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Te Alcanzara Mi Corazón por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Terrones de azúcar, saben que cuando ando por acá, es para un anuncio importante y lo que pasa... Es que... Pues Lemon, adventicia, ya saben lean bajo su propio riesgo. 

 

Hola terrones de azúcar, vengo a decirles un pequeño anuncio, que lo estarán bien toda esta semana en esta parte y también a abajo, les daré a conocer una propuesta, verán ya mero se acercaran las fechas decembrinas, lo que quiere decir, pues diversión a por el mayoreo, creo depende de cómo lo celebren y que sientan, pero bueno... Ese no es el caso ahora.

Les quiero proponer lo siguiente, tengo siete fic's bueno seis de Saint Seiya y uno de Umineko, pero bueno...

Solo nos basaremos en las de Saint Seiya, quiero que ustedes escojan que fic's tendrán una actualización para el 25 de diciembre y 1 de enero.

Recuerden terrones, tienen que votar por dos fic's, los que ayer ya votaron por dos, ya está bien... Ya fueron tomados en cuenta.

Sera lo siguiente:

-Dos Corazones Infantiles (ShiryuXShunrei)

-Ayúdame a Olvidar (ShuraXAioria)

-Pecado de Amor (CamusXHyoga)

-Obedeceme (ItiaXGateguard)

-Miraculous Dorados (Death MaskXAfrodita)

-Mi Rayo de Luz (DeuterosXAsmita)

Cada terrón tiene derecho a escoger dos fic's, tomando en cuenta que uno será para un día y el otro para el primero del año.

Por lo tanto, les pido que escojan sabiamente, el próximo lunes diré que fic's tendrán actualización. Tome en cuenta que serán cuatro fic´s que actualizare esos dos, dos el 25 y dos el primero.

Ya el lunes les diré que fic's tendrán actualización esos días, así que aun pueden votar hasta el domingo, sera el ultimo día en donde aceptare los votos. 

Sin más por el momento escojan bien, como quiera verán el anuncio abajo. Ahora si continuemos.

 

---Noche de encuentro---

Habiendo pasado el tiempo que debía transcurrir para de nuevo verse, pero esta vez, no se traían ninguna buena noticia.

Al verse, el ángel trataba de dar su mejor sonrisa, ver a ese peliverde sin importar lo que fuera lo reconfortaba, le daba mayores fuerzas para seguir desafiando cualquier ley, no dejaría de amarlo por su gente, aunque sentirá que traicionará a los suyos.

Quiso abrazarlo y este demonio no se resistió, pero su semblante solo era de dolor, marcas de lágrimas y ojeras en sus preciosos cuarzos.

Esto no pasó inadvertido por Dohko, sosteniendo sus manos, para convencerlo de que le contara lo que fuera, que compartiendo ese dolor seria menos, que podría cárgalo por él.

Pero este solo negó, conteniendo el dolor, de no ser capaz de seguir con esta relación.

Se había negado a hablar desde que se vieron, pero no aguanto más, debía decirle lo que estaba pensando, que sería lo mejor para ambos.

-Dohko, es muy difícil para mí, el poder verte y no estar a tu lado libremente- Trata de contener su llanto, pero está a punto de ser vencido –El saber que no podemos estar juntos… Yo… Perdóname Dohko… Pero no podemos-

Con esto, apretó su mandíbula, bajo su rostro, trato de alejase de aquel Ángel, el cual lo miraba con triste y ternura, pero no lo dejaría ir tan fácilmente.

El castaño lo sujeto firmemente del brazo.                              

-No, Shion…- Lo atrae a su cuerpo de forma brusca, abrazándolo posesivamente.

-Dohko… Suéltame… No hagas esto más difícil- Ya no podía contener sus lágrimas, le dolía esa cercanía, eran diferentes un Ángel y un Demonio jamás deberían estar juntos, y estos dos aquí amándose… Queriendo estarlo.

-No me pidas que renuncie a ti, no lo hare- Le dijo aquello abrazando su cuerpo, y llorando en su hombro. Aunque no fuera tan alto, aun así trataba de protegerlo.

-Estamos aún a tiempo… De que todo esto quede… En el olvido…- Las lágrimas de aquel demonio, caían en el cuerpo del castaño, son un poco más calientes de lo normal, pero eran capaces de quemar la piel del Ángel.

-No permitiré que acabe, sabes que te amo y tú me amas- Sus suplicas, rogaban por ser escuchadas, que el otro entendiera que no deban separarse, aun teniendo todo en su contra.

El peliverde agacho la cabeza, estaba haciendo un gran esfuerzo para que su corazón callara y su mente dominara.

-Mírame por favor… Shion- Levantó con cuidado aquel delineado mentón, para que sus moradas conectaran.

-Sé que está mal… Que seremos castigados… pero no me importa lo que pase… Si yo puedo estar a tu lado en esta vida, quiero estarlo… Yo pagare el pecado de ambos- Sonrió amargamente, solo quería estar a su lado, Dohko seria quien se sacrificara por ambos si fuera necesario.

-Dohko… No quiero que pagues por esto, sé que los Ángeles deben ser más rectos y… Esto es profano y… Te…- No podía seguir un nudo en su garganta se volcó de nuevo.

-Sé que mi padre me ha impuesto casarme lo antes posible con algún doncel o doncella, pero… ya le dije que no hare tal cosa- Lo sujeto con mayor fuerza de los abrazos, las lágrimas salían de esas hermosas esmeraldas que su brillo se ocultaba tras las lágrimas.

-Es lo mejor, que conozcas a alguien de tu misma especie, yo… No puedo… No debo… Yo…- Sus piernas estando a punto de flaquear, por el dolor en su corazón y el tembló que su cuerpo presenta.

Este castaño, ver a su amado demonio así, le destrozo el corazón, no es justo que sufran solo por ser de especie diferente, tendría que pensar en algo por ambos.

Si ambos lados están en completa negación ante esa unión, cuando solo sus amigos más cercanos lo saben y les han advertido hasta el cansancio.

Sus líderes lo niegan por completó.

Y con el miedo de que el otros sea castigado.

Una idea fugaz cruzo por su mente, para que estuvieran juntos tendrían que hacer lo necesario, sin importar tener que alejarse.

-Shion, huyamos juntos por favor- Le dijo su idea, estrechándolo contra su cuerpo, dedicándole aquellas palabras al oído.

-Dohko…- Abrió los ojos sorprendido, por aquella propuesta que en se momento no le aprecia para nada mala, pero dudaba demasiado.

-Ya basta de que nos digan que hacer y que no- Frunció el ceño, dejando escapar sus lágrimas, pero ahora proyectando una rabia absoluta –No nos dejaran estar juntos y no lo pudo soportar, te necesito, te anhelo tanto, y tener que alejarme de ti cada día es más difícil para mí-

El cuerpo de aquel Ángel temblaba de furia, sujetando con una mayor fuerza los brazos descubiertos del Demonio el cual lo miraba sin poder creer como el enojo de un ser como el que está delante se intensifica tanto.

-Quiero hacerlo, pero… No puedo darles la espalda tan fácilmente- Bajo su mirada, porque se dividía su corazón en dos, su gente, los seres que de alguna forma cuidaron de él, sin ver quien era, ni de dónde es que salió, nunca supo quiénes fueron sus padres, pero no importo.

Y su amor que incrementó demasiado rápido por ese Ángel, como si ambos hubieran nacido para amar al otro.

-Ellos nos están dando la espalda ahora...- Levanto el rostro del demonio, esa vista podía clamar su cólera, tenerlo a su lado lo hacía poder superar cualquier cosa.

-Sé que eso pasa… Pero, si nos vamos… Los Ángeles sufrieran, te necesitan… Sabemos que pasara sin ti…- Las lágrimas no se detuvieron, pero quería mostrase firme como siempre, aunque su voz temblará de dolor.

Bajo la cabeza, suspirando y pensando en quienes perecerían, sobre todo por aquellos que no han tenido la oportunidad de nacer.

-Como sea… Shion, quedándome o yéndome, no poder darles un heredero a la familia jamás- Dijo esto tan tranquilo, tomándolo de las mejillas –Como tú no eres un doncel y yo tampoco, no podremos tener hijos, y al final la línea sanguínea de la familia real, se acabara conmigo, pero sabes…- Sonrió ladeando la cabeza –No me importa si te tengo a mi lado- Beso la frente del peliverde, limpiando sus lágrimas.

Se había calmado con la presencia del Demonio, la idea de irse de esas tierras se debía descartar, aunque uno estuviera más que dispuesto, él otro dudaba demasiado, no lo obligaría, pero su tiempo juntos, podría estar contado.

Al exponer ideas tan raras, lo más seguro es que pronto los estén vigilando un poco más, sin importar su rango.

Eso es lo que pensaba Dohko, pero renunciar al amor de Shion jamás sería una opción, sin importar que lucharía, solo para mantenerlo a salvo haría cualquier sacrificio necesario.

Por su parte este peliverde, se había quedado sin palabras, saber que aquel dulce Ángel que robo su corazón, estaría dispuesto  estar una vida entera  su lado, sin siquiera la posibilidad de hijos, que eso no le importaba en lo más mínimo, provoco en su corazón un revuelto de emociones.

No sabía que decir, ni hacer, sus lágrimas escapara de nuevo, pero fueron en una combinación de alegría y dolor. Por primera vez en su vida y solo con él se sentía tan amado, tan protegido y feliz, que mostraba su mayor debilidad, las lágrimas contenidas por años, se dejaron ver por estos sentimientos.

El castaño lo abrazo con fuerza, sabía que necesitaba desahogar su pena, el aprovecho para también hacerlo, sufrir en silencio podía ser la mejor opción para dos corazones tan heridos por las circunstancias.

Uno pidiendo a su Diosa, que esto cambiará que les diera una oportunidad de ser felices, haría el sacrificio que sea con tal de esa felicidad.

-Dohko…- Lo llamo con un tono apenas audible.

-Dime… Mi hermoso demonio- Quería contemplar ese rostro de nuevo, que no tenía rival con lo más hermoso que había visto en su vida, aquellas rosas cristales no harían justicia a la perfección de ese demonio.

-Quiero…- Bajo su mirada, sonrojado, tenía una idea, quería demostrarle el último secreto que guardaba en su conciencia –Mostrarte algo…-

-¿Qué cosa Shion?- Le tomo bastante raro aquel cambio repentino, pero no negaría que lucía tan lindo, le regalo un pequeño beso en los labios, deseo tanto hacerlo desde que lo vio, pero debían hablar y respetarse un poco por el dolor.

-Yo… Vamos… Allá- Señalo apenas con su dedo anular, aquella cabaña en la que tuvo que habitar por esos dos ciclos lunares al estar allí.

No comprendía aquel Ángel, el porqué de hacer eso, pero asintió, no cuestionaría nada, y más si era una petición de su querido Demonio, iría hasta el fin del mundo solo por él.

Sus ojos rosas fijos en el suelo, pensando en que lo que deseaba hacer, sería la peor locura, pero la más hermosa de todas, porque en su vida tendría un significado irreparable, pero no le importaba en lo más mínimo.

Dejándose guiar por aquella cálida mano, entraron a aquel lugar, que se volvió vacío desde que se fue, no había pasado mucho así que literalmente estaba bastante limpio, algo desordenado por tener que irse rápido.

Miro por todos lados notando algunos objetos rotos -¿Qué paso aquí?-

-Cuando te dije aquellas palabras, me arrepentí tanto que destruí todo lo que tenía a mi paso- Bajo su mirada, sus mejillas estando tan rojas, su corazón latía demasiado rápido, los nervios lo empezaban a invadir, pero estando decidido.

-Cierto, yo… Me emborrache y destruí el estudio de Asmita- Sonrió con dolor, recordar aquello le molestaba, pero se divirtió ver al rubio casi quererlo matar por el desastre que hizo.

-Dohko, por favor… Cierra tus ojos y espera un momento ¿Si?- Aquella petición, trataba de sonar lo más firmé posible, pero el temblor en sus labios se volvía evidente.

-¿Por qué?- No comprendía que estaba ocurriéndole, lo notaba bastante inquieto, sabía que algo estaba pasando, pero confiaba ciegamente en ese peliverde.

-Solo hazlo ¿Si?- Bajo su riada, cerrando sus ojos y casi queriéndole gritar, para que lo obedeciera.

-Está bien, está bien… Mi hermoso príncipe de pesadillas- Cada vez le tenía apodos más diferentes y cursis que los anteriores.

Pero al final obedeció, cerró sus ojos, esperando a que Shion le dijera lo contrario.

Mordió ligeramente su labio inferior, bajo su mirada, sonrojado, pero decidido a seguir hasta el final lo que estaba a punto de hacer.

No paso mucho cuando Dohko desesperado como él solo, le comenzó a preguntar si ya podía abrirlos, dos veces preguntó esto, pero en ambas escuchó un débil no, que le iba preocupando de a poco por como sonaba.

Pero al final de la segunda vez de estar de desesperado, sintió como unos labios capturaron los propios, sintiendo un calor mucho mayor que dé antes.

Esos labios pertenecían a Shion sin duda, lo conocía bastante bien con el poco tiempo de sentirlos, pero estando llenos de un calor intenso, que podía arder, mas era tan satisfactorio, que no dudo en rodear su cuerpo, para atraerlo más.

Cuál fue su sorpresa, cuando al hacer aquella acción, pudo tocar la piel cálida de su espalda, estando tan suave, que fue un delecte para las sensaciones.

Abrió de golpe sus ojos verde, mirando como su amado demonio se encontraba por completó desnudo, sonrojado en sus mejillas y los ojos cerrados, besándolo con una profunda pasión, que este de igual forma también lo abrazaba con fuerza.

-Shi… On… ¿Qué estas… Haciendo?- Las mejilla del castaño se tiñeron de ese dolor rojizo, sus manos temblaron un poco, pero no por eso dejaría de tocar esa piel que tanto estaba anhelando en sus sueños.

-Te diré… El mayor secreto que guardo, pero… Por favor, no lo uses nunca en mi contra- Le hablo con un tono sensual, en donde sus hermosos ojos rosas que antes podían considerarse puros, en este momento presentaban un deseo ardiente.

Se apartó un poco de Dohko, al principio estaba queriendo ir despacio, pero no aguantaba más ese calor en su cuerpo, más que su propio corporal, deseaba ser visto solo por esos ojos verdes, como si un interruptor en su cerebro o instinto se encendiera, para dar paso a lo que fuera que sucediera después.

Las manos del Ángel deseaba seguir tocando esa suave piel, pero no sabía cómo reaccionar, hace poco él también quería contemplar la hermosura de ese perfecto demonio, y ahora que la tenía delante, no sabía cómo reaccionar.

-Ustedes los Ángeles cuando se enamoran es por todos los sentidos, es algo que compartimos los demonios, pero la diferencia de ti y de mi…- Bajo la mirada, apretando sus labios –Tú tienes el derecho  deber de tener un descendiente, en cambio yo… Los futuros patriarcas y los que ya pasaron, no debemos tener descendencia, por el hecho de que… No debe existir nada que nos controle de manera emocional, para que los enemigos no lo usen en nuestra contra- Le confesaba una realidad.

-¿Tu deberías permanecer virgen?- Le cuestiono asombrado, sujetándolo de los hombros que no podía crear la piel tan blanca que poesía, tan apetecible, su autocontrol estando en los límites, incluso sintiendo como su miembro estaba comenzó a levantarse entre sus ropas.

-Sí, posiblemente si, además que…- Lo encaro, volviendo a sentir vergüenza, cubriendo con sus manos un poco su hombría que también había despertado, al sentir las manos frías del contrario.

-¿Además que?- Se acercó más, cortando la distancia entre ambos.

-Te mentí… Yo… Soy un….- Suspiraba, no sabía cómo decir aquella palabra… Pero necesitaba hacerlo –Te dije que yo… Bueno… Si… Yo debía ocultar que mi cuerpo puede… Dar vida… Por mi bien, debía ocultarlo hasta mi muerte, pero…- Sintió como unos labios detuvieron sus palabras, sujetándolo con firmeza de la cabeza y la otra mano libre, la base de donde las alas oscuras nacían.

Ese beso de fue intensificando, al grado que el Ángel comenzó a introducir su lengua de manera descarada en la boca del demonio, el cual iba cerrando sus ojos por ese placer que se compartía, prometiéndole que hiciera aquello, el solo se dejaba guiar.

Las manos de Shion, abrazaban la espada del contario.

Dando pasos torpes para atrás, guiándose a como pudieran entre el placer de unos besos que no pasaban de la boca, y de una piel tan cálida como si el fuego no tuviera la capacidad de quemarte tan severamente.

Difiriéndose a aquella cama, sabían que lo que pasaría a continuación, sería algo de lo cual no podrían arrepentirse nunca, ambos lo deseaban, querían hacerlo.

Podría decirse que es bastante tonto hacer el amor, cuando la guerra y odio entre ambos bandos esta en plenitud, pero no podían negar o que sus corazón sentían, sus cuerpos anhelaban y sus cerebros les rogaba.

-Shion… Por favor… Dime que serás mío siempre- Le dedico esas palabras entrecortadas, con sus ojos verdes llenos en lujuria, mientras miraba el rostro sonrojado, y bajando al cuello del peliverde.

-Si… Aaaaah… Dohko… Me da vergüenza…- Entre el placer y la preocupación sus palabras salían.

-¿Qué te da vergüenza?- Lo decía entre suspiros, dándole suaves besos, y lamidas en el cuello, sus ganas de darle una mordía a esa piel pura, le estaban consumiendo.

-Quítate la… Aaaaaaah, Doh… Ko…- No lograba completar las palabras, por esas sensaciones suaves.

Pero no hacía falta terminar la oración, pues el contrario comprendía que quería decir el Demonio debajo de él.

Sin dejar de tocarlo, y brindándole besos a ese cuerpo que estaba a punto de ser solo suyo, fue despojándose de su ropa, dejándola sin cuidado en el suelo, no le importaba nada, solo hacerlo sentir bien y muy feliz.

-Shion… Aaaaaaah, me siento muy feliz, de que me ames tanto…- Tocándolo con delicadeza ahora, la piel del pecho, sintiendo los pezones del demonio que estando erguidos provocando con cada toque un estremecimiento que lo obliga a aferrarse a la cama.

Los gemidos del peliverde no dejaban de salir, al final de cuentas su cuerpo es demasiado sensible, no sabía cómo reaccionar, siendo la primera vez que alguien lo tacara de esa manera, ni siquiera él mismo lo había hecho, todo siendo tan nuevo.

-Por favor… Dohko… Es muy extraño esto…- Sus manos quedaron sin fuerza a cada lado de su cabeza, sujetadas a la fuerza por las toscas del Ángel, que ahora solo usaba su boca para lamer y chupar esos botones rosas que se estaban volviendo algo rojizos por esas acciones.

La cercanía de ambo cuerpos, desnudos, con el calor aumentando entre ambos, de por si los demonios siempre tiene una temperatura mayor, ahora se inundaba en ello.

Sus miembros frotándose sin el cuidado de ninguno, pues aquel Ángel que se supone debería ser más puro por estereotipos, parecía conocer los puntos sensibles de su amado, como si no fuera la primera vez.

Pero lejos de esto, si era la primea del Ángel con alguien más, pero desde que había conocido a su amado, no negaría que se lo imagino tantas veces de maneras impropias, que estaba cumpliendo una fantasía que su mente no dejaba ir.

-Aaaaaaaaah, duele… Aaaaah- Sus ojos cristalinos por el placer depositado en su cuerpo, incluso aunque sus alas estuvieran debajo de él, estas se extendidas por la cama.

-Lo siento…- Jadeo con cierta dificultar, su corazón latía demasiado rápido, mientras su respiración se dejaba ver por el calor en aquella caballa de una sola habitación -¿Te lastime…?- Sus ojos aun estando llenos de deseo, se preocupó por su Demonio.

-No…- Negó con la cabeza, como pudiera, su cabello se pegaba a su cuerpo por el sudor –Mi… Pene… Duele…- Con la respiración tan agitada y dolorosa, pedía que su novio lo atendiera, pero no solo esa zona deseaba atención.

-¿Quieres que te toque?- Le pregunta sobraba al deseo del peliverde, pero una sonrisa bastante traviesa en el rostro del mayor se dibujó.

-Si… Por favor… Dohko… Yo…- No sabía como darse a entender, su pecho subía y baja con cada bocanada de aire, siendo tan nuevo en esto, pero lo disfrutaba, sus miedos desparecían de a poco.

-Como desees Shion- Le dedico una sonrisa y lo beso en aquellos labios que tenían un dulce color durazno.

Mientras lo besaba e incorporaba un poco su cuerpo, sujetando con una mano la espalda del otro, la otra libre, tomo ambos miembros, proseguido a masturbarlos a un ritmo lento pero firme.

Valla sensación estremecedora que el peliverde sintió, ser tocado de esa manera y después su miembro frotado por el de Dohko y la mano de este, no se lo creía.

Entre un sueño, la realidad y el amor apasionado que se compartía, no sería capaz de detener ese placer, lo inundaba.

-Aaaaaaah, esto… Es… No puedo…- Sujeto los hombros del Ángel, que solo lo miraba de una manera lasciva, sus mejillas rojas, con las ligeras lágrimas saliendo de sus ojos, y la saliva por una de las comisuras de su boca dejándose ver.

-Shion, te amo… Te vez tan hermoso- Volvió a capturar sus labios, dándole besos que intensificaban solo el calor que había entre ambos.

Había pasado unos instantes, cuando el peliverde advirtió una sensación extraña en su abdomen bajo que le recorría hasta la punta de su miembro erguido.

-Aaaaaahh, arrgggr… Sien… To muy extrañó… Mi…- Queriendo expresarse pero no saber cómo.

Pero el castaño sabía que significaba aquella expresión, lo que sentía su amado demonio es que un orgasmo es lo que experimentaría.

Intensificó aquellos movimientos que ahora solo se dedicaban a masturbar la hombría de Shion, hasta que en un punto la primera venida del peliverde se escapó.

Un gemido fuerte, con un arco en su espalda fue la respuesta del demonio, que dejo todo su peso en el agarre del Ángel, siendo demasiado para él.

El semen se espació entre la mano de Dohko y el vientre del peliverde.

-Arrrrg… Shion… ¿Qué te pareció?- Beso su frente, mientras lo volvía a recostar con delicadeza.

-Me siento… Muy raro… Aaaaah…- Aunque no se recuperar del todo, se sentía extramente feliz, la sensación de satisfacción le gusto, solo porque Dohko era quien le provocaba –Te amo…- Lucia sonriente, aun con sus lágrimas corriéndole-

Pero aún faltaba que Dohko se liberara, queriendo llegar a las últimas consecuencias con el Demonio, le sonrió y dio varios besos en su rostro, tocándolo con cuidado ahora.

-Te amo mucho… Shion, no puedo aguantar más… Quiero…- Le hacia su solicitud, esperando que le diera autorización –Estar en tú interior-  Lo miro a los ojos, sonrojado, pro que verlo tener un orgasmo, fue lo más excitante del mundo.

Aquel demonio, asintió, con una débil sonrisa, ligeramente abrió las piernas, para dejar ver que su cuerpo también lo deseaba.

De su entrada se podía ver aun en medio de la pequeña oscuridad del entorno, como estaba mojado.

-Dohko… Tengo miedo, pero… A tu lado sé que estaré bien…- Sonrió, buscando tomar la mano del Ángel un momento.

La hermosa imagen que Shion le regalo de su cuerpo, fue lo mejor que pudo admirar, dándole un beso en la mano, para demostrarle todo el amor que sentía y que su cuerpo seria tratado con la mayor delicadeza que pudiera brindarle.

Con cuidado, abrió un poco más esas blancas piernas, poniéndolas a los costados, besándolas con cuidado, buscando ver la entrada de Shion, que estaba preparada solo para él.

-Te dolerá al principio, pero seré cuidadoso, cuando tú quieras yo la saco o lo que tú desees- Acerco su miembro a la virginal entrada del demonio, sentirla de a poco fue bastante agradable.

-Arrrggggr… Shion… Eres hermoso…- Sus palabras no sabían cómo expresar la sensación que la parte baja del peliverde le brindaba al castaño.

De a poco se adentró en aquel lugar que estaba siendo profanado, por un ser que debería representar todo lo contrario.

El peliverde, se aferró a la cama, contrayendo sus alas, sus lágrimas rodaban, la respiración se volvió mucho más agitada, las mejillas rojizas, buscaba apoyarse en algo, pero no sabía que esa sensación dolorosa de a poco se volvía placentera.

Cumplía su palabra, no buscaba ser rudo, o darle fuertes estocadas o moverse de mas, entro por completó no pudo resistirse, pero… Espero a que el otro se acostumbra, fue una tarea muy difícil, pues su amado es completamente perfecto para él, se complementaban en todos los sentidos.

-Arrggg… Eres… Muy estrechó… Aaaahrr… Quiero moverme- Le susurraba, su cuerpo le ordenaba seguir, pero aun su corazón el indicaba que esperara.

-Len…To…- Cerro sus ojos, sintiendo la intensidad de que su Ángel estuviera en el interior.

-Como desees- Las estocadas fueron yendo lentas, como se lo indicó su amante.

Fue un intercambió de sensaciones que ambos se proporcionaban, uno por su miembro que profanaba más profundo al otro, que su interior se sentía más caliente de lo que su exterior era.

Esa combinación de ser tan estrechó, caliente y los gemidos que acompañaban al peliverde, volvieron loco al castaño, que olvido que debía ser cuidadoso y embistió con mayor fuerza al otro.

Aaaarrrrg… Perdóname… Pero no resisto- Pidió disculpas, por su comportamiento pero no se controló más, debía sentirlo por completó, solo para él.

-Te amo… Mucho…- El peliverde, estaba acostumbrándose al miembro del castaño, de a poco su cuerpo se comenzó a sentir mejor, con las embestidas, la capacidad de un demonio de asimilar cualquier cosa, lo volvía consiente.

Cada “Te amo” de parte del peliverde, excitaba al castaño, que se volvió en embestidas fuertes.

De a poco, con esa unión, la entrega que ambos se profesaron, se volvió un concierto de sonidos y gemidos que solo una pareja que se ama, puede dar que satisface todos los sentidos de los involucrados.

Hasta que el Ángel no soportó más al igual que el demonio, ardiente que pronto eyacularían.

Quien dominaba deseaba sentir más aquel cuerpo, y abrazándolo aun estando conectados, fue como se dieron las estocadas finales, hasta que ambos terminaron.

Dohko por completó dejo su semilla en aquel interior que ahora le pertenecía, mientras que Shion de igual forma dejo salir su esperma en ambos abdómenes...

Las alas del demonio se contrajeron a su cuerpo, pues aquella sensación ya fue demasiado para él, se sentía agotado dos veces en poco tiempo, es una exigencia a su cuerpo.

Mientras que las alas del Ángel los cubrió a ambos, una reacción que no podía controlar su dueño.

Ese abrazo final fue el mejor que ambos se pudieron dar.

Sus ojos se conectaron, uno con lágrimas y una sonrisa, mientras que el otro su lujuria iba bajando un poco, y besaba la frente del peliverde con todo el amor.

-Ahora… Menos te dejare ir- Le decía suavemente al menor.

-Dohko, no me abandones nunca por favor- Se abrazó a su cuello, sintiendo el aroma de ambos esparcido por sus cuerpos.

-Jamás te alejaras de mi- Son dejar aquel abrazo, se fueron recostando de a poco en aquello lecho que fue  testigo de su entrega llena de amor.

Se miraron un instante, la promesa de que no se separarían es lo que quedo en aquel lugar, mirándose con amor, el cansancio fue apoderándose de Shion, quien aún desnudo se quedó durmiendo en los brazos del otro.

Contemplar a su amado demonio, tan frágil en ese momento, tan inocente, tan suyo, es lo que deseaba.

Debía seguir luchando ahora con mayor razón, enfrentar a su padre, decirle que ama a un demonio y sin importar lo que haga, no lo dejaría.

Si deseaba asesinarlo entonces primero debía acabar con la vida de Dohko, antes que la de Shion.

-Prometo que estaremos juntos hasta el final de nuestros días- Beso los dulces labios, para abrazarlo con intensidad y acompañaron al otro en el sueño de una noche.

Su encuentro fue hermoso, se amaron a un nivel que solo puedes alcanzar con quien más amas, y que de igual forma este ser de ame.

Pero ¿Esto podría complicar las cosas más?

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar? Yo me encuentro feliz, hoy cumplo 49 meses con mi novio y ando super emocionada, feliz y chiflada, jajajajajaa Ya saben que puedo ser tan cursi. 

Pero bueno, acá les vengo trayendo un poco de Lemon, o sea... Ya debía pasar, ya lo tenia preparado, de hecho gran parte de este fic, lo tenia desde hace un mes, solo pulí detalles. 

Espero que les guste mucho, la verdad a este punto, el do,or ya viene... En otras palabras el sufrimiento llegara, pero no les puedo decir nada en absoluto, solo espero que no me odien mucho. 

La pregunta del dia de hoy sera...

¿Quien de los hermanos mayores que conocemos, a su punto de vista, consideran un buen hermano?

Yo... Creo que me inclino por Ikki, si tiene sus fallos, no deja que Shun madure tanto o de una manera mas rápida, pero siempre esta para protegerlo y cuidarlo aunque sea a la distancia, por su naturaleza arisca. 

Espero que les guste mucho este capitulo terrones de azúcar, se que estuvo elevado de tono, peor es que ya era el momento, y recuerden de aquí al real... Es bastante cruel el destino, no me odien por favor. 

Gracias por sus comentarios, en verdad me alegran tanto el día, son los mejores mis terroncitos hermosos. 

Bueno nos vemos el lunes, si es que me da chance, si no hasta el martes, pero con los dos capítulos, el del lunes y el del martes. 

Los quiero mucho mis terrones de azúcar, nos vemos.

Ammu se va. 


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