Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El corazón en la caja por Sunnydays

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos :D ¡Llegamos a los 800 vistos! gracias por seguir esta historia

Aquella revelación hizo que Antonio abriera desmesuradamente los ojos pero inmediatamente puso una de las miradas mas frías de las que era capaz.

-Ahora vienes a perturbar mi vida solo por que necesitas que yo interceda ante mi sacerdote por ti. Después de todo el dolor que nos causaste a mi madre y a mi ¿no tienes vergüenza?- dijo con cierto rencor el ayudante.

-Por favor es incurable, me lo han dicho los doctores- aquel tono insincero era difícil de ocultar.

-Dime la verdad al menos eso me lo debes, seguramente no puedes realizarte la operación porque todo tu dinero te lo has gastado en bares y alcohol.

-Esas no son maneras de hablarle a tu padre- dijo el hombre con tono de voz autoritario y profundamente ofendido como si esperase que después de todo lo que le había hecho al ayudante mereciera ser llamado así.

-Usted ya no es mi padre- aquellas palabras eran algo que siempre había querido decirle desde hace tanto tiempo.

Entonces a la mente del ayudante comenzaron a venir muchos recuerdos de su infancia que creía haber superado. Resulta que la relación entre padre e hijo no era la mejor ya que desde que este era pequeño había tenido que soportar tanto él como su madre los maltratos de este señor que ahora venía a buscar ayuda. Tantas veces que lo vio en estado de ebriedad y que junto a su madre lo habían tenido que ir a buscar a diferentes bares ya que este era un borracho bastante conflictivo y se metía en toda clase de peleas. Cuando Antonio era un niño se veía obligado a hacer regalos para el día del padre pero terminaba dándoselos a su madre por que ella era la única que realmente se los merecía, así que no pudo evitar sentirse traicionado cuando esta de un día para otro desapareció de su vida ya que no soportaba seguir estando con aquel hombre y al parecer lo venía planeando desde hace mucho tiempo. Sin embargo al verse tan desamparado encontró una vía de escape y esa fue la familia de Lucía con la que tenía buena relación además que tenía sentimientos por aquella chica así que pasaba la mayoría de su tiempo allá ya que a su padre no le importaba mucho ya que entre el trabajo y sus salidas a bares no se preocupaba mucho por su único hijo, pero a decir verdad cuando su esposa despareció quien se llevo todo el maltrato fue Antonio.

Antonio veía como su salvadora a Lucía así que la atesoraba demasiado y perderla fue un golpe demasiado duro. Juntos habían decidido escapar de su pueblo natal para iniciar una nueva vida aquí en la ciudad, pero a pesar de que vivieron días muy felices la diosa de la muerte se la llevo muy pronto. Quería creer que fue Lucía quien lo guio hacia el señor Korame a quien realmente apreciaba y amaba. Sin embargo aunque ahora llevara una buena vida y estuviera acercándose cada vez más a su sacerdote no podía olvidar todo lo que su padre había hecho.

-Por favor Antonio, realmente necesito tu ayuda-mientras tomaba con fuerza el brazo de su hijo.

El ayudante intento sacudirse pero aquel hombre tenía mas fuerza con él así que sus esfuerzos eran inútiles.

-¡Es tu culpa que mamá se haya ido, no tengo porque ayudarte!

-Piensa en Lucía ella hubiera querido que me ayudaras- aquel tono manipulador era bien conocido por Antonio pero no pudo evitar quedar completamente paralizado al escuchar el nombre de su exesposa

-No te atrevas a utilizar su nombre

-Entonces tan solo debes llevarme donde esta ese sacerdote y no repetiré su nombre de nuevo- mientras lo miraba sonriente.

Antonio estuvo a punto de responderle pero en ese momento el señor Korame hizo aparición.

-Que coincidencia yo estaba pasando por aquí en busca de mi ayudante pero veo que mis servicios son requeridos.

-¿desde cuándo…?- fue lo que dijo Antonio

-Eso no es lo importante, aquí hay alguien que necesita un poco de la gracia de nuestro dios de la curación.- entonces se acerco a aquel par y le susurró algo a su ayudante.

-Tranquilo, todo tiene un precio- fueron las palabras dichas por Korame

Aquello hizo que Antonio se preguntara que era lo que le iba a pedir a aquel hombre.

-Bueno, ¿Cuál es su nombre? Necesito saberlo para ayudarlo-dijo Korame con ese tono que usaba para tratar con sus visitantes

-Su excelencia mi nombre es Sergio- mientras se arrodillaba y besaba la mano del sacerdote.

Korame con suavidad quito su mano ya que no le gustaba recibir aquellas muestras de devoción, miro de reojo a su ayudante que se veía bastante incomodo con la situación por lo que había desviado la mirada. Fue entonces cuando al sacerdote se le ocurrió una idea así que con una mirada fría que estuvo presente por menos de un segundo y con su mejor tono tal como le había enseñado el dios de la curación le propuso cierto pacto a aquel hombre.

-Bueno, yo puedo curarlo pero primero tengo que hacerle una pregunta, solo una pequeña- dijo con aire solemne.

-Si, responderé a lo que usted me pida- dijo el padre de Antonio confiando en que el sacerdote le curaría

-Bueno ¿ a que se debe su enfermedad? Necesito saberlo para poder ayudarlo.

Antonio miro con extrañeza a su sacerdote ya que aquel no era el proceso el cual el ayudante había observado muchas veces. Pues normalmente el señor Korame no hacía esa clase de preguntas ya que básicamente solo se dedicaba a curar, simplemente hacia su trabajo de sanación y las personas eran quienes le daban detalles acerca de sus dolencias.

-Bueno… fue un deterioro anticipado de mi hígado- dijo superficialmente aquel hombre.

-Necesito la causa especifica de lo contrario no puedo ayudarlo.

-Bueno puede decirse que debido a que yo tengo cierto gusto a la bebida, puede ser que eso haya gatillado mi condición.

-Ya veo entonces necesito que me haga una promesa- mientras lo miraba de manera estoica pero Antonio sabía que había algo mas mezclado en ello pero que no sabía a qué correspondía.

-Haré lo que sea

-Está bien, entonces lo que le pediré para curar su enfermedad será que haga la promesa de no volver a tomar alcohol en su vida y.…-miro de reojo a su ayudante- no volverá a acercarse nuevamente a Antonio de lo contrario su dolencia volverá e incluso será de mayor gravedad.

El hombre ni siquiera lo pensó un minuto cuando acepto sin remordimientos ya que su hijo realmente no le interesaba para nada. Entonces el sacerdote le pidió que levantara un poco su camisa para tener mejor acceso al lugar en el cual se ubicaba la dolencia. Un aura verde comenzó a emanar de sus manos y dijo unas cuantas palabras.

-El dios de la curación a obrado en ti a través de mí su humilde siervo confió en que cumplirás tu promesa.

-Así será, muchas gracias sacerdote- dijo aquel hombre pero su hijo pensaba que a la primera oportunidad rompería aquel pacto, en todo caso no podía importarle menos ya que ahora tenía sentimientos mezclados acerca de toda la situación.

Entonces el padre de Antonio se fue sin ni siquiera mirar a su hijo ya que había obtenido lo que quería, tal vez mantendría la promesa durante algunos días pero el ayudante estaba seguro de que realmente volvería a ingerir alcohol ya que las personas como él no era fácil que cambiaran sus hábitos.

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que se sorprendió cando el señor Korame lo tomo de la muñeca y comenzó a llevarlo a un lugar desconocido para Antonio en ese momento.

-Señor Korame ¿A dónde vamos?

-Es una molestia verte con esa expresión así que te llevo a un lugar donde te sentirás mejor, no es que me preocupe mucho tus estados de animo ya que no los comprendo del todo.

Allí estaba de nuevo la amabilidad de aquel sacerdote aunque esta muchas veces estaba encubierta por palabras afiladas que intentaba esconder su preocupación por los demás. Antonio sintió muchas ganas de llorar ya que ver a su padre nuevamente había sido un duro golpe, ya que el ayudante no había querido pensar en aquello desde que dejo su pueblo natal y se vino a la ciudad en la que vive ahora junto al señor Korame.

-¿Pero usted no debería estar atendiendo a los demás sacerdotes.

-Siempre se hace un sorteo entre los sacerdotes para ver quien se encargará del cierre del festival. El dios de la curación lo ha querido de aquella manera para no demostrar favoritismos además de que es una manera en que cada sacerdotisa o sacerdote tenga su momento de brillaren este evento. Los demás tenemos que interactuar con los fieles pues de esa manera se fortalece el vinculo entre ellos y nosotros.

-¿pero que va a pasar con Frederic?, se nota que esta buscando una ocasión para quejarse de usted y de la organización de este festival.

-Bueno una de las devotas del dios de la curación con la que tengo buena relación se está encargando de entretenerlo.

-Creo que ya se de quien habla, ella es completamente incansable en cuanto a conversación respecta

-En mi defensa ella estaba en el lugar preciso y momento adecuado, no es como si yo los hubiera reunido a propósito-dijo con aire de inocencia fingido que Antonio sabía reconocer perfectamente pues no era la primera vez que el sacerdote movía los hilos para que las cosas salieran tal cual él esperaba. Pero aquello era una de las cosas que el ayudante mas amaba del señor Korame pues demostraba la inteligencia que este tenía además de que la mayoría de las veces no solo se beneficiaba él sino que lograba que los demás pudieran darse cuenta de cosas que antes no eran evidentes para ellos.

Caminaron hasta una pequeña entrada que daba hasta el jardín de la casa de sanación que Antonio desconocía completamente por lo cual miro con extrañeza a su sacerdote quien simplemente dijo que el dios de la curación la había hecho por si era necesario que él se escabullera de alguna posible amenaza.

Antonio seguía algo desanimado pero al ver las flores que aquella noche se veían tan hermosas pero no llegaban a compararse a la belleza que poseía Korame ante los ojos de Antonio. Korame seguía tomando la muñeca de su ayudante pero al darse cuenta se alejo y desvió la mirada, pero después se acerco a Antonio tanto que quedaron frente a frente tan cerca que Antonio se sintió un poco avergonzado pero ante la fría mirada de su sacerdote simplemente espero que este le dijera aquello que quería expresarle.

-No soy experto en las emociones de los demás así que espero no ser demasiado invasivo pero siento que tienes muchas ganas de llorar, si quieres hacerlo, no te contengas yo no te juzgare.

Aquello hizo que las lágrimas de Antonio comenzaran a derramarse por su mejillas dejando una imagen que hizo que una molestia desagradable se instalara en el ser de Korame quien simplemente no supo que hacer, pero dentro suyo hubo cierto instinto que le dictaba que debía enrollar sus brazos alrededor de la espalda de su ayudante así que no sabiendo exactamente que lo impulso a hacerlo se vio a si mismo abrazando a su ayudante lo cual hizo que este abriera desmesuradamente los ojos preguntándose la razón de las acciones de su  sacerdote.

-No tienes que decirme que paso exactamente con tu padre pero es mi deber como sacerdote asegurarme de que mi primer y único ayudante se encuentre bien.

Aquellas palabras hicieron que calidez se extendiera en el corazón de Antonio y que este negara con la cabeza disponiéndose a contarle al señor Korame todo aquello que lo hacía sufrir. La expresión del sacerdote era un poco incomoda ya que no estaba acostumbrado a demostrar aquellos gestos que podrían ser considerados como muestras de afecto y últimamente el señor Korame sentía cada vez mas molestias que no sabia describir con exactitud cuando estaba cerca de su ayudante, así que decidía ignorarlas pero ahora que había visto quebrarse a su ayudante no era capaz de pasarlo por alto.

-Bueno creo que ya lo sabe pero ese señor es mi padre a quien no había visto en años, bueno desde que me fui con Lucía y dejamos atrás nuestras vidas allá en nuestro pueblo natal.

-Ya veo.

-Él nos hizo cosas terribles a mi madre y a mí, es el único culpable de que ella se fuera.

-Es evidente que no estas solo enojado con él

Entonces las lágrimas surgieron con más furia pues aquello era cierto pero no quería decirlo, así que se mordió el labio antes de que casi gritando soltara aquello que estaba clavado en su corazón.

-¿Por qué ella no me llevo consigo?

-No puedo responder aquello, lo lamento pero si quieres puedo decirle a mensajero que la busque para que puedan tener una buena conversación.

-Señor Korame, eres demasiado amable- mientras lo estrechaba en sus brazos fuertemente ya que necesitaba aferrarse a algo pues en esos momentos y teniendo tan cerca a aquel que amaba no podía contenerse.

-Ya es suficiente,  demasiado contacto físico hace que me sienta incomodo- dijo el sacerdote aunque realmente no se sentía del todo de aquella manera pues una molestia agradable se hizo presente en su estómago.

-oh sí, lo siento- sintiendo un vacío al dejarlo ir ya que se había dado cuenta que este encajaba perfectamente entre sus brazos.

Korame no sabia decir muchas palabras de aliento así que dijo lo primero que se le vino a la cabeza.

-Cuando termine el festival podemos comer algunas de las cosas sobrantes de los puestos, siempre me dan bastante así que nunca he podido comerlo todo pero ahora que estas aquí creo que entre los dos podemos acabarlo- dijo aquello sin mucha expresión pero Antonio sabía que este estaba haciendo su mejor esfuerzo para alegrarlo aunque este fuera un poco torpe para aquello, sin embargo esto hacía inmensamente feliz al ayudante. Fue entonces que Antonio se acordó de que tenía aquello en su bolsillo y se dio cuenta que si no se lo entregaba ahora no lo haría nunca pues este era el momento que había estado esperando desde que compro aquel objeto.

-Señor Korame tengo algo que darle.

-¿Para mí?

-Sí, cierre los ojos por favor y extienda sus manos

El sacerdote hizo aquello que su ayudante le había dicho hasta que sintió un pequeño peso en sus manos lo cual hizo que abriera sus ojos y mostrara una pequeña sonrisa que Antonio sintió que le daba mas de mil años de vida.

-Realmente es bellísimo- mientras observaba mas de cerca aquel collar que tenía un hermoso dije.

-Me recuerda a sus ojos- dejo escapar el ayudante lo cual fue obviado por su sacerdote

-Nunca he usado uno

-Yo puedo colocárselo- ofreció Antonio

-Esta bien- mientras se lo entregaba

El ayudante nuevamente quedo muy cerca de su sacerdote pero aquello no molesto en demasía al señor Korame quien inconscientemente coloco su mentón en uno de los hombros de Antonio.

-Y ya está, se ve muy bien en usted- fue dicho muy cerca del oído de Korame quien sintió de nuevo una molestia que no supo describir pero que no era del todo desagradable.

En ese momento comenzaron los fuegos artificiales lo cual hizo que se separaran pues quedaron asombrados por toda la cantidad de colores que se plasmaban en el cielo.

Sus manos quedaron bastante juntas que sus dedos se rozaban un poco pero aquel pequeño contacto era realmente significativo para ambos. Ellos observaban las hermosas figuras en el cielo y de vez en cuando miraban de reojo al otro viendo como sus ojos resplandecían.

Cuando acabaron Korame le agradeció aquel espectáculo a su ayudante quien le dio todo el crédito a Lena y al padre de esta.

-Sin ti esto no hubiera sido posible, creo que es momento de volver con los demás.

-Cierto.

Así lo hicieron y estuvieron observando la ceremonia de cierre del festival, todos quedaron conformes con el trabajo hecho por el sacerdote y su ayudante e incluso Frederic a regañadientes tuvo que aceptar que no hubo ninguna falla.

Después de eso se despidieron de los sacerdotes y sacerdotisas dando por finalizado el festival, el señor Korame se reunió con la devota que siempre les traía comida y el hijo de esta quien estuvo muy feliz de decirle al sacerdote principal sobre su éxito en la prueba de ingreso a la universidad por lo cual fue felicitado. Luego le fueron a agradecer a Lena y a su padre quienes estuvieron gustosos de recibir aquellos agradecimientos. Los asistentes y dueños de puestos estuvieron completamente satisfechos por esta maravillosa jornada. Cuando acabaron sus ultimas tareas solo quisieron descansar mientras comían algunas de las delicias que les habían dado. El señor Korame solo podía observar aquel dije con una molestia agradable que le habían dicho que se llamaba felicidad

 

Notas finales:

Eso ha sido todo por el momento, espero lo hayan disfrutado 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).