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:Corazón Resiliente: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Disculpen la tardanza, estuve perdido toda una semana, pero aquí les vengo con el capítulo 12, espero lo disfruten.   

Capítulo 12: Aroma Salino

 

 

Tomioka no era de los que perdían los estribos con facilidad, era tan serio que algunas personas afirmarían que carecía de sentimientos, pero las personas que conocían bien a Giyuu Tomioka sabían que no era así, Tomioka era alguien amable y protector.

 

No soportaba ver una injusticia, no lo toleraría, su sentido de la moral era muy fuerte. Por eso al ver como Tanjiro se aferraba a Ryoka desesperadamente, mientras prácticamente rogaba por qué no lo marcaran… algo dentro de él se descoloco.

 

Se decía que cuando un alfa estaba furioso era palpable, su mente se descontaba de la realidad, la conciencia se perdía, dejando paso a su lado más instintivo a la bestia que otras estirpes temían, su cuerpo se acompasaba con su instintos las feromonas se desataban, intimidaban solo con la presencia, la furia de un alfa no podía ser contenida… por eso eran alfas.

 

Tomioka no hizo expresión alguna, ni siquiera dijo algo… pero tampoco dio tiempo para que reaccionaran. Su enemigo era tan solo un niño, o eso parecía, eso no importo. Sin la menor contemplación hizo un corte profundo en el brazo que se atrevía a agarrar al pelirrojo, lo desprendió de un tajo.

 

Chasqueo al ver que el menor retrocedió, lastimosamente no llego a cortar su garganta… aquel niño fue más rápido.

 

Giyuu era realmente fuerte.

 

Rui se aferró de lo que quedaba de su brazo, estaba sudando por todas partes, tenía tantos deseos de marcar a ese omega que no tuvo cuidado al sacar una gran cantidad de feromonas, ahora su cuerpo reaccionaba de forma errática, más la pérdida de su brazo lo había descolocado…

 

¿De dónde había salido ese alfa?

 

- ¡no te entrometas! – despotrico, con veas en el cuello de la rabia - ¡él es mi omega! – No, no… se suponía que ese era su omega, que él lo marcaria y se lo llevaría, pero ahora aparecía este desconocido. Un maldito Pilar se lo quería robar en frente de sus narices.

 

Tomioka se mantuvo en silencio en todo momento, desviando su mirada por un segundo al omega.

 

- Tomioka-san – le llamo, incrédulo.

 

- hiciste bien en aguantar hasta que llegara – la voz del alfa salía relajada, apaciguando la angustia del menor – ahora me encargare… no te preocupes –

 

Tanjiro sonrió, no tenía fuerzas de nada más así que simplemente asintió, abrazándose a su hijo.

 

Rui no le gusto lo que acababa de ver, todo el miedo que metió dentro de ese omega había desaparecido por un par de palabras, ¿Por qué aquel alfa tenía tanta influencia en su omega? ¿Por qué se entrometía?... lo iba a matar.

 

Había una regla muy clara para los Pilares, ellos no eran asesinos, eran soldados, así que el enemigo no se eliminaba si no era estrictamente necesario, si se podía sacar información, se atrapaban e interrogaban. Más si era el líder. Los Pilares eran la cúspide del imperio del sur si hablábamos de fuerza, estaban entrenados para ser superiores en batallas, técnicas y resistencias… lo que fuera que dominaran, debían ser los mejores para ser un Pilar. Ni siquiera Rui, que había nacido para ser un alfa fuerte… podía competir con la fuerza de un Pilar.

 

 

Tomioka era muy respetuoso de las reglas, matar tampoco era algo que le gustara hacer. Sin embargo, no pensaba dejar a ese niño con vida, no después de lo que intento hacerle a Tanjiro.

 

Rui había incumplido la misión en el preciso instante en que intento hacerse de Kamado Tanjiro… era una misión de reconocimiento, solo debían enviar un mensaje, eran unas simples distracciones para que los Pilares no se dieran cuenta del verdadero propósito. Pero claro, habían enviado a un niño de diez años a hacer el trabajo de un adulto.

 

La primera estocada la pudo esquivar, la segunda le desprendió una de sus piernas… el alfa era rápido y eficaz, no perdía tiempo en movimientos innecesarios, para la tercera estocada la cabeza del chico rodo, limpio, rápido y sin dolor.

 

Tanjiro se miró sorprendido al ver de nuevo el estilo de espada de Tomioka… él sabía que era fuerte, solo que a veces olvidaba ese detalle.

 

- Tomioka-san – su nombre salió de su boca con un extraño suspirar, casi como si estuviera gimiendo.

 

Eso no era nada bueno.

 

Aun con Ryoka en brazos el omega se levanta y comienza a caminar lentamente, Tomioka cierra su puño con fuerza, ya se lo veía venir, ese olor lo había captado desde la distancia. Pero ahora que estaba tan cerca podía distinguir aquel dulce olor a duraznos, trago seco, podía prácticamente saborearlo en su garganta.

 

Tanjiro miraba a Giyuu con ojos brillantes, por alguna razón sus feromonas se estaban haciendo más fuertes desde que el pelinegro apareció.

 

La mirada azulina se enfoca en ese omega, en sus ojos rojos y en sus mejillas entintadas, estaba sudando y se veía desesperado. Maldice por dentro y aprieta su mandíbula para no decir algo de que se arrepienta después. Aquel olor era gratamente familiar y eso le angustiaba… esa imagen, de un joven de rojos cabellos, de esas mejillas rojas y esa piel caliente. No podía ser real… No supo cuando llego hasta él, solo se dio cuenta que ya estaba rozando su mejilla.

 

A diferencia de con ese niño, Tanjiro no sentía repulsión ante el tacto de Tomioka, aquella mano fría le apaciguaba de alguna manera, inclino la cabeza al dorso de esa mano, quería más contacto con aquel alfa.

 

Los ojos se veían vidriosos y con un lento movimiento se sujetó del uniforme del más alto, pegando su rostro del haori del alfa, la nariz de Tanjiro era bastante hábil a la hora de reconocer aromas. Sin embargo Tamioka era la única persona que lo llegaba a confundir, cuando conoció a Tomioka no tenía aroma alguno, cuando iba a visitarlos a la casa de Urokodaki creyó que podía haber algún momento en que bajara la guardia, pero no lo hacía… nunca logro captar el aroma del Pilar del Agua, hasta ese momento. No sabía que pudo haber desatado en el su aroma, pero cuando pudo captar un fresco olor a sal y mar, ya no pudo sacar el rostro de su pecho.

 

Como si fuera un pequeño niño buscando refugio.

 

- Tanjiro abre la boca – la voz salió más profunda de lo que espero. Sin embargo el menor no se negó a su petición, al contrario, lo hizo bastante gustoso.

 

Los dedos de Tomioka se deslizaron que agilidad entre aquella cavidad, trago seco al sentir como el menor se acercaba, pero después de eso lo hizo cerrar la boca. Le dio la medicina que Kocho le había entregado para Tanjiro, esperaba que el efecto fuera rápido.

 

Un poco de saliva se fue por la comisura de su boca, aun Tanjiro lo veía con ese rostro, Tomioka no sabía interpreta por completo lo que el pelirrojo quería. Pero fuera lo que sea, era culpa de su celo.

 

- no se hace menos fuerte – el olor no se desvanecía y Tanjiro estaba cada vez más cerca. A Tomioka le temblaba la mano, llevaba una justo en la quijada del menor, asegurando que se haya tragado el medicamento la otra mano alzada, casi tocando su espalda. Estaba siendo tentado por ese exquisito aroma… justo cuando una idea peligrosa cruzaba por su mente ve a Ryoka entre los brazos de Tanjiro, regresándolo a la realidad, recordándole que eso no era correcto – lo siento Tanjiro –

 

Su mano libre termino por golpear la nuca del chico, desmayándolo en el acto.

 

 

-.-

 

 

- ¡papá! – abrió sus ojos asustado… había tenido la peor de las pesadillas.

 

Su alrededor temrino siendo totalmente diferente, sentado ahora sobre una mullida cama. Apartado por unas cortinas blancas y al lado de una ventana que daba a un lindo jardín… ¿Dónde estaba? ¿Dónde estaba su padre?... Se levantó de la cama con prisa, todo eso no pudo ser un sueño, aquello en verdad paso.

 

Debía buscar a su padre.  

 

- ¿hablas de una reunión de los Pilares?… - Ryoka puede reconocer esa voz familiar, era Murata. - ¿Por qué tan de repente?... creí que faltaba una semana para la asamblea que se lleva a cabo todos los meses –

 

- es por el caso de esa banda… es más grave de lo que se ve a simple vista, todos estaban preocupados por detener el desastre de la capital, pero lo que no se dice es que terminaron por matar a oficiales de altos rangos que estaban custodiando a un rehén del norte… esta reunión de emergencia es convocada por el patrón – una voz femenina le contesta – ya es el segundo incidente, además esta lo de Kamado Tanjiro –

 

- ¿Qué… que hay con él? – el beta se ve preocupado y los ojos azules de la chica le miran acusadores.

 

- tú lo sabias… ¿no es cierto? – ella se cruzó de brazos.

 

- no sé de qué hablas –

 

- no te hagas el tonto conmigo Murata… no quisiste decirme nada de ese chico la vez que nos vimos en el mercado, sabías que era alguien peligroso… manejar una nichirin, es posible que se la haya robado a un soldado… es posible que tengas en tu casa a un criminal – acuso mientras sus pasos se detenían en frente de la cortina.

 

- Kamado-kun no es peligroso, son solo rumores que corren por allí… – se defiende.

 

- eres un ingenuo – bufa… - ¿Qué acaso no te dio alguna pista que fuera cercano a Tomioka?... tal vez es un omega casa fortunas y quiera engañarlo –

 

- por supuesto que no… - refuta, totalmente ofendido - Tomioka-san le gusta Tanjiro-kun y lo quiere como pareja… además, Tanjiro-kun no es lo que tú piensas - Murata en verdad se corta un dedo si no quedaban juntos, quería poner toda su fe en ellos. Los Kamado habían causado un gran cambio a todos en esa casa, pero Tomioka era el cambio más notable, incluso parecía más humano con cada día, visitando más seguido y compartiendo con los niños… Tanjiro-kun no podía ser lo que Aoi decía si era capaz de hacer al alfa una mejor persona.  

 

- ¿en serio…? ¿Tomioka gustarle alguien? – la voz era incrédula.

 

- es que no los has visto – Cansado de hablar con Aoi le da la espalda, corriendo la cortina, esperando ver al niño dormido, pues él se encargaba de cuidarlo…

 

- ¿Qué no había un niño aquí? – Aoi atendió a varios de los del incidente, estaba hasta el tope de trabajo, sin embargo estaba allí por insistencia de Murata, el beta estaba tan preocupado por ese niño que prácticamente le rogo que ella lo revisara personalmente… aun cuando ya había sido atendido.

 

Pero solo estaba una cama desordenada y vacía.

 

Murata no podía creer que estaba pasando otra vez… para ser el más tranquilo de los hijos de Kamado, era muy escurridizo.

 

Notas finales:

Adoro ver cómo les gusta la historia. Lamento decir que actualizaría el 30 y no cumplirlo, resulta un poco difícil acomodarse a los horarios. Tratare de actualizar una vez por semana, los fines de semana, así que el capítulo 13 el trece de este mes… hasta los momentos.


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