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No puedo dormir por Cupcakechito

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Notas del capitulo:

 

Estuve mirando el capítulo por encima y sí le he hecho unos pequeños cambios con respecto a la primera versión de No puedo dormir.

2. Risa burlesca

 


 


- 3 meses antes -


Pov. Allen


Una vez Mana me sonrió dijo ¿Sabes? Si quieres conocer a las estrellas, solo debes hablarles.


Para aquel entonces yo ya no era un niño por tanto estaba más que consciente de la naturaleza fantasiosa de Mana... Eso no era malo para mí en absoluto, de hecho, me encantaba. Todo su positivismo y consideración me hacían realmente querer ser como ese hombre, ser fuerte y no permitir que las lágrimas llenen tus ojos.


Pero yo no era Mana, aun si desease llevar su máscara por siempre.


En ese momento, como la broma de un payaso, me reí ante su ocurrencia. Quizás lo di por inválido en ese momento, quizás y tan solo quizás... a Mana no le importó en absoluto mi reacción. Pensándolo bien ahora, me hubiera gustado haber estado acorde a la situación, formar parte del cielo nocturno de Mana...


Hoy en día soñar se me hace tan dificil como respirar.


.


 


.


 


.


Era sábado cuando llegué.


— Hola, mucho gusto. Mi nombre es Allen Walker. — Extendí gustoso mi mano con Tim revoloteando inquieto sobre mi cabeza, emocionado, y le sonreí a aquel chico lo más leal que pude aun si este estuviese a dándome la espalda en ese mismo momento, ni siquiera se había dado cuenta cuando entré a aquel pasillo estrecho e iba casualmente detrás de él, no se había percatado en ningún momento y antes de que entrara a su correspondiente habitación quería al menos saludarlo. Me sentía repleto de energías, y con ganas de comenzar el nuevo ciclo congeniando genial tanto con mis compañeros de clase, así como mis compañeros en los dormitorios. Quería dar lo mejor de mí para que todo fuera perfecto y poder demostrar cuán capacitado estaba de convivir con chicos sin que ocurriera ningún "accidente" tal y como había predicho Cross con mala cara antes de echarme de casa.


— ¿Y qué? — Me respondió seco tras solo voltear un poco el rostro hacia mí, con la mano aún fija sobre el pomo de la puerta dispuesto a entrar en cualquier momento, como si no estuviera allí. Me quedé quieto y Tim se posó en mi cabeza de igualando mi sorpresa pues no me esperaba una contestación tan cortante. Una vocecilla dentro de mí me reprendió "te dije que no era buena idea" porque... me acobardé un poco de socializar de manera correcta y a pesar darme aliento a mi mismo tampoco estaba cien por cien seguro de que las cosas podría resultar bien. Agité la cabeza y me repetí no, no, no. Luego una excusas — para mí— convincente, ¡A lo mejor no tuvo un buen día! A lo mejor lo estoy pillando en mal momento. Eso es... eso...


Mi furor salió por mi voz sin poder evitarlo. — Bueno, supuse que ya que eres mi vecino, es decir, duermes al lado de mi habitación... — Muy rudo. — Creo que es obvio por qué deberíamos presentarnos. — Todos mis esfuerzos de amabilidad se fueron por un caño. 


— Me importa una mierda, Moyashi.


— ¿Mo...? — Parpadeé repetidas veces, como si así pudiera limpiar la mugre de su boca. Esa boca sucia. Continuaba todavía con la mano extendida comenzando a sentir el peso — como una tonelada— con la otra apreté la bolsa que contenía mis pertenencias. A mi incredulidad la interrumpió una sonrisa caspiosa y de la puerta contigua, la que iba a hacer mi habitación a partir de ahora, emergió una nariz que olfateó el aire. Retrocedí un paso sorprendido cuando un chico pelirrojo se recargó en el marco de la puerta con una sonrisa que surcaba de punta a punta de su rostro.


 — Yu ¿a quién estás insultando tan de buena mañana? — Mi desagradable vecino encontró el momento perfecto para azotar su propia puerta cuando el chico pelirrojo lo saludó jovialmente como si nada. Alzó varias veces sus cejas dirigiéndose a mí. — Menudo zasca te ha metido Yu el primer día ¿eh? Novato... — En ese momento, no sabía si se reía de mí o qué, estaba intentando mantener compostura pero... Solo pude empalidecer, como un muerto... pero intenté devolver la sonrisa circunstancial.


Mi primera impresión sobre Lavi Bookman fue su risa burlesca. No sé si me gustó.


Suspiré.Solo llevo veinte minutos aquí y creo que ya he quedado como un idiota. Me hubiera gustado preguntarle si había algo malo con el chico de flequillo recto de antes pero no pude, el pelirrojo me seguía sonriendo sin nada mejor que hacer, y, bloqueando el paso a mi la habitación, bueno, nuestra habitación.


— Ala, que chulada. — Señaló a mi golem cuando este se escondió detrás de mí. — Por cierto, yo soy Lavi. — Dijo con aire distraído volviendo a entrar y haciendo un gesto para que le siga.


— Mi-mi nombre es Allen Walker. — Entré también algo cohibido intentando olvidar de una vez por todas lo anterior, quizás solo le estaba dando demasiada importancia ¿qué hubiera hecho Mana en mi lugar? Él probablemente hubiera bromeado. La música de su teléfono estaba puesta, era latosa y bastante ruidosa, desde afuera solo era un pequeño sonido pero una vez dentro pude comprobar el mal gusto de mi compañero de cuarto.


— Lo escuché. — Me dijo dándome la espalda, y delante de mí se quitó la camiseta negra. — Instálate por ahí, yo tengo que irme novato. Tengo una cita con una chica, ya sabes.


Apreté los labios ante la insistencia que parecía tener el mundo ahora mismo de llamarme por cualquier otra cosa que no sea mi nombre, luego miré aun más consternado la habitación, era un auténtico basurero, habían varios cargadores por el suelo, cascos, libros, ropa arrugada y probablemente sucia, libros, apuntes de fotocopias saturadas, más libros y otros objetos de procedencia desconocida, era imposible encontrar entre tanto desastre un hueco para mí. Y no solo eso, la habitación olía... quiero decir, no olía mal, estaba lleno de la fragancia — no quiero decir que sea realmente un perfume ni nada por el estilo— de otra persona y eso sí me hizo sentir realmente descolocado. De repente estaba ahí, entre unas cuatro paredes desastrosas con un chico al que acababa de conocer y ya se etsab desnudando delante de mí. No es que sea pudoroso ni nada por el estilo… pero si era un dilema. Me imaginé a Cross riéndose de mí y eso me deprimió un poco. Aquello seguramente iba a ser pan de cada día, por mucho que me hubiese estado preparando mentalmente por bastante tiempo, la realidad era bien distinta. No solo eso… lo baños también eran compartidos… despedirme de toda intimidad era lo que menos me preocupaba en ese momento. 


No podía desviar la mirada de esa espalda llena de pecas(1). Al percatarme de mi propio letargo mental reaccioné con torpeza y comencé a ordenar mis propias cosas. Me dirigí a lo que se suponía que sería mi cama, estaba del lado de la ventana y estaba llena de cosas también, estaba seguro que era la mía porque la otra tenía aún más desorden y estaba desatendida con la almohada y las frazadas regadas por el suelo. Puse mi maleta de equipaje encima con un leve resoplido. Realmente quería rajar ya de ahí y Lavi daba vueltas y vueltas por la habitación solo removiendo su propia basura aún en calzoncillos en vez de ordenarla un poco. No omití opinión de momento del espacio compartido e intenté al menos quitar lo único que ahora podía marcar como mi pequeño rincón y sin querer, tomé un calzoncillo, del susto me quedé paralizado, obviamente no contaba con eso y en seguida él se dio cuenta, me lo arrebató de las manos con una sonrisa burlescamente extraña sobre sus labios. — Tranquilo Moyashi, eso es mío, no me lo robes.


Los colores se me subieron aún más al rostro ¡qué culpa tenía yo de que mi compañero de cuarto sea un real cochino! Demonios ¡y para qué iba a querer sus calzoncillos de dibujitos de panda con muy mal gusto! Parecía que aún no se había dado por enterado que yo iba a vivir ahí también.


— Es- ¡Es Allen! — Grité como única defensa y salí corriendo — sí, hui—, ya no soportaba más esa música y ese olor a otra persona, también me moría de hambre y desde hace rato que quería llenar mi estómago. Quizás eso lograría calmarme un poquito.


Cuando ya estaba a punto de cruzar el umbral una voz se interpuso. — ¡Allen! — Fue raro porque juraría que esa voz no pertenecía a ninguno de los mentados anteriormente y me giré con curiosidad aún casi seguro de haber escuchado mal, pero el chico que corrió hacia mí se sostuvo de las rodillas dando una bocanada de aire, leyó perfectamente la incógnita en mi rostro y se apuró a aclarar. — ¿Eres Allen, verdad? — Me sonrió de forma tranquilizadora mientras seguía mudo, asentí. Era un chico de rostro amble pero desaliñado, llevaba una cicatriz surcando su nariz que le daba un aspecto particular pero no rayando lo aniñado. — ¡Perdona a Yu! — En seguida juntó — casi palmeó— sus manos delante del rostro, dramatizando una disculpa dejándome aún más desconcertado si cabe a decir.


— ¿Eh? — Parpadeé.


— ¡Yu~! — Insistió, como si fuera lo más lógico del mundo y torcí los ojos a algún recóndito lugar de mi mente para encontrarle raciocinio a esa conversación. — ¡Verás... él es así de...! — Chasqueó varias veces los dedos hasta que dio con la palabra. — ¡Tímido!


— Perdona, ¿quien? — Agaché un poco la cabeza como si intentara estar a la altura de sus pensamiento mientras él tomaba a Timcampy entre sus brazos exclamando que era lindo, cuando una luz me iluminó. — ¿Te refieres al flequillo recto? — Puse agrio mi rostro de solo recordar su cara e intentar asimilar eso con la palabra tan rebuscada como "tímido"


— ¡Su nombre es Yu...! Ah, pero es cierto que no le gusta que le llamen Yu, le da vergüenza. — No creo que sea vergüenza. — Tendrás que conformarte por ahora con tan solo llamarle Kanda, todos le llaman Kanda o si no... podrías terminar con un ojo morado. — Siseó entre dientes como una serpiente mientras se encogía de hombros con el cuerpo tenso. Luego comenzó a reír de forma exagerada, hablaba muy rápido y gestualizaba demasiado. Lo peor es que parecía normalizarlo y a mi no me parecía lógico que alguien que odia ser llamado de una forma —la que sea- luego le ponga motes extraños a los otros.


"Yu", Ahora que lo pienso, creo que mi compañero de habitación también lo llamó así, y si era cierto que ese tipo dejaba ojos morados por doquier, tal vez sea la causa de su ojo parchado... Y lo que no sabía es que más adelante, me encontraría reiteradas veces yendo a por hielo para mi compañero de cuarto idiota que jugaba a ser suicida delante de Kanda. — ¡Oh! ¡Todavía no me he presentado, que tonto! — Se dio un golpecito en la cabeza mientras sacaba la lengua, de forma muy caricaturesca. — ¡Mi nombre es Alma Karma, me puedes encontrar en el cuarto contiguo a Yu!


— Oh, Allen Walker. — Tendí mi mano pero Alma tampoco me la tomó. Comienzo a comprender de a poco que tal vez, entre los chicos adolescentes no era un gesto muy habitual, pero era la enseñanza que me había dado Mana así que me era difícil corregirme a mí mismo.


— ¡Lo sé, lo sé! — Agitó sus manos. — ¡Escuché toda la conversación del pasillo! ¡Por eso me disculpo en lugar de Yu! Ya sabes, le gusta hacerse el difícil, grr — Hizo un sonido de tigre mientras me codeaba.


Enarqué una ceja. — ¿Entonces eso significa?


— ¡Eso significa que somos vecinos! — Me abrazó repentinamente con mucha fuerza y comencé a darle palmadas en la espalda muy avergonzado por el gesto tan confiado y energético.


El pasillo tenía 3 habitaciones y un baño comunitario, el mío estaba al final, junto a una ventana que daba vistas a las afueras de la residencia que por norma general siempre debía permanecer medio abierta por si alguien tenía que colarse desde a fuera y así burlar la vigilancia. — No, lo que yo quería decir. — Lo aparté con disimulo porque no parecía querer soltarme. — ¿Acaso se puede escuchar todo lo que ocurre en el pasillo? — Le miré con preocupación.


— ¡Oh! ¡Y no solo el pasillo! Ven vamos a dar una vuelta. — Me rodea el hombro dándome por entendido que Alma no entendía de algo llamado espacio personal. — ¡También se escucha, to~do lo que ocurre dentro de la habitaciones! ¡todo! — No hacía falta repetir todo dos veces, me puse verde como una lechuga. — ¡Pero eso es bueno! Sí algunas vez te atragantas con un huesito de pollo cualquiera pude acudir en auxilio... menos Yu, a Yu no se le da muy bien ese tipo de cosas... ¡pero me tienes a mí! A Lavi y a Daiysa.


— Daiysa... ¿Y a quién más?


— ¿Quién de quién?


— ¿No falta un chico? — Hice cálculos con los dedos. — Somos dos por habitación ¿no? Falta un chico más.


 — ¡Oh! —Chasqueó los dedos. — ¡Yu no tiene compañero!


— ¿Y eso? — En realidad, no me extraña.


— Es un... como decirlo — Me susurra en voz baja. — Privilegiado~ — Alma se encogió de hombros y suspiré.


¿Y por qué ese idiota tenía una habitación para él solo? Desde luego si ese tal Yu se atragantaba con un huesito de pollo sería el primero en acudir para alentarlo a que se ponga cada vez más pálido.


Alma continuó rato hablándome largo y tendido, llegando a un punto en que me había perdido por completo y ya no solo en la conversación si no que también no tenía ni idea de por dónde íbamos caminando, en cuanto miré a mi entorno me lamenté por no haber prestado un poco de atención. Desde que tengo uso de razón tengo un sentido de la orientación nulo, y aunque Mana me hubiese regalado a posta a Timcanpy — que funcionaba a su vez también como gps— mi cabezonería me podía, e intentaba hallar el camino de vuelta por mis propios medios para no tener que depender de nadie, ya había sido suficiente con haber sido el objeto de burlas de Cross y Nea muchas veces  cuando me mandaba a comprar el pan a un sitio que no conocía... Por lo que solo deseaba que mi nueva vida en Black Order mi falta de orientación pasase lo más desapercibidamente posible.


Pero es que además, juraría que Alma se había dedicado a dar vueltas y vueltas por el barrio sin parar de hablar de en vez de caminar en línea recta. Cuando estaba a punto de pedir regresar de vuelta él levantó el brazo llamando a alguien a lo lejos. — Oh, esa es Lena ¡LENALEE! — Gritó.


Una chica de media melena con el uniforme puesto se volteó hacia el llamado y sonrió, prácticamente Alma tiró de mi brazo hasta llegar a su altura. — ¿Vienes de clases de francés? ¡Mira! ¡Te presento a mi nuevo vecino, él es Allen!


— Ho-hola. — Extendí mi mano, pero entonces ella me saludó con un beso en la mejilla y me quedé estático ante tanta dulzura.


— Soy Lenalee Lee, encantada. — Se notaba que era una chica, era mucho más tranquila que los demás. En ese momento Alma palmeó/golpeó mi espalda con todas su fuerzas, y con eso quiero decir que casi se me sale los ojos de las órbitas.


— ¡Allen es un poco tímido! — Dijo como si me conociera de toda la vida.


— ¿En serio? Que lindo. — En lo que ella se tardaba en soltar una suave risa Alma me apartó para susurrarme al oído en advertencia.


— ¡Shh, no dejes que te haga eso! ¡Lo lamentarás!


— ¿El qué?


— Sí Komui viera que su adorada Lenalee te saluda con un beso te cortará los...


— ¡Ahhh! — Grité imaginándome lo que diría a continuación, aterrorizado. Aquí, entre las personas que te dejan un ojo morado por llamarlo de una forma y los — supongo— novios celosos de otras, las llevaba clara, tengo que activar al tope mi sentido de supervivencia. Lenalee entonces se acercó un poco curiosa.


— ¿Qué murmuráis, chicos? — Ella es muy bonita, aunque yo no esté interesado especialmente en las mujeres... no puedo negar que muchos chicos se hayan fijado en ella y la amenaza de Alma cobre total sentido.


— ¡Entonces! — Intenté cambiar el tema de conversación. — ¿También hay clases los sabado? No estaba enterado...


Ella volvió a reír suave mientras hablaba. — Son de refuerzo nada más... no soy muy buena en Francés. — Black Order es un instituto privado muy estricto en los estudios y los horarios de los estudiantes, supongo que entiendo un poco el porqué, Cross me mandó aquí. — Allen ¿has visitado ya el colegio?


— No todavía... recién llegué hoy.


— ¡Yo le estaba enseñando el barrio! — Habló con energía. No aprendí nada del barrio, lo siento Alma...


— ¿Quieren que vayamos juntos? Ahora mismo no tengo nada que hacer. — En comparación a la mala impresión que me llevé con el idiota privilegiado del flequillo recto, y el pelirrojo llamativo de mi compañero de piso, Alma y Lenalee se veía personas muy agradables, no recordaba la última vez que había estado tan a gusto con chicos de mi edad... y sonreí. — Allen ¿Hay algún sitio al que quieras ir primero?


— Bueno... — La respuesta era obvia. — ¡A la cafetería!


A pesar de todo... Mana, aun sufro pesadillas en la noche.

Notas finales:

Notas finales: 

(1) Este fic, Lavi tiene pecas, en la cara tiene algunas pocas, no se le marcan mucho (solo que Allen es observador cuando quiere ewe) , solo me pareció muy adorable ya que él es pelirrojo y creo que le paga, aprovechando que esto es un AU ¿se puede no? Igual es un detalle sin importancia que se pueden saltar por alto XD

Había un fragmento más de este capítulo que era mh... puro relleno, quizás lo ponga en el siguiente (aparecía Wisley <3 )  pero decidí quitarlo (porque entre otras cosas me daba pereza revisarlo y corregirlo).

Lo sé, muy poco Laven en este cap pero me agradó mucho escribir la parte de Allen, aunque él es mucho más tranquilo a la hora de narrar a diferencia de Lavi que siempre se va por las ramas XD 

¿Review?




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