Luego de una re ponedora noche de sueño y de un delicioso desayuno, los tres príncipes salen de la posada hacia el camino amarillo donde otra vez deben luchar con los mismos enemigos y pasar por la misma ruta, sin embargo esta vez no giran hacia el este sino que siguen por el norte, oeste, sur, este, norte y norte.
Mientras avanzaban seguían luchando con los enemigos a los cuales se le habían unido un grupo de zombis. Después de haberlos derrotado pudieron por fin ingresar el puerto del mercado, este lugar contaba con tres pisos, el primero era el de la entrada, el segundo estaba la posada, venta de armas, ropas, armaduras y provisiones. El tercero un gran mercado nocturno, ya que, solo habría desde las diez de la noche hasta las seis de la madrugada.
Los tres chicos quedaron sorprendidos al ver la gran cantidad de personas que andaban comprando una que otra cosa, al salir de este estado, se encaminaron al puerto que quedaba en el piso inferior. Al llegar este, compraron tres boletos para el puerto del viento, abordaron la nave y a los poco minutos, esta comenzó su travesía hacia su destino.
Luego de casi dos días de navegación, el barco encallo en el puerto del viento, el trió de jóvenes bajaron del barco encontrándose con la escena de que los ninjas del desierto se habían apoderado del ese puerto.
- sacando su lanza- Malditos invasores .
- No, Yugi - lo detiene el mayor tomándolo de la mano - se como te sientes pero debemos evitar meternos en problemas con ellos, si queremos recuperar tu reino.
- Yami, tiene razón, trata de calmarte amigo - dice Heba mirando al menor.
- suspira y guarda su arma- Lo siento amigos y gracias, vayámonos a la posada a descansar y mañana partamos a las montañas.
Los otros dos asienten, se retiran del puerto y caminan hacia la posada la cual estaba muy cerca de la salida que lleva a aquellas cumbres. Los chicos ingresan al hospedaje, se sientan en el comedor para comer algo, cunado de repente un joven que de cabellos negros, ojos marrones, tes blanca, de alta estatura, visita un pantalón azul marino, una camisa blanca, una botas negras, se les acerca.
- Oh, por todos lo cielos, ¿Es usted Yugi-sama? - pregunta el chico sorprendido y emocionado.
- Si - se da cuenta de quien es- Por el dios de la creación, eres tu Tristan, me alegra de que estés con vida.
- Yugi-sama - se le acerca y le susurra en voz baja- hay mas sobrevivientes de aquel atentado, se están escondiendo en la sima de las flores, seria muy bueno que fuera, el verlo a usted les dará animo para seguir adelante.
- Esta bien, gracias por la información - dice el amatista serio.
- De nada, debo retirarme, cuídese mucho - hace reverencia y se retira.
- se vuelve a sentar - Amigos, se que tenemos prisa por ir a buscar al espíritu del viento pero antes me gustaría que nos detuviéramos en la sima de las flores, allí hay gente de mi reino que logro sobrevivir al ataque y me gustaría verlos- los mira suplicante- ¿Podremos hacerlo?
- Claro que si Yugi - le responde los dos a la vez.
- Gracias, chicos, son los mejores - menciona el menor alegre.
Luego de una deliciosa cena, una confortante noche de descanso y un ligero desayuno, los tres príncipes parten hacia las montañas. En cuento dieron el primer paso en este sitio se encontraron con varios enemigos, aves monstruo, águilas, goblins con armadura, espada y escudo.
Los tres combatían contra ellos, Yugi usando su lanza, Yami usando su nueva magia de tierra, la cual resultaba muy efectiva contra los voladores y Heba sus garras de metal. Mientras avanzaban por el norte, este, sur, oeste, norte, oeste y este. Luchando contra todos esos enemigos hasta vencerlos y poder continuar con su avance.
El trió de jóvenes, ingreso por una caverna, la cual no tenia enemigos, por lo que solo pasaron por ella, salieron encontrándose con una pequeña pradera llena de flores, de distintos colores y formas. Los chicos caminaron por ellas, sin problemas hasta que poco a poco el efecto de las flores comenzaba afectarles.
- ¿Eh? ¿Qué me pasa? - el mayor dice y cae al suelo.
- ¿Qué? - menciona el chico bestia quien también termina al igual que Yami.
- No, puede ser son flores durmientes...- dice Yugi también cayendo al suelo.
En ese momento unas sombras desconocidas toman a los tres de los brazos y las piernas al mismo tiempo que se les llevan, quien sabe donde...
Continuara