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Una nueva vida por JennVilla

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Notas del capitulo:

¡Capítulo final!

Harry no entendía por qué precisamente en este año, el calor parecía apoderarse solamente de las mazmorras en Hogwarts. ¡Por Merlín, las clases estaban por terminar! ¡Se suponía que en los últimos meses el invierno debería hacer presencia!

Las sábanas, que Harry deseaba que estuvieran frías contra su piel, sólo le sofocaban más. Sin importar que Harry hubiera recortado los pantalones del pijama y que la camiseta quedase relegada la noche anterior, el sudor formaba una finísima capa en toda su piel.

— ¡Oh, Merlín mío! —Harry levantó la cabeza para ver a Blaise correr como loco por la habitación— ¡Voy a morir! ¡De seguro que moriré!

Pansy entró a la habitación con estrépito y gritó al ver a Blaise.

—Oh, cariño... ¿Qué te pasó en la cara?

—¿Después de lo que pasó el otro día, sigues entrando sin tocar, Pansy? —preguntó Harry, siendo ignorado por la chica.

—He hecho de todo para evitar que esto pasara —dijo Blaise—. ¡Incluso dejé de comer salchichas!

Harry no podía ver nada nuevo en Blaise, estaba como siempre. Luego se dio cuenta que lo veía todo nítido y que tenía las gafas puestas. Seguramente había dormido con ellas puestas.

Miró hacia la cama de Draco con reproche, pero al verle completamente dormido, su mirada cambió a una de envidia. Y luego a una apreciativa al ver las largas piernas pálidas del rubio. Harry se sonrojó furiosamente y se aseguró de que sus amigos no hubiesen notado nada.

— ¿Puedes creer que esto me esté pasando a mí? —Blaise lloriqueó y Pansy hizo una mueca compasiva— ¿Qué haré cuando quiera conquistar a las chicas?

El gesto de Pansy cambió por completo.

— ¿Y para qué quieres conquistar a más chicas? ¿No tienes suficiente conmigo?

Blaise dejó de caminar en círculos y miró atentamente a la pelinegra.

—Te he preguntado varias veces sobre nuestra relación y lo único que tú me dices, es que estás indecisa. ¿Ahora me vienes con una escena de celos? —Blaise se había olvidado de lo que fuera que tuviera en la cara.

Harry estaba seriamente preocupado. Si Draco no despertaba con esos gritos, es que estaba muerto. Lleno de pánico, le lanzó una almohada y Draco dejó salir un quejido para luego darle la espalda. Harry suspiró tranquilo.

— ¡Tienes que saber que, si una mujer dice eso, es porque quiere decir otra cosa! —continuó Pansy.

—Si quisiera oír discusiones absurdas de esposos, me iría a mi casa. —refunfuñó Harry en voz baja.

— ¡Pues perdona por no entender a las mujeres! —Blaise gritó.

—Entonces deberías buscar otro objetivo de conquistas, ¿no? Tal vez... ¿hombres? —Pansy obviamente no quería que lo que estaba diciendo, pasara— Así como lo hace Harry.

— ¿Eh? —Harry se ofendió— Eso no es cierto. Cho es muy linda y Ginny también lo es. Incluso tú lo eres, y Mione.

—Oh, Harry... tú no eres más gay porque no puedes.

Harry abrió la boca con indignación.

— ¿Cómo te atreves a hablarle a mi hermanito sobre eso? —chilló Blaise con estupefacción— No puedes hablar de eso en frente de él.

—Te recuerdo que tengo trece años. —dijo Harry, aún azorado.

—Sigues siendo muy pequeño. Y tú también, Pansy. ¡Y todos nosotros!

— ¿Y tú porque si puedes hablar de eso y yo no? —Harry no cabía en sí de la indignación.

—Ajá. Y si dices estar tan pequeño, ¿por qué quieres ir de conquista por ahí? —Pansy preguntó.

—Contestando a Harry, porque eres menor que yo, así sea tres meses. Y —Blaise miró a Pansy—, lo hago por ser agradable y tener más opciones para cuando sea mayor. ¡Tengo que pensar en el futuro!

—Se lo voy a decir a tu madre. Ella aclaró muy bien que tú debías concentrarte en las clases. Sobre todo, en pociones. —dijo Harry.

—No te atreverías...

— ¡Oh, ya basta los dos! —Pansy gritó y casi cayó al suelo por una almohada que le lanzó Draco.

— ¡Pareces una Banshee! —gruño el rubio— ¿Acaso no ves que estoy durmiendo?

—Es muy tarde para dormir. ¡Es sábado! —dijo ella con indignación.

— ¿Y? —Draco la miró con desinterés.

— ¡Basta! —Blaise gritó y Harry por poco le avienta un golpe, así fuera a distancia, por gritar— Lo verdaderamente importante aquí, es que mi vida se ha arruinado. ¡Draco! Estoy seguro de que tú me entenderás. ¡Mírame!

Blaise se señaló la nariz y Harry al fin pudo notar un punto rojo bastante... grande. Draco hizo un gesto de asco y se puso de pie para buscar algo en su baúl. Luego lanzó un vial al italiano.

—Esa es una pomada para el acné. Severus la preparó.

— ¿Y él por qué no la utiliza en su propia cara? —Harry se burló, con Pansy secundándole.

—Severus no tiene acné. Esas son unas verrugas y no son tantas. —defendió Draco.

—El profesor Tom dice que se ve atractivo así. —comentó Blaise quien ya se estaba aplicando la pomada.

Harry buscó algo para cubrirse la cara, pero fracasó. Pansy rio y se sentó en la cama de Blaise; su pijama era unos pantalones y un suéter. Harry no entendía que le pasaba por la cabeza a esa chica.

—Yo he venido aquí a hacerles una oferta —dijo ella alzando la voz y obteniendo la atención de los tres chicos—. Este fin de semana será uno de los mejores que hayamos vivido, eso lo he decidido yo. Terminaremos este año con la mejor de las aventuras.

— ¿Y si no queremos formar parte de eso? —Draco preguntó, apenas ahora cubriéndose con las sábanas. Harry sólo le había visto las piernas... si hubiera levantado un poco la vista...

—Estoy segura de que aceptarán —dijo ella con convicción—. Esta noche iremos a robar los hipogrifos de Hagrid y daremos un paseo en ellos —Harry, Draco y Blaise le miraron sin pestañear. Pansy estaba definitivamente loca. Blaise se lo dijo y ella se ofendió—. Bueno, no me importa. Entonces Ron, Hermione y yo iremos solos.

—Espera... ¿Ron y Hermione? ¿Hermione? —preguntó Harry anonadado.

—Sí, ella también quiere divertirse. Y si va ella, va Ron. Como iba diciendo, esta será la mejor noche de nuestras vidas. Si ustedes quieren perder la oportunidad, pues lo lamento mucho, pero... bueno, yo esperaba que por lo menos Blaise se animara a venir.

De repente Pansy se había puesto muy nerviosa.

—Nos meteríamos en muchos problemas, Pans. —dijo Blaise con una mueca.

La chica le fulminó con la mirada.

—De seguro que, si fuera algo que ustedes planearan, no desistirías.

—Estamos hablando de Hipogrifos, Pansy. Es muy diferente. —dijo Draco.

— ¿Y entonces qué vamos a hacer? No quiero solamente esperar a que lleguen las vacaciones de Navidad e irme, como los años anteriores. —dijo ella haciendo un puchero.

—Pues yo no me arriesgaré a una detención con Filch. —dijo Harry estremeciéndose.

Pansy suspiró con cansancio y luego se encogió de hombros. Se incorporó para salir de la habitación, alisando su pijama y sin mirar a nadie.

—La propuesta sigue en pie. Sí quieren ir, nos veremos fuera de las mazmorras a las diez en punto de la noche. Ron ya se ha encargado de despistar al profesor.

Con expresión digna, Pansy salió de allí dejando la incertidumbre en el ambiente.


— ¡Harry! ¡Despierta!

Harry gruñó adormilado y giró en la cama para esconder la cabeza debajo de la almohada.

—Harry. No tenemos mucho tiempo —Draco habló esta vez, intercediendo por Blaise—. Ya casi es hora.

—No iré. Estoy seguro de que alguien nos descubrirá y mis papás se pondrán furiosos. Además, tengo mucho sueño.

—Harry, estoy seguro de que nadie nos pillará —Blaise dijo, levantando las mantas de Harry—. La pasaremos genial.

— ¿Pero es que están locos? —Harry se incorporó mirando a los dos chicos con fijeza— ¿Cómo se supone que vamos a montar en Hipogrifos? ¿Y dónde están los Hipogrifos de todas maneras? No podemos ir al Bosque Prohibido por ellos. Hagrid los liberó allí.

Blaise pareció darse cuenta de la locura que implicaba todo, pero, sorpresivamente, Draco no.

—Si queremos montar en ellos, haremos lo mismo que hicimos en esa clase de principios de año. Y no creo que Pansy nos hubiera dicho algo sobre ello si no estuvieran seguros de que los Hipogrifos estarían cerca.

—Es una tontería. —dijo Harry cruzando los brazos.

—Confía en mí, Harry. Todo saldrá bien —Draco estaba anudándose una bufanda al cuello—. Podríamos montar en uno tú y yo.

Blaise abrió muchísimo los ojos y se giró hacia Draco.

— ¿Qué estás diciendo?

—Lo que oíste. Harry y yo subiremos a uno. Tú puedes subir con Pansy a otro, si eso deseas.

—Pues ya no me convence mucho la idea —Blaise también se cruzó de brazos. Pero su expresión cambió en un segundo y miró a Harry con picardía—. Claro que se podría hacer, y yo tendría la charla con Harry después.

Draco rio estrepitosamente y Harry los miró confundido.

— ¿A qué te refieres?

—No seas cerdo, Blaise —a pesar del tono divertido, Draco estaba un poco nervioso—. La charla debe dársela su padre o su madre.

— ¿Qué charla? —preguntó Harry de nuevo.

—Bueno, pues se la daré yo. Mamá lo verá bien, y seguro que tía Lily también. Dime una cosa Harry, si montas en el Hipogrifo... ¿irías adelante o detrás de Draco?

Draco gritó indignado esta vez y se abalanzó sobre Blaise, pero Harry contestó con naturalidad:

—Pues creo que es mejor que yo vaya adelante. Me fue mejor con el Hipogrifo que a Draco, así que lo manejaré mejor. Claro está, si es que decido ir.

Blaise reía a carcajada limpia mientras forcejeaba con Draco.

—Entonces, mi querido Draco, de una buena vez te advierto que te las verás conmigo si tu mano se va a otro lado. Tu mano y tu-

— ¡Suficiente! ¡Espérate a que le diga a mi padre de todo esto! ¡De seguro que él tendrá una interesante charla con tu madre!

—Oh si, ya lo creo —Blaise rio de nuevo—. Mamá estará muy complacida si tu mamá se une a la charla.

Draco chilló con furia y trató de lanzar un puñetazo a la mandíbula de Blaise, pero el italiano le venció, debido a su altura y corpulencia.

—Sigo sin entender...

—No te preocupes, Harry —Blaise jadeó un poco por el esfuerzo, por fin reteniendo en el suelo a Draco—. Y tú deberías aprender a lidiar con un poco de humor, Draco. Obviamente estaba de broma, pero ya puedo ver que no te aguantas nada.

—Puedes meterte tu humor en el-

— ¡Chicos! —Pansy abrió la puerta con estrépito, por segunda vez en el día— ¿Por qué no han bajado aún?

— ¿Y tú por qué no puedes tocar la puerta? ¿No te lo han enseñado en casa? —dijo Draco saliendo debajo de Blaise.

Pansy le ignoró.

—Harry, vístete y vámonos de una vez. Ron y Hermione ya están afuera esperando.

— ¿Y qué te hace pensar que voy a ir? —preguntó Harry con malhumor.

—No es una opción. —dijo Pansy simplemente, levantando el mentón y recargándose en el marco de la puerta en actitud de espera.

Momentos después, Harry trataba de no enredarse con sus propios pies mientras seguía a Blaise por el oscuro pasillo. Todos iban en fila india, con Hermione encabezando, en dirección a las grandes puertas. Hermione había dicho que tenía todo bajo control con las puertas y Filch, y Ron aseguraba que los Hipogrifos estaban cerca de la cabaña de Hagrid.

—Esto no me está gustando nada —dijo Draco. Su voz hizo temblar los pelos de la nuca de Harry—. Sinceramente, no creo que Ron haya hecho algo brillante con la cuestión de los pollos.

—Debemos confiar un poco y ya que estamos aquí, no quejarnos más. —dijo Harry quedamente mirando a ambos lados en la penumbra. Ninguno podía arriesgarse a hacer un Lumos.

—Ya hemos llegado —susurró Hermione desde su sitio—. Yo creo que ya podemos utilizar las varitas.

Un ruido apenas perceptible se dejó oír y la luz clara de la luna entró por la rendija de la puerta. Hermione empujó más y salió corriendo. Los demás le siguieron y aspiraron profundamente cuando llegaron a las afueras de Hogwarts.

— ¡Esto es alucinante! —exclamó Pansy dando pequeños saltitos.

La luz de la luna era suficiente como para no necesitar de las varitas, así que todos siguieron el camino hacia la cabaña.

—He convencido a papá de que debe reunirse con Hagrid para que le muestre algo muggle. Así que tenemos vía libre. —dijo Ron con tono fanfarrón, Hermione le sonrió.

— ¿Y qué le has dicho a tu padre para convencerlo? —preguntó Harry, caminando hombro con hombro junto a Draco.

—Es muy fácil cuando se trata de cosas muggles. Es sobre la calcadora.

—Calculadora —corrigió Hermione—. Yo la he conseguido y le he dicho al señor Weasley que sólo funcionaba de noche y en un lugar oscuro. Y resulta que Hagrid también es aficionado a ese tipo de cosas, así que todo resultó ser muy fácil.

—Yo me he encargado de vigilar que el profesor Snape esté en sus habitaciones. —dijo Pansy.

— ¿Lo viste con alguien más? —preguntó Blaise.

— ¡No! Deja de ser tonto, Blaise —dijo Pansy ofendida—. El profesor Tom fue a su propia habitación. Y la profesora Bella no le ha visitado desde hace una semana.

— ¿Y tú cómo sabes todo eso? —preguntó Draco.

—No te importa. Por lo menos hice algo, ¿ustedes qué hicieron? —Pansy miró con burla a Blaise, Harry y Draco.

—Se supone que somos los invitados. —dijo Harry.

—Yo soy el adulto aquí, así que me encargaré de vigilar a todo el mundo. —dijo Blaise.

—Tienes trece años, como todos nosotros. —dijo Ron.

—Así es. Y, además, yo soy la mayor de todas formas, y por ende la más responsable. —dijo Hermione con tono sabihondo.

—Si eres la más responsable, ¿por qué aceptaste venir en un principio? —inquirió Harry con una sonrisa.

—Porque quiero disfrutar mis últimos días en Hogwarts.

El silencio cayó pesadamente entre los amigos y Ron palideció.

— ¿Qué?

—Mamá dice que quiere ir a vivir a Francia, después de que termine el papeleo de... —Hermione se interrumpió y Blaise se adelantó para ponerle una mano en el hombro.

—Lo siento mucho. —dijo.

—Pero no toda esperanza está perdida —Hermione se animó—. Haré lo posible por convencerla de que nos quedemos aquí.

— ¡Por favor! —rogó Ron— ¡No puedes irte!

— ¿Y por qué? —preguntó Pansy con intención.

— ¡Pansy! —Hermione le empujó levemente con la cara sonrojada.

— ¡Ya hemos llegado! —anunció Draco después de un rato, mirando con atención a los Hipogrifos.

Eran tres, uno de ellos era Buckbeak. Estaban dentro de un corral cercano a la cabaña… sospechosamente a la mano.

— ¿No deberían estar en el Bosque Prohibido? —preguntó Harry con escepticismo.

—Bueno... Se puede decir que Fred y George ayudaron un poco. En verdad no sé qué hicieron, pero lo importante es que están aquí, ¿no? —Ron se excusó.

—Así es. Me pido al grande. —Blaise levantó un brazo y se adelantó con rapidez. Pansy corrió tras él, riendo nerviosamente.

— ¿Están locos? —susurró Harry con terror— ¡No pueden llegar a ellos corriendo, los asustarán!

Blaise se detuvo haciendo que Pansy chocase con su espalda.

—Lo había olvidado. Pansy, adelántate tú con gracia y suavidad.

La chica asintió y caminó suavemente. Hermione se frotó las palmas de las manos con nerviosismo y Ron le tranquilizó con una sonrisa.

—Vamos por el de allí —dijo él en un murmullo—. Harry y Draco pueden con el otro.

Los mencionados le miraron con indignación. El otro era Buckbeak, claro está. Obviamente el más orgulloso y el que más problema había presentado en la clase con Hagrid.

—No queremos a Buckbeak —dijo Harry—. Él es muy quisquilloso.

— ¡Pero si a ti te fue de maravilla con él!

—Pues a mí no. —siseó Draco.

—Seguramente fue porque no supiste actuar con él. —Ron se burló.

—No es así —terció Harry—. A mí me fue bien porque Hagrid estaba pendiente de todo. Acuérdense que después enloqueció.

—Yo no lo vi. —Hermione se cruzó de brazos.

— ¡Pues no importa si no estuvieras allí! Harry y yo no subiremos a ese pollo. Nos pedimos el otro.

Hermione sacó una pequeña moneda de uno de sus bolsillos y se la mostró a Harry con una sonrisa desdeñosa.

—Vamos a jugar.

— ¿En serio? —Ron puso los ojos en blanco— Mione, no es por ser borde, pero es mejor que vayamos a por el que te dije, antes de que Draco lo haga.

Hermione seguía mirando a Harry y este aceptó el reto.

— ¿Qué es eso? —preguntó Draco al ver a Harry adelantarse.

—Es lo mismo que con los galeones —dijo Ron—. Pero al parecer lo van a hacer con una moneda muggle.

—Cara ganamos nosotros. Sello, ustedes. —sentenció la castaña.

Harry asintió y los otros dos chicos observaron con expectación. Pero un grito les hizo girar con rapidez hacia el corral de los Hipogrifos.

Blaise intentaba sujetarse del cogote de uno de ellos mientras Pansy le apretaba en un abrazo desde atrás, como si su vida dependiera de ello. Cosa que era cierta, pues el Hipogrifo salió corriendo de allí, derrumbando con facilidad las tablas del corral y alzando el vuelo después, acompañado del amortiguado grito de Pansy.

El Hipogrifo ascendió mientras los demás observaban con consternación. Luego reaccionaron y empezaron a gritar y dar vueltas en su sitio con desesperación. No así Hermione, quien enseguida corrió hacia otro Hipogrifo para subir en él.

— ¡Ron, vámonos! ¡Debemos alcanzarlos! ¡Harry, Draco! ¡Dejen de correr en círculos por el amor de Dios!

Ron salió disparado hacia la chica, y ambos, haciendo una rápida reverencia, se dispusieron a subir a horcajadas del animal. Por suerte, el Hipogrifo les aceptó sin más y con Hermione al mando, salieron volando sin demora.

— ¡Draco! —gritó Harry observando al segundo Hipogrifo en el aire con consternación— ¿Qué vamos a hacer? ¿Van a morir? ¡Oh, Merlín mío! ¡Mamá me va a matar! ¡Debemos ir a por el profesor Tom y decirle que nos ayude! ¡No podemos subir en Buckbeak porque nos odia! ¡Mamá me va a matar! ¿Ya te lo dije? ¡No sólo soy responsable por la muerte de Blaise, sino de mis otros amigos! ¿Te imaginas que tú estés allá? ¡Tu padre me mataría si es que yo no muero primero por verte a ti-!

Harry fue interrumpido por un bofetón.

— ¡Harry Potter, vas a hacer lo que yo digo! —dijo Draco autoritariamente— ¡Vamos ir ahora mismo hacia ese maldito pollo e iremos detrás de ellos! —Draco tiró de un estupefacto Harry hacia Buckbeak con determinación. Misma que se le terminó al enfrentarse a los aterradores y amarillos ojos del animal— Harry... no puedo.

Harry pareció despertar y se obligó a actuar con madurez. Se situó entre el Hipogrifo y Draco y sin un atisbo de miedo, se inclinó lo más respetuosamente que pudo.

—Mira Buckbeak... sé que Draco te cae mal, y que sólo por Hagrid permitiste que yo... Mira no tengo tiempo, por favor déjanos subir, ¿sí? No puedo dejar a mis amigos y-

— ¿Te das cuenta que le estás hablando a un pollo, Harry?

—Y no puedo dejarlos morir —continuó Harry—. Me refiero a que nos dejes subir a los dos-

—Harry.

—Porque Draco es el amor de mi vida y no puedo dejarlo aquí.

Draco ahogó una exclamación y Harry recuperó el aire, esperando pacientemente a que Buckbeak cediera. Lo cual, misericordiosamente, sucedió.

El Hipogrifo inclinó la cabeza con un movimiento menos perceptible que la vez pasada en la clase, y bajó sus alas para permitir que subieran.

— ¡Vamos, Draco! —gritó Harry, tirando del rubio para subir— Yo iré adelante, déjame subir primero. No puedes maltratar sus plumas o molestar mucho sus alas. Acuérdate de la vez pasada.

Harry subió con facilidad y esperó pacientemente a que Draco se reuniera con él.

En el mismo momento en que ambos chicos estuvieron acomodados, Buckbeak alzó el vuelo sin siquiera esforzarse un poco. Los gritos de Harry y Draco debieron escucharse por todo Hogwarts y seguramente interrumpir el sueño del Calamar Gigante.

El aire era frío y refrescante y Harry tuvo que cerrar la boca para que ningún mosquito se le metiera dentro. Detrás, Draco se aferraba a él con firmeza mientras trataba de no interrumpir el batir de alas de Buckbeak, con sus pies.

A poca distancia pudieron ver a otro Hipogrifo volando. La abundante cabellera de Hermione relucía con la luz de la luna al igual que el rojo pelo de Ron. De ellos sólo se escuchaban risas y gritos de júbilo, así que Harry consideró que no estaban en peligro. Y se tranquilizó aún más, cuando pudo distinguir al otro Hipogrifo un poco más adelante. Al parecer, Pansy tenía los brazos abiertos y sus cortos cabellos ondeaban salvajemente. Blaise dejó salir un grito emocionado y Harry al fin pudo dejar de retener el aire por la preocupación.

— ¡Esto es genial, Draco! —gritó con alegría— ¡No teníamos que preocuparnos! ¡Todos están bien!

— ¡Lo sé! —gritó Draco en respuesta— ¡Esta es la mejor noche de mi vida! —rio.

—Ah, ¿sí? —Harry sonrió— ¡Pensé que era aquella donde todos se convirtieron en animagos y nosotros prometimos serlo también! Tú serías un águila y yo un-

Harry por poco pierde el control del vuelo al sentir los cálidos labios de Draco en su nuca.

—Tú también eres el amor de mi vida, Harry. —susurró Draco en su oído, casi con timidez.

Seguramente si Lily Potter hubiera visto la sonrisa de Harry en esos momentos, podría haberla descrito como: "una sonrisa que iluminaba más que mil soles y lunas".

Harry y Draco gritaron de alegría hasta que sus gargantas ardieron. Extendieron sus brazos y los entrelazaron mutuamente hasta que los músculos dolieron.

¿Qué importaba caer desde esa altura? ¿Qué importaba que Buckbeak siguiera graznando ofendido, y decidiera zambullirlos en el Lago Negro?

Era la mejor noche de sus vidas. No tenía precio.


Claro que más tarde comprendieron que todo, absolutamente todo, tenía sus consecuencias.

Al aterrizar y bajarse de los animales, una pantera asustó a los Hipogrifos haciéndoles alzar vuelo nuevamente. Tom Ryddle estaba furioso cuando regresó a su forma humana y junto a él, Remus, Severus, Minerva y Dumbledore no cabían en sí por la decepción y desaprobación.

Pero, aun así, entre sollozos de Hermione y Pansy y caras largas de Ron y Blaise, a Harry no pudo importarle menos. Reafirmó el agarre en la mano de Draco y sonrió.

Draco le devolvió la sonrisa.

 


fin


 

Notas finales:

¿Fin? ¡Así es!

Con "Una Nueva Vida" damos por terminados los primeros años de Harry y sus amigos en Hogwarts, pero pronto continuaremos acompañando a nuestro chico favorito en todo lo que le espera por vivir y aprender.

La nueva parte ya la estoy escribiendo, y lo que espero es adelantar mucho contenido para así publicar y actualizar con asiduidad.

Por el momento, tengo otro mini-fic de 5 partes sobre los primeros años de vida y amistad de Harry y Draco (esta misma serie), entonces seguidamente empezaré a publicarlo para que tengan algo que leer mientras la espera.

¡Muchas gracias a todos por leer y dejar review! Espero que les haya gustado este fanfic y que nos leamos en el próximo.

¡Abrazos!


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