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Mi corazón es tuyo por Penniwisse Mosser

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Notas del capitulo:

Espero les guste este capitulo

Dick veía desde las alturas la fiesta de alta sociedad, nunca se había adaptado a ese mundo de absoluta riqueza, aún una década después de estar inmerso en ese sitio no podía con las sonrisas hipócritas y malos chistes.


-Amo Grayson – la voz de Alfred lo regresó a la realidad – El diamante está por entrar al edificio y aún no tenemos nada sospechoso.


- No Alfred, no veo más que gente intentando acercarse a Bruce y tomando demasiado.


- Recuerde Amo Bruce, usted tiene que generar una gran distracción si este individuo se acerca realmente – Dick podía jurar que vio a Bruce girando los ojos, la única persona de quien toleraba ese tipo de comentarios era de  Alfred, ese hombre podría regañarlo y él solo se quedaría callado y asentiría, si Dick decía eso, lo mandaría muy lejos.


Bruce se acercó a la mesa de aperitivos, estaba cansado de toda esta gente, prefería volver a la tranquilidad de la mansión, inclusive una noche con los niños no sería mala idea, esas últimas dos semanas lo único que necesitaba era tranquilidad, se sentía muy disperso en sus pensamientos.


Odiaba tener que estar ahí, no parecía que algo malo fuera a pasar, se había enterado en el patrullaje de hace dos noches: dos mal vivientes habían escuchado el día de la subasta del gran Diamante Cebra que alguien ya tenía planeado robarlo y como Bruce Wayne tenía la invitación en su mesa de noche, sólo necesitaba la ayuda de alguno de los muchachos, porque siendo honesto, en las ultimas semanas los necesitaba para mantenerse cuerdo…


- Amo Bruce, es necesario que se acerque al escenario, el discurso inaugural va a comenzar.


A veces le sorprendía cómo habiendo tanta gente con dinero en esa ciudad, estaba tan acabada, amaba su ciudad, sabía que su padre siempre quiso mejorarla, tenia ideas brillantes y él quería ponerlas en práctica, pero se había ganado una reputación y primero tenia que limpiarla desde lo más bajo, tal vez  primero no como Bruce sino como Batman.


-Damas y caballeros, les agradecemos a todos que estén presentes hoy, la historia de esta ciudad siempre ha sido trágica para el mas necesitado, pero esta noche enfocaremos en el futuro, en poder hacer esta ciudad brillante y llena de más gente de bien, ésta noche es por los que serán el futuro de nuestra maravillosa ciudad, ya que la subasta está organizada por la Fundación los niños de Fátima, el objeto principal, poder donar total del dinero que hoy se recaude, a más de diez orfanatos en nuestra ciudad ¿y cómo?, con las adquisiciones que ustedes hagan esta noche, principalmente la de  un diamante rosa de 15 quilates, el afamado Diamante Cebra, y recuerden, más que gastar su fortuna, ésta una inversión a futuro, es por aquellos que en un futuro nos ayudarán, le ayudaran a Gótica a ser una ciudad brillante y mejor.


Ésta ha sido la primera llamada, disfruten de la noche.


-El futuro de Gótica, já!, como si realmente fueran a darle el dinero a los niños – escucho por el intercomunicador a Dick, la molestia era mas que obvia, odiaba como utilizaban a los niños para agrandar su fortuna.


-Buenas noches señor Wayne – la voz de una mujer venía desde atrás de él, al voltear vio a una mujer de su estatura, ésos tacones le ayudaban mucho, pelirroja, grandes ojos verdes y flamante vestido dorado- Nos sentimos honrados de que el hijo más brillante de Gótica nos acompañe ésta noche, también esperamos que pueda agrandar su colección de arte esta noche, usted siempre ha estado a favor de la juventud de Gótica, las adopciones que ha hecho, por cierto, lamento lo de su segundo hijo… - le dijo bajando la mirada- aunque agradecemos que venga a ayudarnos a nosotros - Dick no podía ver a Bruce ya que éste le estaba dando la espalda, pero sabía que el tema de Jason era delicado para él, las palabras de esa mujer habían opacado su belleza.


-No tiene nada que agradecer señorita… -dijo Bruce con su voz diplomática, esperando que ella se presentara.


-Oh!, que tonta, no me presenté, Helena Berkowitz, la organizadora de ésta subasta y gran fan de su altruismo, Sr. Wayne. -ella le extendió la mano-


-Alfred, sácalo de ahí…! - escucho a Dick desde su comunicador.


- Lo lamento amo Dick, me es imposible realizar esa petición - esa conversación se estaba volviendo hilarante.


-Mucho gusto señorita Berkowitz -le respondió estrechando su mano – maravillosa fiesta, imagino que la subasta será aún mejor. Claro que me interesa agrandar mi colección de arte -le sonrió flamantemente-  ésta noche es para derrochar si se trata de nuestros niños, ¿no lo cree?


Ella se veía deslumbrada, Dick estaba a punto de carcajearse, no entendía como Bruce podía encandilar a las personas tan rápido, se estaba aburriendo y empezaba a creer que nada iba a pasar en esa subasta.


-Buenas noches, me alegra verlo nuevamente señor Wayne -no, él no podía estar ahí, él no debía estar ahí, su ciudad estaba muy lejos, ¿Por qué tenia que aparecer esta noche?


-Señor Kent, me sorprende verlo tan lejos de Metrópolis. -El súper hombre le dedicó una sonrisa amplia.


- Trabajo es trabajo señor Wayne, vengo aquí en calidad de reportero, -le enseño su gafete de prensa- no esperaba encontrármelo, aunque ahora me alegro de haber venido. -su sonrisa era genuina.


- Son los niños el futuro del mundo señor Kent, era obvio que estaría aquí, yo mismo tengo dos hijos que espero tengan el mejor futuro.


-Esperaba ver a sus hijos esta noche también señor Wayne… - escuchó la risa de Dick en su intercomunicador “Ni que estuviera loco”, sabia que Clark seria capaz de escucharlo


- Les habría encantado estar aquí, pero la universidad tiene consumido el tiempo de uno de mis hijos, su graduación está muy próxima, entonces tiene que poner todo su empeño en ello y la del otro que está en preparatoria se acerca igualmente, los dos están en casa concentrados en sus estudios. –“Claro, por ello estoy aquí, esperando que alguien intente robar ese maldito diamante en vez de terminar mi proyecto final”-  Clark no pudo evitar reír y mirar hacia donde se encontraba Dick, el hijo mayor, éste levantó su mano en señal de saludo.


- La universidad es una parte complicada de la vida, más si sólo quieres salir a divertirte. -Los dos hombres habían olvidado por completo a la hermosa mujer que estaba ahí, tuvo que alzar la voz para que notaran su presencia.-


-Me dio gusto por fin conocerlo señor Wayne, señor Kent, esperamos que su artículo muestre todo en lo que esperamos ayudar y mejorar de Gótica, bueno caballeros, que pasen una excelente velada. -dijo, y se alejó un poco sonrojada.


-Gracias por salvarme. -dijo Bruce sin mirar a Clark, Dick estaba sorprendido, ¿acaso había escuchado bien?, Bruce no había dicho eso de verdad, eso sería imposible.


-No hay de que, pensaba hacerlo desde antes, pero no quería que me tacharas de entrometido -Bruce soltó una pequeña risa, Dick creía que había cambiado de universo al escuchar eso.


-Nunca podría hacer eso, esta en tu súper oído, no puedes evitarlo ¿o sí? - fue el turno de Clark de reír, agradecía que Bruce fuera honesto con él, y ahí estaba nuevamente ese latido irregular en su corazón, pensaba contestarle algo cuando se escuchó de fondo la tercera llamada.


-No negaré ni afirmaré nada sobre eso – le guiñó un ojo y nuevamente ese latido irregular apareció, tenía que decirle que fuera al médico –es hora de que aparezcan sus reflejos señor Wayne – y podría jurar que una tonalidad roja cruzó las mejillas de Bruce.


- Sabía que nunca debí decirte eso Clark, bien, nos vemos en un rato -caminó hasta llegar a la fila frente al escenario, tomó asiento y la subasta comenzó con varias obras de arte y algunos jarrones de exportación. Pasó un buen rato y ni una señal, comenzaba a pensar que le habían visto la cara y que nada iba a pasar, después de casi una hora de ver desfilar pinturas, jarrones y uno que otro tapete clásico, era el momento de la verdad, y ya había gastado demasiado por dos pinturas aunque sabía que también tendría que adquirir ese diamante.


-Gracias a todos por esperar por este momento, les prometo que no estarán decepcionados, con ustedes nuestro querido Diamante Cebra, un diamante rosa de 15 quilates, la subasta comienza con 10 millones, quien da más – dijo Helena


-Once millones – se oyó al fondo


-Doce millones- dijeron al final de su fila de asientos


-Catorce millones – se escuchó al final del auditorio.


-Quince millones – dijo él levantando la mano.- Oye Bruce, es solo un diamante, no seas exagerado - escuchó decir a Dick.


-¡Diecisiete millones! – dijo nuevamente el del su fila de asientos


- Veinte millones. – se levantó de su asiento-


-Amo Bruce, por favor. -ahora era el turno de Alfred,


-Veinte millones a la una, -dijo Helena al no recibir otra propuesta- a las dos, a las tres! -dijo golpeando el pequeño mazo que tenía – vendido por veinte millones al señor Wayne.


-Bruce, no puedo creer lo que acabas de hacer- le dijo Dick.


-¡Miren qué hermosa velada están teniendo! lastima que se tenga que dar por terminada... – dijo una voz chillona que venía de la entrada del recinto.


-Dick, estáte preparado- dijo en voz baja.


-Me han hecho esperar demasiado, – siguió el sujeto abriéndose paso entre las personas – esperaba este momento desde hace cuarenta minutos! - el sonido característico de su sombrilla golpeando el piso hizo que lo reconociera, ya que con su baja estatura y las personas de pie se le hacía difícil el distinguirlo, no le habían mentido, llegó hasta donde Bruce estaba parado, regordete y mucho más bajo que él, con su característico caminar torcido. –Lamento mucho que no pueda tener ese diamante señor Wayne, pero me es imposible no obtenerlo para mi propia colección, mucho ya se les ha dado a los niños de esta ciudad, es tiempo de que yo lo tenga.


Varios hombres que salieron de detrás del escenario amarraron a Helena y se posicionaron frente al diamante, él vio que Dick estaba justo para lanzar la distracción y poder entrar cuando Alfred lo detuvo.


-El amo Kent se retiró para cambiarse. –Eso no podía pasar, era su ciudad.


-No te metas en esto Kal-El, es mi ciudad yo lo resolveré. -susurró sabiendo que lo escucharía, éste se detuvo, no quería desatar la ira del murciélago.


-¡Ahora Dick! -Y éste lanzo una bomba de humo logrando golpear a dos de ellos, necesitaba entretenerlos lo suficiente para que Batman apareciera, todos estaban gritando y corriendo, buscando una salida del recinto; uno de los secuaces de El pingüino le apuntó con un arma, cuando un Batrang desvío la bala, el murciélago estaba al fin presente, terminó de noquear a los dos hombres restantes y se detuvo frente al hombre de la sombrilla.


-Lamento arruinar tus deseos, pero ese diamante no te pertenece, le dijo. – El pingüino levantó su sombrilla y le apuntó – Bruce se sentida confiado, su traje era a prueba de balas y Dick estaba cerca de derribarlo, pero cuando éste disparo, no fue una munición normal, sintió el impacto en su pecho, salió despedido, alcanzó a ver a Dick derribando al pingüino y mirando en su dirección, el ardor era demasiado, quería respirar pero sólo logró toser, no podía recordar cuando había sido la última vez que un plan salía mal, sintió que alguien se acercaba a el.


-Alfred, necesito sacarlo de aquí, el diamante esta seguro, Nightwing tiene al pingüino, pero él esta muy mal herido.– Sabía quien era, observo esos ojos azules, ahora preocupados, se llevo la mano a su pecho, ¡Mierda! -pensó- Sangre, Alfred se enojaría.


- El amo Dick se quedará para entregar al Pingüino, el Batimóvil esta a cinco segundos, puede llevarlo hasta él, yo lo guiaré hasta la Cueva, ya estoy listo para atenderlo.


Clark lo cargó, podía ver que no había sido tan profunda la herida pero tenía que atenderse, Bruce parecía a punto de perder la conciencia, podía cerrar la herida con su visión láser, pero tenía fragmentos dentro que necesitaban ser removidos, los latidos de su corazón eran muy rápidos, tenia que apurarse, llegaría mas rápido volando, pero no conocía la ubicación exacta de la baticueva y estaba realmente atemorizado, él, el hombre mas fuerte del planeta estaba petrificado sin saber que hacer, no estaba capacitado y estaba viendo que su amigo se desangraba sin poder hacer nada. Ese miedo sólo lo había sentido con sus padres, no entendía que estaba pasando, tenía terror de perderlo, su ritmo cardíaco iba bajando, ya estaban en camino a la cueva, solo 50 segundos más, no podía perderlo, ya era parte de su vida, era su amigo, llevaba cerca de medio minuto inconsciente y los latidos de su corazón se hacían cada vez más y más lentos, ¿Que no podía ir más rápido esa cosa?, la sola idea de que ocurriera otro imprevisto hacía que temblara, él no temblaba, él era el hombre de acero; al llegar, bajó a Bruce lo más rápido y cuidadosamente posible. Alfred ya estaba preparado, no podía entender lo que le decía, no podía despejarse, pero trató de concentrar todas sus fuerzas y al final logró sacarle la fragmentación y Clark utilizó su visión láser para cauterizar la herida, el ritmo cardíaco de Bruce estaba por fin volviendo a la normalidad.


Clark no podía escuchar nada más, ese corazón latiendo le daba la calma que necesitaba para seguir ahí.

Notas finales:

Espero sus comentarios...

Y le agradezco a mi amiga Mercy que me ayudo con la ortografia! 

 

Hasta la proxima!!


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