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Mi biografía sexual por Sadistic_Beauty

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Notas del capitulo:

Aclaro!!! 

Naruto y sus personajes no me pertenecen sino a Masashi Kishimoto dicho esto disfruten mucho ( ? ³?)<3

Nota: actualizaré rápido para llegar pronto a dónde me quedé y así poder continuar lo (~‾?–?‾)~

Capítulo II: Bienvenido {PeinxItachi}

 

Cuando desperté, noté que ya era de día. Ya los dolores en las zonas bajas de mi cuerpo se habían calmado lo suficiente y la sangre de mi brazo se había detenido. La carreta se detuvo y Madara llegó hasta mí, indicándome que ya habíamos llegado a nuestro destino. Bajamos del vehículo, y me encontré en un lugar extraño, era futurista pero antiguo a la vez. Allí me encontraría con mi nuevo líder. Madara me llevó caminando a través de las calles e iba detallando con cuidado el ambiente. Había muchas tuberías expuestas y los edificios eran del color de la tierra.

 

No había visto a ninguna persona, pero de vez en cuando nos encontrábamos con algo que parecía humanoide, aunque estaban demasiado deformes, algunos parecían tener brazos que salían hasta del pecho, otros ni siquiera tenían cabeza, y algunos caminaban saltando en una sola pierna. Hubo una de esas cosas que sólo era un brazo unido a una pierna. No eran zombis, pero tenían una técnica ninja que los hacía moverse y cumplir órdenes. Aparte de esos engendros, sólo se escuchaba los golpes del viento contra las paredes, y más allá los truenos hacían presencia alarmándonos de una tormenta próxima. Por fin entramos a uno de los edificios y subimos unos cuantos pisos.

 

- Pein… - Le escuché llamar.

 

- ¿Él es Uchiha Itachi?

 

No había visto a ninguno de los dos, ni a Madara, ni a Pein. El suelo me resultaba el mejor lugar para enfocar mi vista, quizá porque me sentía a su nivel, o inferior a él. Y desde el día de ayer, cuando Madara reclamó mi cuerpo, no he dejado de pensar en Sasuke. ¿Se habrá sentido igual que yo en ese momento o habrá sido peor? De todas formas él desconocía la razón por la que lo hice. Una mano levantando mi rostro por el mentón me sacó de mis pensamientos y por fin vi el rostro de quien seguramente sería mi nuevo líder. Su cabello era naranja, corto y alborotado, y tenía perforaciones a lo largo de la nariz. Sus ojos eran extraños, tenían aros negros concéntricos. No me infundía ningún tipo de confianza, pero ese tipo de cosas ya no me importa.

 

- Te lo encargo, Pein – Madara comenzó a retirarse – Ya nos veremos luego, Itachi – Y con esas palabras terminó de salir de aquel lugar.

 

- Te ves cansado, Uchiha. Ven – Su mano dejó mi mentón para llegar hasta mi hombro y llevarme caminando a un lugar diferente.

 

Percibí que no dejó de mirarme con detalle a lo largo del trayecto, en el cual me condujo a una gran habitación. A diferencia de la apariencia externa del edificio, el interior era elegante, amplio y limpio. Aún tomándome del hombro me llevó hasta una larga mesa llena de comida, fue entonces que me soltó y se sentó, invitándome a hacer lo mismo en un gesto con su mano. Era mejor obedecer y comer, pero no por eso dejé de maldecir mentalmente al infeliz de Madara cuando tuve que sentarme.

 

- Siéntete libre de comer lo que quieras, Uchiha Itachi.

 

La comida estaba deliciosa. Pein me acompañó con sólo algunas frutas mientras yo por poco me como la mesa. Me volvió parte del alma cuando terminé aquel festín. Podía pensar con un poco más de claridad, y pude ver que ya estaba atardeciendo. Espero que todos los días se pasen así de rápido, para que crezcas pronto, Sasuke, y acabes con todo esto.

 

- Itachi – Me llamó, y volteé a verlo - ¿Puedo llamarte así, verdad? – Alcé los hombros en un gesto con el cual le di a entender que no me importaba – Bien… Mañana conocerás a tu compañero de equipo y se te asignará tu primera misión con él.

 

Ya con parte de mis energías repuestas, lo menos que me importaba eran las misiones. Había asesinado a casi todos mis seres queridos, por lo que ya prácticamente podría hacer de todo sin ningún tipo de remordimiento. Y además, probablemente me enviarían lejos de Konoha, lo cual pensaba que me haría bien. Pein se levantó y camino hacia el centro de la estancia, justo donde el nivel del suelo era más alto. Me llamó y obedecí una vez más. Me mostró un jacuzzi.

 

- Imagino que debes querer darte un baño. Aún tienes la ropa llena de sangre.

 

No respondí, y fue él quien comenzó a quitarse la ropa en frente de mí y entró pausadamente al agua. Tampoco hice ningún otro movimiento, ya sabía qué era lo que pretendía y si quería follarse a alguien más le valía que se buscara a otro. Vine a trabajar como ninja, no como una puta. Además, ¿para qué hacer alusión a la cogida que el sucio de Madara me propinó apenas ayer? Cuando me giré para retirarme, rápidamente Pein me alcanzó y me inmovilizó abrazándome por la espalda. No me defendí, ni ataqué. Sólo espere, era lo que debía hacer en esta circunstancia, estando atento a cada uno de sus movimientos. Me apretó con algo más de fuerza y lazó una pequeña risita a mi oído, haciendo que su respiración chocara con mi cuello.

 

- Ya veo… Necesitas ayuda.

 

Aprovechando la posición de sus brazos alrededor de mi cintura, tomó los bordes de mi camisa de malla y la subió con exhaustiva lentitud, sin querer disimular que lo hacía para recorrer mi pecho con sus manos. No me quedó otra opción que levantar los brazos dócilmente después de repetirme mentalmente que lo hacía por Sasuke, y que si quería ver a Sasuke de nuevo y entregarle mis ojos, tendría que soportarlo todo, incluso que el maldito bastardo de mi jefe se haga de mi cuerpo cuando lo desee. Es por Sasuke, es por Sasuke, recuérdalo, Itachi. Mientras tanto, Pein ya estaba bajando mis pantalones, y caí en cuenta de ello cuando lo sentí acariciando con empeño mi ingle. Cuando mi ropa interior terminó de caer en el suelo, se percató de que esa prenda también tenía rastros de sangre.

 

- Veo que Madara sacó provecho de tenerte un rato – Contempló un poco más los restos de sangre entre mis piernas – Descuida, Itachi. Yo seré mucho más gentil.

 

Intentando afianzar sus palabras, comenzó a besarme el hombro, siguiendo camino por la clavícula hasta llegar al cuello, donde también comenzó a lamer y succionar. Intentando involuntariamente cerrarme, alcé la mirada, pero ni siquiera pensar en el abstracto diseño del techo de la habitación me ayudó a ocupar mi mente en algo. Estaba completamente en blanco. Hizo una pausa para observar su trabajo sobre mi piel, entonces fue que notó más debajo de mi pecho el de Madara, cosa que creo que lo molestó, porque reanudó su labor con algo más de desesperación y fuerza. Luego se enfocó en mi oído, por donde paseó su lengua y mordió sensualmente el lóbulo, para luego pasar de una sola lamida a mis labios. Cerré los ojos mientras abría la boca, necesitaba hacerme a la imagen mental de Sasuke, su inocente y angelical rostro sería mi arma para poder soportar todo lo que vendría. Pein se tomaba su tiempo y era cuidadosos con los detalles, no se molestaba en ocultar su experiencia, y sus manos no se cansaban de demostrarlo mientras su lengua sabía a dónde y cómo ir, casi siempre encontrándose con la mía.

 

- Y yo que creía que un ratón te había comido la lengua… Espero que no te moleste si te la come un Pein.

 

La mirada que puso al pronunciar aquellas palabras era digna de desconfianza, pero no iba a mostrarme intimidado, desde hace mucho tiempo que mi rostro no sabe lo que son las facciones.

 

- Ahora veamos si tienes voz.

 

Me llevó adentro del jacuzzi, me recosté de una de las orillas y él me abrió las piernas y se acomodó entre ellas. Me besó nuevamente, por un momento dudé acerca de entregarme a aquel beso o sólo actuar y mantenerme atento como lo hice hasta ahora, pero me decidí por lo segundo, aunque no por eso dejé de disfrutar de semejante y expertas caricias. Tan diferente a los melancólicos y dolorosos besos que le propiné a Sasuke, y tan lejano a los asfixiantes besos de Madara. Pein no se separaba para respirar, sino que era tan calmado que mantenía una suave y delicada respiración que me hacía cosquillas en las mejillas, lo cual me pareció especial, por muy poca experiencia que haya tenido con los besos.

 

- ¡Aghh!

 

Gemí al sentir la mano de Pein acariciando el contorno de mi miembro, puse mi mano izquierda sobre su pecho como queriendo separarlo y la derecha sostenía el brazo en movimiento del pelinaranja, aunque no tenía intenciones ni de detenerlo ni de alejarlo, ya que sentía la necesidad de que continuara, y él parecía dispuesto a satisfacerla… y a otras más.

 

- Sí tienes voz… Y una muy sexy – Lamió mis labios para besarme de nuevo – Es estimulante que un gemido sea lo primero que escuche salir de esos apetecibles labios.

 

Y no podíamos dejar de hacerlo: él masturbándome y yo intentando controlar mis gemidos. Recorriendo toda mi longitud, usando un dedo, apretando… Tomó la mano que continuaba en su pecho y la alzó, lamiendo desde la mitad del brazo hasta la palma, donde depositó un beso sin dejar de verme a los ojos, dejando que mi imaginación fuera más allá. Mientras tanto seguía rozando mi entrepierna aumentando la velocidad, la fuerza y la presión.

 

Intenté no gritar cuando sentí el clímax y mi semen fluyó a través del agua. Miré a Pein expectativo de lo que ahora fuera pasar.

 

- ¿Tan pronto acabaste, Itachi? Eres muy sensible. Te amo.

 

A pesar de que lo último había sonado completamente apasionado, no iba a creerle. Su sola presencia ante mí me hacía desconfiar. Su mano derecha abandonó mi muñeca, me acarició la mejilla izquierda y me besó de nuevo en la boca, un beso igual de profundo que los anteriores.

 

- Vayamos a un lugar más cómodo.

 

No sonó como una orden y tampoco me forzó, pero de todos modos me dejé llevar a través de unas exóticas cortinas hacia una habitación adyacente con una amplia y confortable cama. Sentí un ligero hormigueo en las piernas producido por el reciente orgasmo. Pein me llevó a la cama acostándose sobre mí, besándome de nuevo, acariciando el resto de mi cuerpo, con el que ya comenzaba a familiarizarse. Bajó besando con cierta rapidez por mi pecho, deteniéndose en mis pezones, besándolos, chupándolos, lamiéndolos, y mordiendo con suavidad, muy diferente a la brusquedad de Madara. Siguió bajando y entendí a dónde quería llegar. En el acto intenté levantarme, pero me sujetó las muñecas y no pude moverme mucho más. Cuando su rostro estuvo frente a mi miembro me tensé expectante. ¿Sería capaz de hacerlo? Apenas recordaba lo que pasé ayer en manos del canalla fundador de mi clan y sentía náuseas. No creía que Pein tuviera las agallas suficientes de poder hacer eso con un desconocido… Pero me equivoqué. Lamió la punta de mi pene poniendo un rostro demasiado provocativo. Siguió por un rato sólo en la punta, haciéndome mover la pelvis intentando entrar más en su boca, hasta que cubrió toda mi longitud con su humedad. Poco tiempo más y ya me estaba aguantando las fuertes ganas de correrme.

 

- P-Pein…

 

Me volvió a ver con esa mirada excitante, sacándose mi pene de la boca poco a poco, a medida que también aumentaba la presión de su chupada y lamía la punta de nuevo. Agradecí por no cometer la atrocidad de venirme en su boca. Él acercó su rostro de nuevo al mío.

 

- Itachi… Mi nombre saliendo de tu boca… Con ese tono…

 

Me quedé estático al analizar lo que había hecho. Pein estaba atento a todo lo que yo hacía. De nuevo tenía intenciones de besarme, pero me aparté. No podía aceptar la idea de que me besara después de hacerme… lo que me estaba haciendo. Sonrió y regresó su cara a mi entrepierna, pese a mi temor.

 

- No te preocupes por eso, Itachi. Es justo lo que quiero.

 

De alguna manera él sabía que no quería venirme en su boca, pero aunque no hubiese querido, tuve que hacerlo porque ya no podía aguantarme más. Sus juegos en su boca eran algo que me enloqueció, cegándome por unos instantes de placer recostando mi cuerpo de la cama. Más no contaba que Pein no tenía pensado que todo terminaría allí.

 

Sentí que me besó, pero había un sabor diferente. Me tomó un segundo recordar dónde había estado la boca de Pein hace unos momentos. Se había guardado en la boca el semen que me hizo soltar para dármelo a probar. Intenté alejarlo poniendo mis manos sobre su pecho, pero me tomó de las muñecas, extendiendo mis brazos de lado a lado y aprovechando la oportunidad para recostar su cuerpo sobre el mío. Tragué sin desearlo, una dosis de mi propia esperma y a Pein le pasó lo mismo. Pero después se la tragó toda.

 

- Tranquilo, Itachi. Es sólo tu pasión. Es la representación de lo bien que te sentiste mientras te amaba.

 

¿Amor? Ni siquiera me conoce. No me gustaba el rumbo que las cosas estaban tomando porque ya era la segunda vez que lo mencionaba. Eso me molestaba.

 

- A mí sí me gusta cómo sabe el producto de tu eyaculación. Podría estártela chupando toda la noche.

 

Rió. ¿Toda la noche? Era mucho tiempo. Y ya me sentía exhausto. Estuvo acariciándome el pecho haciéndome unas ligeras cosquillas a los costados. Subió hasta mi rostro para besarlo y jugar con mi cabello. Se acomodó entre mis piernas haciendo rozar nuestras intimidades, cosa que me hizo jadear y gemir, sentía como ambos miembros estaban comenzando a endurecerse, el mío por tercera vez, y el de Pein apenas despertaba. Pude haber pensado que tenía problemas de disfunción eréctil, pero era yo quien debido a su falta de experiencia era demasiado vulnerable a ese tipo de caricias. Me besó y lamió el cuello y por alguna razón giré la cabeza para que tuviera más espacio para tocar, no sé si por placer o porque podría estarme volviendo una dócil mascota, sea como sea, él sabía por qué, ya que me soltó las manos conociendo que yo no podría intentar resistirme, también sentí que una de las suyas entró bajo de una de las almohadas y estuvo un rato allí como buscando algo, para luego dirigirse a mi entrada, cerré los ojos. Tenía los dedos impregnados con un líquido frío, pero que se ponía rápidamente caliente. Shisui una vez me había hablado de ese tipo de sustancias, pero yo lo ignoré pensando en que pronto su sangre estaría manchando mis manos. Un dedo aún impregnado con el gel me penetró, sentía un hormigueo, calor. Mis manos viajaron a la almohada de la que se recostaba mi cabeza y la apretaron, Pein me besó los pezones e introdujo otro dedo con ese maldito fluido que le permitía darme placer, hasta que con un tercer dedo se le complicó y decidió usar algo mejor. La punta de su miembro en mi entrada la enloquecía, se expandía como reclamando que la abrieran más y ya no era sólo el líquido lo que me hizo comenzar a perder la razón, también Pein entrando en mí.

 

- A pesar de que ese lubricante sirve para expandirte, sigues estando muy estrecho. Qué rico…

 

No podía controlar mis gemidos a estas alturas. Pein se movía demasiado lento, llegaba hasta el fondo, empujaba un poco y me recorría casi saliendo, volvía a llegar lo más adentro posible, se movía, y volvía atrás, y todo con un ritmo que no podía soportar. Casi sin ser consciente de lo que hacía, movía las caderas intentando decirle de alguna manera que aumentara la velocidad. Él se negaba a captar el mensaje y abrí los ojos para encontrarme con su mirada sin perder detalle alguno de mis reacciones, viéndome con una sonrisa que revelaba lo mucho que estaba disfrutando el hecho de que quisiera más.

 

- Dímelo – Susurró con voz ronca – Dímelo con tu voz que tanto me excita.

 

Su mano volvió a mi entrepierna acariciándola con la misma lentitud. Hizo que me rindiera a su merced. Volvió a pegar su rostro a mi cuello para marcarlo, al igual que con varios puntos de mi pecho.

 

- Más rápido – Concedí esforzándome en contener varios gemidos para hablar, pero eso no parecía suficiente. Me seguía viendo ahora con una expresión más seria – Fóllame más rápido – Odié el tono de mis palabras… tan suplicante y sumiso.

 

- Hum – Rió – Casi. Realmente te haré el amor más rápido. Porque recuerda que te amo, Itachi.

 

Me calmé para no discutir acerca de eso. Que hiciera lo que le diera la gana, necesitaba acabar. Llevó mis piernas a su hombro y me respondió con la velocidad que necesitaba tanto en mi trasero como en mi miembro. Poco después me volví a correr, marcando nuestros abdómenes y su mano con semen.

 

Pero él no acabaría hasta un rato después, haciéndolo en lo más profundo de mi cuerpo. Arrastrando consigo más de sus fluidos hasta mi entrada, siguiendo su propio camino por mis nalgas. Dejándome sin fuerzas, entrando a la oscuridad de mi sueño.

Notas finales:

Que les pareció???

Plis un rev para continuaas feliz (???)


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