Amor háblame
El bar estaba lleno, llevaba esperando hace dos horas a los chicos, suspiré y me resigné a irme del local, ni Nebuya, ni Reo iban a venir, cuando volteé la mirada, me encontré con unos mechones negros y ojos de águila clavados en mí, Shun Izuki, el chico nuevo de intercambio, mi destino, mi primer amor. Sonreí y fui a su encuentro, estaba con otros 5 chicos y al único que reconocí fue a Kiyoshi.
-Kiyoshi –me acerque al grupo pasando mi brazo al cuello de un sorprendido Kiyoshi y curiosas miradas, estaba nervioso.
- Kotaro, ¿Qué haces por aquí? –pregunto curioso
- ¡¡Me abandonaron, Kiyo!! –pude ver como los del grupo reían, mas él no.
- ¿Quieres acompañarnos? –Los demás asintieron, solo él parecía incómodo.
Mitobe y Koganei, estaban bailando la Macarena en la pista, Izuki había ido al baño con Kiyoshi que se sentía mal y ahí estaba yo con Hyuga tomando un par de cervezas, me sentía en la depresión.
-Veo que estas detrás de Shun –Hyuga tomo un sorbo de su cerveza
- ¿Tan directo soy? –pregunte sonrojándome, él asintió y me sonrió.
- Shun es especial –asentí y suspire- Te he visto varias veces en la universidad y me pareces un gran chico por eso… te recomiendo que te rindas –me erice como gato y lo mire furioso.
- No eres quien para decirme eso, ¡Yo lo amo! –tome un profundo trago, el chico me miro sorprendido y me dio una risa nerviosa, acaricio mi cabello.
- Entonces ojalá seas tú –lo mire confundido- quien lo salve –lo dijo en un susurro casi imperceptible y se levantó, ¿de qué tenía que salvarlo?
Tanto Kiyoshi como Koganei estaban muy borrachos, Hyuga tenía clases en la mañana por lo que decidimos retirarnos a nuestras casas. En un taxi se subió Hyuga, Koganei y Mitobe en el otro Kiyoshi, Izuki y yo. Kiyoshi iba en la parte de delante durmiendo mientras que yo estaba viendo las farolas de la calle, era muy aburrido, por el rabillo de la ventana podía ver su reflejo. Sonreí como un tonto enamorado cuando puede ver como se quedaba dormido, era tan lindo.
A penas se estaciono el taxi, Hanamiya se estaba llevando entre sus brazos a Kiyoshi, la verdad era que todos le tenían miedo, en parte hacia méritos a su apodo de chico malo, pero… con Kiyoshi siempre era un poquito diferente, estoy muy seguro que es porque lo ama claro que nunca diría algo así delante de todos porque sería el hazmerreír y dirán que imagino cosas.
- ¿Tienes para el taxi? –la voz fue suave, le sonreí y tomé su brazo.
- No, normalmente es Nebuya quien me deja en casa –me sonrió y entrelazamos nuestros dedos, ¡¡Estábamos conversando!! Y empezamos a caminar.
-Entonces yo le dije a Reo que su peluca de Madonna era de vieja chiflada y me rompió mi cajita musical –desde hace rato que Izu-chan se reía de mis tontas bromas, aunque siendo sinceros los dos hacíamos ridículas bromas.
Estamos cómodos en mi departamento bebiendo gaseosa con papitas fritas y popcorn recién hecho por Izu-chan, se suponía que solo me iba a acompañar hasta mi departamento, pero en algún momento le dije para entrar a comer algo y ahora estamos aquí, sentados en mi sillón hablando de cosas triviales.
-Nunca pensé que Nebuya era de los saboreaban la comida –me recosté en su hombro siendo abrazado en la cintura.
- Si y por sobretodo es muy pero muy criticón, ese no come cualquier cosita –dije burlándome mientras hacia un puchero.
- Jajaja, tendría que verlo comer –dijo mientras trataba de respirar por el ataque de risa que había tenido, me acerque a él, puede ver como se incomodó mas eso no me iba a detener, acerque nuestros rostros. Fui apartado.
- Perdóname Kotaro –tenía ganas de llorar, me sentí mareado.
- ¿Porqué?
- Yo… -Izu-chan se sentó en el extremo del sillón y se tocó su frente nervioso- No puedo… -Agarro mis manos con fuerza y libero sus feromonas, jengibre y borraja lográndome calmar, hiso suaves masajes en los nudillos de mis manos.
- Pero tú eres… mi alfa –dije mirándolo directamente a los ojos puede ver en sus ojos una gran tristeza, me acerque a él y bese delicadamente su frente.
- Vamos a dormir, Kotaro –se levantó del sillón y saco el futón azul que puse en la mesa para que se fuera a dormir, me fui a mi habitación me asegure de cerrar la puerta con fuerza para que no se escuchara mis lloriqueos.
Después de nuestra reunión trate de juntarme más con él, trate de entablar por lo menos una amistad, pero él escapaba como si fuera la peste poniéndome más depresivo y desilusionado haciendo preocupar a los chicos.
-Detente de una vez Kotaro –dijo Reo sacudiéndome.
- No molestes Reo –dije apartándome de golpe.
- Kotaro, deja la mierda y habla –esta vez en mi camino estaba Nebuya.
- Apártate –cerré mis puños con fuerza- ¡¡¡APARTATE!!! –me abalancé sobre Nebuya tratando de darle de un golpe más fui esquivado sin problema, en un momento yo ya no estaba dentro de mis sentidos y solo daba golpes al aire mientras sentía los chorros de lágrimas impregnadas en mis mejillas, pateé la mesa y fui abruptamente detenido por Nebuya- ¡¡¡SUELTAME, NO ME TOQUES!!! – Reo libero sus feromonas y mis rodillas cedieron, llore desconsoladamente mientras golpeaba el piso enloquecidamente, siendo detenido por ambos.
-BASTA, KOTARO –grito Nebuya mientras me sostenía de ambos brazos, Reo entonces me tiro agua en la cara, ahogándome un poco con ella.
- Ya cálmate –tanto Nebuya como Reo me sostuvieron mientras lloraba, me sentía vacío… desolado había soñado tantas veces con encontrar a mi alfa destinado, vivir el amor verdadero que vivieron mis padres ese amor con el que crecí, la felicidad que soñé se hizo… pedazos, añicos en segundos.
- No me quiere –susurre y Reo me cargo hasta llevarme a la enfermería.
Estaba sentado en el filo de la cama cuidando de no mojar las sabanas a la espera de que Reo traiga mi ropa deportiva mientras Nebuya me curaba las heridas que tenía en los puños, Masako me había dado unos calmantes.
-Vas a ser llamado la Reina del Drama –dijo Nebuya en un tono juguetón, pero cuando me miro suspiro y me puso la gasa cuidadosamente.
- Veo que no has logrado animarlo –entro Reo con una casa y un buzo, Nebuya se apartó y cerraron las cortinas dando espacio para cambiarme escuche entonces unos pasos apresurados con una respiración agitada.
- ¿ESTA KOTARO AQUÍ? –Salí encontrándome con Hyuga y Kiyoshi agitados.
- Kotaro, tienes que escuchar lo que te tenemos que decir –dijo Kiyoshi mientras miraba a Hyuga seriamente y este asentía.
- Si es sobre Izuki… no quiero saber –pude ver como todos en la sala se asombraron, no era de extrañar desde el primer segundo que había visto a Izuki proclame al mundo entero que ese era mi alfa, y todos los días me encontraba tratando de enamóralo siendo la burla de muchos, no era común que el omega sea el que corteje, pero a mí la verdad nunca me importo, yo solo quería… Doble mi ropa y me dispuse a retirarme más el ligero dolor en mi espalda me hizo detener recordando la primera vez, nuestro primer encuentro.
Era otoño y estaba llegando tarde a las clases por quedarme atascado en el baño más un olor llego a mi nariz, era de jengibre y borraja, era tan tierno que me envolvió, llegué al patio trasero donde estaba mi árbol favorito, siempre había pajaritos en este, pero esta vez había un chico de tez blanca con cabello negros tomando una fotografía al nido de pájaros sin querer tropecé siendo inevitable mi caída, los pájaros volaron y en mi estaba su mirada parecida a la de un águila, sin querer su olor se juntó con uno de arándanos y ciruelas, era él.
- ¿Estas bien? - el chico se me acerco y me entrego un pañuelo con una sonrisa
- ah… este LO SIENTO –me incline y puede escuchar un tintineo de risa.
- No te preocupes, ya había tomado unas cuantas –dijo moviendo su cámara graciosamente- ¿quieres verlas? –asentí cuando al querer agarrar la cámara nuestras manos se tocaron, una electricidad nos llegó a los dos. Por fin lo había encontrado y era perfecto… era como siempre lo imagine.
- POR FAVOR, SAL CONMIGO –la campana sonó y todos salieron de clases, aún tengo grabado su sonrojo y atenta mirada…
Apreté mi puño con fuerza de eso ya llevo cuatro meses, donde intenté de todo creyendo tener un avance, creyendo que era tímido, creyendo que solo había que darle tiempo, creyendo que la meta estaba cerca, creyendo que por fin estábamos en la misma línea, pero ni siquiera estaba aquí presente, él único que se mintió fui yo, era mejor dejar la soga si esta empezaba a doler ¿verdad? Entonces porque me estoy aferrando porque no puedo simplemente dar el paso para salir de la habitación.
- ¿Qué es lo que me quieren decir?
-El pasado de Izuki –me estremecí, me voltee rápidamente y los mire con los ojos asombrados, Izuki era un chico transferido a mitad de año, había sido extraño, pero cuando alguien le preguntaba sobre su cambio de universidad específicamente de cuidad nunca respondía o evadía el tema, ni que decir de lo que vivió en la universidad, evite profundamente el tema cuando sin querer una vez lo mencione y su respuesta fue friolenta.
- Lo mejor es que tomemos asiento –dijo Hyuga, Kiyoshi asintió y luego miro dubitativo a Reo y Nebuya.
- Creo que mejor esto solo lo digamos a Kotaro –dijo Kiyoshi.
-Déjalos –Hyuga me miró fijamente- Va necesitar a alguien después y ellos son sus amigos además por lo que vi ellos son igual que nosotros cuando éramos jóvenes ¿no crees Kiyoshi? –Kiyoshi asintió feliz.
- ¿Por qué hablan como abuelos? Saben que tienen nuestra edad ¿cierto? –dijo Nebuya mientras se tiraba en la cama siendo golpeado por Reo.
- Nebuya, te falta tacto –dijo Reo mientras también se sentaba en la cama, no puede evitar reír, me acomode entre los dos que me sonrieron.
-Bueno pues si tenemos la misma edad, pero digamos que nos sucedieron un par de cosas, digo seguimos siendo buenos amigos, pero…
- Ya no es lo mismo –termino Kiyoshi- ahora seguimos caminos diferentes, aunque seguimos queriéndonos y siempre nos apoyamos… al menos nosotros.
- Izuki, ha creado una barrera, no lo puedo culpar solo que aun asi es doloroso ver a tu amigo sufrir y no poder… hacer nada.
- Te entiendo –respondió Reo mirando a Nebuya y a mí.
- Dejando eso de lado, no vinos para contarte nuestra relación con Izuki sino…
- Su pasado –termine antes de que Kiyoshi digiera algo, Hyuga se agarró la frente y suspiro, Kiyoshi lo agarro del hombro y los dos me miraron.
- Venimos a hablarte de… su expareja, su anterior pareja marcada –grite.