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El corazón en la caja por Sunnydays

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Notas del capitulo:

Hola Personitas esta historia ya tiene mas de 500 visitas! eso es asombroso y les agradezgo su apoyo :D aquí les traigo el capítulo siguiente y espero que lo disfruten.

Korame se acerco a la chica con aquellos ojos fríos que al principio hicieron que ella se pusiera nerviosa y mirara de reojo a Antonio con quien había conversado en el trayecto a la casa de sanación, este simplemente asintió transmitiéndole la confianza que ella no parecía tener en el sacerdote quien de cierta manera era bastante imponente. El ayudante le había hablado maravillas de este así que ella esperaba que el semblante de este hubiera sido mas amable pero ahora que lo veía en persona le costaba mantenerse relajada, a pesar de que una parte de ella lo encontraba bien parecido si obviabas aquellos ojos que con una mirada pareciera que te congelabas. Lena era una chica alegre y algo enérgica así que intento poner lo mejor de sí para tener la mejor disposición hacia el sacerdote.

-Déjeme ver su tobillo- dijo Korame con cortesía ya que era especialmente amable con las mujeres excepto con aquella diosa que le había dado mas de un dolor de cabeza.

Ella con timidez y dolor extendió su pierna para que el sacerdote la revisara. Korame la tomo con sumo cuidado para no causarle dolor innecesario a la chica, la miro para ver que tan dañado estaba su tobillo y cuando estuvo seguro de la gravedad de la lesión puso ambas manos en ese lugar y con una mirada que se podría considerar amable le indico a Lena que aquello no dolería ni siquiera un poco. Antonio coloco su mano sobre el hombro de la chica para que esta sintiera que estaba allí y que el proceso tan solo duraría menos de cinco minutos.

A pesar de que ella encontraba a ambos atractivos por alguna razón sabía la naturaleza de la mirada de Antonio hacia aquel sacerdote y ella no lo veía con malos ojos, a pesar de aquello no podía evitar sentirse un poco decepcionada.

Entonces el procedimiento termino y la chica no sintió el más mínimo dolor aún así cuando Korame le pidió que se levantará lo hizo con algo de duda siendo ayudada por Antonio provocando un ligero sonrojo en ella lo cual causo una molestia amarga en el sacerdote que este intento alejar.

-¿Cómo te sientes?- pregunto con tono amable Antonio.

-Yo… ¡me siento mucho mejor! Gracias a ambos.- mientras rascaba la parte de atrás de su cabeza

-Eso es algo bueno- Dijo el sacerdote mientras inclinaba su cabeza con solemnidad

-¿Qué puedo hacer para pagárselos?

-Debes presentar tus respetos al dios de la curación.

-Lo haré, pero debe haber algo más que pueda hacer para ayudarlos, me han salvado la vida al curar mi tobillo, después de todo pronto será un partido importante. Debe haber algo…- dijo ella pensando seriamente que parecía que le salía humo de la cabeza de tanto pensar hasta que se le ocurrio una idea- ¡Ya sé! Anto.. quiero decir Antonio me comento que harían un festival en este lugar, mi padre trabaja en una fabrica de fuegos artificiales así que podría pedirle que nos dé los suficientes para hacer un gran espectáculo para finalizar el evento, además que yo dibujo moderadamente bien así que podría hacer algunos carteles para promocionar el festival y llegar a muchas más personas ¿ qué les parece?

-Lena, eso sería de mucha ayuda- dijo con seriedad Antonio

Mientras tanto Korame lo estaba pensando seriamente ya que nunca habían tenido esa clase de espectáculo durante todos los años que él llevaba siendo el sacerdote principal del dios de la curación así que sería escandaloso o una sorpresa de la que Frederic quedara completamente asombrado y no pudiera decir ningún comentario mordaz.

-Su cara frustrada sería algo digno de ver- mientras sonreía casi imperceptiblemente pero que no pasaba desapercibido para su ayudante- Me parece buena idea hagámoslo

-Mi sacerdote está de acuerdo así que esperamos contar con su apoyo y el de su padre.

-Entendido- mientras hacia un saludo de estilo militar y se paraba excesivamente recta.

Lena había ganado la simpatía de ambos así que cuando pregunto si tenían lápiz y otros materiales de dibujo Antonio la guío hacía una especie de estudio en el que tenían lápices y otras cosas necesarias para que la chica pudiera diseñar tranquilamente los afiches. Mientras tanto Korame siguió atendiendo a los visitantes que no eran tantos como otros días así que fue una tarde tranquila, igualmente no se olvidó de poner en su lugar todo lo que su ayudante había recibido de parte de todas aquellas personas que estaban involucradas en el evento

-Realmente se ha esforzado tanto, tener un ayudante no ha sido tan terrible como pensaba hace algún tiempo atrás.- Pensaba Korame pero al sentir que le estaba dando demasiada atención recordó las palabras que le había dicho el dios de la curación.

-Él ha llegado al punto de besarte, ¿ cómo puedes asegurarme de que no lo hará de nuevo?- dijo con cierto tono severo Artem.

-Mi señor él solamente estaba bajo los efectos de uno de los dulces de la diosa del amor, le prometo que no lo hará otra vez, ha sido un buen ayudante y sus servicios hacia la casa de sanación han sido intachables.

-Hablas como si él te agradará- se podía sentir un poco de celos en su voz.

-sabe que toda mi devoción es hacia usted y la casa de sanación.

-¿Es eso verdad?- mientras sus ojos resplandecían y abrazaba fuertemente a su sacerdote- No vayas a olvidarte de mi por favor, confiare en tu palabra ya que eres mi sacerdote favorito, pero que no se repita.

Aquellas últimas palabras tenían cierto tono de advertencia que era difícil de ignorar pero que Korame acato sin replicas pues significaba que el ayudante podía seguir estando en la casa de sanación. En su interior se preguntaba porque defendía tanto a Antonio, tal vez porque era el primer humano con el que había compartido tanto tiempo y a veces se sentía extraño hacia este, después de que el ayudante lo besó una molestia que se esforzaba en considerar desagradable hizo aparición y de vez en cuando se volvía tan tangible que era difícil de ignorar.

El sacerdote siguió atendiendo a los visitantes ya que se hacía tarde, Lena y Antonio estaban muy ocupados diseñando los afiches mientras Greta dormía plácidamente encima de unos cajones que había en aquel lugar. La tarde fue transformándose rápidamente en noche y la casa de sanación ya había cerrado por ese día así que Korame al ver las luces encendidas del estudio decidió llevarles una taza de té a cada uno. El sacerdote era una persona amable en el fondo y desde que su ayudante estaba en la casa de sanación poco a poco Korame se volvió un poco más considerado

-Muchas gracias señor Ko- dijo ella muy alegremente mientras aceptaba la taza

-¿Cómo me llamo?- dijo Korame con la interrogante plantada en su rostro.

-Lena ama los apodos, por ejemplo a mí me dice Anto, ella dice que eso afianza la amistad.

-Si así es- dijo ella mientras asentía varias veces para reafirmar lo dicho por el ayudante pero luego cayo en cuenta de algo y con algo de vergüenza señalo- ¿Le molesta?

-Bueno es un poco peculiar y nadie ha tenido el atrevimiento de llamarme así, pero… tú has sido de gran ayuda así que puedo concederte aquello.

-¡Yay!- mientras se lanzaba a abrazar a Korame que no supo como reaccionar ya que no estaba acostumbrado a las muestras de afecto y miro a Antonio buscando ayuda el cual simplemente le miro con cariño aunque esto no era muy fácil de observar.

-Te estoy pidiendo ayuda- era lo que quería transmitir el sacerdote quien todavía era abrazado por la chica, pero después de un rato la molestia se transformo en una agradable sensación ya que esa muestra de afecto era completamente sincera

Después del contacto la chica dijo con tono de misterio las siguientes palabras.

-El afiche está terminado ¿quiere verlo?- mientras apuntaba a un cartel que estaba dado vuelta para generar más misterio.

-Espero que sea tan impresionante como lo haces sonar- dijo aquellas palabras mordaces ya que se había sentido un poco incomodo con el abrazo y quería eliminar aunque sea un poco esa sensación.

-Estoy segura de que quedara satisfecho, nos esforzamos bastante, Anto ayúdame aquí- mientras dejaba la taza y sujetaba una de las puntas del afiche indicándole al ayudante que tomara la otra- A la cuenta de tres: uno, dos ¡Tres!

Al poner del revés aquella hoja de papel Korame quedo realmente sorprendido ya que se ponía la parte delantera de la casa de sanación donde estaban todos los puestos llenos de personas y en la entrada de la casa se encontraban los dibujos de personas que llevaban el traje distintivo de los sacerdotes y algo que llamo la atención del señor Korame fue que había un pequeño dibujo de Greta.

-Agregamos a la minina porque ella es parte de este lugar también además que a varias personas les gustan los gatos y les encantaría poder acariciarla ya que se dice que los ronroneos de los mininos son curativos- dijo Lena

-Creo que he escuchado eso antes- mientras miraba de reojo a su ayudante quien se veía bastante orgulloso de su trabajo y hablaba de los detalles que habían puesto con la chica.

-Yo me encargare de imprimirlos y esparcirlos por las calles de esta ciudad así que no se preocupen por eso y miren esto – ella colocaba su pierna en la pared demostrando que su tobillo estaba en perfectas condiciones- ¡Podré repartirlos a toda velocidad mañana!

-No te sobreesfuerces demasiado, recuerda que te lesionaste hoy.

-Las manos del señor Ko deberían ser tesoro nacional, realmente son milagrosas, en todo este rato no he sentido el más mínimo dolor.

-Me dan mucho mérito, quien realmente lo merece es nuestro dios de la curación, Él es realmente digno de alabanzas.

-¿Cómo es el dios de la curación? No quiero ser grosera- dijo ella sacudiendo frenéticamente sus manos frente a ella.

-Yo tampoco lo he visto pero he escuchado como el señor Korame ha hablado con él varias veces aunque no he escuchado la voz de él, así que igualmente me gustaría saber- pensaba Antonio cuya mirada no paso desapercibida para el sacerdote, entonces este con un suspiro comenzó a contarles acerca del dios, ya que después de todo ellos eran sus fieles y habían hecho bastante por la casa de sanación por lo que se merecían saber ¿verdad?

-Bueno él es alguien que tiene mucho poder y lo utiliza de manera sabia ayudando a las personas que lo necesitan por esto mismo ha delegado algunas de sus funciones en nosotros sus sacerdotes para enfocarse en ayudar en lugares que han sido asolados por catástrofes, guerras, epidemias, tsunamis entre otras circunstancias. Es alguien completamente bondadoso que se esfuerza todos los días para cumplir la misión de curar a los humanos y bendecirlos en varias ocasiones. Por esto nosotros sus siervos debemos mostrarle nuestra gratitud y ofrecerles nuestras más humildes alabanzas.

-Parece alguien completamente venerable- dijo con asombro Lena.

-Si así es- dijo el sacerdote completamente orgulloso de servirle.

-No nos ha contado nada acerca de cómo es él cuando están a solas- fue el pensamiento que surco la mente del ayudante quien rápidamente lo disperso ya que no era adecuado que se entrometiera en la relación entre esos dos.

-¿Y desde cuando es sacerdote señor Ko?

Aquella pregunta hizo que Korame rebuscara en su memoria pero en realidad no sabía con exactitud desde cuando servía al dios de la curación, así que dio una respuesta algo vaga pero que pareció convencer a la chica.

-He sido sacerdote desde que era un niño, desde que él me dio el poder de curar a las persona he dedicado mi vida a servirle.

-Eso escuche de la señora de las flores- se le escapo al ayudante.

-¿ así que has estado pidiendo a otras personas información acerca de mí?- dijo con un tono frío lo cual le puso la piel de gallina a Antonio- Bueno es normal tener curiosidad ¿ no es así?

Termino aquella oración con un tono mas relajado pero que escondía un poco de molestia ya que realmente no le gustaba que se metieran en sus asuntos .

-Yo… lo siento, es que ella me conto un poco acerca de usted y de cómo prácticamente trajo la dicha a esta ciudad por lo cual todos le están bastante agradecidos.- dijo Antonio

-Eso es algo bueno, pero reitero todo es gracias dios de la curación yo simplemente soy su instrumento para traer sus bendiciones a los fieles, además de que realmente es satisfactorio ver la felicidad en los rostros de aquellos que son curados por él a través de mi- dijo con su rostro casi sin expresión pero sus ojos tenían ese brillo especial que era adorado por Antonio.

-Realmente lo…- no pudo terminar ese pensamiento pues Lena dijo con bastante alarma que ya era tarde por lo que debía irse rápidamente a su hogar ya que le dijo a su madre que estaría allá antes de que oscureciera y ya pasaban de las 7 de la tarde así que rápidamente tomo sus cosas incluido el afiche y estaba lista para irse.

-¿Quieres que te acompañe?- pregunto Antonio.

-Oh gracias por preocuparte Anto pero me iré corriendo para llegar antes, ¡nos vemos!

Así fue como la chica desapareció en el horizonte mientras corría rápidamente disfrutando de su tobillo recién curado por el sacerdote.

-Es una buena chica ¿ verdad?

-¿te gusta?- pregunto Korame mientras fingía desinterés y miraba sus bien cuidadas uñas.

-Claro que no, solo es alguien agradable después de todo quien me gusta es…- fue silenciado por Korame quien le tapo la boca con su mano.

-Ya hemos hablado de esto además yo…- no completo esa frase ya que aquello debía mantenerse entre el dios de la curación y él.

-¿Usted qué?- mientras alejaba suavemente la mano del sacerdote e incluso tuvo el atrevimiento de entrelazar sus dedos a lo cual el señor Korame se alejó rápidamente y cualquiera que lo conociera bien interpretaría aquello como una manifestación de vergüenza.

-No es importante, tan solo no digas esas cosas y debes hacer algo con aquellos atrevimientos que tienes.

-No puedo evitarlo, antes de pensarlo ya lo estoy haciendo, no pediré perdón por aquello tampoco.- dijo mientras lo miraba con intensidad a pesar de aquella expresión sería que este mantenía.

-¿Qué voy a hacer contigo?-se lamentaba el sacerdote- al menos no lo hagas durante el festival, Frederic estará atento a cualquier error

-Esta bien- aunque este sabía que aquello sería difícil

Además en su interior Antonio pensaba que al sacerdote no le molestaban del todo sus acercamientos ya que si así fuese este no habría tenido problemas para sacarlo de la casa de sanación irrevocablemente.

-Ahora vamos a cenar, creo que tengo un poco de hambre.

- Sí- dijo Antonio con algo de emoción. Después de todo aquel era uno de sus momentos favoritos del día y lo disfrutaba bastante ya que a pesar de que no conversaran mucho durante la cena el ayudante sentía que era una instancia bastante intima entre los dos.

Notas finales:

Eso ha sido todo  por el momento, espero les haya gustado


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