajo.
- Animo, seguramente si podrás ayudarnos - menciona el chico bestia motivandolo.
- Gracias - sonríe el chico y desaparece.
- Kizara, ya tenemos a los ocho espíritus ¿ A donde debemos ir ahora? - pregunta Yami cruzado de brazos.
- A la isla del olvido, allí usaremos el poder de los ocho mas el mio y podremos abrir el portal - explica el hada.
- Bien amigos, en marcha - ordena el líder comenzando a caminar.
Así que los cuatro muchachos retoman al camino hacia la playa.
Continuara