Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Una nueva vida por JennVilla

[Reviews - 28]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La Sala Común de Slytherin tenía varios sofás cómodos y espaciosos que combinaban elegantemente con los colores verde y plateado que decoraban el resto de la sala.

Los estudiantes de años superiores entraron con confianza y se acomodaron en cojines, sofás y sillones, al parecer esperando por algo. Los de primer año iban muy juntos y mirando todo con cautela mientras eran dirigidos por Snape, el jefe de Slytherin, y el profesor Ryddle, quien charlaba alegremente con los prefectos y algunos niños cerca suyo.

—Seremos envidiados por todo el colegio, si se enteran que tenemos la mejor Sala Común de Hogwarts. —dijo Draco, susurrando al oído de Harry.

Y sí, Harry tenía que darle la razón. En realidad, esa sala era muy espaciosa y cómoda, además de que todo se veía decorado con buen gusto.

Snape los condujo al centro de la sala y los hizo sentar en pequeños y mullidos cojines verdes.

—Buenas noches —saludó él, haciendo que todo Slytherin quedara en silencio—. Estaba pensando en hablarles un poco sobre este nuevo año escolar que comienza y sobre el nuevo profesor para Defensa Contra las Artes Oscuras, Tom Ryddle… —el mencionado inclinó la cabeza y sonrió encantadoramente. Pansy suspiró con anhelo a un lado de Harry—. Pero como ya es tarde —continuó—, y quiero que mañana todos ustedes empiecen con buen pie sus respectivas clases, he decidido que ya es hora de ir a la cama y que el profesor Ryddle se encargará de presentarse él mismo cuando se reúna con cada grupo. Así que pueden retirarse ahora mismo. Menos los de primer año.

Hubo un leve revuelo mientras los demás se ponían de pie y se despedían para bajar a sus habitaciones.

Snape y Ryddle hablaban entre ellos mientras los más pequeños esperaban impacientes, pues el sueño ya estaba haciendo mella en el ambiente.

— ¿Qué creen que nos tienen que decir? —preguntó Greg, bostezando.

—No lo sé, pero espero que no se demoren mucho —dijo Vincent, bostezando también—. Mi madre dice que las camas de Slytherin son las más suavecitas y que puedes tener una habitación para ti solo.

—Eso no es cierto —dijo Draco—. Son habitaciones para dos. Harry y yo iremos a la misma.

— ¿Y si yo no quiero ir contigo? —preguntó Harry, con ganas de enojarle.

Draco pareció herido y Pansy soltó una risita.

—Puedes ir a dormir conmigo, Harry-Pooh.

—Eres tonta, Pansy —dijo Greg con severidad—. Las chicas duermen con chicas, y los chicos con chicos.

Vincent y Draco asintieron vigorosamente y Harry sonrió.

—Entonces dormiré con Vincent —dijo—. Greg puede dormir con Draco.

La cara de Draco enrojeció y Harry se aplaudió mentalmente.

— ¿Por qué no quieres dormir conmigo? —exigió, en voz alta— ¡Lo hemos hecho desde siempre, Harry! Cuando vas a pasar la noche en mi casa, ¡siempre dormimos juntos!

—Pues si él no quiere dormir contigo ahora, por algo será, ¿no? —dijo Pansy— No lo molestes, Draquito.

—Tú no te metas y no me llames así —Draco la fulminó con la mirada—. Quiero que él mismo me diga por qué no quiere dormir conmigo. Es mi mejor amigo y él tiene que dormir conmigo.

—Supongo que él prefiere dormir con Weasley en Gryffindor. —dijo Greg, mirando a Harry fijamente. Una mirada muy penetrante e inteligente, para su infantil y redondo rostro.

Harry se sonrojó. Ya era hora de parar la broma.

—Eso no es cierto. Ron es Gryffindor y yo Slytherin, así que es una tontería pensar que podamos compartir habitación —Harry miró a Draco, pero este retiró la mirada ofendido—. Draco, vamos, ¡estaba bromeando! Es obvio que quiero ir a dormir contigo. —Harry intentó abrazarlo, sin éxito. Se había pasado de la raya.

—Niños —llamó el profesor Ryddle, obteniendo toda la atención de los estudiantes—, es preciso que tengan un poco de paciencia. Estamos esperando a otro compañero que viene de Italia y no pudo llegar a tiempo para la Selección. Mientras tanto, podemos conocernos un poco, ¿no creen?

El profesor volvió a sonreír y las niñas suspiraron. Pansy se sonrojó y pestañeó rápidamente ganándose un guiño del profesor. Draco, aun moviéndose en medio de los brazos de Harry, se burló de ella.

—Así que tenemos unos magos y brujas muy prometedores para nuestra casa, ¿no, Severus? —continuó el profesor— De verdad que estoy muy complacido por ver a los mejores en Slytherin.

—Sí, tengo que decir que, en estos últimos años, Slytherin ha contado con los mejores hechiceros de Hogwarts. Espero —dijo Snape, fijando la mirada en los niños— que ustedes sepan aprovechar su tiempo aquí.

Ryddle asintió y posó una mano en el hombro de Snape.

—Y que también, junto con sus compañeros de casa, hagan de esta, la ganadora de la Copa de las Casas. Sería estupendo ver a Slytherin nuevamente con ese título, y quiero que, en mi primer año como profesor, se logre este objetivo para poder hacer entender a mi querido Albus, que Gryffindor no es la única casa de Hogwarts.

Varios niños asintieron y vitorearon. Draco cedió un poco y compartió una sonrisa con Harry, luego recordó lo que pasó y volvió a cruzarse de brazos haciendo que Harry riera divertido.

— ¿Cuento con ustedes? —Ryddle se inclinó y sonrió amablemente.

Todos asintieron y Pansy no pudo aguantar más y compartiendo una mirada con Daphne y Millicent, se puso de pie y se acercó con timidez al sonriente profesor, con la excusa de preguntarle algo sobre los dormitorios. Daphne y Millie, a su lado, soltaban risitas y hacían que Snape bufara con fastidio. Harry, mirando al profesor detenidamente, pudo ver que este Snape era muy diferente al que recordaba.

Severus Snape ahora no vestía de negro solamente, ni dirigía a todo el que se le atravesara miradas burlescas o muecas desagradables.

Vistiendo con una túnica gris oscura con los bordes hilados de verde, Snape parecía ser alguien muy distinto ahora. Su pelo lo llevaba arreglado y su forma de interactuar con los demás, hacían que Harry lo viera como alguien más tratable y simpático. Bueno, eso y que su madre le había dicho la noche anterior que el profesor era un buen amigo suyo, y que solía cargar en brazos a Harry, en sus primeros años de vida.

Pero ahora, Harry no estaba en su más alta estima, según Lily, debido a que alguna vez Harry hizo un estropicio en su laboratorio personal por culpa de su magia accidental, provocando que Snape le tildara de alborotador al igual que a James y Sirius.

Todo lo que se permitía el profesor con Harry en la actualidad, era una leve inclinación de cabeza, una mirada de alerta por si hacía alguna otra travesura y llamarle por su primer nombre. Aunque Harry podía notar que Snape le observaba con más "cariño" que a cualquiera de sus alumnos. Y a Draco también, pues era su ahijado.

Harry bostezó y recostó su cabeza en el hombro de Draco -al cual aún tenía abrazado-, y cerró los ojos por un momento tratando de idealizar la deliciosa cama que le esperaba. Segundos después sintió cómo Draco reposaba su cabeza en la suya propia y sonrió.

— ¿Ya no estás enojado?

—Tengo sueño y resulta que tú me tienes prisionero, así que tengo que conformarme con lo que hay. —dijo Draco, tratando de que su voz sonara indignada.

Harry sonrió nuevamente y decidió dormirse un poquito. De todas maneras, alguien tendría que despertarle después, así que mejor dormía un poco mientras esperaban al misterioso compañero de Italia.

Pero no duró mucho, pues pronto un siseo de serpiente muy fuerte se dejó escuchar en toda la sala, y luego McGonagall y un niño de tez oscura con mirada calculadora, estuvieron dentro.

— ¡Ah! Hemos estado esperando por ustedes. —dijo Ryddle, adelantándose y llevando a Pansy de la mano.

McGonagall sonrió y palmeó levemente el hombro de Ryddle.

—Niños, Severus, Tom... —dijo ella— les presento a un nuevo compañero que hace un rato ha sido seleccionado por el Sombrero para la casa Slytherin. Él es Blaise Zabini y no ha podido llegar antes porque ha venido directamente de Italia y su viaje ha tenido ligeros percances. Espero que le den la bienvenida que merece y que se hagan amigos como debe ser.

Harry al fin reconoció a Blaise Zabini y Pansy se separó del profesor, tendiendo su mano tímidamente al chico. Este la aceptó, besando el dorso de su mano y haciendo que todas las demás niñas se acercaran a él y le saludaran con entusiasmo. Contrario a los niños, que, viendo la infantil galantería del italiano, empezaron a buscar cualquier defecto para burlarse de él. Pero Blaise Zabini parecía no tenerlos, así que se rindieron y se pusieron de pie para ir a saludarlo.

Harry no se había molestado por el hecho de que Zabini parecía atraer a todas las niñas, más bien, le miraba con curiosidad, notando que parecía no vestir como por ejemplo lo hacía Draco. Había pensado que eran de las mismas clases sociales, pero de cierta forma, Zabini lucía desamparado.

— ¿Y tú qué le ves? —preguntó Draco a su lado.

—Pues está celoso porque Pansy le está sonriendo mucho al chico nuevo. —dijo Vincent con simpleza.

— ¿Eh? ¡No! —dijo Harry— No estoy celoso.

— ¿Y entonces? ¿Quieres ser su amigo también? —preguntó Draco, mirándole ansiosamente.

—Oh, Draco, ¿qué problema hay con ello? ¡Quiero hacer amigos!

—Pero es que tú eres mi mejor amigo.

—Exacto —dijo Harry conmovido—. Tú y yo somos mejores amigos, pero Vincent y Greg son nuestros amigos, Pansy es nuestra amiga lo mismo que Ron y Hermione. Esa es la diferencia.

— ¿Y quieres que Zabini sea nuestro amigo? —preguntó Greg.

Harry podía pensar que los demás lo creían una especie de líder en el pequeño grupo de amigos. Incluso Draco parecía esperar a que él dijera algo.

—Bueno, si él quiere, será mi amigo. Pero ustedes tienen que hablarle por su propia cuenta.

—Pues háblale de nosotros —dijo Vincent—. Dile que seremos sus amigos.

— ¡No soy la mamá de ustedes!

—Pues tienes cara. —Draco rio.

Harry decidió no seguir con la discusión y se adelantó para saludar al moreno. Cuando llegó su turno, ofreció su mano amablemente y sonrió.

—Soy Harry Potter. Mucho gusto.

Zabini sonrió también y le miró atentamente.

—Yo Blaise. Sólo Blaise.

—Pues te llamaremos Zabini. —dijo Draco, metiéndose entre ellos súbitamente.

—No me gusta el Zabini. —dijo Blaise con obstinación.

—Te llamaremos Blaise entonces —ofreció Harry, codeando a Draco disimuladamente—. Él es Draco y ellos Vincent y Greg.

Los otros chicos tendieron sus manos y Blaise las estrechó cada una.

—Harry dice que quiere ser tu amigo. —dijo Greg, como quien no quiere la cosa.

—Entonces lo seremos. —Blaise sonrió, luciendo unos pequeños dientes muy blancos. Se pudo oír un suspiro de una chica.

—Así que tienes que ser amigo de nosotros también. —dijo Draco, cruzando los brazos.

—Está bien. —dijo Blaise.

Y eso pareció ser todo lo necesario para iniciar una amistad, pues pronto estuvieron hablando sobre Quidditch, equipos y escobas.

—Niños —Ryddle levantó la voz nuevamente y se apoyó perezosamente en el cuerpo de Snape, ganándose un gruñido por parte del Jefe de Casa—. Minerva me dice que dos de ustedes tendrán que compartir habitación con el señor Zabini, puesto que él no podrá tener una para él solo. ¿Quiénes se ofrecen?

Después de un momento de silencio, Harry sintió un poco de pena, al ver que nadie se ofrecía, así que levantó su mano.

—Eh... Draco y yo la compartiremos con Blaise. —dijo en voz baja.

— ¿Qué? —exclamó Draco con indignación.

Pero nadie le prestó atención pues Blaise enseguida se acercó a ellos con alegría y McGonagall expresó en voz alta el buen corazón que tenía Harry Potter y que todos deberían aprender de él. El profesor Ryddle se acercó a Harry y palmeándole la espalda, dijo:

—Estuvo muy bien de su parte, señor Potter. Pero que esa amabilidad no se haga costumbre fuera de aquí; muchos se pueden aprovechar de eso.

McGonagall regañó al profesor y en cambio Snape estuvo de acuerdo con él, diciendo que un Slytherin sólo debía velar por sí mismo, y los suyos.


Ya en la amplia y cómoda habitación, donde anteriormente Ryddle había conjurado una cama nueva para Blaise, los tres niños empezaron a acomodarse y a escoger camas.

—Yo quiero la cama junto a la ventana —dijo Blaise—. Mamá me ha hablado sobre el Calamar Gigante y quiero verlo.

—No tienes derecho a escoger, Blaise —dijo Draco, repelente—. En todo caso, fuiste el último que llegó, así que tienes que conformarte con la cama que digamos.

Harry fulminó con la mirada al rubio, y levantando el mentón, dijo:

—Entonces Blaise puede dormir en la cama de la mitad. Draco al lado de la ventana y yo en la del otro lado.

— ¡No! ¡Nuestras camas deben ir juntas, Harry! —dijo Draco, casi gritando.

— ¿Y no querías estar al lado de la ventana entonces?

Y así empezó una discusión entre los tres niños sobre qué cama tomar, hasta que se cansaron de gritar y lanzar algunas de sus túnicas por toda la habitación. Al final, decidieron que Blaise iría junto a la ventana y que Draco estaría al centro para poder estar junto a Harry.

Blaise en realidad no había discutido mucho por eso, pues tenía mucho sueño y enseguida que cayó en la cama, se durmió profundamente. Draco en cambio parecía conservar todas sus energías.

— ¿Por qué no quieres dormir conmigo? —preguntó a Harry— Cuando vas a mi casa no te molesta dormir en mi habitación.

Harry, con los ojos medio cerrados por el sueño y terminando de organizar su baúl, dijo:

—No es eso, Draco. Sólo estaba tratando de hacerte ver que Blaise tiene el mismo derecho que nosotros a elegir cama.

—No te estoy hablando de eso, Harry. Desde mucho antes no querías quedar conmigo en una habitación.

Draco tenía un pequeño puchero y miraba con fijeza su baúl ya organizado. A Harry se le hizo muy tierno ese gesto, así que se acercó a la cama del rubio y le abrazó.

—Eso no es cierto, Draco. Sólo era una broma.

— ¿Lo prometes?

—Sí —dijo Harry bostezando nuevamente—. Buenas noches, Draco. Mañana tenemos que despertar temprano para bajar a desayunar sin prisas.

—Está bien —Draco sonrió y se cubrió la boca para bostezar—. Buenas noches, Harry.

Harry asintió y se metió bajo sus mantas en medio de movimientos adormilados. Pero a último momento, un beso en su mejilla por parte de Draco, casi le hace saltar de la cama.

—Se te olvidaba el beso. —dijo Draco, encogiéndose de hombros.

Harry sonrió y su último esfuerzo esa noche, fue para levantarse un poco y besar la mejilla de Draco y luego caer inmediatamente dormido.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).