- ¡Buenos días! – salude al ingresar a mi salón de clases, aún era temprano, tal vez debí dormir más, alcanzaba perfectamente el siguiente tren.- Estoy tan cansado.- me estire sobre mi pupitre.
- ¡Buenos días, Akira! – me saludo amablemente mi amigo castaño.- te vez muy cansado.- tomo asiento a un lado mio.- ¿mucho trabajo?
- Esto de tener un trabajo y estudiar no es lo mío.
- Para ti nada es tuyo.
- ¡Como tus calzones! ¿cuantos perdiste esta semana con tu noviecito? –pregunte pícaro, lo conocía, sabia en que malos pasos andaba ademas el quería comenzar una pelea, debería aguantarse.
- Eso no es de tu incumbencia.- un leve sonrojo se asomó sobre sus mejillas.- debe ser difícil para ti tener que hacerte cargo de todo con lo sucedido.
- Es algo que prefiero ignorar.- desvié la mirada.
- Pero todos los recuerdan. ¡Salio en las noticias!
- ¡Shima! Olvídalo, ya paso. – un ligero silencio entre los dos.- ¡Es que es tan cansado! – cambie de tema.- No puedo vivir así para siempre.
- Para eso estudias.
- Pero odio estudiar.
- Entonces qué haces aquí fastidiando .
- No hay nada bueno en la tele Shima.
- Me viste cara de televisión por cable.
- Claro que si, es muy cara la televisión por paga, así que tu eres como discovery chanel, cada día aprendo algo nuevo de ti.
- No sé cómo sentirme.
- Sabias que un león esta rodeado de leonas. Como un harem.
- No, porque no soy tu programa – se esta fastidiando, esto sera divertido.
- El león no sabe hacer nada sin sus leonas, ellas lo complacen en sexo y comida.
- Aja, y luego.- su molestia se notaba por como arrastraba esas palabras, prepárate carnal.
- Tu eres ese león. – vi la vena de odio saltarse en su frente, aquí viene.
- ¿me llamaste puto, maricón?
- Jajajaja.- estalle en risas al ver como intenta defenderse, atino deteniendo su cabeza sin problemas, soy fuerte, mientras el torpemente intenta que sus brazos traten de golpearme la cara o tan siguiera alcanzarme. Es divertido molestar a este gigoló flojo.
- ¡Akira, eres despreciable! – se quejaba pero necesitaba mas odio si quería callarme.
- ¡Detesto mi vida de adulto! –ignoraba sus quejidos.
- ¡No cambies de tema! – se rindió cruzando sus brazos pero esa mirada seguía acusándome como esperando que me cayera el abanico del techo.
- ¡odio trabajar!
- Solo debes repartir pizzas en una moto, ¡no es tan difícil!
- ¡A ver hazlo tu pendejo!
- No, gracias, por eso tengo dos hermanas que me mantienen.
- Mira qué bonita profesión.
- Lo sé, es lo mejor que se hacer.
- Pero ellas no hacen tu tarea, ¿la hiciste?- le pregunte curioso.
- ¡había tarea! –asustado como cada mañana, no sabía hacer nada ese hombre mimado.
- Como es posible que tengo menos tiempo y hago mi tarea
- Pásamela.- hermosa sonrisa a la que no puedo decirle que no.
- Claro si traes una máquina de escribir en tu mochila, porque era impresa ¡Pen-de-joo!
- Valió verga.- musito cabizbajo.- ¡Nah no importa! – se recostó en el pupitre muy calmado cual gato flojo.
- Vale casi el 40% de nuestra calificación.
- Que por otro lado.- se levanto de un salto, igual que un felino.- buscare como hacerla, ¡préstame tu laptop! Sé que tienes el trabajo ahí, déjame hacerlo.
- Claro, claro, toma.- le entregue mi laptop para que comenzara hacer lo que nunca hace.
- Oye te enteraste que vendrá un nuevo alumno.- comento emocionado.
- ¿Nuevo? a estas altura del periodo escolar.
- Lo se es extraño, igual a un anime que vi.
- Shima esta es la vida real.
- Imagínate que venga una chica extranjera.- me ignoro.- en el anime siempre aparece una chica muy bonita, rubia o pelinegra, las de pelo negro me encienden mucho.
- ¡Que coincidencia! Mas de la media población japonesa es pelinegra.
- ¡Deja de insultarme! –salio de su burbuja por fin.- me denigras.
- Tu te denigras sólita, perra.
- Perra, pero no de tu casa.
- Chinga tu madre.
- ¡La tuya en vinagre! – festejo con los brazos al aire, ¿como esta cosa era mi mejor amigo? - No puedo esperar a que aparezca una chica extranjera bonita, con curvas lindas.- ahí va de nuevo.
- ¿Que no eras gay?
- Bi-sexual, solo me fijo en cosas bonitas.
- Te pareces al topo ese que roba joyas.
- ¡No es un topo es un..!
- ¡Me vale verga! Me importa poco el mundo de Larry, ni lo he visto, ni me interesa.
- No es de Larry pototer.- lo escuche.
- ¿eh? - una risa maliciosa aparece en toda sus cara.
- Pendejo ju ju.- se ríe tras su mano, es ridículo, ¡puedo ver tu sonrisa! Me sonroje por la vergüenza a lo que me desquite zarandeándolo para borrarle esa burlona risa pero era imposible el hijo de puta seguía divirtiéndose.- ya, ya te perdono akira-kun.- lo solté, al menos se disculpo.
- Termina la tarea, ya va siendo hora.
- Lo haría pero sigo pensando en el anime que vi .
- No vayas a babear sobre mi laptop.
- Perdón. –se limpio la boca.- Pero lo digo enserio es emocionante tener un compañero, ojala y sea como en los animes.
- Shima ya te dije que esta es la vida real.
- Y tu serias el protagonista que no cree nada y babearas al verla.- lamió sus labios.
- ¿Por qué eres mi amigo?
- Porque te gusto.- me mando un besito haciendo erizar mi piel.
- Si me gustaras, hace mucho te hubiera cogido.
- No se que te detiene.- mordió sus labios, ¿eso es erótico?
- ¡Que no me gustan los hombres!
- Hay amargado, la vida es divertida deberías disfrutar tu sexualidad.
- Paso, ponte hacer la tarea que es para primera hora.
- Ah. Gracias, pero ya me la pasaron.- apago mi computadora.
- Que rápido.- la tome para dejarla en mi pupitre.
- Tengo mis contactos chu~ -de nuevo otro beso, me siento incomodo.
- ¿Te lo hizo tu novio?
- Por delante y por atrás.- guiño el ojo. Me levante, ya tuve suficiente de este marica pero rápido mi amigo se trepo a mi brazo para que no me fuera.
- ¡Es broma! –me decía mientras hacia resistencia en mi intento de huida.
- ¡Tus comentarios homosexuales no me causan gracia!
- Si, si, ya perdón.- lo separe y volví a tomar asiento esperando tranquilizarme.
- ¿Entonces? –volví a interrogarlo, era curioso.
- ¿Qué cosa?
- ¿te lo hizo tu novio?
- Sabes la respuesta ahh –gimió mientras levantaba la camisa mostrándome su ombligo con una marca de beso.
- ¡La tarea, pendeja! - me sonrojo al momento de imaginar a ese idiota dándole por el hoyito, odio que Shima haya puesto esas imágenes en mi cabeza.- ¡Si, sigues con tus joterias, me largo! – le di un zape a su cabeza, se lo merece.
- Eres tan cruel aki-chan.- lloraba en su pupitre.
- Oye, gigoló.- se levanto del pupitre pero su carita me dio lastima al verla con su moquito y sus lagrimas, así que acaricie su cabeza un poco recibiendo una sonrisa muy tierna.- ¿nunca has pensado en enamorarte, verdad? –me sonroje un poco, era ridículo hablar de esto y mas estando en este nivel de escuela.
- A diferencia tuya.- le preste atención.- pienso que el disfrutar del sexo es mas importante.
- Pero tu abusas mijita.
- Oops.
- Eso no es inocente, da asco.
- Hay ya homofóbico alguien terminara gustándote y será un chico ¡te lo garantizo!
- No gracias, paso.
- Pero que cobarde.- no le conteste porque salio corriendo a recibir a alguien fuera del aula, era otro chico, parece un nerd, ¿enserio Shima? Te aprovechas de los mas débiles, que marica, opino que con una chupada el niño ese sera feliz... ¡alto! ¿acabo de imaginarme a Shima? Rasque mi cabeza y después espante con mi mano la nube que yo sólito cree tratando de esfumar la imagen mental que soñé, no, no, no, Shima es amigo, no comida. Gire a verlo de nuevo porque grito de felicidad, al estar de espalda es inevitable recorrer su cuerpo con la mirada, esas piernas largas y su culito pequeño que siempre levanta se ven atractivos... una bofetada, si eso, de nuevo volví a espantar mi nube como si de un mosquito se tratase. Pronto Shima regresa aventando su trabajo impreso al pupitre.
- Fue rápido.- comente.
- Pero en la cama voy lento.- lamiendo su dedo tan lascivamente.
- ¡Ya, a la verga! ¡me largo!
- ¡no akira! ¡mi único amigo fiel, quédate! – de nuevo sus intentos por detenerme, aferrándose a mi como si de una garrapata se tratase, me siento aun mas incomodo porque lo imagine hace unos momentos en esas posiciones.
- Shima, bájate, no me iré pero bájate.
- ¡perfecto! –obediente y a su asiento.
- porque no te puedes quedar ahí siempre.
- soy un travieso.- no, mente, por favor, en verdad me estoy sonrojando. Escucho la campana sonora, los alumnos ingresan a la aula y me siento calmado porque ya no pensare en cosas pecaminosas. Ambos miramos al frente, el profesor en traje formal como siempre y con libro en mano, recargando el accesorio en su hombro lo hace ver rudo, llega a su escritorio muy calmado y anuncia a la clase.
- Jóvenes, buenos días, ojala hayan tenido un fin de semana para descansar de sus actividades escolares y que las hayan aprovechado para bien.
- Akira pendejeo.- musito.
- Y Shima puteo.- le conteste en susurro también.
- ... jóvenes, les presento a su nuevo compañero.
- Aquí viene.- comenta emocionado mi amigo, cruzo mis brazos y giro mi vista a ver las reacciones que haría Shima, solo esperaba a ver su cara de desilusión cuando viera a la persona cruzando esa puerta, seria divertido burlarme de el por creer en cuentos de anime, si esas fantasías existieran hubiera ocurrido un milagro en aquel accidente o al menos hubiera ido a otra dimensión paralela como relatan las cuentos. Suspiro fastidiado al recordar, todos están ilusionados como mi gran amigo pero yo la verdad no estoy tan interesado, ¿Qué tiene de bueno ser nuevo? Solo ser popular, me respondí yo solo sin embargo los comentarios de hace rato con Shima me causaron curiosidad, no, no, no, no va a ser ninguna mina bonita.- Akira debes ver eso.- su voz es normal, no hay emoción alguna por lo que mire a Shima, no tenia impresión de amor, ni repulsión, se trataba de una extraña mezcla como de shock.
Al dirigir mi mirada al frente comprendí el ambiente que estaba a mi alrededor, no era bonita, ni fea, era inexplicable, era una ridícula pero explosiva belleza oriental. Trague saliva al verlo, parecía pasar en cámara lenta, cada paso que daba retumbaba dentro del salón, esos zapatos dorados sobresalían combinando perfectamente con el uniforme azul de la escuela pero lo que mas te llamaba la atención era ese velo rojo que cubría por completo su cabeza, parecía mas bien una delgada sabana que envolvía su cabello y rostro mostrándome esos bellos ojos. ¿Quién era? ¿de donde venia? Al llegar al centro, a un lado del profesor, dirigió su vista al publico, les puedo jurar que sentí una brisa cuando el me miro. Nuestros ojos chocaron ¡se los puedo asegurar! Es como si fuera el destino, tenia una bellos ojos azules que resaltaban sobre ese velo rojo con bordes dorados, un paisaje del medio oriente con camellos paso por detrás, estoy alucinando. Me sonrojo, era exquisitamente bello, como una diosa, era un manjar para estas pobre almas.
- Su nombre es Takanori Matsumoto.